El ex viceministro de Comercio Exterior Pablo de la Flor Belaúnde analiza en la siguiente entrevista los fundamentos de la política comercial del Perú y señala la relación que existe entre el libre comercio y el crecimiento económico.
¿Es cierto que el Perú le vende a Estados Unidos solo productos primarios en tanto ellos nos venden productos manufacturados?
No es correcta esa apreciación. Creo que, evidentemente, la canasta exportadora peruana está dominada por un importante cúmulo de productos mineros, es una de las ventajas que tenemos por la dotación de recursos naturales, pero además tenemos crecientemente una presencia importante de productos del sector agropecuario: espárragos, pimientos y demás. El sector textil es un sector que ha tenido un especial dinamismo, Estados Unidos es hoy un importante mercado para nuestros exportadores textiles. Y cada vez vemos un mayor número de empresas y un mayor número de productos ingresando al mundo de las exportaciones, con lo cual estamos en una situación francamente positiva, y parte de este importante logro está directamente vinculado al enorme acceso que tenemos, en condiciones favorables, al mercado norteamericano. Entonces, yo diría que este es un acuerdo que nos ha permitido instalar una carretera que va en doble vía: nosotros estamos exportando e importando productos, pero también estamos importando insumos y bienes de capital que no hacen sino fortalecer nuestra posición competitiva. El libre comercio es bueno para todas las partes y creo que el TLC con los Estados Unidos es una vívida demostración de lo importantes que pueden ser los acuerdos comerciales para dinamizar el crecimiento económico de los socios, y en este caso concreto para apuntalar nuestro acceso al mercado más importante para las exportaciones peruanas.
¿Cómo ha ayudado el TLC con Estados Unidos a fortalecer y ampliar nuestra agenda de integración comercial?
Creo que la política comercial peruana tiene tres pilares fundamentales. Y creo que esto se consolida a partir de la negociación del TLC con los Estados Unidos, que creo que marca el inicio de una nueva fase en materia de la política comercial del Perú. Somos un país que tiene un tamaño económico pequeño, hemos decidido integrarnos de manera competitiva a los mercados globales y para ello estamos apostando por una apertura comercial unilateral. Lo vemos en la reducción de los aranceles, en la reducción de la dispersión de los aranceles. Este es un fenómeno que tiene prácticamente casi dos décadas de desarrollo. A ese primer elemento también se suma la participación del Perú en los foros comerciales multilaterales, concretamente en la OMC (Organización Mundial de Comercio). El Perú es un activo jugador en ese foro. Somos sin embargo una economía que, por su tamaño, no tiene el nivel de influencia de economías más grandes. No obstante, somos un importante aliado para aquellos que creen en la apertura comercial y venimos empujando la agenda de la liberalización en el seno de la OMC. El tercer pilar es la vía de los acuerdos bilaterales o de los acuerdos Norte – Sur, como es el caso concreto con los EEUU. El Perú ha apostado tradicionalmente por la integración sub-regional, que sigue siendo una parte importante en nuestro arsenal de abordaje en materia de apertura comercial, pero además estamos focalizándonos ahora en los mercados del norte, en los mercados de los países más desarrollados. Tenemos acuerdos firmados con EEUU, con Europa, tenemos un acuerdo con Japón, pero además estamos ampliando esos acuerdos para incluir a las nuevas economías industrializadas, y estamos haciendo lo propio con otros países cuyo comercio resulta complementario al del Perú. Así que esto ha terminado siendo una política diversificada respecto de orientaciones, que tiene como propósito, nuevamente, asegurar el acceso a los exportadores peruanos en condiciones favorables. Esto se ve claramente reflejado en las cifras del comercio, en un importante crecimiento del flujo del comercio del país con el mundo.