Sin agua para lavarnos las manos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de abril de 2020
Para Lampadia

Aparte de provocar fiebre, tos seca, pérdida de olfato y gusto, dificultad para respirar, y – en algunos casos – hasta la muerte, el Coronavirus ha resultado ser un gran encubridor. Muchos problemas que venían ocupando la atención de la gente han quedado en el olvido. La corrupción… por ejemplo. Como que el virus – pareciera – ha eliminado la palabra “corrupción” de nuestro diccionario.

Asimismo, la pandemia ha encubierto completamente la discusión de algunos otros temas candentes, como la desaceleración económica de los últimos años en nuestro país. Pero no sólo eso. La pésima gestión gubernamental en materia de porcentaje de ejecución presupuestal, la pusilanimidad presidencial frente a los movimientos anti mineros, el incremento desmedido de la burocracia estatal inútil y corrupta, las pintorescas puyas entre el Congreso y el Ejecutivo, y muchos otros temas más… todo quedó traspapelado en algún lugar remoto de nuestras memorias. Podría ser que – aparte de los síntomas antes mencionados – el Coronavirus también provoque la pérdida de la memoria. ¿Cómo será?

Sin embargo – contrario a lo anterior – el Coronavirus también resultó ser un gran descubridor. Como que descubrió algunas falencias que estaban pasando un tanto inadvertidas frente a la ciudadanía. El agua potable y alcantarillado… por ejemplo. Mejor dicho, el fracaso estrepitoso – a nivel nacional – del suministro de agua potable para la población.

¡Qué mala suerte! Resulta que la recomendación más importante para combatir al Coronavirus es – precisamente – lavarse las manos frecuentemente. Lavarse las manos con agua y jabón. Ahora bien… jabón tenemos. Pero ¿cómo lavarse las manos… sin agua? ¡He ahí el problema!

El hecho es que el suministro de agua potable en nuestro país está a cargo de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). SEDAPAL es una de ellas… y ciertamente la más grande, y la más conocida. Pero hay alrededor de 50 EPS más. La mayoría son empresas de propiedad de las municipalidades provinciales. Es decir, de los municipios de las principales ciudades del interior del país.

A nivel rural, el agua potable está a cargo de las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS). Hay alrededor de 6,000 JASS a nivel nacional. Y la mayoría son manejadas por los municipios distritales.

A lo que quiero llegar, es que ese esquema – el de las empresas municipales de agua potable – fracasó. La mayoría de EPS y JASS están quebradas financieramente. La corrupción y el clientelismo político las quebró. Yo puedo dar fe de ello. Las EPS y JASS de la Región Ica son – casi todas – antros de corrupción e inoperancia. Por eso los iqueños no tienen agua en sus casas. Por eso mismo, la mayoría de peruanos tampoco tiene agua potable… 24 horas al día.

Dejémonos de hipocresías. La institucionalidad del agua tiene que cambiar. La salud de millones de peruanos está en juego. Una entidad pública autónoma, especializada, y meritocrática – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – que no dependa de los ministros o alcaldes de turno. Eso es lo que se necesita. Los ministros y alcaldes cambian a cada rato. Y con ellos cambia – también – gran parte del personal de las EPS y JASS. Clientelismo político en su máxima expresión.

¡Qué se puede esperar de ello! Pues lo que tenemos ahora. ¡Millones de peruanos sin agua! O sea, millones de peruanos sin poder lavarse las manos. Lampadia




Debemos “apuntalar” al Perú

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Ante las circunstancias actuales de pandemia por el Coronavirus se ha hecho ostensible un sinnúmero de debilidades de la estructura del Estado peruano. No podremos ser exhaustivos en su enumeración pues requeriríamos muchas páginas, pero si podemos a guisa de ejemplos señalar algunas cosas.

Ante la orden de inamovilidad y aislamiento social que restringe las posibilidades de reunión y tránsito normal para todos los ciudadanos, ya apareció la propuesta hecha por un congresista respecto al “Congreso Virtual” para permitir que; el Consejo Directivo, las Comisiones de Trabajo, la Comisión Permanente y el Pleno del Congreso, puedan tener sesiones virtuales aprovechando las facilidades que la tecnología brinda.

Debemos considerar que el congresista tiene como funciones principales: 1. Representar, 2. Fiscalizar y 3. Legislar, y además en ese orden de importancia. Consecuentemente, este Congreso debería estar en estos momentos trabajando intensamente en la fiscalización de las actividades que ha desarrollado el ejecutivo desde el 30 de setiembre del año pasado a la fecha, empezando por los Decretos de Urgencia y las actividades mismas de ese tiempo. Igualmente, hay actividades que durante este periodo de emergencia sanitaria se están ejecutando y requieren fiscalización (y vaya que requieren, con la gavilla de delincuentes, con honrosas excepciones, que hay al frente de gobiernos sub-nacionales). Ya sólo con eso tienen el “plato lleno”, al margen de tener que instalarse debidamente en comisiones para empezar a trabajar y cuidar que algunos congresistas no renuncien a las bancadas por las que fueron elegidos…

Las facilidades de comunicación virtual son ciertamente una gran herramienta, pero aplican fundamentalmente a labores de coordinación de grupos relativamente pequeños, por ejemplo; el Consejo Directivo, la Junta de Portavoces, algunas actividades de algunas Comisiones de Trabajo y probablemente algunas actividades de carácter administrativo y de coordinación de la Comisión Permanente, pero de ninguna manera para tener un análisis y debate integral y profundo de los proyectos de ley y en algunos casos hasta de propuestas de modificación constitucional. A menos que quieran pasar las cosas “por agua tibia”, no me imagino, por ejemplo, la presentación del gabinete y debate de investidura en una “sesión virtual” del Pleno del Congreso.

Este Congreso es percibido como un “Congreso Light”, tiene nueve bancadas (para empezar) y la que más, fue elegida con un máximo de 8% de los votos emitidos. Sin liderazgo claro, ni visión de futuro, sin vocación fiscalizadora y muchos congresistas dispuestos a ceder rápidamente sus facultades legislativas, mientras otros con propuestas y pose de radicalismo populista para las tribunas. Por eso, no sin razón, se sienten que están en un segundo plano y bajo la tutela de la presidencia de la República, aún sabiendo que tienen al frente un gabinete con ministros más “light” que ellos y que se cae sólo. Ya el último cambio de titular del sector Salud en plena crisis (cambio de jinete a mitad de carrera), explica a las claras la debilidad del equipo de trabajo del gobierno y la precariedad en la selección de sus colaboradores.

Por esto es que ahora sale a flote las carencias del aparato de salud del Estado, por no haber hecho la tarea aún después de dos años de gestión del presidente, dentro de un gobierno que debemos recordar ya lleva casi cuatro años de gestión. Ahora se ve la falta de hospitales y postas médicas, ahora se ve la falta de personal médico y paramédico entrenado, ahora salta a la vista las condiciones precarias en que ellos deben trabajar, al punto que el ministro de salud de hoy, tuvo que disponer como primera tarea la entrega de material de protección para los médicos y enfermeras que están en la primera línea de atención y combate a esta pandemia. No obstante siguen maquillando información crítica, pues el Instituto Nacional de Salud pidió el 6 de marzo los kits de análisis molecular para Coronavirus, el sábado 28 el ministro Zamora dijo públicamente, pero con la cara tapada para que no se le note el enrojecimiento del rostro, que ya teníamos 80,000 kits entre lo que estaba en almacén y en viaje, sin embargo el miércoles 1 de abril nos enterábamos que la Orden de Compra se habría colocado recién el lunes 30 de marzo, con entregas parciales que llegarían hasta el 27 de mayo…

Aplaudo que el Hospital de Lima Este Vitarte, cuyo “comisionamiento” se inició en julio 2018, finalmente se esté poniendo en operación desde marzo 2020 ¿se imaginan si un hospital construido y equipado ha requerido 20 meses para ponerlo en operación, que nos pasaría con  la construcción de uno nuevo? Igualmente aplaudo se disponga el uso de las “Torres de los Panamericanos” como centros de salud, aunque no han sido diseñados para eso, pero es mejor su uso para estos fines, antes que su abandono y deterioro en el tiempo.

Otro tanto ocurre con el desmanejo y falta de información adecuada respecto a la población que debiera recibir el subsidio de 380 soles mensuales y la gestión de su entrega. Baste remitirse a lo indicado por el presidente que, parten de una base de datos del censo de 2003 y actualizada por las municipalidades… (principal foco de corrupción, especialmente en manejo de fondos sin rendición de cuentas) y sin esfuerzos de bancarización alguno. Que han hecho el MIDIS, Ministerio de la Mujer, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, entre otros, ¿durante todos estos años? No han sido capaces de generar el interés de los beneficiarios por registrarse (empadronarse) debidamente y formalizar su relación con los programas sociales administrados por el Estado, lo que resulta fundamental en condiciones de crisis y poner el foco en poblaciones altamente sensibles. ¿A partir de hoy lo harán? ¿Ligarán DNI electrónico con cuenta de banco y billetera electrónica?

Como vemos, el Congreso tiene frente a sí una ardua tarea de fiscalización, pero claro, eso cansa y prefieren el “glamour” de las reuniones virtuales y la ley propia, como si no nos sobraran leyes. Reitero, debieran dejar sin efecto por lo menos dos leyes por cada nueva ley que quieran aprobar.

No sólo eso, sino que el Parlamento debe debatir exhaustivamente las propuestas de ley y sus dictámenes en comisiones, con una alta participación de sus asesores técnicos y evitar que medidas de índole técnico y de alto impacto (retiró de fondos de las AFP, por ejemplo) se pasen directamente al Pleno por razones políticas (cuanta falta hace un Senado). Si por lo menos no discuten adecuadamente los proyectos de ley presentados, no examinan y definen el destino de los Decretos de Urgencia aprobados durante el interregno parlamentario y quieren pasar “a tontas y a locas” leyes de reforma política para darle gusto a algunos iluminados, seguiremos a la deriva y mirando sólo la circunstancia del corto plazo.

Cómo podemos ver, aquí tenemos perlas en el Ejecutivo y en el Legislativo, no menciono el Judicial porque ya no están trabajando y debemos (aunque con reservas) dar el beneficio de la duda.

¡Debemos pues poner nuestros mejores cerebros y experiencia al servicio del Perú! Lampadia




¿Cómo salvarnos de la pandemia… sin morir en el intento?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de abril de 2020
Para Lampadia

Me parece un error – un gravísimo error – plantear la disyuntiva entre salud o economía. Como si estuviésemos frente una elección excluyente. ¿Acaso para salir de este difícil trance sanitario, sólo queda que todos dejemos de trabajar hasta que erradiquemos la pandemia? O peor aún. ¿Acaso para mantener la economía en marcha, sólo queda seguir la vida tal cual – todos apiñados – y que el virus se propague sin control, con las consecuencias de dolor y muerte que todos conocemos?

Afortunadamente, la disyuntiva no es tal. Los expertos lo han dicho con toda claridad. Buena salud y economía sostenible… son compatibles. Pero eso sí. Distanciamiento social. Lavado de manos. Uso de mascarillas y guantes. Protección extrema para médicos y enfermeras. Mucha higiene personal y ambiental. En esto último estamos mal. Porque higiene personal sin agua… a ver ¿quién me dice cómo se hace eso? E higiene ambiental con calles llenas de basura… igual.

Por otro lado – y siguiendo con las recomendaciones de los expertos – se requiere de mucha información respecto de los infectados y de los probablemente infectados. Incluso de los sanos. ¿Quiénes son, dónde están? Sencillamente, para que los sanos no tengan contacto con los enfermos. Y ciertamente, para que los positivos – y sospechosos – guarden cuarentena.

Hoy tenemos un enemigo invisible. Sabemos que está… pero no sabemos dónde. Con dicha información, haríamos a nuestro enemigo visible y – por ende – ubicable. Las tecnologías de georreferenciación digital serían de gran ayuda para estos menesteres.

Para ello se requiere de una gran capacidad de testeo. En este punto también estamos mal. En términos relativos, muy pocas personas han pasado la prueba del Coronavirus. Cuando lo recomendable es que gran parte de la población esté diagnosticada.

A este respecto, se debería involucrar a empresas e instituciones no gubernamentales para que se sumen al esfuerzo del Estado en el proceso de identificación de los portadores del virus. Empresas grandes que tienen hospitales propios… como algunas mineras. Clínicas y laboratorios privados. Instituciones religiosas que brindan servicios de salud. Universidades que tienen laboratorios clínicos. Etc. Pero no… pareciera que el Estado quiere batirse sólo. ¡Qué soberbia!

El Dr. Harvey V. Fineberg – un experto en salud pública estadounidense – ha dado algunas pautas al respecto. Por ejemplo, identificar – también – a aquellas personas que se infectaron previamente, se recuperaron, y ahora son inmunes. Ellos son – precisamente – los llamados a cambiar la situación, al reiniciar partes de la economía de manera rápida y segura. Precisamente porque son inmunes al Coronavirus.

Los peruanos queremos buena salud. Eso está fuera de toda discusión. Pero también queremos buena economía. Como dice el Dr. Fineberg… existe una opción que limita las muertes y hace que la economía vuelva a funcionar de manera sostenible. Eso es lo que queremos los peruanos.

En el fondo, está de por medio la supervivencia de muchas personas que no tienen qué comer… si no trabajan. Y que – encima – tienen hijos y familiares que alimentar. El subsidio estatal de S/. 380 es de gran ayuda. Pero no alcanza. La solidaridad espontánea de mucha gente e instituciones benéficas también ayuda. Pero tampoco alcanza.

Lo mejor que tenemos para salvarnos de la pandemia – sin morir en el intento – son nuestras empresas. O sea, la economía. Lampadia




Víctimas de una fatal arrogancia

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Hace 5 días, el editorial de uno de los diarios oficialistas del país decía: “Más Keynes que Hayek durante el post covid -19”.  En el texto se auspicia de acuerdo a la línea política de ese diario, lo que muchos tememos:  que esta emergencia justificará un nuevo envión a las ideas en favor del control, la intervención y el mayor protagonismo del Estado en la economía y en la sociedad, en nuestro país y en otras partes del mundo.

Lo que parece no advertir la nota es que, en medio de la crisis, antes del “post Covid 19” que no ha llegado aún, ya estamos viviendo y pagando las consecuencias de esta “fatal arrogancia”. Digo “Fatal Arrogancia”, precisamente para citar el título de la última obra de Friedrich Hayek, a través de la cual este Premio Nobel austriaco criticó esa tradición utópica según la cual, ante la incertidumbre y la complejidad, se admite que las sociedades puedan ser diseñadas en su totalidad de acuerdo a un plan establecido. Para Hayek, tan bien intencionado propósito no es factible debido a que el planificador no puede acceder a toda la información necesaria para esta arquitectura ideal de la realidad. Existe un conocimiento disperso que no es posible concentrar en una sola mano, existe un orden espontáneo contra el cual resulta arrogante pretender actuar compulsivamente.

Lo que está sucediendo en el Perú en plena crisis del Covid 19 nos demuestra precisamente esa limitación que Hayek ya advirtió. Ante la incertidumbre y la complejidad de la Pandemia se admitió como válido un diseño social de emergencia centralizado en manos del Estado. Todos creímos que esto era lo indicado: suspensión de actividades masivas, cuarentena, aislamiento social obligatorio, inmovilidad, paralización de actividades económicas no esenciales, cierre de fronteras, control de las pruebas diagnósticas en manos del sistema de salud pública, bonos de auxilio económico, etc. Lo que olvidamos es que, más allá de la validez lógica de muchas de esas medidas, la pretensión planificadora es per se, de por si, arrogante, porque olvida que hay información necesaria que no podrá conocer, que hay un conocimiento disperso y un orden espontáneo.

El profesor malagueño Juan Carlos Martínez Coll[i] lleva esta idea de Hayek a un plano aún más concreto y nos habla de la “fatal arrogancia del planificador”, afirmando, para mal de nuestra realidad presente que “la planificación logística que incluye la actividad de un individuo no puede ser realizada sin la aportación de información de ese individuo”, y que, aunque no nos guste reconocer en estas circunstancias:

“es imposible que la actividad de cualquier empresa o país puede ser completamente planificada por un único planificador, debido a que:

a) La información necesaria es excesiva y no cabe en una sola mente.

B) La información necesaria está en la mente de los individuos y no es fácilmente accesible.

C) La información es cambiante, dinámica.

D) El carácter coactivo de la planificación corrompe la misma información, la distorsiona.

El presidente Vizcarra pese a sus buenas intenciones, no puede junto con su gabinete, asesores y adulones incluidos, tener la capacidad de acceder a toda la información necesaria en esta crisis. Mucho menos pueden ingresar a la mente, intenciones, deseos, necesidades o angustias de los ciudadanos que huyen de la cuarentena pese a haber sido identificados como positivos o que salen a vender o trabajar para subsistir. Ni el presidente, ni su flamante Ministro de Salud hábil en el troleo en redes sociales pueden detener el cambio, la mutación de la información. Ni las amenazas del ejército o las extorsiones de algunos malos policías pueden evitar que la información necesaria se corrompa.

Esto explica en alguna medida que hayan más de 36,000 detenidos en la emergencia, que el número de víctimas siga creciendo, que los contagios crezcan más rápidamente de lo que vimos la semana anterior y que a causa de todo esto, se adopten nuevas medidas en la misma dirección: planificar sin la información suficiente.

Bien haría entonces el diario oficialista, en lugar en auspiciar el retorno a las ideas de Kelsen para un post Covid 19 que aún se ve lejano, en advertir las consecuencias de esta fatal arrogancia y su alto costo en estas circunstancias. Podría empezar por publicar, por ejemplo, este fragmento del discurso de Hayek al momento de recibir el Premio Nobel de Economía:

“Para que el hombre no haga más mal que bien en sus esfuerzos por mejorar el orden social, deberá aprender que aquí, como en todos los demás campos donde prevalece la complejidad esencial organizada, no puede adquirir todo el conocimiento que permitirá el dominio de los acontecimientos. En consecuencia, tendrá que usar el conocimiento que pueda alcanzar, no para moldear los resultados como el artesano moldea sus obras, sino para cultivar el crecimiento mediante la provisión del ambiente adecuado, a la manera en que el jardinero actúa con sus plantas.”

Solo la comprensión de que estamos siendo víctimas de esta fatal arrogancia nos llevará a tomar mejores y más atinadas medidas. Solo la comprensión de los límites del gobierno y del Estado en esta tarea nos permitirá entender que la solución no llegará únicamente desde arriba, sino que se construye también en la decisión cotidiana de cada ciudadano, comunidad, gremio o pueblo. Sólo así la ciudadanía asumirá también su responsabilidad y las consecuencias de esta crisis. Estamos a tiempo. Lampadia




Puede ser compatible con cuidados frente al coronavirus

Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Para
Lampadia

La súbita parada de 4 semanas -que van hasta la fecha- de todo el Sector Construcción, afecta no solo al País sino a empresas de construcción, empleados, profesionales, técnicos, obreros; proveedores de equipamiento, de materiales e insumos en general con todo su entorno; a subcontratistas especializados; a empresas de Ingeniería y Supervisión de Obras y su entorno, que de improviso -todas ellas- han tenido que suspender sus actividades y en menos de 24 horas movilizarse a sus hogares. Muchos de ellos se encontraban en campamentos de obras en el interior del Perú y han tenido muy poco tiempo para dejar todo en las obras a buen recaudo compatible con una prolongada y no programada paralización de actividades.

El reinicio de las actividades constructivas, cuando ello se disponga, no será rápido ni automático, porque requerirá de una re movilización y recomenzar contactos con todos los proveedores, subcontratistas y demás que participan en la obra. La construcción es una actividad muy sensible a los costos, puesto que los componentes claves que son:  materiales, equipos y mano de obra; son determinados en base a análisis de costos unitarios muy precisos siendo que el resultado de ellos está íntegramente incorporado físicamente en las mismas obras y por lo tanto los Contratistas solo perciben ingresos para solventar sus costos de administración y operaciones por los llamados  costos indirectos que son:  los gastos generales y la utilidad, y ambos sumados representan alrededor del 25% del presupuesto total de la obra sin IGV. En este sentido, si no hay obra no hay valorizaciones, y por lo tanto no hay ingresos para solventar sus planillas ni los costos operativos y de administración. Es un Sector que necesita por tanto créditos directos e indirectos para sus operaciones porque los pagos corresponden al reconocimiento posterior de los avances de partidas de obras ya ejecutadas. 

A raíz de la repercusión mundial del Covid 19 y la conmoción mundial de esta Pandemia y la caída de las Bolsas en el mundo y en el Perú, es previsible que las inversiones en el Sector Privado se posterguen y en contrapeso solo queda por tanto que el Sector Público realmente se reactive e incremente sustancialmente sus actividades, destrabando de inmediato todo lo trabado y colocando velocidad de crucero a las obras públicas que forman parte del conjunto de 52 proyectos del ya aprobado Plan Nacional de Infraestructura y las obras de impacto logístico y social de la Reconstrucción; entre otras. 

Parafraseando en los términos clínicos aplicable al momento actual que viven todos los que conforman el Sector Construcción, se puede afirmar que la actividad se encuentra en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos); por lo que requiere urgentemente el oxígeno de la liquidez inmediata y el crédito a bajas tasas de interés y en plazos razonablespara no interrumpir su larga cadena de pagos, y menos aún generar un cuantioso desempleo al ser una actividad de gran empleo directo e indirecto. No es un problema solo económico sino también es un problema social.

En la actualidad y frente a esta pandemia que vive el mundo y el país, la actividad constructora en general se encuentra totalmente paralizada. No ha habido tiempo de hacer un análisis más puntual del costo/beneficio, no solo económico sino también sanitario de parar o no determinadas obras importantes de infraestructura. Un ejemplo típico de ello son las carreteras en zonas apartadas, que son muy intensivas en maquinarias pesadas de construcción y bajas en concentración de mano de obra;  que por lo demás tienen meticulosamente bien controlados y resguardados a sus trabajadores en cómodos campamentos, incluso con tópicos médicos y   bien llevados por empresas formales de construcción con protocolos de seguridad en el trabajo particularmente exigentes y a los cuales se les pudo perfectamente adicionar aquellos de sanidad para este tipo de virus con rápida detección y evacuación de ser necesario.

Otro caso similar y a modo de ejemplo, pudieron ser las tan demoradas y urgentes obras del Aeropuerto Jorge Chávez o las también muy intensivas obras en equipos pesados de Construcción e incluso subterráneos como la Línea 2 del Metro. Aún estando estas dos últimas en la ciudad y dada su envergadura, se pudo explorar la posibilidad durante este aislamiento de proveer hospedaje y alimentación a sus trabajadores cerca de las Obras con transporte directo en cada cambio de jornada. Hubiera sido probablemente más seguro para la salud de ellos y más económico versus una suspensión total de actividades por tiempo prolongado e indeterminado.

Esperemos que en el tiempo que media hasta el 12 de abril, fecha señalada por el ejecutivo para levantar el Estado de Emergencia por el Covid 19, permita evaluar esta posibilidad para no dilatar más el reinicio de estas tan necesarias obras para el país,permita operar a las empresas del sector con el apoyo antes expresado por parte del Estado y del Sistema Financiero.

De otro lado, para el Sector en este 2020, probablemente tendremos números en negativo respecto al año anterior, que son difíciles de predecir ahora porque aún no se conoce la fecha real del reinicio de las obras. Aún si en la hipótesis actual se bajará la bandera a cuadros el 12 de abril, los contratistas tendrían que iniciar la movilización y puesta a punto para reiniciar las obras, con el perjuicio de que al estar parados y haber detenido hasta nuevo aviso órdenes de compra en giro a proveedores y subcontratistas, deban reiniciarlas nuevamente   y eso va a ser determinante en la reprogramación de sus actividades.

Además, tendrán que experimentar una falta grave de liquidez en los meses de mayo y junio -porque al no haber trabajado y avanzado obras en la mitad de marzo y probablemente todo abril de manera efectiva, no tendrán que valorizar y cobrar para recibir liquidez en mayo y junio. Además, que mucho esfuerzo también se va a distraer en largas discusiones para reprogramar las obras y los reconocimientos por el tiempo de paralización, aun cuando estos sí están incluidos en la normatividad vigente.

Por otra parte, es importante y necesario dejar en claro que la ingeniería y la construcción si son actividades esenciales para el país. Basta solo para expresar su importancia no solo su significado de manera directa e indirecta en el PBI y PEA (empleo formal); sino que ella atraviesa transversalmente todos los otros sectores de producción y servicios básicos. No se puede crecer en ningún otro sector si antes no se invierte y para invertir hay que construir.

Además, el rol de la Ingeniería y Construcción Nacional va a ser muy importante en el post Coronavirus. Incluso es muy posible que en todos los meses que queda del año 2020, van a existir muy serias restricciones de todos los países hacia cierres prolongados de fronteras y restricciones por cuarentenas al personal que provenga del extranjero, por temor a nuevas olas de contagios, por lo menos hasta que existan vacunas de comprobado éxito y difusión masiva. No olvidemos que el Coronavirus fue importado y que llegó por vía aérea.

Para el hemisferio sur este cuidado tendrá que ser aún mayor, porque se avecina la temporada del frío y la humedad. Felizmente el Perú, al igual que los médicos también tiene muy buenos ingenieros en todas las especialidades, que han sido autores directos de la construcción de más del 88% de todo el patrimonio nacional existente que se estima en más de un millón de millones de dólares (un billón en nuestro sistema y un trillón en el sistema de USA).

Hagamos votos porque los encargados de las carteras que tengan que ver más directamente con el Sector Construcción y con el apoyo de los delegados del Sector Salud, puedan dialogar a este respecto con las Empresas que están trabajando estos proyectos importantes para acordar un plan que permita el reinicio de esta esencial actividad lo más pronto posible, con protocolos de sanidad  seguros para el personal que labore en estas obras  y que estos protocolos sean conducidos por las Empresas respectivas de Construcción  con la máxima exigencia para que el Perú avance. Sin Construcción no hay desarrollo y sin desarrollo no puede implementarse la infraestructura que mejore la salud; saneamiento, educación y mejoramiento logístico que mejore la calidad de vida de la población. Lampadia




El sector pesquero debiera ser un aliado para salir de la crisis

El sector pesquero peruano tiene mucho que aportar en momentos como los que estamos viviendo con la pandemia del coronavirus. Nuestros ciudadanos necesitan alimento saludable y accesible como puede aportar la pesca, necesitamos generar y mantener puestos de trabajo, además de generar inversiones que inyecten dinero a nuestra economía.

Lamentablemente, hay un gran vacío de comunicación entre Produce y los actores del sector privado, incluyendo desde luego, a los sindicatos de trabajadores pesqueros. Además, y conforme lo hemos expuesto en anteriores entregas, se está cometiendo una serie de errores de acción y omisión en la gestión del sector pesquero en general.

Un ejemplo actual es que, se acaba de autorizar la pesca de jurel por parte del sector artesanal, excluyéndose absurdamente, al sector industrial, cuando el país necesita buenas fuentes de alimento, de trabajo y de divisas. Adicionalmente a ello, mientras Chile acaba de reiniciar la pesca de anchoveta en condiciones adecuadas a las circunstancias, en el Perú aún seguimos esperando se dé inicio a la Temporada de Pesca de anchoveta en la Zona Sur, hablamos del mismo stock y de situaciones oceanográficas y de pandemia muy similares, sin embargo, PRODUCE aún no reacciona a las necesidades de la industria y del país.

Veamos por ejemplo como Chile compatibiliza sus necesidades de salud y del desarrollo pesquero:

El sector, tanto desde el espacio empresarial, como sindical, ha propuesto una serie de medidas para llevar adelante las operaciones, cautelando la salud del personal y de la cadena de suministro. Se han dirigido sendas cartas a la viceministra de Pesca y Acuicultura, a la ministra de la Producción, a la ministra de Economía, al Primer Ministro, por parte de la Asociación Nacional de Armadores Pesqueros y al presidente de la República, por parte del Sindicato Único de Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú; pidiendo medidas concretas y de emergencia para garantizar el desarrollo del sector y permitir que, se aproveche su importante potencial.

Pero parece que todo cae en oídos sordos, no nos extraña lo que ocurre, en situaciones normales la actual Ministra de Producción, Sra. Rocía Barrios, siendo Viceministra de Pesquería del Presidente Humala, adopto decisiones contrarias al desarrollo de la industria y el aprovechamiento sostenible de nuestros recursos, fue justamente ella, quien derogó el régimen de las ventanas de penetración en el sur de nuestro país, fue durante su gestión que se incrementó significativamente el desvío de anchoveta para el consumo humano hacia la producción de harina ilegal, además de la reciente intentona de intervención política del IMARPE, entre otras acciones u omisiones que originaron una baja en la productividad del Sector, que afectó no sólo la recaudación o las utilidades que se hubieran podido percibir, sino que significo millones de soles dejados de pagar a los trabajadores y sus familias. Finalmente, y con mayor gravedad, si es que el Gobierno actual pretende liderar la lucha contra la corrupción, es la acusación fiscal que ha formulado el Ministerio Público en contra de la Sra. Barrios por presuntos actos de corrupción, derivados de un informe de la Contraloría General de la República, acusándola de apropiarse dinero del Estado. Sabemos que éste no es el momento para crear distancias, sino para trabajar todos juntos, aprovechando nuestras capacidades, por eso necesitamos a los mejores profesionales a cargo de nuestros sectores estratégicos, profesionales que no generen anticuerpos, sino que sean capaces de convocar a todos los actores para sacar adelante el Sector, su honestidad no puede ser cuestionada en ningún ámbito, menos por el Sistema Nacional de Control, ni por el Ministerio Público. Lampadia




¿No hay mal que por bien no venga?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 27 de marzo de 2020
Para Lampadia

Nadie jamás imaginó que el 2020 iba a empezar como empezó. Las crisis que dominaban la atención de la prensa – local e internacional – eran económicas, políticas, sociales, bélicas, migratorias, y morales. Sin embargo, todas resultaron poca cosa comparadas con la crisis – sin precedentes – que nos trajo el Coronavirus… de sopetón.

Por el lado de la ciudadanía ya sabemos. El mundo cambió – y para siempre – a consecuencia del virus de marras. La expresión más extendida – ahora – en todo el planeta es “aislamiento social”. O sea, evitar contactos con otras personas. ¿Qué personas? Con todas. Sobre todo ¡con los abuelos! Y si se enferman de Coronavirus… ni cuidarlos. Aislarlos. No acercarse a ellos. Y si se mueren… no hay que velarlos ni enterrarlos como de costumbre. ¡Son contagiosos!

Lávate las manos con frecuencia. No toques nada… ni tu cara. Cero besos. Cero abrazos. Usa mascarilla. Quédate en casa. Tele estudia. Tele trabaja. Y si tienes que salir para trabajar o estudiar, mantente – mínimo – a 2 metros de tu compañero más próximo. No viajes a ninguna parte. ¡Ay de ti si usas medios de transporte masivo… buses, trenes, aviones! Y si te subes a un barco… prepárate para vivir – para siempre – en altamar.

Y así por el estilo. El impacto del Coronavirus en nuestras vidas es brutal. La pregunta es ¿y el Estado? ¿Acaso vamos a permitir que nuestro Estado siga tan indolente, inoperante, maltratador, y corrupto… como hasta ahora? ¡Nada que ver! El Estado tiene que cambiar tanto como la ciudadanía.

El viejo Einstein decía: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Las crisis son la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque las crisis traen progresos”. ¡Genial!

Bueno pues. Más claro… ni el agua. Si queremos progresar – en medio de esta crisis – debemos cambiar. Por ejemplo – y a propósito del agua – ¿tiene sentido mantener el sistema municipal de suministro de agua potable a nivel nacional? Y la basura. ¿Qué hacemos con la basura en las calles, si los municipios no son capaces de recogerla? ¿Qué sentido tiene mantener tantísimas instituciones estatales que no educan, no curan, no protegen, y no juzgan? O sea, no sirven para nada… excepto para maltratarnos.

Y las colas. ¿Qué sentido tienen las colas, si la transformación digital del Estado está a nuestra disposición? Todos los permisos, licencias, y documentos oficiales deben ser digitales. Cero papeles, cero colas, cero coimas.  Incluso, en el tema de las prisiones. Hasta cuándo tendremos que esperar a los grilletes electrónicos para que miles de presos – de baja peligrosidad – purguen sus penas en casa, y no vivan hacinados y chantajeados por avezados criminales y carceleros mafiosos.

La del estribo. Agua, Salud, Educación, y Seguridad. ¿Tanto le cuesta al Estado concentrarse en esas cuatro prioridades? ¡Qué sentido tiene gastar millonadas en burocracias inútiles, ostentosos palacios municipales, monumentos adefesieros, y todo tipo de elefantes blancos que no sirven para nada!

Si como consecuencia de esta crisis brutal, el Estado se reformara para dedicarse prioritariamente a mejorar los servicios de agua, salud, educación, y seguridad, diríamos – como el viejo Einstein – que la crisis habría traído progreso.

Algo así como… no hay mal – ni virus – que por bien no venga. Lampadia




El Perú enfrenta la crisis económica

EDITORIAL DE LAMPADIA

Más allá del tema sanitario, el gran riesgo de la pandemia del coronavirus es que, ante la cuarentena, se corte la cadena de pagos, dejando sin sustento a millones de peruanos. Esta no es una crisis económica, es una crisis social.

Pues, como se ha venido solicitando por parte de los más renombrados economistas del país, y como se solicitó en Lampadia, el Estado está poniendo la carne en el asador.

Julio Velarde, el presidente del BCRP ha anunciado anoche que el banco central está lanzando un programa de apoyo financiero inédito en el Perú por 30,000 millones de soles (4% del PBI) en el que participarán el BCR, los bancos y el MEF.

En este programa el BCR proveerá liquidez a los bancos con la garantía de carteras de crédito y los bancos lo utilizan para apoyar a las empresas con nuevos créditos contra garantizados por el MEF. La idea es apoyar el pago de planillas al 100% hasta cierto límite y luego el 90 y 95% de las mismas. Con esto se evitará que se rompa la cadena de pagos y se pierdan muchos puestos de trabajo. El BCR y del MEF han decidido “hacer lo que sea necesario” para evitar una crisis económica, financiera y social sin precedentes.

Por su lado la ministra de economía, María Antonieta Alva, ha explicado que los otros programas de apoyo sumarían un esfuerzo total del orden de 90,000 millones de soles, 12% del PBI. Además, se está solicitando una línea de crédito de emergencia a las multilaterales por 18,000 millones de dólares.

Aún no tenemos mayores detalles de estos programas, pero debemos saludar la visión, decisión y coraje con el que se está empezando a contrarrestar esta tremenda crisis.

Así mismo, el presidente del BCRP explicó los daños que ocasionaría el retiro del 25% de los fondos del Sistema Privado de Pensiones, según lo propuesto por varias bancadas en el Parlamento. Sería malbaratar los ahorros causando más daño que bien. Dadas las medidas que se están anunciando, esto no tendría justificación.

Este es el momento de apostar nuestros recursos y ahorros, logrados gracias a un modelo económico exitoso de 25 años, en combatir una crisis profunda pero pasajera. Otros países no lo pueden hacer, el Perú sí. Lampadia




Liderar la crisis actuando por los demás y el rol que nos toca a todos

Por: Sergio Bolívar, Catedrático en Comunicación, Reputación y Negociación de la UPC, consultor en Reputación y Marketing, Gerente General de la consultora estratégica Andina Consultando SAC.
Para Lampadia

A más de 80 días de la aparición del virus en el mundo, aún necesitamos tiempo para conocerlo bien y controlarlo. Desde unos días, lo que más preocupa es el pronóstico para Alemania de la canciller Merkel, de que el 70% de su población terminaría contagiada (más de 50 millones personas) en uno o dos años, mientras prepara un financiamiento de más de 150 mil millones de euros para detener las consecuencias económicas.

La crisis del coronavirus amenaza con sumergirnos en una recesión económica mundial porque se aplican controles fronterizos, cierres masivos de ciudades y cuarentenas para contener el virus. Estas medidas drásticas han logrado detener en la primera fase de propagación del virus en Singapur, Taiwán y Hong Kong, y han sido replicadas en muchos países.

Como en tiempos de guerra, Francia ha decidido dedicar 300 mil millones de euros para salvar las empresas, asumiendo los créditos y suspendiendo el pago de alquileres, impuestos y recibos de luz, gas y agua. Alemania, China y EEUU están probando la primera vacuna contra el virus en humanos, pero no la tendrían lista antes de un año.

La empatía para comunicar medidas

El Perú ha buscado actuar con medidas fuertes similares a las orientales, las que han generado la percepción en América Latina de que han sido oportunas. Sin embargo, el pánico y la ansiedad han estado presentes, muestra de ello son los estantes de limpieza en los supermercados y las numerosas dudas en las redes para interpretar el mensaje.

Ahora muchas empresas están discutiendo con sus abogados sobre las zonas grises de las medidas en lo laboral y productivo. El aplazamiento tributario es vital porque el 31 de marzo la pequeña y mediana empresa requiere recursos para afrontar el pago de las remuneraciones de sus trabajadores y cash para sus operaciones. La velocidad de las medidas es buena y se espera una mayor articulación con el sector privado, especialmente con el bancario para el financiamiento bajo la rectoría de la SBS y el MEF.

El 95% de empresas son MYPEs que sustentan a la mayoría de peruanos que viven al día para comer y en condiciones sanitarias en las que el jabón líquido no existe y si se encuentra en un lugar público, desaparece rápidamente. A los más vulnerables se les otorga un bono de 380 soles en compensación por los 15 días de paralización, que serían bancarizados. Lo que no tiene en consideración esta medida del Gobierno es que este grupo nunca usa la banca en línea desde casa y no tiene una cuenta abierta.

Según el Presidente de la República estamos en una fase 3, es decir, en una fase de contagio que eleva el número de infectados como consecuencia de la ‘propagación comunitaria’, local o vecinal, como se inició en Italia, España y China. Debemos centrarnos en el bien común con medidas efectivas para fortalecer la sanidad y la limpieza con una comunicación clara sobre la responsabilidad de las personas en el cambio de hábitos y costumbres, mantenerse limpio, difundir normas de higiene y los graves riesgos de no aislarse.

En Singapur, el Primer Ministro Lee dio un discurso a la nación en los tres idiomas oficiales, al ver el pánico que generó el primer brote, entendiendo que la calma llega combatiendo la ansiedad social y psicológica con mensajes abiertos, honestos y transparentes. “Quiero hablar con ustedes directamente, para explicarles dónde estamos y qué puede ocurrir a futuro”, así dio inicio a una comunicación que ganó aplausos porque el pueblo entiende que su rol es seguir las medidas guardando la serenidad. Por otro lado, en Corea del Sur lograron cambiar, a raíz del virus, la creencia profunda llamada “noonchi” que significaba que ninguna enfermedad podía mantener al empleado alejado de su trabajo.

Como peruanos nos hemos enorgullecido por los Juegos Panamericanos, la gastronomía y muchos otros logros. Debemos ser optimistas en nuestra meta de poder cambiar las costumbres con un buen liderazgo y siendo creativos en la comunicación para llegar a todos los peruanos, incluidos a los que están zonas más alejadas en idioma quechua y aymara. También, usar nuestro talento creativo, por ejemplo, buscando prácticas asépticas con el uso del plástico o generando gel casero. En las crisis se generan oportunidades, y muchos países como Corea del Sur las vieron, nosotros también podemos.

Acciones para enfrentar la crisis en las organizaciones públicas y privadas.

Cuando se afronta situaciones rápidas e inciertas, debemos dejar de hablar de sugerencias para pasar a las acciones que nos permitan enfrentar las crisis. Seamos honestos y busquemos ponernos en el lugar de los demás peruanos que sienten ansiedad porque sus bolsillos están vacíos desde los primeros días del aislamiento. Las organizaciones serán valoradas si son lideradas con comunicación transparente y manejo de la crisis acertado. Las acciones son las siguientes:

  1. Un comité de crisis centralizado. En emergencias se necesita un equipo de respuesta a la crisis en todos los niveles.
    El jueves pasado, el presidente Vizcarra nos presentó un Comisión Multisectorial para combatir al virus. La tarea es compleja y las medidas se están haciendo sobre la marcha.
    El domingo 15, el sector empresarial formó un grupo de trabajado que incluye a los principales gremios de comercio, importación y exportación con el objeto de garantizar la cadena de suministro. Empresas vinculadas a los servicios y bienes esenciales que operan con normalidad cuentan con grupos especiales para contribuir en la atención de las necesidades de trabajo. Empresas vinculadas a servicios legales, consultoría, tecnología y otras, se encuentran adaptadas al teletrabajo, con lo cual se mantienen activas, sin embargo con pocas posibilidades de que esto les genere ingresos.
    Las organizaciones necesitan conformar equipos reducidos de cuatro a seis personas para liderar las crisis que enfrentan. Normalmente estos equipos suelen ser dirigidos por la alta dirección, e integran a los responsables de la producción, finanzas, recursos humanos, legal y comunicaciones. Si hay otras áreas de interés, se incorporan a otros ejecutivos para monitorear la evolución de la situación. Este comité se convierte en la fuente principal de información sobre la crisis. Debe ser lo más transparente y sucinto al momento de comunicar con el propósito de evitar la confusión.
  2. Tome contacto con sus empleados y exprese tranquilidad para transmitir esperanza.
    Los empleados es el grupo más importante. Esto lo tiene claro EsSalud, porque por ejemplo, ha organizado a sus equipos para el tamizaje (detección) de la enfermedad con medidas preventivas dirigidas a los adultos mayores. Cuando recién golpeo el coronavirus, la Presidencia de EsSalud dio un mensaje claro sobre todo de impacto al interior de la entidad. A medida que los empleados entienden lo que sucede, las comunicaciones fluyen mejor y se puede desmitificar diversas situaciones, tranquilizar a todos, dando esperanza para el futuro. Intentemos proporcionar información oportuna en lugar de esperar hasta saber todas las respuestas.
    Por el contrario, luego del mensaje del estado de emergencia, circula por las redes casos de la suspensión del vínculo laboral de trabajadores. Esta información genera ansiedad y resulta altamente peligrosa en momentos que debemos generar tranquilidad. Los medios juegan un rol importante y hay quienes hacen cacería irresponsable para generar rating sin investigar la facultad de la organización de operar según la norma de emergencia, como ha sido el caso de instituciones financieras.
    Algunas empresas en esta difícil coyuntura están encontrando el espacio para introducir la transformación cultural en sus procesos internos a fin de mejorar su comunicación en el espacio virtual con el uso de conferencias abiertas al público, sea por Linkedin, Facebook y webmeeting.
  3. Centrarse en la comunicación clave con los clientes sobre las medidas durante la crisis y soluciones propuestas.
    La comunicación con el cliente tiene una perspectiva distinta a la que realizamos con los empleados. Por ejemplo, Supermercados Peruanos envío una nota a los clientes indicando que Plaza Vea, Hiper y Vivanda incrementarán las cajas preferenciales para adultos mayores por ser el principal grupo de riesgo. Wong por su parte indicó que sólo se podrá comprar 2 artículos de primera necesidad por familia.
    El BBVA ha creado una línea de crédito especial para pymes por S/.2,500 millones para atender las necesidades de capital de trabajo en medio de los impactos directos e indirectos de la pandemia. Estas medidas sirven para atraer a clientes actuales y nuevos. Centrarse en la empatía en vez de tratar de crear oportunidades de venta, nos abre el espacio para volver a pensar nuestras estrategias institucionales de comunicación, publicidad y promoción.
  4. Comunicación responsable al accionista de los impactos y desafíos de la organización frente a la crisis.
    En la opinión de muchos expertos estamos frente a una inevitable recesión mundial lo que genera la necesidad de comunicar a los accionistas responsablemente el impacto del virus en las operaciones. Las relaciones con los inversionistas es un tema delicado y las decisiones complejas no son agradables para los accionistas.
    Es muy importante comunicar lo que se viene haciendo para afrontar el problema a corto plazo proyectando el fortalecimiento de la misión de las organizaciones a largo plazo.
  5. Mejora las relaciones con la comunidad apoyando en todo momento y brindando información a los medios, sobre todo con transparencia respecto a lo que está sucediendo en la organización.
    Las comunidades son aliados estratégicos de la organización y la crisis es el mejor momento para demostrarlo. La empresa norteamericana Headspace, que cuenta con técnicas de meditación y terapias del sueño, ha donado suscripciones a todos los profesionales de la salud que vienen sufriendo una inmensa presión y ansiedad con el brote del COVID-19.
    Ante la sensación de incertidumbre, los líderes deben mirar a la comunicación como el necesario acercamiento a las comunidades digitales. De otra parte, la información que pueden proporcionar las empresas mineras y de hidrocarburos es muy importante para evitar el brote en zonas alejadas.

Conclusiones

“Esta es una crisis de la economía y el mundo real, de la biología, y no de las complejidades financieras…cuando lo peor de la epidemia haya pasado, la gente volverá a la normalidad”, indica Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington. Dicha normalidad, se refiere a una nueva realidad en la cual los mercados seguirán funcionando con deudas, algunas quiebras y precios de activos ajustados.

Las organizaciones públicas y privadas deben actuar conjuntamente para salir de la crisis. Es una oportunidad de unión para cambiar costumbres. Debemos apoyar al Gobierno porque esta situación sólo se puede abordar de manera colectiva con alineamiento. En el libro “El costo de los derechos”, Holmes y Sustein nos dicen algo innegable: “El Gobierno sigue siendo el instrumento más eficaz disponible para que una sociedad políticamente organizada pueda perseguir sus objetivos comunes, incluido el objetivo de asegurar la protección de los derechos legales de todos”.

Esta crisis nos demuestra que no estábamos preparados como humanidad para emergencias de efectos globales. Una lección aprendida una vez derrotada la pandemia, será la importancia de que el mundo cuente con un gobierno global que pueda organizar eficazmente a los países en casos de pandemia, con órganos internacionales de mayor poder legítimo que respondan al suministro de pruebas fáciles, medidas uniformes de contención para los estados, apoyo financiero y comunicación social efectiva con protocolos inmediatos de crisis para actuar a favor de los demás. Lampadia




El gobierno debe explicar el problema económico

EDITORIAL DE LAMPADIA

El reclamo que le hace el Wall Street Journal al gobierno de Trump lo podemos hacer aquí para el gobierno de Vizcarra también. En efecto, el editorial de ese diario del sábado 21, titulado “sin liderazgo en la economía”, advertía que, así como la administración Trump parece por fin tener un buen equipo manejando la amenaza de salud creada por el coronavirus, no podía decirse lo mismo de los esfuerzos para enfrentar las consecuencias económicas de las medidas, que pueden llegar a ser insostenibles. Señala que nadie en el gobierno ha explicado bien cuál es el problema que se viene ni qué específicamente se va a hacer para resolverlo.

Dice el editorial: “Los gobiernos federal y estatales han cerrado la mayor parte de la economía estadounidense en un intento de reducir la propagación del coronavirus. Esto está creando una crisis de liquidez en la economía real en la medida en que las empresas cierran y sus ingresos se reducen. El gobierno tiene que abordar la crisis de liquidez que ha creado en las empresas privadas, o esto pronto se convertirá en un pánico de insolvencia en la medida en que las empresas entran en default, lo que se convertirá en una crisis bancaria”.  

Pero nadie en el gobierno ha explicado eso a la opinión pública. El editorial reclama que el presidente de la FED y el secretario de Tesoro formulen un diagnóstico de lo que está pasando, lo expliquen a la población e indiquen las prescripciones correspondientes y cómo éstas van a operar para resolver el problema.

Es lo mismo que se necesita acá. El gobierno está funcionado bien para manejar el problema de salud, pero precisamente mientras mejor se aplican las medidas sanitarias, mayor daño se causa a la economía. Las empresas de todo tamaño no saben cómo van a hacer para pagar a sus empleados y proveedores a fin de mes. Muchas irán a los bancos para pedir préstamos, pero éstos probablemente los nieguen ante la incertidumbre. Se han dictado algunas medidas para facilitar algo de liquidez y postergar pagos, pero lucen claramente insuficientes.

La ministra de Economía, el presidente del Banco Central de Reserva, la Superintendente de la SBS deberían salir junto con el presidente de la Asociación de Bancos explicando claramente cuál es el problema que se puede generar y cómo se va a afrontar y de qué manera habrá liquidez y no se romperá la cadena de pagos. Y cómo se está atendiendo, al mismo tiempo, las economías del sector informal.

Se necesita un pacto entre el Estado, los bancos y el sector privado. Tienen que reunirse y acordarlo. No podemos caer en una insolvencia generalizada. Sería catastrófico. Lampadia




La medicina personalizada

El gen humano, además de contener información que da forma a la estructura de nuestro organismo y por ende, nuestra apariencia física, también puede proveer indicios de las propensiones del ser humano hacia ciertas enfermedades que pueden ser mortales sin una prevención temprana en sus fases de desarrollo.

Así, el estudio de estos componentes por parte de la genómica está permitiendo el surgimiento de la denominada “medicina personalizada” que, si bien aún se encuentra en una etapa bastante prematura, promete ofrecer tratamientos acordes a la realidad genética de cada paciente, superando aquellas soluciones genéricas hacia las enfermedades ofrecidas por la medicina tradicional.

En un reciente artículo publicado por The Economist, que compartimos líneas abajo, se describen brevemente los avances que ha logrado la ciencia en torno a la medicina personalizada y los riesgos que enfrentaría su posterior consolidación, como es el exceso de información que podría incitar a las personas al pánico, al tratamiento excesivo o a la automedicación.

Es importante conocer los pros y contras de estos procesos innovadores en la medicina y evaluar la conveniencia de ser adoptados progresivamente por nuestro país en un futuro cercano. Ello teniendo en cuenta que el Perú, con las herramientas de la medicina tradicional, no se encuentra enfrentando desde su sistema público, provechosamente su crisis de salud. Lampadia

Medicina personalizada
La medicina se está enfrentando a la individualidad

Sus genes, entornos y actividades hacen que las personas sean diferentes

The Economist
12 de marzo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Neena Nizar tiene 42 años, es profesora de estudios de negocios y solo mide 1.22 cm de alto. Los extremos de sus huesos son suaves y flexibles: en una radiografía se ven deshilachados, como pinceles viejos. Durante su infancia y adolescencia en Dubai fue operada 30 veces. La fuente de su problema seguía siendo un misterio. En 2010, después de tres décadas de preguntas, finalmente recibió un diagnóstico: la condrodisplasia metafisaria de Jansen, una afección reconocida por primera vez en la década de 1930. Sus problemas provienen de una copia rota de solo uno de sus 20,000 genes.

La Dra. Nizar es de alguna manera muy inusual. Menos de una de cada 200 millones de personas tiene la mutación en el gen PTH1R que causa la enfermedad de Jansen. En otros sentidos, ella es como todos los demás. Aunque pocas personas tienen un defecto tan debilitante, la salud y la mala salud de todos están ligadas al contenido de sus genomas. Todos los genomas contienen arreglos de genes que producen trastornos psicológicos, cánceres, demencias o enfermedades circulatorias, ya sea más un problema o menos de uno. Todos tienen genes que los hacen mejores o peores en la metabolización de las drogas, más o menos propensos a beneficiarse de formas específicas de ejercicio, más capaces de digerir algunos alimentos que otros.

El mismo arreglo nunca se verá dos veces. Aunque para gemelos idénticos las diferencias son el colmo de la sutileza, cada uno de los 7,500 millones de genomas humanos que comparten el planeta es único. Esa diversidad irreducible representa un desafío para muchos de los mayores avances médicos del siglo XX, que se basaron en un enfoque único para todos. Personalizar la medicina es una oportunidad atractiva para mejorar.

Los buenos médicos siempre han tratado a sus pacientes como individuos. En los análisis de sangre del siglo XX, las radiografías, los escáneres corporales y otras herramientas de diagnóstico hicieron cada vez más visibles los detalles de los problemas particulares de cada paciente. Una reducción espectacular en el costo de lectura, o secuenciación, de las «bases» de ADN que componen la información genética humana está agregando un nuevo nivel de individualidad. Ahora es posible inspeccionar las diferencias genéticas con una facilidad previamente inimaginable y, por lo tanto, saber algo sobre las propensiones a la enfermedad mucho antes de que aparezcan los síntomas.

Nadie sabe exactamente cuántos genomas humanos se han secuenciado por completo, y los diferentes procedimientos de secuenciación leen el genoma en diferentes grados: hay descremas rápidas y estudios filológicos minuciosos. Pero el número está en millones. Para la década de 2030, es probable que la secuenciación del genoma sea tan rutinaria en algunos lugares como tomar hoy un pinchazo de sangre del talón de un bebé; incluso puede ser parte del mismo procedimiento. La ciencia del genoma se está convirtiendo en una cuestión de medicina práctica. Están llegando al mercado nuevas terapias que permiten ajustar o editar esta herencia genética.

Esta avalancha de datos permite que la medicina se vuelva más precisa y más personal; en muchos sentidos, las palabras p son dos caras de la misma moneda. Las enfermedades genéticas previamente reconocidas, como la de Jansen, se han rastreado a genes específicos y se pueden conectar a defectos en las proteínas que crean (casi todos los genes describen proteínas, y las proteínas realizan casi todo el trabajo químico del cuerpo). La mayoría de estas enfermedades son raras, ya que generalmente no afectan a más de una persona de cada 2,000 en la población general. Pero con más de 6,000 enfermedades tan raras ahora reconocidas, esto significa que son comunes en conjunto. En Gran Bretaña, una de cada 17 personas puede esperar sufrir una enfermedad rara en algún momento.

Los estudios de enfermedades genéticas no son solo un fin valioso en sí mismos. Comprender qué sale mal cuando una proteína específica está fuera de control puede revelar información básica sobre el funcionamiento del cuerpo que puede ser útil para tratar otras dolencias. Y la creciente comprensión de cómo grandes conjuntos de genes pueden contribuir a la enfermedad está haciendo posible elegir a los pacientes con mayor riesgo de enfermedades comunes como diabetes, afecciones cardíacas y cáncer. Eso ayudará a los médicos a personalizar sus intervenciones. En teoría, el aumento en el acceso a la información genética personal permite a los individuos calcular mejor estos riesgos y tomar medidas preventivas. En la práctica, hasta ahora, pocas personas parecen hacerlo.

La genómica no es la única fuente de nuevos datos de salud personal. Así como todos los genomas son únicos, también lo son las vidas que llevan todos esos portadores de genomas. El aumento en otras formas de datos sobre individuos, ya sea en otra información molecular de pruebas médicas, registros de salud electrónicos o datos digitales registrados por sensores baratos y ubicuos, hace que lo que sucede en esas vidas sea cada vez más fácil de capturar. El aumento de la inteligencia artificial y la computación en la nube permite analizar este torrente de datos.

Muévete libremente, pero no rompas las cosas

Estas posibilidades no están exentas de riesgos, inconvenientes y posibles decepciones. La capacidad de determinar qué ha fallado en un genoma no facilita su reparación. Además, a medida que la tecnología ayude a las personas a controlarse a sí mismas de más maneras, el número de «bien preocupados» aumentará y aumentará la atención innecesaria. Muchos podrían sufrir un daño real por un espejismo algorítmico.

Más allá de esto, la actitud de «moverse rápido y romper cosas» común en las empresas de tecnología se sienta incómoda con «primero, no hacer daño». Y los medios sin trabas, sin supervisión e inexplicables de acumulación de datos vistos en otras industrias que han sufrido transformaciones digitales se sienten incómodos con las preocupaciones sobre la privacidad médica.

Sin embargo, la naturaleza misma de la medicina significa que el futuro no será solo una cuestión de objetivos comerciales, culturas de investigación, destrezas tecnológicas, prácticas sensatas y regulaciones bien elaboradas. También estará sujeto a los intereses de conducción de individuos particulares de formas nunca antes vistas. El desarrollo de la investigación médica basada en genes en Gran Bretaña se vio profundamente afectado por la corta y difícil vida de Ivan Cameron, cuyo padre, David Cameron, hizo mucho por desarrollar la genómica cuando era primer ministro. Muchos de los que trabajan en este campo están impulsados por la pérdida personal.

Y luego están aquellos cuyos intereses se derivan de la forma en que sus propios genes dan forma a sus vidas. Gente como la Dra. Nizar, quien ahora está elaborando una nueva agenda de investigación para la enfermedad de Jansen. Solo puede haber 30 personas en el mundo que lo padecen. Pero dos de ellos son sus hijos, y tienen un dolor incesante. La ciencia sabe por qué; la medicina aún no puede ayudar. «Creemos en los milagros», dice ella. Ella también está trabajando para que uno suceda. Lampadia




Los riesgos de una nueva constitución en Chile

A poco más de un mes del referéndum que decidirá la creación de una nueva constitución en Chile (ver Lampadia: ¿Una nueva constitución en Chile?), The Economist brinda interesantes reflexiones sobre la pertinencia de esta decisión, a la luz de los logros del tan criticado modelo chileno y las demandas de las protestas que han vuelto a sacudir a nuestro vecino del sur en los últimos días.

Cabe resaltar de este análisis, la referencia que hace el popular medio británico respecto a cómo históricamente las izquierdas en América Latina han aprovechado este tipo de descontentos, cuyos orígenes están lejos del denostado “neoliberalismo”, para arremeter con nuevas cartas magnas e instaurar modelos fallidos con políticas trasnochadas en sus países.

Venezuela es el caso más emblemático al respecto, puesto que pasó de ser uno de los países más ricos de la región a finales de los años 90, a exhibir los peores índices de desarrollo humano a nivel mundial en gran parte por la constitución juramentada por Hugo Chávez, la cual ha posibilitado todas las nefastas políticas del actual régimen en las últimas dos décadas.

Como también enfatiza The Economist, si Chile toma este camino no solo se jugará este riesgo, sino también la posibilidad de contar con un equipo incompetente y sin la pericia suficiente para el diseño de una constitución que pueda ser si quiera viable en términos económicos y que sobretodo tome en cuenta los incentivos de los chilenos en temas tan importantes como el mercado laboral, las pensiones y el sistema de salud pública.

Como hemos comentado anteriormente y rescatando este análisis, la solución de Chile no pasa por cambiar su constitución, puesto que gran parte de las demandas de su gente está concentrada en la mala provisión de los servicios públicos y no en los marcos institucionales que rigen su economía de mercado. Estos últimos, por más que lo nieguen las izquierdas más recalcitrantes, han permitido todo el desarrollo de Chile experimentado en los últimos 30 años, cimentándolo como el país con mejores indicares económicos y sociales de la región, y con una clase media que abarca a por lo menos el 65% de la población, según recientes estimaciones del think tank chile Libertad y Desarrollo.

En tal sentido, se deben fortalecer las labores que competen al Estado y que en la actual constitución ya están claramente delimitadas como el brindar seguridad y salud pública de calidad.

Dicho esto, esperamos que estas reflexiones puedan calar en el electorado que irá al referéndum a llevarse a cabo el próximo 26 de abril y sopesen una vez más la idea de crear una nueva constitución. Podrían estar más cerca del socialismo de siglo XXI de lo que Chile nunca estuvo alguna vez. Lampadia

Una estrella empañada
Cómo reformar Chile

Una nueva constitución ofrece al país un camino para salir de la ira y el desorden

The Economist
14 de marzo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Durante gran parte de los últimos 30 años, Chile se ha destacado del resto de América Latina como un país que parecía estar haciendo la mayoría de las cosas bien. Combinaba una economía de mercado abierta con el estado de derecho, instituciones estables y una creciente provisión social. Las tasas de pobreza cayeron abruptamente y la mayoría de los chilenos se convirtieron en clase media por medidas oficiales. Por lo tanto, las protestas grandes, sostenidas y a veces violentas que han sacudido al país desde el pasado octubre han sido impactantes. Han cuestionado el éxito del «modelo chileno» y su futuro.

Lo que sucede ahora en Chile importa más allá de sus fronteras. Sus protestas, que se han reanudado este mes, son solo una manifestación del descontento que arrasa América Latina. Varios otros países también han visto protestas, aunque estas se han centrado principalmente más estrechamente. La elección de populistas contrastantes en Brasil y México en 2018 fue otra señal de ira. Así fueron las victorias de la oposición en las recientes elecciones presidenciales en toda la región.

No es difícil adivinar las causas de este descontento. América Latina ha experimentado un crecimiento económico escaso o nulo desde 2013. Sus nuevas clases medias temen tener menos oportunidades. La corrupción ha desacreditado a la clase política. Y existe una sensación generalizada de que la democracia no ha traído el mismo trato y el mismo acceso a los servicios básicos para todos los ciudadanos.

Varios de estos factores se aplican en Chile. La derecha identifica el problema como un crecimiento lento combinado con una clase media más exigente. Para la izquierda, las protestas son una rebelión contra la desigualdad y el «modelo neoliberal» impuesto por la dictadura del general Augusto Pinochet.

A primera vista, la queja de la izquierda es descabellada. Desde 1990, los gobiernos democráticos han hecho muchas reformas. Sin embargo, las principales quejas realmente se refieren a los legados de la dictadura: un sistema de pensiones privado que no ofrece seguridad en la vejez, un sistema de salud segregado y una sensación de impunidad para los ricos. Además, la violencia y el vandalismo han puesto en tela de juicio la capacidad del estado para mantener el orden público. La policía, una vez respetada y dejada para correr, se ha mostrado en los últimos años corrupta, brutal e incompetente. Necesitan ser completamente reformados.

En un esfuerzo por aplacar la ira popular, Sebastián Piñera, el presidente en conflicto, llegó a un acuerdo para celebrar un plebiscito el 26 de abril sobre si se debe organizar una asamblea para redactar una nueva constitución. Piñera, un ex empresario multimillonario, ha cambiado entre sonar duro y reconocer que Chile necesita grandes cambios. Como si estuviera regateando un acuerdo comercial, ofreció concesiones al margen en pensiones, subsidios de salud, etc. Se necesita un enfoque más audaz. Muchos chilenos quieren la promesa de un sistema de pensiones con una red de seguridad más fuerte y un sistema universal de salud pública. Eso significa permitir un seguro privado pero abolir los organismos de salud conocidos como Isapres, una invención de Pinochet, que drenan las contribuciones a un sistema privado de alto precio. También significa un compromiso para aumentar los impuestos, que son solo el 20% del PBI. Se deben pagar mejores servicios públicos.

¿Es esencial una nueva constitución para lograr estos cambios? Ha sido un mecanismo de la extrema izquierda en varios países latinoamericanos para tomar el control e imponer un modelo socialista (fallido). Pero a este respecto, Chile es diferente. Aunque muy enmendado, su constitución se califica de ilegítima por su origen bajo Pinochet. Las encuestas han demostrado durante mucho tiempo que dos tercios de los votantes están a favor de una nueva carta. La constitución existente es muy difícil de reformar. Las cuestiones de desacuerdo de rutina, como la atención médica y la educación, requieren una gran mayoría para cambiar.

Eso no es negar los riesgos. El 26 de abril, los chilenos votarán no solo sobre la creación de la convención constitucional, sino también sobre si esta debería ser totalmente elegida o compuesta en parte por legisladores existentes. El nuevo cuerpo puede sufrir de inexperiencia. Muchas constituciones latinoamericanas recientes han sido prolíficas y utópicas, repletas de «derechos» inasequibles y promesas de gastos. Pero Chile tiene salvaguardas. A menos que el nuevo documento sea aprobado por un voto de dos tercios de la asamblea y luego en un referéndum, la constitución existente permanecerá.

Sobre todo, la convención ofrece a Chile un camino para salir de su laberinto. La nueva constitución debería incorporar un nuevo contrato social. Debería eliminar los obstáculos para reformar la policía, brindar atención médica universal y regular las universidades privadas. Una población más sana y mejor educada sería más productiva. Una red de seguridad más fuerte alentaría a los trabajadores a ser más flexibles. Una nueva ley básica podría darle a Chile un nuevo comienzo, y a América Latina un nuevo modelo del cual aprender. Lampadia