Miente, Que Algo Queda

La izquierda y los negacionistas, aquellos que se la pasan predicando en contra de loslogros económicos y sociales alcanzados por el Perú luego de incorporarse a la economía de mercado, el comercio internacional y haber permitido el regreso de la inversión privada a las regiones, insiste en su prédica contra el camino al bienestar que estamos recorriendo. Semejante posición, de alguna manera,es darles las espaldas a los pobres, por privilegiar intereses políticos. La izquierda no solo se enfrentaasí al 70% de peruanos que votó contra la llamada Gran Transformación, sino a todos los organismos multilaterales y a las propias Naciones Unidas (ONU, BM, BID, CEPAL, FMI y otros).

Pero qué nos dicen el planeta y sus organismos internacionales:

Para no quedar solo en palabras, veamos unas cifras que ya hemos publicado en Lampadia, que nos muestran la gran diferencia entre el Perú que sufría de las políticas que la izquierda quiere restaurar, y el Perú reciente del crecimiento y la nueva clase media:

La verdad, sorprende el empecinamiento con el que la izquierda y sus adláteres se multiplican en los ataques. Es como si creyeran que están a punto de perder la guerra y llegan a extremos de decir “fuera Castilla” o que “es un topo del gobierno anterior”. Tal vez no les falte razón, en lo de perder la guerra, porque a pesar de todos los problemas internacionales y de la falta de claridad del liderazgo gubernamental, la economía peruana sigue avanzando y nuestra población va consolidándose hacia una estructura de ingresos que para el 2030 debería tener al 70% con ingresos medios de más de US$ 3,000 anuales por persona y otro 10% con ingresos altos de más de US$ 15,000 al año; y que para el 2050 debería tener el 50% y 40% respectivamente, solo 10% de pobres, según los estudios del HSBC-b, publicados en Lampadia. El mismo HSBC-a dice que para lograr este resultado debemos crecer al 5.5% por año y privilegiar las políticas que mejoren la educación, las instituciones, las infraestructuras y el clima de inversión(Agenda Pendiente).Ver proyección de la estructura poblacional:

No es aceptable que la izquierda quiera parar nuestro proceso positivo de desarrollo pro-pobre y, menos aún, que quiera sabotear el gran potencial de desarrollo integral que nos espera, si asumimos de una vez por todas, la agenda pendiente, y potenciamos la inversión productiva en minería, energía, bosques, acuicultura, agricultura y sus encadenamientos con un sector industrial y de servicios altamente competitivos. 




Eros y Tanatos

El Perú Real y el Perú Oficial vibran con diferente frecuencia. Así ha venido siendo en los últimos tiempos, pero la disonancia en que ahora se encuentran nuestros dos mundos es el anuncio de una profunda crisis que debemos para en seco.

El Perú Real, el de los ciudadanos y empresas, el de la gente común o de a pie, como quiera llamársele, sigue avanzando. Nuestra economía sigue creciendo, su influencia llega prácticamente a todo el país, como lo muestra Richard Webb en su último libro, Conexión y despegue rural. Después de haber superado la auto infligida recesión de  1998, durante los últimos 10 años, hemos iniciado un ciclo virtuoso que nos ha permitido avanzar en paralelo en los indicadores económicos y sociales a un ritmo sin precedentes. Hemos creado futuro para los peruanos.

Lamentablemente en el Perú Oficial, solo hay retroceso y deterioro. No solo se generan escándalos de corrupción, como con el desastre de Toledo y los comportamientos disfuncionales de una serie de congresistas, ya sea con los pollos, el oro, los cables, la apropiación ilícita de los ingresos de terceros, o la penetración de los agentes del narcotráfico; también se ha desatado una auto destructiva guerra de guerrillas entre los distintos estamentos de la política nacional.

El gobierno, pésimamente asesorado por un gabinete muy débil, inició y reiteró una actitud agresiva con buena parte de la oposición. Los sectores radicales, liderados por los antiguos colaboradores del gobierno, disparan misiles de profundidad contra la gobernabilidad y el modelo económico y, finalmente, la oposición, pierde la compostura y entra en el jueguito de todos contra todos en términos muy inadecuados.

Todo esto configura un escenario que solo puede llevar a una crisis generalizada, que puede incapacitarnos más allá de lo que podemos imaginar. Como no hay ninguna reacción contra esta especie de suicidio, desde ese mundo político, en uno de los mejores momentos de prosperidad en la vida nacional, no queda otra cosa que alentar a los ciudadanos, ojala desde las redes sociales, a gritar ¡basta!

¿De qué sirven los diálogos, si al mismo tiempo se torpedean las relaciones con los líderes de la oposición? ¿De qué sirven los buenos propósitos, si al mismo tiempo se descalifica al gobierno?

Es momento de llamar al orden. Aprovechemos una gran noticia que ha pasado casi sin destacarse: El Perú, según el Secretario General de las Naciones Unidas, es uno de dos países que han alcanzado los Objetivos del Milenio (ODM), tres años antes del plazo establecido en el año 2000.

Señores del gobierno, de la oposición y negacionistas radicales, este mérito es del país en su conjunto, no le pertenece al gobierno actual o al anterior y no puede ser negado por intereses pequeños del quehacer político.

Balance e inventario: El Perú ha agarrado viada hacia el bienestar, nadie tiene el derecho de descarrilarnos.




La izquierda apunta contra Ministro Castilla

La izquierda se ha propuesto pescar a río revuelto en la actual coyuntura intentando convertir el menor crecimiento de nuestra economía en una “crisis económica” que desemboque en un cambio del modelo. Los errores de comunicación del gobierno, sobre todo, en el asunto de las llamadas “vacas flacas” ayudan a los intereses de los zurdos. En todo caso, allí está la última encuesta de Datum, en la que el 61% de la población considera que estamos en “crisis económica”. Ni corto ni perezoso, Salomón Lerner Ghitis, de Ciudadanos por el Cambio y de FRENAIZ, pide la renuncia del Ministro de Economía Miguel Castilla argumentando que “impide que el Mandatario cumpla sus promesas” y que es un “topo del anterior del gobierno”.

El cinismo de Lerner es digno de ripley. ¿Acaso Castilla no fue su ministro de Economía cuando él era Primer Ministro? O, ¿acaso era un Primer Ministro  pintado en la pared?

Todo indica, pues, que Lerner y sus amigos pretenden seguir disputando espacios estatistas dentro del actual gobierno y de allí que enfilen sus misiles contra Castilla. Se trata de propaganda a favor del estatismo. En ese afán, la izquierda insiste con la maniobra confusionista de convertir el menor crecimiento en una falsa crisis.

Quizá valga entonces aclarar que es una crisis y quién es la madre  y el padre de la misma. En el artículo Quieren bajarle la llanta a la prosperidad mostramos con absoluta claridad qué significa una crisis. Por ejemplo, a fines de los ochenta teníamos  reservas internacionales negativas, hoy gozamos de más de 65 mil millones de dólares. Cerca del 60% de la población era pobre, mientras que ahora solo lo es el 25%. El ingreso per cápita era de  US$968 y ahora es más de US$ 6,600 y la mortalidad infantil ha bajado a la cuarta parte.  Semejantes cifras establecen las diferencias entre una crisis y una economía en crecimiento y prosperidad. Pero, ¿quiénes eran los padres de la crisis a fines de los ochenta? El estatismo y la falta de libertad económica que nos propone Lerner, a pesar de las actuales desgracias de Venezuela y Argentina. Y, ¿quiénes son los padres del crecimiento? Pues el mercado y la libertad.

Si en la última década crecimos por encima del 6% del PBI y el 2013 creceremos por encima del 5%, no existe ningún criterio económico para confundir la desaceleración económica con una crisis. En todo caso, los peruanos ya saben quiénes son los padres de las crisis económicas y todos contemplamos apenados los problemas de nuestros vecinos del eje bolivariano.

Ojalá nuestra izquierda aprenda pronto a pescar en los ríos de la prosperidad.




¡Irresponsables pretenden aprovecharse del caos!

El escándalo político nacional que desató la elección en el Congreso del Defensor del Pueblo y los miembros del Tribunal Constitucional (TC), causado, principalmente, por la voluntad obsesiva de Gana Perú y el oficialismo por controlar el TC, con la complicidad de Perú Posible, del fujimorismo y del devaluado PPC, de pronto, parecería ser parte de un juego maquiavélico que busca desprestigiar a la clase política, al Congreso y a las instituciones para generar el caos público e interrumpir el sistema democrático y la economía de mercado.

¿Alarmismo injustificado? De ninguna manera. Ya se conoce que sectores nacionalistas han comenzado a recolectar firmas para “cerrar el Congreso” en Chiclayo. En un reciente comunicado de Patria Roja en el  que se convoca a una revuelta nacional para este 27 y 28 de julio, se sostiene que “frente a la crisis del  Estado neoliberal se hace urgente y necesaria una nueva Constitución para refundar la república sobre nuevas bases”. Algo más. Nicolás Lynch de Ciudadanos por el Cambio, en un reciente artículoen La República, escribe lo siguiente: “una reforma política inmediata que la sociedad organizada le exija al Congreso y una Nueva Constitución, elaborada por una Asamblea Constituyente, que se elija el 2014…”.

Como se ve, por la boca muere el pez. Alguna mano negra o algún seguidor de Montesinos pretende sacarle partido al caos político desatado por el oficialismo palaciego y la torpe comparsa congresal. Al margen de la especulación de si todo esto fue causado adrede para interrumpir la democracia, es evidente que se quiere aplicar a pie juntillas el Manuel Bolivariano que pasa, precisamente, por generar crisis políticas y de representación, convocar a una Asamblea Constituyente e instaurar un autoritarismo que se perpetúa en el poder mediante reelecciones indefinidas. Así pasó en Venezuela, Bolivia y Ecuador.

En el colmo del delirio, Lynch agrega: “Hay que regresar al último acuerdo de paz entre los peruanos que es la Constitución de 1979…” ¿Cuál acuerdo de paz? ¿El de esa constituyente regimentada por las botas militares? ¿Se refiere a la hiperinflación incontrolable, las colas y escaseces  motivadas por el control de precios? O, quizá se refiera al hecho de que Sendero Luminoso controlaba una tercera parte del territorio nacional, asesinaba a autoridades locales, hacía volar edificios y casas en los pueblos más alejados y Tarata y Palacio de Gobierno. ¿A eso se refiere Lynch? Tanto delirio y tanta irresponsabilidad son difíciles de entender.

Los representantes del proyecto bolivariano usando el deterioro de la clase política (algo evidente y que nadie puede negar) pretende acabar con la democracia y la única institución que ha funcionado en el Perú: el mercado. Su enemigo real es la libertad económica consagrada en la Constitución de 1993, pero terminar con ella, solo es posible enterrando a la democracia. De allí la esencia autoritaria del proyecto bolivariano.

Tratar de comparar la Constitución del 93 con la de 1979 es como comparar el cielo con el infierno. Antes de los noventa no solo nos azotó la hiperinflación y el terrorismo, sino que nuestras reservas internacionales eran negativas, hoy suman  US$ 68 mil millones (ver artículo Quieren bajarle la llanta a la prosperidad). Otro dato para estremecernos: cerca del 60% de los peruanos era considerado pobre en tanto que hoy solo el 25%. La inflación promedio era de 1,187% mientras que ahora solo es de 2.5%.  ¿Cuál acuerdo de paz? La maniobra bolivariana es más que evidente.

El modelo político y económico peruano se ha caracterizado por un impresionante crecimiento económico, reducción de la pobreza y la desigualdad, pero ese desarrollo no ha sido acompañado por una eficiente gestión pública de los políticos y de las instituciones. Se puede decir, entonces, que el mercado ha funcionado, pero los políticos han fallado.

Necesitamos, pues, una reforma política para que el espacio público acompañe y potencie todos los círculos virtuosos del desarrollo y del bienestar general. Pero de ninguna manera podemos dejar pasar la maniobra bolivariana. Queda claro, pues, que la indignación de los peruanos contra la clase política también tiene que ser contra los animadores del proyecto bolivariano que pretende resucitar el viejo velasquismo que convirtió a la mayoría de peruanos en mendigos.

Deberíamos aprovechar esta crisis para reflexionar sobre los ajustes que requieren nuestras instituciones públicas, empezando por los partidos políticos (Ver: La Trampa del Corto Plazo) y la estructura del propio Parlamento. En un momento de dificultad, la gente de buena voluntad, tiene que saber sacra lo mejor de cada uno. ¡Ojalá estemos a la altura de las circunstancias! L




“El Perú puede ser un verdadero modelo para el resto del mundo”

“El Perú ha sido el país que me marcó”, nos dice Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial (BM), mientras lo entrevistamos durante una visita al distrito de Carabayllo, el domingo. “Era 1993, la época de Fujimori, y cuando subía a los cerros creían que era él y me llamaban ‘Chino’”, recuerda. Y es que el presidente del BM vivió en Carabayllo (nunca en hoteles) por largos períodos, durante 15 años.

 

Ni bien bajó del carro fue recibido efusivamente, abrazado y llenado de besos por las promotoras de salud y enfermeras que trabajaron con él. Jim Yong Kim es un médico y antropólogo estadounidense nacido en Corea del Sur, en 1959. Es el primer presidente del BM que no es banquero, financista ni político.

 

—Cuando fue nombrado presidente del BM usted estaba en Carabayllo y vuelve al cumplir un año en el cargo. ¿Por qué?

No podría venir al Perú y dejar de visitar Carabayllo. Esta es la forma en que me digo, a mí mismo y a mi equipo, que estas personas son la razón de nuestro trabajo, que no todo es financiamiento y altos niveles de política económica.

 

—En los 90, cuando el BM y el FMI celebraban medio siglo de existencia, usted protestaba en Washington. ¡Pedía que cerraran el banco…!

Sí, efectivamente. Quería que lo cerraran, pero debo decir que estoy contento de haber perdido esa pelea [risas].

 

—¿Cómo explica este cambio?

El banco de principios de los 90 era completamente diferente al actual. Antes se tenía la noción de que había que concentrarse en los fundamentos macroeconómicos y que esa era la única solución en cualquier país. Si miramos hoy a América Latina o África, veremos que la insistencia en sanear lo macroeconómico no estuvo mal y fue positivo. En los últimos cinco años, por ejemplo, no hay país africano con hiperinflación y Latinoamérica ha respondido bien a la crisis. Pero lo que no sabíamos era cómo focalizar en salud, educación, protección social, e integrar esas áreas con igualdad de género y sostenibilidad ambiental.

 

—¿Cómo logrará sus ambiciosas metas? Quiere que en 17 años no haya pobreza extrema y que la prosperidad sea compartida por el 40% más pobre.

No hay un solo plan, cada país es distinto. Lo importante es comprender que una organización sin metas claras ni plazos límites se pierde, no los hemos establecido, pues no tenemos un plan exacto de cómo llegar, no lo sabemos. Estamos obligados, sin embargo, a juntar todos los esfuerzos estratégicos y de enfoque para enfrentar los problemas. Tenemos que focalizarnos en ciertas áreas, pero hay gente pobre en todos los países. Si la meta fuera solo la extrema pobreza, nos enfocaríamos solo en aquellos lugares donde existe, pero cuando agregas la meta de potenciar la prosperidad compartida, entonces todos los lugares entran.

 

—¿Cómo se encuadra el Perú en ese foco?

En el Perú el número de personas en extrema pobreza es menor, pero hay una gran necesidad de mejorar la calidad de los servicios. Esto es algo de lo que habla a menudo el presidente Humala. El Gobierno Peruano es explícito en la noción de que no se crece para incluir, sino que se incluye para crecer. La  decisión de ser inclusivos es el punto más importante. El tema es cómo el banco puede ayudar a que se brinden mejores servicios en la selva o en las alturas. Quisiera que el BM colabore para poner en práctica un gran plan de inclusión. Somos el grupo que puede ayudar al Perú a resolver sus problemas más difíciles, porque trabajamos en 180 países y tenemos la capacidad de traer toda la experiencia de esos países, así como compartir la experiencia peruana con el mundo.

 

—Brasil atacó la extrema pobreza y los problemas subsisten. ¿Cuál es la explicación?

Es interesante ver lo que pasa en Brasil. Es un país exitoso al  haber eliminado buena parte de la pobreza extrema, pero ocurre que la gente va a querer más. Así funciona el mundo: apenas sacas a la gente de la pobreza, reclamarán.

 

—¿Por la calidad de los servicios?

Sí. Por eso en el BM nos focalizamos no solo en sacar a la gente de la pobreza, con algo tan básico como transferencias de dinero, sino en mejorar los servicios.

 

—Este año habrá cambios presupuestales en el BM alineados con sus nuevas metas. ¿Cómo afectará al Perú?

Lo bueno es que tenemos mucho más espacio para préstamos a tasas más bajas que las de China u otra fuente. Estoy muy abierto a hacer un programa mayor en el Perú, porque estoy convencido de que tiene la oportunidad de mejorar dramáticamente la calidad de los servicios y de ser un modelo para el resto del mundo.

 

— ¿Temas como la salud y la educación serían claves?

Ambos son fundamentales, pero no solo aquí. Los países con grandes ingresos tampoco han resuelto todos sus problemas en salud y educación.

 

—¿Qué se espera del Perú?

El Perú tiene un tremendo potencial comparativo porque sus porcentajes de inversión en salud y educación han sido relativamente bajos y el presidente Humala ha dejado claro que incrementará esa inversión. Me gustaría trabajar con el Perú y tratar de asegurar que el dinero invertido en salud y educación esté focalizado y sea efectivo. Una de las peores amenazas es la epidemia de construcción de hospitales. ¡A los políticos les encanta construir hospitales!

 

—En lugar de tener promotoras yendo a los hogares. ¿A esto se refiere?

¡Promotoras! Es exactamente lo que necesitamos, para brindar atención primaria y prevención. En ciertos países como en Rusia, donde hay una historia con la construcción de hospitales, van a tener problemas, pero en el Perú, donde hay las promotoras y existen iniciativas como las redes de mujeres, que incluso en los peores momentos del llamado fujishock se organizaron en cocinas comunitarias, clubes, hay un gran potencial. Eso está en el ADN del Perú. Estoy convencido de que debe aprovecharse y potenciarse ese ADN. Eso es lo que te da la mejor calidad de los servicios, al más bajo costo.

 

—¿Ve al gobierno conectado con esa perspectiva?

Estoy convencido de que el presidente Humala tiene un compromiso muy claro de mejorar estas  áreas, y Miguel Castilla es uno de los más solventes ministros de Economía de la región y del mundo. En mis reuniones con él –y hemos tenido varias– me ha impresionado la claridad con la que ve los argumentos económicos para priorizar estas inversiones.

 

— ¿Cómo enfrentará el obstáculo de la burocracia del BM y la de los países miembros?

Estamos embarcados en una reforma profunda en el grupo del Banco Mundial, con metas para reducir radicalmente el tiempo que nos toma hacer las cosas. Las burocracias se vuelven lentas de muchas maneras y por diversas razones. Hicimos un análisis y encontramos que el factor más importante de esa lentitud es atreverse a tomar riesgos.

 

— Otro gran obstáculo en el Banco Mundial ha sido la corrupción. Según un estimado conservador, solo en sobornos en las transacciones internacionales se pierde anualmente un billón de billones de dólares.

Nuestra historia para enfrentar la corrupción es relativamente reciente. En 1996 Jim Wolfenson fue el primer líder global que habló del cáncer de la corrupción. Todos los que estamos en el campo del desarrollo humano tenemos una gran deuda con Wolfenson por haber enfrentado la corrupción directamente. Hemos sido muy vigilantes en detectarla en nuestros proyectos.

 

 

 

“El Perú debería ser exportador de cultura”

 

—Su madre es una filósofa confuciana. ¿Cómo influyó en usted?

Mucho. Mi madre siempre ha sido una soñadora. Ella me introdujo a los escritos de Martin Luther King cuando era muy niño. Yo lo veía en las manifestaciones contra la guerra cuando tenía 8 o 9 años.

Ella quería poner grandes ideas en mi cabeza, pero al mismo tiempo mi padre era dentista y los dentistas son extremadamente prácticos.

En mi primer semestre, cuando regresé de Brown University, mi padre me recogió del aeropuerto

y me preguntó qué quería estudiar. Le dije que Filosofía y Ciencias Políticas y trabajar por la justicia social. Viró el carro y me dijo: “Mira, cuando termines tu residencia médica, puedes hacer lo que quieras. Ten primero una habilidad que nadie te pueda quitar. Tú eres un chino, nadie te va a dar nada: necesitas una habilidad”. Y estoy muy agradecido a mi padre porque tenía razón. Me dio una manera práctica de abordar la justicia social.

 

— Además de ser especialista en salud, usted es antropólogo. Quería preguntarle sobre la importancia de la herencia cultural. El Perú es uno de los seis países del mundo que es cuna de civilización; sin embargo, estamos en el último lugar comparándonos con países de igual tradición. ¿Encuentra esto relevante para el desarrollo?

Corea, donde nací, exporta mucha cultura y se ha orientado deliberadamente a convertirse en exportadora de su cultura. El Perú tiene una impresionante y maravillosa cultura ancestral y debería hacer lo mismo. Pienso que el Perú debe invertir en industrias culturales.

El Perú tiene oro, cobre y tantos minerales. ¿Pero qué va a pasar en diez, quince o veinte años? Los coreanos han desarrollado habilidades en los idiomas, el cine, la música, en industrias culturales que son las industrias del futuro. La “maldición de los recursos naturales” es que los países que los tienen no sienten la urgencia de desarrollar otros ‘clusters’. Corea del Sur tiene pocas riquezas naturales, todo quedó en el norte, entonces había urgencia por agregar valor. Los países con recursos naturales han sido los peores en reducir la pobreza. El Perú tiene que evitar la maldición de los recursos naturales. La cultura es una de las maneras de hacerlo.

 

 

 

Tuberculosis e inclusión: recuerdos de Carabayllo

En 1993 Jim Yong Kim vino al Perú a trabajar en un proyecto de lucha contra la tuberculosis de Partners in Health (PIH), una organización que fundó con Paul Farmer, otro experto.

Fue una experiencia pionera mundialmente, que mejoró los índices de curación de la tuberculosis resistente. La sede estaba en Carabayllo.

 

— ¿Qué lecciones le dejó su experiencia en Carabayllo?

Solo mirando la epidemia de tuberculosis puedes ver cuál es la situación para la gente pobre, en gran medida una enfermedad de la pobreza. Cuando vinimos al Perú, sabíamos que había mucha tuberculosis y habíamos oído que aquí estaba el mejor programa en América Latina. Por eso nos sorprendió encontrar tantos casos de tuberculosis resistente tipo MDR. Tuvimos una reunión Paul Farmer, Jaime Bayona y nuestras promotoras de salud, y ellas preguntaban ¿qué vamos a hacer?

¡Tenemos cincuenta casos! El Gobierno del Perú nos decía que si tratábamos un solo caso, nos expulsarían del país. No querían que interviniéramos. Paul era en ese momento –literalmente– la única persona que había tratado MDR en un país de bajos ingresos, el único especialista en el mundo. Y ellas le dijeron a Paul: “Estamos asustadas, ¿y tú?”. Él les dijo, nunca me voy a olvidar:

“Claro que estoy asustado. Pero estamos aquí y nuestra misión es la justicia social, y aquí están estos pacientes que nos necesitan”. Yo me dije en ese momento: este es un proyecto que puede cambiar la calidad de servicios que se debe ofrecer a la gente pobre.

 

— ¿Qué hicieron?

Paul decía “tratemos a diez pacientes”. Y yo le decía “podemos hacer de esto algo mucho más grande”. Existía la noción de que los pobres no merecen el tratamiento. Se asumía que la gente rica tiene una clase de tratamiento y los pobres otro, y por eso hacerse cargo de la gente más pobre, asegurar el buen tratamiento, que tengan comida, un lugar donde vivir, gente apoyándolos a lo largo de un tratamiento difícil, hacer todo eso es, en gran medida, un test para las sociedades. Si puedes hacer eso, puedes hacer todo para tu sociedad y para el mundo. Empezamos en 1994, obtuvimos fondos de la Fundación Gates en el 2000 y creo que el Perú sigue siendo el único país del mundo que ofrece tratamiento completo en TB-MDR para toda la población. Aún se puede mejorar mucho y hay mucho trabajo por delante, pero el presidente Humala puede enviar una señal importante a su propia gente y al resto del mundo continuando su compromiso de luchar contra la TB.

 

 

Publicado por El Comercio, 2 de julio del 2013




La economía no es una suma cero

En una reciente visita a Lima, Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, le dio en la yema del gusto a quienes siguen repitiendo el sambenito del modelo primario exportador. Aseveró que la economía peruana dependía en exceso de las exportaciones mineras y que no estaba diversificada. Algo más. Propuso que el Estado debería tener más de concentración y esfuerzo para buscar una mayor diversificación.

Según Ricardo Hausmann, “el Perú tiene un porcentaje altísimo de exportaciones mineras y primarias, no porque sea particularmente rico en esos recursos, sino porque no se han desarrollado las demás cosas ycreo que la política y la actitud chilena de dejar todo en manos del mercado no facilita la diversificación”. También afirma que, “la diversificación productiva requiere un poco más de concentración y esfuerzo del Estado de lo que supone el discurso oficial chileno y peruano”.

Sin embargo el señor Hausmann, hablando de memoria, no recoge la realidad.En economía se debe hablar con cifras. La Tabla Insumo Producto (TIP –  base 2007) elaborada por el INEI y presentada por el IPE señala que:

  • Minería e hidrocarburos aportan solo el 14.4 % del PBI
  • Manufactura contribuye con el 16.5%
  • Agricultura con el 6%
  • Servicios con un 49% de participación

Siendo rigurosos, se debe reconocer que minería e hidrocarburos solo contribuyen con una participación menor. Entonces, ¿dónde está el modelo primario exportador? Claro que no se puede negar que el 78% de los ingresos monetarios por exportaciones corresponden a productos tradicionales (sobre todo minerales, debido a incremento de precios),pero hay que saber distinguir  entre precios y volúmenes. En volumen (toneladas), entre el 2002 y el 2011, nuestras exportaciones no tradicionales han crecido en 222% mientras que las tradicionales solo aumentaron en 90%. Es decir, los sectores no primarios en comparación con los primarios han crecido más que el doble. Tal como dice Richard Webb, la economía peruana se está diversificando al galope.

Es evidente que la diversificación en el Perú se ha desarrollado en base a las fuerzas del mercado.Hausmann propone un mayor protagonismo del Estado y pone ejemplos de los países desarrollados. Es una idea que habría que considerar, pero estableciendo claramente un deslinde entre un estado colaborador y promotor de la inversión privada de un estado empresario cómo algunos pretenden impulsar.

Para ilustrar mejor este tema, presentamos a continuación las opiniones de tres distinguidos economistas peruanos que rebaten las afirmaciones de Hausmann:

Richard Webb

“Se exagera el peso de las actividades primarias. Según el BCR, estas representan solo el 15% de la producción nacional, y su crecimiento ha sido menor al de las actividades industriales, comerciales y de servicios. La economía peruana es más diversificada de lo que se cree, y la diversidad crece al galope”.

 

 

César Peñaranda

“Yo discrepo, si hay una diversificación de la actividad productiva y deberíamos continuar en el mismo esfuerzo ya que todavía no es suficiente. Hemos ingresado a nuevos rubros con mucha fuerza, como por ejemplo a la agroexportación, textiles y confecciones”.

 

 

 

 

Miguel Palomino

“El Perú es un país rico en recursos minerales ergo es razonable que exporte una gran cantidad de minerales. Las exportaciones de otros productos han crecido a un ritmo mucho mayor que las tradicionales. Claramente nos hemos venido diversificando, no es cierto que el Perú esté en una tendencia hacia concentrarse en algunos productos ni que hayamos perdido diversificación”.

Todos quisiéramos que nuestra economía siga diversificándose, el problema es que algunos, en vez de promover otras actividades productivas, ven la economía como una suma cero. Para desarrollar nuevas industrias no es necesario frenar al sector minero, que produce riqueza fortaleciendo a los demás sectores de la economía, y notoriamente al Estado que hoy goza de importantes recursos fiscales. (Ver artículo Recursos naturales: Bendición, no maldición).Como vemos no habría razones económicas para detener la minería. Todo parece indicar que detrás de este sambenito existirían otro tipo de motivaciones.

 

 




Bienvenido, Pedro Francke

Al fin el economista Pedro Francke ha entendido que el modelo económico peruano no encaja en los moldes en los que equivocadamente la izquierda trata de encajonarlo. Así lo acaba de dejar en claro en su artículo «Analizando el modelo primario-exportador» (Gestión, 4 de diciembre, 2012), en el que para el análisis del tema contrasta teoría económica para el desarrollo con la realidad del Perú. Vale, bienvenido Pedro.

Francke menciona la investigación de Sachs y Warner (1997) en la que se establece que » a las economías orientadas a la exportación de materias primas les va peor en cuanto a crecimiento económico».  Siendo que al Perú le ha ido y le va muy bien con el crecimiento,  no tendríamos una economía orientada a la exportación de materias primas. Las cifras: en la última década el PBI se cuadruplicó con un promedio anual de crecimiento de 6.4%. Además la pobreza cayó de 54.8% a 27.8%.

Francke también menciona la llamada «enfermedad holandesa» y la caída del tipo de cambio por el «extractivismo». Enseguida sostiene que «esta caída afecta negativamente a los sectores transables que tienen un mayor ritmo de aumento de productividad».  Si bien la apreciación del tipo de cambio es una fuerza negativa para la competitividad de los sectores transables, su impacto no ha inhibido la dinámica del sector. Entre el 2002 y el 2011,  las exportaciones no tradicionales crecieron 222% en volumen mientras que las tradicionales aumentaron solo en 90%.  

Francke invoca luego las tesis de Rodrik (2008) y afirma que «tipos de cambios reales más bajos tienen efectos negativos sobre la economía». Otra clara defensa del crecimiento peruano desde las orillas teóricas, pues el promedio anual de crecimiento de la economía en la última década ha sido de 6.4%.

Francke cierra con broche de oro sus argumentaciones a favor de los efectos virtuosos de nuestro crecimiento señalando que «parte de este efecto se puede explicar por el hecho de que las industrias extractivas generan poco empleo y por eso tienen menores efectos sobre la composición del empleo y los cambios estructurales hacia actividades de mayor productividad, que las actividades industriales donde los efectos de empleo son mayores».  En este tema las cifras son abrumadoras: entre el 2001 y el 2011 el empleo adecuado aumento en 96%. Es decir, 5 millones de peruanos consiguieron un trabajo de calidad mientras el subempleo caía en 20%. Algo más. El empleo ha crecido más fuera de Lima, el rural más que el urbano, y en la sierra y la selva más que en la costa.

Para fortalecer las implicancias de los mensajes de Francke, vale mencionar el nuevo cluster minero-industrial que genera más de 300 mil empleos formales directos. Según  un reciente informe del IPE, el sector minero crea 9 empleos indirectos por cada puesto minero directo, consume el 44% de los productos metálicos producidos por el sector manufacturero peruano y el 37 de la maquinaria y equipo, expresados como porcentaje del valor agregado bruto de la producción del sector.

Como se ve, Pedro Francke ha puesto sobre la mesa las principales teorías que alertan sobre el llamado «extractivismo» o «el modelo primario exportador» para confrontarlas con nuestra realidad. Esto demuestra que la economía peruana no califica para dichos epítetos.

 

«Al Perú le ha ido bien y le va muy bien con el crecimiento, no tendríamos una economía orientada a la exportación de materias primas»

«Entre el 2002 y el 2011, las exportaciones no tradicionales crecieron 222% en volumen»