Perú Libre, Castillo y Cerrón, engañan a los peruanos

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Haciendo honor a la tradición de la mentira como mecanismo para la toma del poder de los regímenes que han instalado el comunismo o el socialismo del siglo xxi, Perú Libre (PL) ha lanzado en provincias una campaña mentirosa y falseante para promover una asamblea constituyente que solo cuenta con el apoyo del 20% de la población.

Líneas abajo mostramos la transcripción del audio propalado por PL y nuestro análisis que desnuda las mentiras del partido de gobierno.

Veamos parte por parte:

Manipulación política

Las constituciones, la máxima norma de los estados democráticos, establecen su estructura, regulando la separación de poderes, sus controles y equilibrios. Fijan los derechos y libertades de los ciudadanos y limitan el poder del Estado en relación a los mismos. También pueden delimitar el sistema económico y establecer prioridades para el desarrollo de la sociedad.

Las constituciones no regulan las normas para la lucha contra la corrupción, esa tarea corresponde a los cógigos civiles y penales del sistema judicial.

Otra manipulación

Las constituciones no se cambian, se reforman. El espíritu de una Constitución es dar un marco de largo plazo para el desarrollo de los ciudadanos y las empresas.

Los países más desarrollados nunca cambian su Constitución. Esto solo se hace en países instables que dan dos pasos adelante y otro atrás.

Nuestra Constitución establece con precisión los mecanismos para hacer reformas. Eso no es un disfraz.

Mentiras abiertas

La Constitución de 1993 fue definida por el Congreso Constituyente Democrático, formado por 80 miembros elegidos democráticamente por todos los ciudadanos en elecciones libres, en representación de 10 partidos o agrupaciones políticas distintas.

Los constituyentes debatieron públicamente durante dos años, y la Constitución fue presentada al país para su aprobación mediante un referéndum que recibió el voto del 52.24 % de los peruanos.

Más mentiras y distorsiones

Con la Constitución de 1993, la capacidad productiva del Perú se multiplicó extraordinariamente en muchos sectores económicos, generando empleo a lo largo y ancho del país, y recursos fiscales que el Estado no supo emplear en los servicios públicos, muchas veces por corrupción.

El Estado tiene soberanía en todo nuestro territorio, especialmente después de haber derrotado al terrorismo del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso.

Ya no hay empresas públicas que generaban inmensas pérdidas económicas a todos los peruanos, daban muy malos servicios y eran el refugio de funcionarios corruptos.

Otra manipulación

Los peores monopolios son los que manejan los Estados, porque no están sujetos a ningún control.

El artículo 61° de la Constitución establece que “El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios”.

Salvo excepciones de menor impacto, en el Perú no se especula con los precios. Tenemos una economía social de mercado que establece la competencia abierta. Por ejemplo, los servicios públicos que se privatizaron, bajaron muy importantemente sus precios, mejoraron la calidad y cobertura de sus servicios; tal como les consta a todos los ciudadanos. Más  bien la especulación aparece cuando se controla los precios, porque se genera escasez.

Torciendo la realidad

Al contrario, la única manera de sostener los servicios básicos es tener un sector privado que invierta, crezca, genere empleo y recursos fiscales para que el Estado pueda mejorar la educación y salud públicas, invertir en infraestructuras y tecnología. Sin la generación de riqueza que produce la inversión privada, el Estado solo podría repartir pobreza.

La economía social de mercado es el sistema que permitió a Alemania salir de la Segunda Guerra Mundial para convertirse en una potencia global.

Nuestro sistema económico está a mitad de camino. Desde que se dio la Constitución de 1993, el Perú se recuperó de la condición de ‘Estado Fallido’.

Ver la siguiente evidencia:

No nos dejemos engañar, el afán por cambiar la Constitución es solo una maniobra para tomar el poder absoluto y someternos a un Estado mandón que no nos deje trabajar ni crear riqueza. Lampadia




Cambie ministros y abra la economía

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Continuando con nuestra misión de difundir las líneas de acción política que deben conducirnos a la prosperidad, en esta ocasión presentamos el reclamo ciudadano para que el gobierno de Castillo cambie su gabinete de ministros y oriente la economía hacia el exterior, promoviendo el comercio internacional y la inversión extranjera.

La encuesta de Datum que presentamos a continuación muestra claramente dichos reclamos, en la misma línea de pensamiento de la anterior que desarrollamos con Ipsos. Ver en Lampadia: Lejos del radicalismo – El ‘Pueblo’ piensa distinto.

Por ahora, la popularidad de Castillo se mantiene en 41%, pero la desaprobación de su gobierno ha aumentado 5% en un mes. Este nivel de popularidad es muy bajo para un gobierno tan reciente, que ya muestra a una población, o al ‘pueblo’, como dice Castillo, muy lejos de su prédica nacionalista, estatista y socialista.

En nuestra opinión, Castillo todavía tiene un cierto ascendiente en la población, pero se le está diciendo que corrija muchas de sus acciones de gobierno, de lo contrario su popularidad y la prosperidad de los peruanos se verán seriamente melladas.

Por ejemplo, en el siguiente cuadro, por sus acciones de gobierno, el 58% de los peruanos considera que no está capacitado para gobernar, con niveles de desaprobación por NSE, que van de 84% en A/B, 63% en C, 53% en D, y 52% en E.

Igualmente, el rechazo de la presencia de Cerrón llega a un 78% de la población, incluyendo un 66% entre los que votaron por él en la segunda vuelta.

Uno de los aspectos más dramáticos de su gobierno es el reclamo para que reemplace a sus ministros, que llega al 79%.

Contrario a la prédica oficial del gobierno, los peruanos consideramos que en los últimos 20 años, nuestras familias han mejorado. En el voto de investidura en el Congreso, Bellido reafirmó esa falseante narrativa de nuestras izquierdas retrógradas: “La Constitución de 1993, en 20 años, no solo no ha solucionado la situación de marginación de las mayorías, sino la ha profundizado… “.

Lo mismo, aunque en menor proporción se considera con respecto al conjunto del país.

Donde claramente, el gobierno está absolutamente desconectado del sentir ciudadano es en cuanto a la apertura al comercio internacional, pues el 73% de la población la considera buena para el país. Este se ve en todas las regiones, en todos los NSE e inclusive (en 80%) entre los que votaron por Castillo en la segunda vuelta.

Igual sucede, aún en mayor proporción, en cuanto a los beneficios de la inversión extranjera para los peruanos, que en un 83%, dice que sí trae beneficios, incluyendo al 81% que votó por Castillo, y por supuesto a todas las regiones y NSEs.

Ver la encuesta de Datum en el siguiente enlace: Estudio de opinión pública – Datum setiembre 2021 – LAMPADIA 

Una vez más, queda muy claro que los peruanos no favorecemos las acciones de gobierno de Castillo. Esperamos que el presidente sepa leer estas indicaciones y corrija el rumbo, por su propio bien y el de todos los peruanos. Lampadia




El ‘Pueblo’ quiere estar más integrado al mundo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Un estudio de “Opinión mundial sobre la globalización y el comercio internacional 2021” (Ipsos Global Advisor, en 25 países, por encargo del World Economic Forum), demuestra que los peruanos sí hemos aprendido de nuestra experiencia de los últimos 25 años, en que el comercio internacional, la inversión extranjera y la globalización, nos ayudaron a prosperar, bajando la pobreza, la desigualdad y formando una pujante clase media.

El Perú está a favor de más comercio internacional, más inversión extranjera y más globalización

Contrariando la narrativa política, académica y mediática de todas nuestras izquierdas, y especialmente la del gobierno de Perú Libre, Castillo y Cerrón, los peruanos, que no somos tontos, sabemos que solo podemos progresar creando riqueza, y que ésta no se crea cerrando la economía, sino integrándonos al mundo.

El 87% de nuestra población considera que expandir el comercio internacional es bueno. 

Como veremos en los siguientes cuadros, estos indicadores muestran que, a nivel mundial, somos los que más favorecemos el comercio, la inversión extranjera y la globalización.

No deja de haber un 46% de los peruanos que prefieren más barreras comerciales que limiten la importación de bienes y servicios extranjeros.

En el mundo 75% piensa que la expansión de comercio es buena, pero en el Perú esta consideración llega al 87%.

Veamos la tabla que muestra cómo el Perú destaca a nivel mundial, en comparación con países de todo el mundo, de América Latina, Europa, Asia y Africa.

El Perú es el país más favorable al comercio en el mundo:

El 73% cree que la inversión extranjera es esencial para nuestro desarrollo:

El 63% considera que la globalización es buena para el país:

Sin embargo, estando entre los más favorables a la globalización, en el Perú, desde 2019, este indicador ha disminuido en 17 puntos, mientras el promedio de 23 países lo hizo en 10 puntos.  

Globalmente, un promedio de 37% piensa que debería haber más barreras comerciales para limitar la importación de bienes y servicios extranjeros en su país vs. 27% que está en desacuerdo. En el Perú los datos son de 46% vs. 24%.

Los dos siguientes cuadros muestran el nivel de resistencia a la globalización.

Ver el estudio de IPSOS en el siguiente enlace: https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/00a72-opinion-mundial-sobre-la-globalizacion-y-el-comercio-internacional-en-2021.pdf.

Estos datos confirman los análisis que hemos producido recientemente en Lampadia para defender la presencia estructural de un pensamiento más moderno entre los peruanos. Veamos:

Los peruanos no queremos un país marxista, leninista, maoista ni mariateguista. Los peruanos sabemos que para prosperar tenemos que ser libres, ser ciudadanos del mundo y que nuestros gobiernos nos dejen trabajar. Lampadia




Camino al empobrecimiento general

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El Perú ha cerrado su segunda centuria con una década perdida. Ahora, de la mano del gobierno de Perú Libre (PL), en vez de corregir errores y retomar el camino de la prosperidad, nos encaminamos a profundizar las malas políticas públicas que dañaron nuestra economía y empobrecieron a nuestra población hasta que, en los años 90, con la Constitución de 1993, emprendimos el camino de la prosperidad.

En 1990, después de 30 años de un izquierdismo torpe, el Perú se tornó en un ‘Estado Fallido’:

  • La pobreza llegaba al 60% de la población

  • Los ingresos del Estado habían colapsado a 3.8% del PBI (de un PBI 8.6 veces menor que el de 2019)

  • Las empresas privadas más grandes facturaban US$ 600 millones anuales, cuando las de Ecuador facturaban más de US$ 1,500 millones por año

Con la Constitución del 93, hacia el 2011, el Perú era otro. Veamos algunos indicadores:

La primera década del siglo nos permitió fortalecer el desarrollo, promoviendo la inversión privada y la integración del Perú a los mercados globales.

Por ese entonces, en diciembre de 2010 escribí un artículo en el Diario 16, que recogía nuestros logros y anhelaba que los consolidáramos: ¡Qué buena década! – ¡Queremos otra! 

En el CADE de noviembre de 2013, presentamos un documento que recogía los avances económicos y sociales de esa primera década: LAS CIFRAS DE LA PROSPERIDAD. Entonces decíamos: 

“queremos reunir en un solo documento las cifras más significativas del asombroso progreso logrado por el Perú en los últimos 20 años. Los opositores políticos e ideológicos de nuestro modelo económico suelen atacarlo mediante “fotos” que muestran la realidad del país desde la perspectiva del vaso medio vacío. Al mostrar solo lo que está por hacerse, pretenden desprestigiar nuestro proceso de desarrollo, quebrando así, el gran potencial de alcanzar el bienestar general que tenemos todos los peruanos (…)”.

 

Lamentablemente, la segunda década del siglo fue una tremenda decepción. Desde el gobierno de Humala, el Perú perdió el norte y el ritmo de crecimiento. PPK no supo recuperarlo, más bien lo bajó aun más. Con Vizcarra y Sagasti, la cosa fue dramática, el primero nos hundió innecesariamente en una crisis múltiple, sanitaria, económica, social y política, que nos llevó a una de las peores performances de manejo de la pandemia y empobrecimiento en el mundo.

Lo de Sagasti no tiene perdón El se había preparado toda su vida para ser presidente del Perú, pero cuando el destino, es cierto que ayudado por manipulaciones políticas, le dio la oportunidad de ejercer la primera magistratura, se rodeó muy mal (excepto Waldo Mendoza), no hizo inventario y quiebre con las malas políticas de Vizcarra, y no supo explicarle al país la diferencia entre políticas públicas pro-desarrollo y los afanes meramente políticos.

Así malogramos diez años claves para consolidar el desarrollo integral, económico, social e institucional.

A pesar del mal manejo de la última década, hasta antes de la pandemia, con el brío de nuestra economía, logramos muy buenos indicadores de bienestar que:

“Demuestran una notable mejoría del bienestar en amplios sectores de la población. La prosperidad ha aumentado, la desigualdad ha caído y los pobres han visto elevar su nivel de vida. Y, a diferencia de otros episodios de crecimiento en la historia del Perú, el progreso no ha estado limitado geográficamente; más bien, el sector rural, tanto como el sector urbano, se ha beneficiado, como lo ha hecho la mayor parte del interior del país, además de Lima y las ciudades de la costa”.

CATO Institute: La prosperidad sin precedentes del Perú.

Para la desgracia de nuestros pobres, ahora nos encaminamos a otro lustro perdido -si nos aseguramos que Perú Libre se retire del gobierno en julio de 2026. Más allá de la campaña política, PL ha mostrado, en sus nombramientos y anuncios, graves enfoques de gobierno. Se muestra imbuido por ideologías fracasadas a lo largo de la historia, en todo el mundo, desconoce todas las políticas que reducen la pobreza y la desigualdad, pues su único afán es lograr el control político absoluto del país.

PL insiste en: 

  • Llevarnos hacia una asamblea constituyente que paralizaría al país por tres años y desordenaría las buenas políticas públicas resultantes de la probada Constitución de 1993.

  • Malograr nuestra aún incipiente Economía Social de Mercado, que permitió que Alemania salga de la Segunda Guerra Mundial para encaminarse a ser una de las mayores potencias globales.

  • Desalentar nuestra integración a los mercados globales, que han explicado importantes inversiones y empleo adecuado de millones de peruanos.

  • Descuidar las urgentes reformas de la salud y educación públicas, promoviendo un Estado empresario.

  • Ignorar la importancia del sector privado para el desarrollo, incluso dejando de mencionarlo en el discurso de investidura.

  • Atizar las diferencias entre peruanos, fomentando la lucha de clases, el racismo y resentimientos, para construir chivos expiatorios que les permita ocultar sus fracasos.

  • Gobernar con personajes cuestionados por sus vínculos con el criminal terrorismo que asoló nuestro país hasta mediados de los años 90.

  • Instaurar un Estado anti-meritocrático y patrimonialista que fomente el amiguismo en la función pública. 

Desde el lado más formal del gobierno, nos han presentado sus proyecciones económicas para los siguientes cuatro años. 

En los siguientes cuadros se pueden apreciar los principales supuestos y resultados del Marco Macroeconómico Multianual 2022 – 2025 (MMM) del gobierno de Perú-Libre.

En nuestra opinión, las proyecciones del gobierno pecan de optimistas, siendo absolutamente mediocres.

  • Como hemos comentado, el gobierno está desordenando la economía y malogrando las expectativas de los agentes económicos, ciudadanos y empresas. 

  • Está frenando nuestro potencial de inversión, e inhibiendo la revolución productiva que el Perú tiene condiciones estructurales para desarrollar. 

  • Solo la ceguera política y la mediocridad de nuestras autoridades, explica que apostemos a un crecimiento de 4%, cuando podríamos apuntar a crecer entre 6 y 8% por año.

Hace no muchos años, el HSBC consideraba que el potencial del Perú era tal, que podía ubicarse como la economía número 26 del mundo, con una clase media consolidada en 60% el 2025 y 70% el 2030. Miremos lo que en Lampadia llamamos: La Curva de la Prosperidad, a la que ahora estamos renunciando.

No podemos olvidarnos que con buenas políticas públicas, el Perú podría lograr resultados muchísimo mejores.

El Consejo Fiscal (CF) y Jorge Baca Campodónico (ver: Mal de Muchos, Remedio de Tontos), también consideran que las proyecciones son optimistas [dentro de su mediocridad], y olvidan destacar nuestro gran potencial de desarrollo. 

No nos dejemos encerrar en un marco de mediocridad. 

Con el gobierno de Perú Libre estamos yendo a un empobrecimiento general y renunciando a la PROSPERIDAD.

Lampadia




¿Sociedades más mediocres?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Las nuevas generaciones estarían siendo capturadas y deformadas por las redes sociales, los juegos electrónicos y los beneficios económicos gozados tempranamente.

El periodista y académico uruguayo Leonardo Haberkorn renunció a seguir dando clases en la carrera de Comunicación en la Universidad ORT de Montevideo con un mensaje conmovedor: “Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez. Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla. Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies”.

Esto también se puede percibir con claridad en el mundo del deporte. Como comentó Edmilson (campeón mundial con Brasil en el Mundial 2002) en una entrevista en el programa Al Ángulo: desde hace algunos años en Brasil existe una clara disminución en la cantidad de niños que juegan fútbol en las calles, playas y canchas públicas. Hoy día, los niños dedican más tiempo a los videojuegos y espacios en internet, que al juego físico de fútbol. Para Edmilson, esto es un claro indicador del decreciente nivel futbolístico de la selección brasileña durante los últimos años.

Este menor nivel de esfuerzo y dedicación de tiempo, también se puede observar en el tenis. Siendo un deporte individual, se nota claramente como hoy las nuevas generaciones siguen sin imponerse sobre los veteranos. Hasta hace pocos años era muy raro que un jugador de más de 30 años gane un torneo de Grand Slam. Hoy en día sólo existe un jugador activo menor de 30 años que haya ganado un torneo Grand Slam. De los últimos 18 torneos, 17 han sido ganados por jugadores de 30 años o más.

En el Perú necesitamos hacer los mayores esfuerzos posibles para recuperarnos de las múltiples crisis creadas por Vizcarra y sus secuaces alrededor de la pandemia, aparentemente como parte de una estrategia pre electoral, que nos llevó a elegir un gobierno manifiestamente incapaz de asumir ese reto, pues su orientación es principalmente ideológica y política.

Lamentablemente hemos terminado con autoridades que pretenden:

  • Imponer una asamblea constituyente para concentrar el poder e intervenir la economía
  • suspender la meritocracia en el magisterio,
  • demorar la educación presencial,
  • malograr el comercio internacional -nuestro único camino a la prosperidad,
  • contaminar el turismo con más ideología,
  • alejarnos de socios desarrollistas y acercarnos a los más fracasados,
  • perder la confianza de propios y extraños,
  • y encomendar la gestión pública a los menos capaces, empezando con varios de los nuevos ministros

Ojalá logremos que la sociedad civil siga reaccionando y presione al gobierno a enmendar entuertos. ¡No queremos mediocridad!

Líneas abajo comparto el testimonio del profesor Leonardo Haberkorn, que muestra la degradación de una sociedad que cada día se esfuerza menos en aprender y dar todo de sí.

El periodista y académico uruguayo Leonardo Haberkorn renunció a seguir dando clases en la carrera de Comunicación en la Universidad ORT de Montevideo, mediante esta carta que ha conmovido al mundo de la Educación:

Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez. Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla. Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies.

Claro, es cierto, no todos son así. Pero cada vez son más. Hasta hace tres o cuatro años la exhortación a dejar el teléfono de lado durante 90 minutos -aunque solo fuera para no ser maleducados- todavía tenía algún efecto.

Ya no. Puede ser que sea yo, que me haya desgastado demasiado en el combate. O que esté haciendo algo mal.

Pero hay algo cierto: muchos de estos chicos no tienen conciencia de lo ofensivo e hiriente que es lo que hacen. Además, cada vez es más difícil explicar cómo funciona el periodismo ante gente que no lo consume ni le ve sentido a estar informado.

Esta semana en clase salió el tema Venezuela. Solo una estudiante entre 20 pudo decir lo básico del conflicto. Lo muy básico. El resto no tenía ni la más mínima idea. Les pregunté si sabían qué uruguayo estaba en medio de esa tormenta. Obviamente, ninguno sabía.

Les pregunté si conocían quién es Almagro. Silencio. A las cansadas, desde el fondo del salón, una única chica balbuceó: ¿No era el canciller? Así con todo. ¿Qué es lo que pasa en Siria? Silencio.

¿Qué partido es más liberal, o está más a la «izquierda» en Estados Unidos, los demócratas o los republicanos? Silencio. ¿Saben quién es Vargas Llosa?

¡Sí! ¿Alguno leyó alguno de sus libros? No, ninguno. Lamento que los jóvenes no pueden dejar el celular, ni aún en clase. Conectar a gente tan desinformada con el periodismo es complicado.

Es como enseñar botánica a alguien que viene de un planeta donde no existen los vegetales. En un ejercicio en el que debían salir a buscar una noticia a la calle, una estudiante regresó con la noticia de que todavía se venden diarios y revistas en las calles.

Llega un momento en que ser periodista te juega en contra. Porque uno está entrenado en ponerse en los zapatos del otro, cultiva la empatía como herramienta básica de trabajo.

Y entonces ve que a estos muchachos -que siguen teniendo la inteligencia, la simpatía y la calidez de siempre- los estafaron, que la culpa no es solo de ellos. Que la incultura, el desinterés y la ajenidad no les nacieron solos.

Que les fueron matando la curiosidad y que, con cada maestra que dejó de corregirles las faltas de ortografía, les enseñaron que todo da más o menos lo mismo.

Entonces, cuando uno comprende que ellos también son víctimas, casi sin darse cuenta va bajando la guardia.

Y lo malo termina siendo aprobado como mediocre; lo mediocre pasa por bueno; y lo bueno, las pocas veces que llega, se celebra como si fuera brillante. No quiero ser parte de ese círculo perverso. Nunca fui así y no lo seré.

Lo que hago, siempre me gustó hacerlo bien. Lo mejor posible. Y no soporto el desinterés ante cada pregunta que hago y se contesta con el silencio. Silencio. Silencio. Silencio. Ellos querían que terminara la clase. Yo también. Lampadia




No se puede descuartizar el MINCETUR

EDITORIAL DE LAMPADIA
PABLO BUSTAMANTE PARDO
DIRECTOR DE LAMPADIA

El gobierno de Castillo planea descuartizar el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, que ha concentrado funciones claves para el crecimiento de nuestra economía y la reducción de la pobreza durante los últimos 25 años.

Lo que están planteando es regresar las oficinas comerciales a la Cancillería, las funciones de comercio exterior a Produce y el turismo al ministerio de Cultura.

Un descuartizamiento que tiene por propósito quebrarle el espinazo a nuestra economía. El Perú solo puede generar riqueza trayéndola desde el exterior, ya sea mediante nuestras exportaciones o mediante el turismo.

Nuestra economía es muy pequeña para sustentar nuestras necesidades de recursos para mejorar la salud, la educación, las infraestructuras y la tecnología.

El comercio exterior permite multiplicar por 100 los mercados a los que los peruanos podemos acceder para ser prósperos.

Con estas acciones, se está haciendo evidente que el gobierno de Castillo planea destruir nuestra economía y empobrecernos a todos, para instaurar un poder hegemónico y absoluto que reine en medio de la pobreza generalizada, como es hoy día en Cuba y Venezuela.

Los peruanos no hemos elegido a un Inca, que detente poderes absolutos en medio de pueblos sojuzgados. Hemos elegido un Presidente Constitucional que gobierne bajo el imperio de la ley y se comprometa en la permanente búsqueda del bien común.

Hacemos nuestro el comunicado de los ex ministros de comercio exterior y turismo.

Lampadia




Necesitamos un Estado eficiente y eficaz

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gran fracaso de los últimos 30 años en el Perú, ha sido no haber logrado un Estado eficiente y eficaz, que acompañara la gran revolución desarrollada por el sector privado en el ámbito productivo.

El Estado peruano, desde los gobiernos nacionales, regionales y municipales, ha saboteado el desarrollo integral del país, trabando y entorpeciendo las actividades de los ciudadanos y de las empresas, además de haber propiciado la corrupción, especialmente desde los gobiernos sub-nacionales.

El año 1990, después de 30 años de un izquierdismo torpe, el Perú se tornó en un ‘Estado Fallido’:

  • Los ingresos del Estado habían colapsado a 3.8% del PBI (de un PBI 8.6 veces menor que el de 2019)
  • La pobreza afectaba al 60% de la población
  • Las empresas privadas más grandes facturaban US$ 600 millones anuales, cuando las de Ecuador facturaban más de US$ 1,500 millones por año

Desde entonces, con normas más modernas y predictibilidad de las políticas públicas, esencialmente, de la mano de la Constitución de 1993, el sector privado se volcó a invertir, liderando el crecimiento de la economía, aumentando los ingresos de los trabajadores, e incrementando sustancialmente los ingresos del Estado. La inversión se dirigió mayormente a las regiones, generando mayores incrementos de ingresos que en Lima, incluyendo al sector rural. Ver en Lampadia: Las cifras de la prosperidad y La prosperidad sin precedentes del Perú.

En sentido contrario al del sector privado, que buscaba mejorar su productividad, el Estado se burocratizó, multiplicó leyes y normas y malgastó sus importantes nuevos y abundantes ingresos, en obras faraónicas, o inconclusas y en corrupción, especialmente en las regiones.

Entre el año 2000 y 2020, la burocracia pura, excluyendo a los maestros, médicos, enfermeras, jueces, fiscales, militares y policías, creció en diez veces.

En el mismo período, el presupuesto del sector de salud, el más sencible a las necesidades de la población, creció en siete veces en términos reales, mientras la calidad del servicio se deterioraba y la corrupción crecía, con médicos que se ausentaban a sus consultas privadas, se malograban los equipos para vender servicios individuales y se saboteaban los mejores desarrollos, como los de los hospitales de bata blanca de Essalud, que no se puedieron replicar desde hace más de diez años.

Lo que necesita el Perú es priorizar la mejora de la calidad de los servicios públicos de salud y educación, desrrollando una gran reforma del Estado, que instale procesos eficientes y transparentes y meritocracia, convocando a los mejores profesionales. Para eso hay que pagar bien a los funcionarios públicos, todo lo contrario de lo que ahora plantea el gobierno de Castillo.

Veamos al respecto, el reciente informe del IPE:

LOS PERJUICIOS DE TENER SALARIOS MENOS COMPETITIVOS EN EL SERVICIO CIVIL

Instituto Peruano de Economía (IPE)
Teodoro Crisólogo, Fernando Gonzáles y Rodrigo Chang
12 de agosto del 2021

Desde el periodo de campaña electoral, el actual Presidente de la República Pedro Castillo ha señalado, en múltiples ocasiones, que en su gestión implementará medidas para terminar con las “planillas doradas” de funcionarios en el Estado. Recientemente, este planteamiento se ha materializado a través del anuncio de la reducción de las remuneraciones de los congresistas, ministros y altos funcionarios del sector público a la mitad.  Esta propuesta, además de posiblemente traer consecuencias vinculadas a una mayor corrupción y menor calidad en los servicios públicos, representa una interrupción de los esfuerzos que han venido desarrollándose para modernizar la gestión  pública a través de un servicio civil cada vez más profesional y meritocrático.

Antecedentes

Durante los  últimos quince  años,  las  remuneraciones de  los  cargos  directivos del  Estado  han  estado expuestas   a la  falta   de  continuidad en  la  ejecución de  políticas salariales que  faciliten la  retención y atracción de talento al sector  público.

Entre el 2006 y 2011, durante el segundo gobierno de Alan García, se redujeron los sueldos de los ministros de Estado de S/  42,000 a S/  15,600 con  la  finalidad de implementar medidas de austeridad en  el  gasto público. El recorte remunerativo fue también aplicado para el caso de congresistas, presidentes regionales, alcaldes, consejeros regionales y regidores. Más adelante, durante el gobierno de Ollanta Humala se revirtió parcialmente esta medida a través del aumento de los sueldos  de los ministros a S/ 30,000, nivel salarial que se ha mantenido hasta la actualidad.

Recientemente, en el año 2020, se redujeron de manera temporal las remuneraciones de altos funcionarios públicos durante los meses de junio, julio y agosto, con el objetivo de orientar recursos hacia la ejecución de acciones de mitigación para frenar la propagación del COVID-19. Aquellos funcionarios con sueldos entre S/ 15,000 y S/ 20,000 tendrían una reducción del 10% de su salario, mientras que en el caso del personal con una remuneración por encima de S/ 20,000 el descuento fue del 15%.

Es necesario   resaltar que  los  altos  funcionarios del  sector   público no  sólo  comprenden a  ministros, congresistas, gobernadores regionales o alcaldes,  sino  también a servidores públicos que  laboran en el Estado bajo los esquemas de contratación que brindan el Fondo de Apoyo  Gerencial  (FAG), y el régimen de Personal Altamente Calificado (PAC). Es una práctica usual en la gestión de recursos humanos en  entidades públicas  que los gabinetes de asesores y los directores generales  de los ministerios, así como los gerentes o directores sectoriales de  los  gobiernos regionales o municipalidades, se encuentren contratados bajo estas modalidades que ofrecen remuneraciones que van desde los S/ 8,000 hasta los S/ 25,000.

¿Son competitivos los salarios del sector público en el Perú?

La  propuesta  de   reducir  las   remuneraciones  para   cargos   directivos  en   el   sector   público   asume implícitamente que estos deben  estar  dispuestos a ganar salarios  menores  a los que podrían recibir en el sector  privado, ya que su principal motivación tendría que estar  asociada al servicio del país. Si bien este supuesto puede ser razonable, diferencias muy significativas entre los sueldos del sector público y privado podrían ir en contra de la atracción de personal calificado para desempeñar funciones clave al interior de la burocracia gubernamental. En efecto, la evidencia a nivel internacional apunta a que en realidad la mayoría de los países cuentan con un servicio civil que ofrece una mayor competitividad salarial que en el sector  privado.

Según cifras recopiladas por el Banco Mundial con datos al 2015 – sobre la base de un análisis de encuestas de hogares en 72 países – lo trabajadores del  sector público a nivel global reciben un  beneficio salarial de 9% en  comparación  con  los  empleados  asalariados  en  el  sector   privado  que  poseen   características demográficas y niveles de calificación similares.

Esta figura se replica en el caso de algunos países de América Latina como Brasil, Chile y Colombia, donde – en promedio – los trabajadores reciben un 23% de salario adicional si deciden participar en el mercado laboral a través de entidades del sector público en vez de asumir cargos con niveles de responsabilidad equivalentes en el sector privado. Por el contrario, el sector público en el Perú impone una penalidad salarial de 8% a aquellos trabajadores que optan por desempeñarse como funcionarios del Estado. Más aún, la brecha remunerativa es mayor para el caso de cargos que demandan un alto grado de instrucción profesional como gerentes o personal de alta dirección, donde las pérdidas salariales llegan hasta el 52% del sueldo que se podría percibir como trabajadores similares en empresas privadas.

De esta manera,  el recorte de sueldos de altos  funcionarios del sector  público planteado por el Presidente Castillo podría volver incluso menos atractivas estas plazas para el personal con  las  mejores calificaciones y, por  el contrario, ocasionar una fuga  de talentos desde entidades gubernamentales hacia  empresas  del sector  privado.

En esa línea, de acuerdo con Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama, reducir los salarios de los ministros a  la  mitad  no   resulta   competitivo  con   las  remuneraciones  que   ofrecen  los   organismos internacionales o  el  sector privado a las  personas con  perfiles para ocupar estos cargos. Una potencial consecuencia de la reducción de los salarios ministeriales sería una escala remunerativa menos competitiva para funcionarios de menor jerarquía, lo cual generaría desincentivos para retener y atraer a personal técnico calificado en el sector público.

Mayor corrupción y peores servicios públicos

El Centro de Recursos Anti-Corrupción (2009) revela que en el caso de países en vías de desarrollo una de las   consecuencias    que   trae    consigo    la   persistencia de   salarios    para  funcionarios  de   entidades gubernamentales en   niveles bajos es la  reducción en   la  eficiencia y productividad en   la  provisión de servicios básicos, además de crear  incentivos y oportunidades para  la corrupción y el uso inadecuado de los recursos  públicos.

La lógica detrás de esta conclusión es que los servidores públicos mal remunerados encuentran diferentes estrategias – basadas en su mayoría en el clientelismo y la creación de situaciones favorables a conflictos de interés – para compensar sus bajos salarios, en línea con lo sugerido ya previamente por los trabajos de Becker y Stigler (1974) y también de Akerlof y Yellen (1994).  Además, con sueldos poco competitivos frente al sector privado, es limitada la capacidad que podría llegar tener el servicio civil para atraer y retener a recursos humanos con altos niveles de calificación, motivación y ética profesional, lo cual perjudicaría a la calidad  en la provisión de servicios públicos (Gindling  y otros,  2020).

En el caso peruano, una medida como el recorte de salarios de los altos funcionarios del sector público podría acentuar los problemas que exhibe en materia de corrupción y la calidad de los servicios básicos que brinda el Estado.

Según estimaciones de Shack y otros (2020), en el 2019 el perjuicio económico generado por la corrupción y la inconducta funcional ascendió a cerca de S/ 23 mil millones, lo cual representa aproximadamente a 3% del PBI y al 15% del presupuesto público ejecutado durante ese periodo. Al desagregar este cálculo a nivel subnacional, los autores encuentran que las pérdidas por corrupción han sido mayores – en promedio – en aquellas regiones que presentan un menor nivel de desarrollo económico y social.

Contrarreforma del servicio civil

La reducción salarial del personal de alta dirección del sector público también iría en contra de los avances que ha mostrado el servicio civil en el Perú desde la década de los 2000.

En efecto, de acuerdo  con el Índice  de Desarrollo del Servicio Civil  (IDSC) elaborado por  el BID, el puntaje obtenido por  Perú  pasó  de  15  a 41  puntos   entre  el  2004 y 2015, uno  de  los  mayores crecimientos registrados entre  los países de América  Latina  analizados. No obstante, los niveles alcanzados aún sitúan al servicio civil peruano en un grado de desarrollomedio – entre 40 y 59 puntos en el IDSC – según la clasificación del BID, por debajo de otros países como Chile y Brasil, que son calificados como sistemas profesionales para la gestión de servidores públicos – con puntajes que oscilan entre 60 y 100 puntos.

Al comparar el desempeño del Perú respecto de Chile en los criterios de análisis del IDSC, se encuentra que uno los aspectos de mayor rezago es la gestión de las compensaciones de los servidores públicos. En este subsistema, a pesar de los recientes avances, el Perú alcanza un  puntaje que refleja un  bajo nivel de desarrollo, afectado en la práctica, tal como señala Iacoviello (2015),  por una baja competitividad salarial y la ausencia  de una coherencia estratégica en la determinación de las remuneraciones de los funcionarios públicos.

De acuerdo con Cortázar y otros (2014), la consistencia y continuidad de adecuadas políticas salariales es un gran punto diferencial en los servicios civiles a lo largo de América Latina.  Los autores señalan que los sistemas más sólidos encuentran soporte en cuatro pilares:

  1. voluntad política, para posicionar y abordar el tema en la agenda del Poder Ejecutivo y Legislativo;
  2. visión estratégica de la escala salarial del sector público, con metas y una secuencialidad basada en méritos,
  3. herramientas técnicas para gestionar incentivos por resultados, y
  4. alta coordinación entre la entidad rectora de los recursos humanos y la autoridad presupuestal.

En Perú los avances en este aspecto se han materializado a través de la introducción de esquemas de incentivos salariales basados en resultados de gestión como lo ocurrido con el Cuerpo de Gerentes Públicos (CGP), que inició en el 2009 y es actualmente liderado por la Autoridad Nacional del Servicio Civil  (SERVIR). Los   gerentes    que   forman parte   de   este   programa son   constantemente  evaluados  para   que   sus remuneraciones se encuentren basadas en criterios de productividad y generación de valor que aportan a la institución donde  son asignados.  Algunos  resultados que exhibe  la incorporación de funcionarios mejor remunerados a diferentes gobiernos subnacionales ha sido el incremento de más de 90% – en promedio – en la ejecución del presupuesto asignado  a inversión pública (SERVIR, 2014)[1]

El Gobierno  entrante, en lugar  de plantear medidas  que reducirían el atractivo del sector  público a través de  una  escala  remunerativa poco  competitiva, podría   impulsar  políticas que  permitan  solucionar los problemas de fondo en la gestión  de compensaciones del servicio civil peruano.  Videnza  Consultores, por ejemplo, propone la actualización del reglamento de compensaciones de la Ley SERVIR – Decreto  Supremo N° 138-2014-EF –, con  la  finalidad que sea adecuado a los  perfiles de puesto desarrollados considerando las  escalas  vigentes y las  experiencias en  el  CGP. Asimismo,   sugiere  la  aprobación de  una  normativa simplificada para un  acceso más rápido a la nueva carrera pública promovida en  el marco de la Ley  SERVIR.

La efectividad de un Estado para cumplir con las expectativas de la ciudadanía, solo será posible si el sector público es capaz  de atraer con remuneraciones competitivas a servidores motivados y con la capacidad para implementar políticas y servicios de forma óptima. Lampadia

Bibliografía

Akerlof, G., & Yellen, A. (1994).  Gang behavior, law enforcement, and community. En H. Aaron, T. Mann, & T. Taylor, Values in Public Policy. Washington, D.C.: Brookings Institution.

Anti-Corruption Resource Centre. (2009).  Low salaries, the culture of per diems and corruption.

Transparency International.

Becker, G., & Stigler, G. (1974).   “Law   enforcement, malfeasance, and the compensation of enforcers. Journal of Legal Studies, 2, 1-19.

Gindling, T., Hasnain, Z., Newhouse, D., & Shi, R. (2020).  Are public sector workers in developing countries overpaid? Evidence from a new global dataset.  World Development, 104737.

Lacovello, M.  (2015).   Diagnóstico institucional  del  servicio   civil   en  América   Latina:   Perú.

Washington, D.C.: BID.

Lacovello, M., & Strazza, L. (2014).  Diagnóstico del servicio civil en América Latina. En J. Cortázar Velarde,  M. Lafuente, & M. Sanginés,  Al Servicio  del Ciudadano  – Una Década de Reformas  del Servicio Civil en América  Latina (2004-2013) (págs. 13-58). Washington, D.C.: BID.

SERVIR. (2014).  Nuevos  Gerentes para  un Nuevo  Estado:  el Cuerpo de Gerentes Públicos  como

Modelo de Dirección Pública en el Perú. Lima: SERVIR.

Shack, N., Pérez, J., & Portugal, L. (2020).  Cálculo del Tamaño  de la Corrupción y la Inconducta Funcional   en  el Perú:  Una  Aproximación Exploratoria.  Lima, Perú:  Contraloría General de la República del Perú.

[1] Este análisis  incluyó a los Gobiernos  Regional de La Libertad, Junín, Apurímac,  Cajamarca, Ica, San Martín, así como las municipalidades de Espinar, Sachaca y Tiabayá.




El ‘Pueblo’ piensa distinto

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

          Misión de Lampadia

  • Defender la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad
  • Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y la meritocracia para los funcionarios públicos

Fieles a nuestra misión seguimos defendiendo y promoviendo los valores e instrumentos públicos que producen sociedades prósperas, donde los roles del gobierno y la sociedad civil se sumen para generar el desarrollo integral: económico, social e institucional.

Ante la confusión de muchos ciudadanos sobre las relaciones causa-efecto que producen prosperidad y las que lo destruyen, agravadas por el desastroso manejo de la pandemia por parte del gobierno de Vizcarra y agudizadas durante el proceso electoral; hemos estado tratando de interpretar el sentir coyuntural de la opinión pública, de la estructura de pensamiento de los peruanos.

En esta línea hemos insistido en que la polarización política era de coyuntura y no representaba el verdadero sentir de la ciudadanía. Ver en Lampadia: El Perú no está partido en dos, Lo que pide ‘El Pueblo’, Castillo y su gabinete de guerra.

En esta ocasión hemos encargado a IPSOS una encuesta para explorar el pensamiento del ‘Pueblo’ ante la conformación del gabinete de Castillo y la orientación que va planteando su gobierno.

Veamos algunos resultados de la encuesta:

La mayoría de peruanos cree que Cerrón fue determinante en la formación de gabinete.

El 84% de los ciudadanos piensa que Cerrón debe alejarse del gobierno.

El 57% piensa que Sendero Luminoso o Movadef tienen amplia presencia o alguna presencia en el gobierno. Algo que debemos rechazar de plano.

El 83% de los peruanos considera que los ministros que han tenido expresiones de simpatía hacia el partido comunista Sendero Luminoso, deben ser reemplazados.

El 90% de los peruanos, 97% en Lima y 87% en el interior, considera que el modelo venezolano es un ‘mal modelo’.

El rechazo al modelo venezolano es universal, ya sea por ámbito, región, NSE, género o edad.

El 61% piensa que la situación del empleo seguirá siendo precaria.

Igualmente, el 68% considera que la pobreza aumentará, o se mantendrá como actualmente, en que ha subido de 20 a 30%.

Por otro lado, el 53% considera que la democracia y la libertad están en peligro. Este indicador llega a 67% en Lima.

En Lampadia venimos siguiendo los altos deseos de emigrar de nuestros ciudadanos, como uno de los peores indicadores que puede tener una sociedad. Hoy día, este indicador está en el 36% de los peruanos, llegando en Lima a 52%. Anteriormente estas cifras han sido peores aún, pero no era de esperarse que tuvieran este nivel con un gobierno nuevo.

Lo peor es que el deseo de emigrar es bastante más pronunciado entre los jóvenes (44%) y en los NSE más altos (65% y 52% en A y B, respectivamente). Lo cual nos dice, que además de la fuga de capitales que estamos presenciando, también estamos ante una muy perniciosa fuga de talentos.

Ver la ecuesta en el siguiente enlace: https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/ba06a-actitudes-opinio-n-pu-blica-8-de-agosto-resultados-de-intere-s.pdf

Es pues urgente que el gobierno rediseñe la conformación de su gabinete y que recoja el verdadero sentir del ‘Pueblo’ sobre la orientación de gobierno. Lampadia




Campañas anticorrupción con agenda política

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Un estudio del MIT, que reseñamos líneas abajo, muestra como muchas campañas anticorrupción, especialmente cuando se hacen visibles mediante castigos públicos, tienen un importante impacto en la imagen de los líderes que las desarrollan.

Evidentemente, esta técnica de manipulación social no es nueva ni desconocida a lo largo del planeta. Muchas veces es aprovechada por gobiernos autoritarios y corruptos.

En el caso del Perú, hemos visto como Vizcarra, asesorado por su consultor argentino, desarrolló una campaña anticorrupción muy visible, con persecuciones judiciales y mediáticas, dirigidas en muchos casos, a sus enemigos políticos, más que a funcionarios corruptos.

Con esta campaña, Vizcarra, uno de los políticos más corruptos de nuestra historia reciente, enlistó como socios a gran parte de los medios de comunicación y endulzó a la población, logrando una popularidad largamente mayor a la de sus merecimientos.

En los gobiernos sub-nacionales, gran parte de la popularidad de los sistemas de justicia paralela, como la que se arrogan los ronderos, se basa precisamente en la visibilidad de los castigos a los supuestos funcionarios públicos, que sin el debido proceso son hasta flagelados y apaleados.

Pero ahí no termina la justicia paralela de los ronderos. También se aplica a los ciudadanos comunes, ya sea por la denuncia de una supuesta víctima por una disputa familiar, una acreencia o por cualquier otro supuesto delito, o simplemente, por venganzas o abusos.

Además del afán justiciero, los castigos que ejecutan los ronderos o las amenazas de castigos, se dan muchas veces como parte de acciones de manipulación políticas.

Los modelos de justicia paralela han sido promovidos, muchas veces, desde las cúpulas de nuestro sistema judicial, como hicieron Duberlí Rodríguez, en su rol de Presidente de la Corte Suprema de Justicia y Pablo Sánchez, como Fiscal de la Nación.

Hoy tenemos que ponernos al frente y rechazar el desarrollo de las fuerzas urbanas paralelas de los ronderos, según nos ha amenazado el gobierno de Castillo-Cerrón.

La seguridad ciudadana es responsabilidad fundamental de la Policía Nacional, y la justicia tiene que seguir procesos claramente estipulados, que solo deben descansar en el Sistema de Justicia tradicional. Siendo esta, la única manera de cautelar los derechos de todos los ciudadanos y agentes económicos.

¡No a las rondas urbanas! Y revisemos las rondas rurales.

Cómo mantienen el apoyo los líderes autoritarios

Un estudio encuentra que las campañas públicas anticorrupción refuerzan a los líderes, incluso cuando tales medidas carecen de resultados tangibles.

Los gestos públicos anticorrupción son una forma eficaz para que los gobiernos autoritarios mantengan el apoyo público, según un estudio en coautoría de la politóloga del MIT Lily Tsai.

Peter Dizikes
MIT News
5 de agosto de 2021

Imagen: Christine Daniloff, MIT, imágenes de stock

¿Cómo mantienen su popularidad los regímenes autoritarios? Un estudio novedoso en China dirigido por académicos del MIT muestra que los castigos anticorrupción impuestos por las autoridades gubernamentales reciben un apoyo significativo entre los ciudadanos, quienes creen que tales acciones demuestran tanto competencia como liderazgo moralmente recto.

Los hallazgos ayudan a explicar cómo perduran los gobiernos autoritarios, no solo basados ​​en la dominación y el miedo, sino como regímenes que generan un apoyo público positivo a lo largo del tiempo.

“Lo que encontramos es que el castigo de los funcionarios corruptos no solo aumenta la percepción entre los ciudadanos de que existe un gobierno capaz y competente, sino que también aumenta la creencia de que las autoridades gubernamentales tienen compromisos morales que preocupan a los ciudadanos”, dice Lily Tsai, una Politólogo del MIT y coautor de un artículo recientemente publicado que detalla los hallazgos del estudio.

En el caso de China, estas acciones anticorrupción tienden a consistir en castigos públicos a funcionarios locales de menor nivel que han violado la ley. No está claro que tales medidas realmente reduzcan la corrupción en general, pero las personas todavía están influenciadas por gestos públicos que involucran medidas enérgicas contra las malas prácticas.

“Indica que hay alguien con autoridad que está dispuesto a crear orden y estabilidad para el público”, señala Tsai.

El periódico, “¿Qué hace que la lucha contra la corrupción sea popular? Evidencia a nivel individual de China”, se ha publicado de forma anticipada en línea en el Journal of Politics. Los autores son Tsai, que es el profesor Ford de Ciencias Políticas y presidente de la facultad del MIT; y Minh D. Trinh y Shiyao Liu, candidatos a doctorado en ciencias políticas en el MIT.

¿Soporte a prueba de recesión?

El estudio consiste en un sofisticado experimento de opinión pública realizado en China utilizando un «análisis conjunto», un método que identifica cuánta influencia relativa tienen diferentes factores en las opiniones de las personas.

Los investigadores básicamente llevaron a cabo tres iteraciones de una detallada encuesta de opinión pública. A casi 2,400 participantes en total, tanto en entornos rurales como urbanos, se les presentaron perfiles hipotéticos de pares de líderes gubernamentales y se les pidió que evaluaran su desempeño en función de una serie de supuestos atributos y logros, incluidas sus actividades anticorrupción. En estos escenarios, los atributos y actividades exactos de los líderes hipotéticos variaron aleatoriamente, lo que permitió a los investigadores distinguir la importancia de las medidas anticorrupción en la mente de los ciudadanos.

En igualdad de condiciones, en estos escenarios hipotéticos, los participantes de la encuesta prefirieron a los funcionarios que realizan esfuerzos anticorrupción de alto perfil, hasta un 25 por ciento más a menudo que otros funcionarios. Los encuestados dieron más importancia a la administración económica proporcionada por los funcionarios del gobierno, pero calificaron las actividades anticorrupción como de igual importancia que la provisión de asistencia social y la administración justa de las elecciones.

Más significativamente, dice Tsai, el experimento encuentra que el interés público en los gestos anticorrupción existe independientemente de cualquier otra cosa en el currículum de un funcionario del gobierno.

“Independientemente del desempeño de los funcionarios en el desarrollo económico, o en la prestación de asistencia social o en la implementación de elecciones, el castigo anticorrupción puede ser una táctica muy útil para las autoridades que buscan reforzar su apoyo público”, observa Tsai.

De hecho, agrega Tsai, los resultados tienen una implicación algo ominosa en ese sentido: «Estos hallazgos podrían indicar que el castigo anticorrupción es una forma útil de respaldar el apoyo público a prueba de recesión».

Hacer visible el castigo

Los autores también introdujeron varias modificaciones a la estructura del análisis conjunto para saber por qué la gente apoya las medidas anticorrupción visibles. Su estudio encuentra dos razones distintas detrás de este apoyo. En primer lugar, esas medidas señalan que los funcionarios que actúan tienen la capacidad de emprender acciones decisivas. En segundo lugar, las acciones anticorrupción también indican que los valores de los funcionarios están alineados con los de los ciudadanos comunes, incluso cuando los mismos funcionarios, digamos, no administran las elecciones locales lo suficientemente bien como para dar a los votantes una voz fuerte en la selección de líderes.

«Al menos en el contexto chino, tanto en las poblaciones urbanas como en las rurales de China, los ciudadanos ven a los funcionarios que castigan a otros funcionarios de menor nivel por corrupción como algo más moral», dice Tsai. “Ellos [piensan que los funcionarios anticorrupción] tienen las “‘intenciones correctas’”.

Además, agrega Tsai, los gestos anticorrupción parecen efectivos incluso en lugar de evidencia de que la corrupción podría reducirse en consecuencia. Al menos en términos políticos, lo que importa es organizar una campaña anticorrupción de alto perfil, más que sofocar la corrupción.

“A los gobernantes les interesa invertir en castigos anticorrupción, incluso si ese castigo no disminuye la corrupción”, dice Tsai. “La gente no tiene datos sobre cuánta corrupción hay en el gobierno. Lo que pueden ver con mayor claridad son los incidentes de castigo por corrupción”.

En términos históricos, agrega Tsai, los resultados se ajustan a “una larga tradición en China donde los gobernantes se posicionan como aliados de la gente común”, a pesar de restringir las libertades individuales de muchas maneras. Dicho esto, Tsai cree que los resultados describen una dinámica política que podría encontrarse en muchos estados-nación, en muchas variedades: la gente respaldará a los líderes que apoyan los castigos públicos simbólicos, transmitiendo un mensaje de que el orden social tradicional permanecerá intacto.

«La gente a menudo está dispuesta a sacrificar mucho por una sensación de certeza», dice Tsai. Lampadia




¿Estatismo o economía de mercado?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno de Castilla-Cerrón encarna las confusiones conceptuales que se han venido sembrando en la opinión pública, sobre el rol del Estado y del sector privado en la economía.

Para facilitar el entendimiento de este tema tan importante para la opinión pública y para el propio gobierno, presentamos en esta nota, en base a información del Banco Mundial, evidencias de que los países que promueven economías de mercado, donde la responsabilidad de invertir y crear empresas es fundamentalmente del sector privado, logran mucho mejores resultados económicos y sociales.

Como muestran los siguientes gráficos, los países donde las empresas son privadas, tienen mayores PBI per cápita, salarios mínimos más altos, menos corrupción y menor desempleo.

Es muy importante que entendamos de una vez por todas, como lo explicó Deng Xiaoping en China: “No importa de que color sea el gato, mientras cace ratones”.

Deng Xiaoping condujo la transformación de la economía China, que bajo Mao era un país muy pobre, ridiculizando el eslogan de la Revolución Cultural de los años 60: “es mejor ser pobres bajo el socialismo, que ricos bajo el capitalismo”. Hoy día, gracias al pragmatismo pos Mao, la China está en camino de convertirse en la mayor potencia económica global, habiendo sacado de la pobreza a 900 millones de chinos.

El cuadro anterior muestra que los países que tienen los mejores resultados en este conjunto de indicadores son Singapur y Nueva Zelanda.

  • Singapur pasó de ser un territorio abandonado a líder de bienestar, de la mano de Lee Kuan Yew, quién además fue el inspirador de Deng Xiaoping en políticas de desarrollo.
  • Pero el caso de Nueva Zelanda es aún más aleccionador. Tuvieron la suerte de tener una izquierda moderna que a mediados de los años 80 estableció lineamientos de desarrollo de una economía de mercado. Con ella, se reconvirtieron en un país desarrollado con altos estándares de bienestar. Ver en Lampadia: Legado de una izquierda moderna y liberal – Reformas de Nueva Zelanda 25 años después.

Lamentablemente, el Perú está ahora gobernado por una izquierda que profesa todo lo contrario de lo que podemos ver en los países más exitosos en eliminar la pobreza y en generar altos niveles de vida.

El Perú necesita con urgencia una izquierda moderna. Desgraciadamente, hoy estamos dando un costosísimo salto atrás.

Ojalá un gobierno tan ideologizado como el de Castillo-Cerrón, logre entender que el crecimiento de la economía y el bienestar social, no tienen color. Y si no logran hacerlo, tendremos que ser los ciudadanos quienes forcemos al gobierno a promover la inversión privada y el crecimiento, rechazando aventuras empresariales con los escasos recursos del Estado. Lampadia




El gato de despensero

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Por más increíble que resulte, el diario La República aprovecha su posición de unidad de ‘fact checking’ en el programa de verificación de datos de Facebook en el Perú, para censurar la información que no los acompaña en su manejo informativo.

En Lampadia hemos publicado, hace un par de días, un informe sobre el balance económico presentado por el ministro de Economía, Waldo Mendoza. En este informe hemos reproducido las láminas del ministro y hemos criticado la información referente a la presión tributaria, contrastándola con información del Fondo Monetario Internacional, que presenta datos diferentes.

Además, hemos mostrado la incidencia de la recaudación tributaria en las empresas formales, que es sustancialmente mayor que la presión tributaria de nuestros socios en la Alianza del Pacífico.

Pues bien, La República, a través de su unidad de fact checking, ha rechazado la promoción de nuestro artículo en dos ocasiones.

Evidentemente, nuestro análisis ha sido respetuoso, objetivo y sustentado en fuentes serias. No hay nada que pueda justificar el rechazo de nuestra publicación, excepto el abuso de La República, haciendo un mal uso de su encargo técnico por parte de Facebook.

Esta es pues otra perla del pésimo manejo periodístico de La República, que muchas veces parece más un órgano de difusión política, que un medio de información.

Aprovechamos de nuestro rechazo a estas acciones poco serias, para reiterar nuestro entendido de lo que hemos titulado: El nuevo paradigma del periodismo – Veracidad antes que Neutralidad. Donde Christiane Amanpour, premiada por su periodismo de gran calidad, dice: “Creo en ser veraz, no neutral”.

Exigimos a La República, las disculpas del caso y la rectificación de su acto anti periodístico.

Ver líneas abajo,

  • la imagen de Facebook que muestra el rechazo de nuestra publicación
  • el enlace a nuestro artículo
  • los tuits de Jaime de Althaus y míos sobre el incidente
  • una nota sobre el rol de La República como fact checking
  • la explicación de Facebook sobre el propósito de su modelo de control de contenidos, que está referido a noticias falsas y maliciosas

Ver artículo de Lampadia censurado por La República en representación de Facebook:

La economía peruana La Visión del MEF

Facebook tiene un programa de verificación de datos a nivel mundial. En cada país busca uno a más partners, usualmente medios de comunicación que soporten esta iniciativa. A nivel regional tienen como partner a la agencia AFP. La unidad de fact checking del diario La República es la única incluida por Facebook en su programa de verificación de datos en el Perú.

Verificación de datos en Facebook

https://www.facebook.com/business/help/2593586717571940

Información general

Nos comprometemos a luchar contra la difusión de información errónea en Facebook e Instagram. En muchos países y regiones, trabajamos con organizaciones de verificación de datos independientes certificadas mediante la International Fact-Checking Network (IFCN), una red internacional de verificación de datos imparcial, a fin de identificar y revisar este contenido, además de tomar medidas con respecto a él. Obtén más información sobre nuestras asociaciones aquí y sobre los elementos de nuestro programa a continuación.

El objetivo de este programa de verificación de datos es identificar y abordar los casos de información errónea viral, especialmente los engaños evidentes que no están basados en hechos. Los socios de verificación de datos priorizan las afirmaciones que pueda demostrarse que son falsas, especialmente las que sean oportunas o constituyan tendencias, además de las que sean importantes para la persona promedio.

Los socios de verificación de datos no priorizan las afirmaciones irrelevantes ni aquellas que contengan inexactitudes menores. Además, el programa no tiene como propósito interferir con la expresión, las opiniones o el debate individuales, el contenido humorístico o claramente satírico, ni las disputas empresariales.

Cómo funciona el programa

Nuestro programa incluye varios pasos clave:

  • Identificar noticias falsas: identificamos posible información errónea por medio de señales, como los comentarios de personas en Facebook, y mostramos el contenido a los verificadores de datos. Los verificadores de datos también pueden detectar por su cuenta contenido para revisar.
  • Revisar el contenido: los verificadores de datos revisan el contenido, verifican la información y califican su veracidad. Esto sucede independientemente de Facebook y podría implicar llamar a fuentes, consultar datos públicos, autenticar videos e imágenes, y mucho más.
  • Etiquetar información errónea e informar a los usuarios sobre ella: aplicamos una etiqueta al contenido que revisaron los socios de verificación de datos para que las personas puedan leer contenido adicional. También notificamos a las personas antes de que intenten compartir este contenido, y a las personas que lo compartieron anteriormente.
  • Garantizar que menos personas vean información errónea: una vez que un verificador de datos califica contenido como «Falso», «Modificado» o «Parcialmente falso», aparece más abajo en la sección de noticias, se lo filtra de la sección «Explorar» en Instagram y aparece con menos frecuencia en el feed y las historias. Eso reduce significativamente la cantidad de personas que lo ven. También rechazamos anuncios con contenido que hayan calificado los verificadores de datos.
  • Tomamos medidas contra los reincidentes: las páginas y los sitios web que comparten información errónea de manera reiterada, que se califica como contenido «Falso» o «Modificado», son objeto de algunas restricciones, como la reducción de su distribución. También se les puede quitar la capacidad de monetizar, anunciar y registrarse como páginas de noticias durante un período determinado.

Lampadia




La Visión del MEF

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Líneas abajo publicamos partes del ‘Balance de Gestión’ del ministro de Economía, Waldo Mendoza. Nos parece importante compartir con nuestros lectores varios de sus gráficos, que consideramos adecuados.

Sin embargo, como se puede apreciar más abajo, no coincidimos con la información que presenta el ministro sobre la presión tributaria. Uno de los caballitos de batalla de los enemigos de nuestra economía de mercado es la narrativa de que el Perú no tiene suficientes recursos fiscales. 

No nos olvidemos que los recursos que necesitamos para afrontar los retos del desarrollo están esperando, fundamentalmente, en el crecimiento de la economía.

Veamos algunos de sus cuadros:

A pesar de haber desperdiciado muchas oportunidades de crecimiento, la performance económica del Perú desde el año 2000, ha sido la mejor de la región.

Igual es en el caso de la inflación. Después del desastre de la hiperinflación que se inició en la dictadura militar de izquierda en los años 70, y que terminó a principios de los años 90 con la nueva Constitución, que estableció la autonomía del Banco Central, los peruanos aprendimos a mantener la estabilidad macroeconómica.

El regreso de la inversión extranjera, el crecimiento de la economía y la generación de recursos fiscales, permitieron que bajáramos la deuda externa de 89% del PBI a menos de 20%. Sin embargo, desde el gobierno de Humala empezó a subir nuevamente, disparándose a 35% con la pandemia.

Pero el avance en los temas macroeconómicos no fue acompañado de desarrollos en salud, infraestructuras, instituciones y otras. Hubo recursos, pero también mala gestión,  corrupción y falta de visión. Veamos el ranking del World Economic Forum.

Ya durante la pandemia, en la que el gobierno de Vizcarra generó una innecesaria crisis múltiple: sanitaria, económica, social y política; gracias a la visión y responsabilidad de Julio Velarde, como presidente del BCR, se pudo desarrollar un audaz programa crediticio que evitó el corte de la cadena de pagos. El programa más importante fue el llamado Reactiva Perú, que en contra de las mentiras de los grupos de izquierda, llegó a más de 500 mil empresas, la mayoría de ellas Mypes.

Viendo hacia el futuro, el MEF estima una recuperación importante de la economía. Sin embargo, con el acceso de Perú Libre y sus socios al gobierno, es muy probable, dadas sus propuestas, que estos indicadores no se puedan dar.

Otro tema importante, donde se está creando una narrativa descalificadora de la economía peruana, es el de la presión tributaria. En la siguiente gráfica, el propio ministro afirma que la presión tributaria habría bajado hasta 13% del PBI.

Sin embargo, el mismo ministro muestra que los ingresos del gobierno general, un indicador más realista, son de 19.9%.

Pero en el documento: PERÚ 2021 ARTICLE CONSULTATION – PRESS RELEASE; STAFF REPORT; AND STATEMENT BY EXECUTIVE DIRECTOR FOR PERÚ, del FMI, se dice que el NFPS Revenue (Non Financial Public Sector Revenue), o Ingresos no Financieros del sector público, fueron de 24.8% del PBI el 2019, y 22.1% el 2020.

Personalmente he podido comprobar que la información sobre los ingresos del Estado se está distorsionando, aparentemente para justificar eventuales incrementos de impuestos. Algo que, en las actuales circunstancias, sería una barbaridad.

Pero esa no es la única distorsión que se está creando. Los recursos fiscales los generan las empresas privadas formales, y estas sufren de sobrecargas tributarias que son las mayores de todos los países de la Alianza del Pacífico, como podemos ver en el siguiente cuadro.

Algo que el ministro destaca adecuadamente, es la identificación de los motores de la economía, la minería y las agroexportaciones, los dos sectores atacados por el populismo de izquierda.

También destaca los motores que debemos consolidar, como la acuicultura, el sector forestal y el turismo.

Ver el Power Point del MEF en el siguiente enlace:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/238d5-mef-balance-de-gestio-n-12.07.pdf

Lampadia