Gobierno desarticula la economía
EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Con la disculpa de armonizar la lucha contra el coronavirus y el funcionamiento de las actividades económicas, el gobierno central está creando normas y regulaciones que terminarían por alterar la esencia de la economía, llevándonos a esquemas de operación teóricos y maltrechos, como siempre sucedió con los sistemas de planificación central.
Las normas se multiplican todos los días a través de protocolos y decretos, creando un grave riesgo para la salud de la economía. Veamos algunos ejemplos:
- Prohibición de trabajar de personas con grado 1 de obesidad.
- Prohibición de trabajar de adultos mayores de 60 años.
- Intervención en los contratos de pensiones de la educación privada.
- Protocolo de comercio electrónico que excluye de operar a empresas pequeñas.
- Impedimentos operativos para los aplicativos de delivery.
- Regulaciones ridículas para la operación de restaurantes con delivery que hace imposible la posibilidad de operar de la gran mayoría de establecimientos.
- Regulaciones absurdas del transporte marítimo internacional, que nos retirarían de las prácticas operativas del comercio internacional.
- Gran dificultad para dar licencias sin goce de haber y para acuerdos de reducción de sueldos.
- Obligación de contratar enfermera y aplicar pruebas a partir de 20 empleados.
De esta manera, vamos a terminar, poco a poco, con un engendro de economía diseñada en gabinetes burocráticos por funcionarios teóricos de visión estatista sin contacto con el mundo real.
El manejo de esta crisis no puede ser un espacio estatal que excluya al sector privado del diseño de las pautas que permitan normalizar la economía.
Así como el gobierno se equivocó centralizando el manejo de la crisis sanitaria, concentrando en el Minsa la adquisición y ejecución de los test del virus, en lugar de alentar la operación de laboratorios privados, ahora pretende normar, a puertas cerradas, el proceso de reapertura de la economía.
El regreso a la normalidad relativa de la vida social es responsabilidad de toda la sociedad. El gobierno no puede imponer un régimen autocrático que no podrá evitar desarticular la vida económica del país. Lampadia