Diálogo de Conversos

El reciente libro de los chilenos Roberto Ampuero y Mauricio Rojas: Diálogo de Conversos, sobre su desencanto con el marxismo, sus denuncias sobre los silencios cómplices, los dobles estándares, el mesianismo abusivo y antidemocrático y los riesgos refundacionales, desde una perspectiva chilena, parecen hechos a la medida de muchas reflexiones que los peruanos no terminamos aún de hacer.

Para acercar el contenido de este interesante libro a nuestros lectores, hemos seleccionado, para cada capítulo del libro, las frases y asertos que consideramos más relevantes, aprovechando de la experiencia de estos antiguos combatientes del comunismo chileno, para revisar nuestros criterios políticos sobre las implicancias del socialismo real en la vida de las personas. En nuestra selección no singularizamos a quién corresponde cada cita.

La caída del Muro de Berlín liberó a un pueblo enjaulado

La madurez política de un pueblo debe basarse en el análisis de la realidad. Lamentablemente, todo lo relacionado a la izquierda marxista en el mundo ha estado siempre distorsionado. Por ejemplo, desde cuando los intelectuales franceses, liderados por Sartre, ocultaron los crímenes del  estalinismo para resguardar una doctrina política podrida que se imponía a costo de la sangre de ciudadanos inocentes. Lo mismo sucedió con los crímenes de Mao en China y de los Castro en Cuba. Los intelectuales latinoamericanos se niegan hasta hoy a reconocer la realidad de estas ominosas dictaduras criminales.

Ver el artículo de Mario Vargas Llosa, en El País de España, sobre el libro de Ampuero y Rojas: 

http://elpais.com/elpais/2015/11/27/opinion/1448619354_505182.html

Ojalá que los pasajes de este importante libro sirvan para que los peruanos hagamos mejores balances políticos y para que los jóvenes interesados en terminar de construir el país en que desarrollarán sus vidas, puedan hacerse las preguntas necesarias para formar su propio criterio y logren ver detrás de las cortinas, aquellas nuevas caras que nos ofrecen refundar el país con los mismos materiales del socialismo que ya nos hizo pobres. Lampadia      

EN EL ORIGEN ESTABA LA PALABRA, Y LA PALABRA ERA REVOLUCIÓN

  • Ante la ofensiva socialista y el espíritu refundacional del gobierno de Bachelet, nuestros relatos de ex soñadores con el comunismo, se hacen relevantes para los jóvenes de ideas liberales que ven como resurge con fuerza una amenaza que parecía relegada a los museos.
  • En la Habana, decepcionado del rostro de la revolución cubana, me di cuenta de dos cosas: uno, el Mercurio de verdad mentía, la vida en Cuba era peor de lo que contaba ese diario; dos, los compañeros chilenos no comulgaban con lo que veían en Cuba, pero no criticaban por una gratitud mal entendida, oportunismo o hipocresía.
  • La idea de que la violencia es necesaria para arribar al fin glorioso de la historia, el carácter de su religión atea, es algo que los marxistas niegan con toda fuerza ya que evidencia la falsedad del postulado fundamental de su doctrina, que se trata de una visión absolutamente científica, despojada de todo acto de fe.
  • No podemos reinventarnos y transformarnos en seres angelicales, cuando lo intentamos terminamos ejerciendo la violencia más despiadada contra el ser humano.
  • En Alemania Oriental comprobé que los obreros se sentían igual de aburridos de su trabajo como los del capitalismo. (…) la vida seguía siendo como antes, o peor que antes, porque al otro lado, en Alemania Occidental, los obreros ganaban seis veces más y trabajaban menos, tenían más regalías y mejores ambientes de trabajo, y disfrutaban de más vacaciones y un nivel de consumo inalcanzable para los germano orientales.
  • Marx no pudo imaginar el nivel que alcanzaría la productividad del capitalismo del siglo xx, que pudo brindar a los obreros ‘explotados’ una calidad de vida inmensamente superior a la de los obreros ‘no explotados’ del socialismo.
  • En Alemania Oriental y en Cuba pude comprobar que como nadie era dueño de nada, nadie trabajaba en forma seria y responsable. Se bebía mucho alcohol, se conversaba, se sacaba la vuelta, se ‘tiraba, y los productos los desviaban al mercado negro.
  • Los mismos obreros de las empresas estatales estaban interesados en fomentar el mercado negro. Era un robo hormiga, pero organizado. Un dicho del socialismo: “Ellos simulan que nos pagan y nosotros simulamos que trabajamos”.
  • Con Allende aportamos a la destrucción de todo sentimiento de amistad cívica, ya no éramos una comunidad sino un país en guerra civil dispuesto a exterminarse mutuamente.
  • Allende es el marxista más burgués que haya conocido. Una especie de dandy revolucionario, amigo de los buenos whiskies y de los revolucionarios con mucha sangre en las manos. Era un gran gozador de los placeres de la vida en el capitalismo.
  • Allende vivió su hora de los mameyes solo y aislado; ninguno de sus dirigentes apareció, aunque hoy lo inscriben en sus banderas.
  • Nosotros estuvimos en la primera línea en la obra de la destrucción de la democracia chilena y luego vinieron los tanques y los generales para concluir lo que nosotros habíamos iniciado.
  • Si en algo nos especializamos fue en destruir, de hecho y de palabra, la república democrática de Chile.
  • Uno de los derechos que te da la moral revolucionaria es: el fin justifica los medios.
  • Mi crítica al Museo de la Memoria es por lo que no cuenta, por lo que calla. Cuenta una historia trágica que comienza abruptamente, sin hacer referencia al Chile que destruimos entre todos a comienzos de los años setenta. El museo no explica bajo que circunstancias estalló el horror que condenamos. Se trata de un montaje.
  • El 11 de setiembre Chile no era un cantón suizo donde de pronto caen las bombas sobre la Moneda. Hay que contar la historia completa, mientras no lo haga, para mí seguirá siendo ‘el museo de la mala memoria’.
  • Octavio Paz dice en un momento que no hay nadie más reaccionario que los intelectuales marxistas latinoamericanos, porque nunca los vio pedir disculpas ante la ciudadanía, y nunca admiten que se han equivocado.
  • Chile de entonces, que la izquierda odió, era uno de los países más democráticos de América Latina. Ese fue el Chile que arrojamos por la borda.
  • Lo que vemos hoy es un nuevo radicalismo. Por eso tenemos el deber de recordar y hablar en voz alta del Chile democrático que un día se perdió y por qué se perdió. (Pero hay algunos que dicen que nuestro deber es callar).
  • He visto que el actual gobierno se defiende de las críticas diciendo que se trata de una ‘campaña del terror’. Los que usan esa forma artera de confrontar una crítica muy legítima saben que es calificativo viene del tiempo de la Guerra Fría, cuando las cosas no se discutían y se pasaba directamente a la agresión.

EXILIO Y RUPTURA

  • Marx jamás trabajó en una fábrica y vivió de los aportes que le entregaba su amigo Federico Engels, que los recibía a la vez de su padre empresario.
  • A veces aparece la persona proverbial, el ángel. Para mí es persona fue el poeta disidente cubano Heberto Padilla.
  • El marxismo no se trata de una buena receta mal aplicada o con algunos ingredientes de más o de menos, ni tampoco de un designio histórico aun por cumplirse del cual los socialismos reales no serían más que abortos prematuros: no, se trataba de la profecía misma acerca del comunismo venidero, que es la esencia del marxismo.
  • La evolución ha desmentido de manera categórica cada una de las predicciones centrales de Marx.
  • “Atreverse es perder un instante, no atreverse es perderse para siempre”. Una buena frase vinculada a un refrán alemán: “Más vale un final de horror que un horror sin final”.
  • Marx nunca pudo imaginar el potencial económico, tecnológico y democrático que encerraba el capitalismo, el mercado, la libertad.
  • Estudiando las raíces filosófico-religiosas del marxismo, concluía que los genocidios comunistas tenían su origen y justificación en la visión grandiosa que tenía el marxismo de la construcción del paraíso en la Tierra. Era la bondad extrema de los fines que conducía al mal extremo de los medios. (Criminales políticos perfectos, como decía Albert Camus).
  • La solidaridad y admiración por regímenes como los de Cuba, Norcorea, la URSS o Rumanía es impresentable, y expresa un doble discurso que perjudica la consolidación de la democracia…
  • Lo ocurrido en el socialismo real, la barbarie leninista, estalinista o maoísta no era casual, sino que fluía de nuestros ideales, con su mundo nuevo y su hombre nuevo que llamaban al delirio revolucionario que terminaba en el Gulag o los Campos de la Muerte.
  • Lo que hay que entender no es como el mal produce el mal, sino como una voluntad desmedida por hacer el bien lleva al mal absoluto.
  • Se ha construido un doble estándar moral que permite darse besitos cariñosos con un dictador  comunista como Castro y pasearse por el mundo como heroína de la libertad, como hizo Camila Vallejo.
  • El cargo de conciencia que significa haber visto el criminal Muro de Berlín y simpatizar con quienes mantenían a un país como una prisión, no se supera fácilmente.
  • En el socialismo real fui perdiendo la fe en que aquellos sistemas que encerraban a su población, uno detrás de un muro y otro en una isla, fuesen democráticos y deseables para Chile.
  • La crítica más efectiva del socialismo la ejerce la porfiada realidad cotidiana del socialismo. Por eso, solo quién no ha vivido en el socialismo puede defenderlo en forma fanática, el que lo conoce sabe cuanto calza.
  • En Chile muchos te preguntan por qué dejaste de ser comunista, pero en países desarrollados te preguntan cómo se te ocurrió ser comunista en los sesenta o setenta, porque había ya suficiente información y documentación que probaban el carácter dictatorial y fracasado del sistema.
  • Lo que dijo la madre de la Presidenta Bachelet (Ángela Jeria) de la caída del Muro: “Me dio pena porque en primer lugar, se perdía un país que yo conocí y que dejó de existir. Fue un ensayo interesante de haber logrado una sociedad más justa y equitativa”.
  • La Presidenta Bachelet también guarda un silencio inaceptable frente a lo que fue la RDA. No se atreve a decir nada del país donde se formó.
  • El socialismo puede echar al mercado por la puerta, pero le entra de vuelta por la ventana del mercado negro. No, no hay forma de doblarle la mano al mercado, y eso lo demuestran especialmente los países socialistas.

CHILE HOY

  • Estamos en una etapa en la que todo tiene que ver con las expectativas y demandas de una población más empoderada, con mejor calidad de vida y más acceso al consumo, de mayor potestad y más autoridad.
  • En vez de una especie de nirvana agradecido, vino el descontento de muchos, en especial de la gente joven.
  • ¿Echamos abajo todo lo que hemos edificado para construir desde el Estado algo que promete ser perfecto y maravilloso o reconocemos las deficiencias que obviamente tiene el modelo y lo vamos reparando, ajustando y perfeccionando, eliminando lo que no funciona y renovando en lo que amerita ser conservado?
  • De pronto se ve el otro lado de la luna y se pasa del vaso medio lleno al vaso medio vacío.
  • Facetas del ‘malestar del éxito’.
  • La dialéctica de las expectativas crecientes ha golpeado a Chile con gran intensidad, sumándose sobre los cambios valóricos y el recambio generacional.
  • Las fuerzas marxistas-leninistas son hoy mínimas en Chile, pero el repertorio ideológico y retórico de las fuerzas revolucionarias o refundacionales se acumuló en un cajón de sastre multicolor, fragmentado y a menudo extraordinariamente contradictorio.
  • No creo que se haya escrito un panegírico al progreso que genera el capitalismo moderno comparable al ‘Manifiesto Comunista’.
  • La verdad es que la izquierda de hoy es más un ‘antialgo’ –el capitalismo, la globalización, el neoliberalismo, el materialismo, el comercialismo, etcétera- que un ‘por algo’.
  • La mayoría de la izquierda nombra a países como Suecia como su ideal, pero si conocieran ese país más de cerca -con su amplia colaboración público-privada, la aceptación del lucro en los servicios públicos y un sistema de ‘vouchers’ muy desarrollado- se enterarían de que está muy lejos de la imagen que tienen del ‘socialismo nórdico’.
  • Un estudio del Banco Mundial de 2013 estableció que Chile fue el país latinoamericano con más alta movilidad social y crecimiento de la clase media entre 1992 y 2009.
  • Hay una grandilocuencia que expresa un nuevo carácter, que tiene que ver con algunas cosas que efectivamente obedecen al éxito de Chile, a la existencia de un país de nuevos ricos, carente de modestia, a la aparición del ‘ugly chilean’.
  • Hay países que aprovecharán la globalización y otros no. Hay países que aprenden de sus errores e historia y otros no. Unos irán para arriba, otros para abajo y algunos tropezarán dos veces con la misma piedra.
  • Si el gasto público fuese la panacea social, un país como Brasil, que tiene un Estado elefantiásico, no debería tener pobreza.
  • La derecha estaba encantada con una izquierda sensata que administraba mejor que ella una sociedad básicamente liberal, mientras que la izquierda estaba encantada con administrar un país con fuerte crecimiento y reducción de la pobreza. Pero a pesar del encantamiento mutuo, aquí no había amor.
  • “El país carece de la quilla profunda para garantizar estabilidad en medio de la tormenta”.

¿Y AHORA QUÉ?

  • No se puede vivir en una fuga constante hacia delante o hacia atrás para evitar ese momento necesario de reflexión ante el espejo.
  • Falta un sueño para el sector que no se siente interpretado por la izquierda socialista.
  • Los peores enemigos del mercado y el capitalismo son los capitalistas, así como los peores enemigos del socialismo son los socialistas, en ambos se corrompe el sistema desde adentro.
  • Los empresarios y los políticos de centro y derecha tiene que recuperar credibilidad.
  • ¿Quién les dijo a los suecos que tiene que escuchar y hablar respetuosamente, y encontrar acuerdos? Eso no es una característica genética, sino fruto de la educación cívica la convivencia, la historia y la imitación social. Son respetuosos con lo que otro dice y son breves.
  • Los griegos llamaban, no sin razón, idiota a quien no participaba en los asuntos comunes de la polis.
  • Tenemos que estar a la altura del éxito que hemos alcanzado, y eso nos exige levantar la vista hacia nuevos horizontes, plantearnos nuevas preguntas y ser capaces de canalizar las inquietudes ciudadanas.

EPÍLOGO

  • Me preocupa que la democracia pueda ser usada contra la libertad, llevándonos a esa tiranía de la mayoría. Lo planteo a la luz de los recientes llamados a refundar la legalidad chilena por medio de una asamblea constituyente.
  • El peligro de un autoritarismo mayoritario que pase a llevar las libertades individuales fue una preocupación central de los Padres Fundadores de EEUU.
  • Su solución fue un sistema complejo de división del poder y ‘checks and balances’ (controles y contrapeses) entre las distintas instancias gubernativas, complementado por una carta de derechos individuales (Bill of Rights) de rango constitucional. Resguardado por la exigencia de altísimas mayorías calificadas para poder efectuar cambios constitucionales.
  • El desarrollo de Rusia de Putin o de Venezuela bajo el chavismo, muestra que la democracia ‘iliberal’ tiende a transformarse en una dictadura apenas encubierta por sistemas electorales cada vez más manipulados.
  • La forma más radical de este tipo de ideas es la propuesta de una asamblea constituyente, donde todo el poder estaría concentrado y Chile sería refundado de acuerdo a los humores de la mayoría que se diese en ese momento.
  • Hoy está de moda repudiar aquella democracia de los acuerdos que tan útil fue a Chile en los tiempos de la Concertación. La Nueva mayoría ha pasado del apretón de manos a la era de la mano empuñada. Lampadia

 

 

 

  




Crisis trae populismo, fascismo y ruptura a política europea

La irrupción de Podemos, la nueva fuerza política de España que sorprendió por su enorme aceptación en las elecciones para el parlamento europeo en mayo último, ha encendido las alarmas en la península. Este movimiento está decidido a “tomar el cielo por asalto”, como ha señalado su líder Pablo Iglesias, citando la tristemente célebre frase de Karl Marx. Para ello, los líderes de Podemos han descargado un agresivo ataque de verborragia (al mejor estilo chavista) contra lo que denominan la “casta” (los ricos, a los que culpa de todos los males) y contra el sistema político español al que llaman despectivamente “el régimen del 78”, en alusión al pacto de la Moncloa que cerró la división abierta por la guerra civil española y que permitió la convivencia democrática. Un admirable ejemplo de responsabilidad de la política española.

Como sostiene El País, “Podemos no es un fenómeno tan extraño en el contexto europeo y puede enmarcarse dentro de lo conocido como [la emergencia de los] partidos anti-establishment. Este tipo de partidos ha cristalizado de manera muy diferente según el país. Mientras que entre los acreedores de la zona euro [los más ricos] estos movimientos han tendido a canalizarse a través de la extrema derecha xenófoba, en el sur [los más pobres] tienden a favorecer a los partidos izquierdistas. [El ambiente más propicio para la emergencia de estos movimientos es cuando] coinciden problemas internos con un shock externo (…) Ahora bien, cuando esto se combina con una crisis económica y de gobernanza pueden ser un coctel inflamable”.

El descontento por la crisis del 2008 con su altísimo desempleo ha desacreditado al sistema democrático. “El daño de la crisis fue psicológico y financiero. Reveló debilidades fundamentales en los sistemas políticos de Occidente, socavando la confianza que tenían en sí mismos, que era uno de sus grandes activos. Mucha gente se desilusionó con el funcionamiento del sistema (ver en Lampadia (L): Bienestar y buenas instituciones, fundamentales, para la democracia). Esto se agravó cuando los gobiernos rescataron a los banqueros con el dinero de los contribuyentes, quienes luego continuaron pagándose enormes bonificaciones”, asegura The Economist.

Felizmente, aunque tarde para el impacto político, los banqueros han empezado a pagar caro sus debilidades. Para evitar una crisis a futuro, El Consejo de Estabilidad Financiera ya ha creado una serie de medidas y reglas impuestas a los bancos, en algunos casos hasta de manera exagerada, como indica The Economist. (Ver en L: Pena Capital)

Los desilusionados parecen estar aceptando el discurso anti-establishment y abrazando “las soluciones milagrosas” que proponen irresponsablemente estos movimientos.

“¡Claro que los ciudadanos prefieren oír buenas noticias que malas! Así pasó a los británicos cuando su primer ministro Chamberlain hablaba de ‘appeasement’, recién llegado de Múnich en 1938. Mientras Churchill se hacía incómodo con sus proféticas palabras: ‘habéis tenido que elegir entre la guerra y el deshonor, habéis elegido el deshonor, y ahora tendréis guerra’”.

Por lo general se aceptan las posturas populistas bajo la creencia de que los nuevos caudillos, nos liberarán de las penurias económicas. Nada más falso. Como ha demostrado la historia sin excepción.

Podemos está totalmente identificado con el discurso y la praxis política del populismo latinoamericano. ¿Qué reclama Podemos como préstamo — o legado— que resulte viable en la España de hoy?, se pregunta el politólogo venezolano, Ibsen Martínez, en El País. Martínez se responde que mucho, y advierte de lo peligroso que sería para las fuerzas políticas de España, pensar que un engendro político como ese pueda hacer de España una Venezuela sin petróleo.

Francia, en cambio, sufre el embate de un extremismo de derecha encarnado en el Frente Nacional (FN). Un partido xenófobo que ha resurgido con fuerza desde la crisis. Hoy amenaza seriamente la política francesa, el paneuropeísmo y aplaude al neo-imperialismo ruso.

Recientemente, Marine Le Pen, la líder del FN, criticó los planes de las autoridades francesas de anular el envío del portahelicópteros militar “Mistral” a Rusia, según RT.

Mientras que EE.UU. y varios países europeos han aplaudido las informaciones sobre la posible suspensión del suministro a la flota rusa del portahelicópteros, la líder nacionalista, Le Pen, en una entrevista concedida a la radio RTL criticó severamente la actitud de las autoridades francesas al respecto. Según Le Pen, anular el contrato del suministro sería «una decisión muy grave, ya que, en primer lugar, va en contra de los intereses del país y, en segundo lugar, muestra que estamos actuando al dictado de la diplomacia estadounidense».

La cancelación del contrato «tendrá graves consecuencias para la reputación de Francia y afectará negativamente a la imagen de París en materia de comercio, especialmente en términos del comercio de armas, que proporciona parte del crecimiento económico de nuestro país«, argumentó la política. La ultra derechista Le Pen, que ha tomado mayor peso electoral, amenaza con una discontinuidad de la política francesa llegando incluso a abogar por la salida de Francia de la OTAN.

Cómo advierte The Economist en su especial sobre democracia (citado más arriba), la suma de la crisis, el éxito económico relativo de la autocracia china y los reveses en Irak, Egipto y Rusia, han debilitado la confianza en ella, al punto que Europa enfrenta el embate de movimientos contestatarios que amenazan desestabilizar aún más, las posibilidades de un siglo XXI de paz y prosperidad. Lampadia




Predicciones de Malthus y Marx fallaron espectacularmente

Comentario de Lampadia

En el siguiente artículo publicado en Portafolio, de El Comercio, el reconocido economista norteamericano Kenneth Rogoff explica los retos y desafíos que enfrenta el actual proceso de crecimiento moderno. El ex economista jefe del FMI destaca que todas las predicciones hechas sobre el colapso demográfico, alimentario y económico de la humanidad han fallado. “Hasta ahora, todas las predicciones hechas en la edad moderna de que la suerte de la humanidad empeoraría, desde Thomas Malthus hasta Karl Marx, han fallado espectacularmente”. No obstante, aclara que la trayectoria de crecimiento que se ha observado en el pasado enfrenta amenazas, principalmente por deficiencias y disfunciones políticas, que van a requerir del diseño de políticas públicas adecuadas. Por ejemplo, Rogoff señala que la degradación ambiental, la sostenibilidad política y legitimación social del sistema económico, el envejecimiento de la población y la reforma de los sistemas de pensiones, son asuntos que los estados van a tener que resolver en un futuro cercano, especialmente los países avanzados. Rogoff concluye que los países emergentes que aún no han llegado a la frontera tecnológica continuarán disfrutando de una mejor calidad de vida, mientras que en el caso de las economías avanzadas seguirán enfrentando dificultades.

La globalización económica no ha sido acompañada, hasta ahora por instituciones globales que representen una versión moderna de las que se diseñaron después de la II Guerra Mundial. Cada día se hace más evidente que el mundo necesita instituciones modernas que acompañen la evolución de la economía global y promuevan una mejor gobernanza global.

 

 

 

Artículo original:

 

 

 

Malthus, Marx y el crecimiento moderno

 

Todas las predicciones de que la suerte de la humanidad
empeoraría han fallado espectacularmente.

 

 

Por: Kenneth Rogoff, Project Syndicate

 

(Portafolio, El Comercio, 23 de marzo de 2014)

 

La promesa de que toda nueva generación gozará de mayor prosperidad que la anterior es un postulado de la sociedad moderna. En general, la mayoría de las economías más avanzadas han cumplido dicha promesa y el nivel de vida de las últimas generaciones ha aumentado, pese a los reveses provocados por guerras y crisis financieras.

 

También en el mundo en desarrollo la inmensa mayoría de las personas han empezado a experimentar una mejoría sostenida del nivel de vida y están concibiendo rápidamente esperanzas similares de crecimiento, pero ¿podrán hacerlas realidad las generaciones futuras, en particular las de las economías avanzadas? Aunque la respuesta más probable es que sí, los riesgos de deterioro parecen mayores que hace varios decenios.

Hasta ahora, todas las predicciones hechas en la edad moderna de que la suerte de la humanidad empeoraría, desde Thomas Malthus hasta Karl Marx, han fallado espectacularmente. El progreso tecnológico ha superado los obstáculos al crecimiento económico. El reequilibrio político periódico, unas veces pacífico y otras no, ha garantizado que la inmensa mayoría de las personas se haya beneficiado, si bien unas mucho más que otras.

A consecuencia de ello, las preocupaciones de Malthus por una mortandad en masa por inanición no se han materializado en ninguna economía capitalista pacífica y pese a la desconcertante disminución en los últimos decenios de la proporción correspondiente a la mano de obra en la renta el panorama a largo plazo sigue desafiando la predicción de Marx de que el capitalismo resultaría depauperador para los trabajadores.

Pero los resultados del crecimiento en el pasado no son una garantía de que se pueda mantener una trayectoria en gran medida similar en todo este siglo. Dejando de lado los posibles trastornos geopolíticos, hay amenazas formidables que superar, debidas en su mayor parte a deficiencias y disfunciones políticas.

El primer conjunto de cuestiones comprende los problemas —que se van fraguando poco a poco— debidos a externalidades, el principal ejemplo de las cuales es la degradación del medio ambiente. Cuando los derechos de propiedad no están bien definidos, como en el caso del aire y el agua, el Estado debe intervenir para ofrecer una reglamentación apropiada.

Un segundo conjunto de problemas se refiere a la necesidad de velar porque se considere que el sistema económico es fundamentalmente justo, pues es algo decisivo para su sostenibilidad política. Ya no se puede dar por sentado que así sea, pues la combinación de la tecnología y la mundialización ha exacerbado la desigualdad de los ingresos y la riqueza dentro de los países, aun cuando los desfases entre los países disminuyeran.

Hasta ahora, nuestras sociedades han resultado notablemente aptas para adaptarse a tecnologías que ocasionan trastornos, pero el ritmo de cambio en los últimos decenios ha causado tensiones tremendas, reflejadas en disparidades enormes dentro de los países, con desfases casi sin precedentes entre los más adinerados y los demás. La desigualdad puede corromper y paralizar el sistema político de un país y con él el crecimiento económico.

El tercer problema es el del envejecimiento de las poblaciones, asunto que plantearía amenazas graves incluso al sistema político mejor concebido. ¿Cómo se asignarán los recursos para el cuidado de los ancianos, en particular en las economías con un crecimiento lento, en las que los sistemas públicos de pensiones y los planes de salud para la vejez son claramente insostenibles? No cabe duda de que unas deudas públicas desorbitadas exacerban el problema, porque se está pidiendo a las generaciones futuras que salden nuestra deuda y paguen nuestras jubilaciones.

La última amenaza se refiere a una amplia diversidad de cuestiones que requieren la reglamentación de unas tecnologías en rápida evolución por unos Estados que no necesariamente cuentan con la competencia o los recursos para hacerlo eficazmente. Ya hemos visto adónde puede conducir una reglamentación deficiente de unos mercados financieros que evolucionan rápidamente. En muchos otros mercados hay deficiencias paralelas.

Un ejemplo destacado es la oferta de alimentos, sector en el que la tecnología ha seguido produciendo cada vez más alimentos elaborados y genéticamente perfeccionados que los científicos tan solo están empezando a evaluar. Lo que se sabe hasta ahora es que la obesidad infantil ha llegado a ser una epidemia en muchos países, con un aumento alarmante de las tasas de diabetes tipo 2 y de las enfermedades coronarias Las intervenciones estatales, consistentes en impartir una mejor formación al respecto, han resultado hasta ineficaces en gran medida. La adicción autodestructiva a los alimentos elaborados, que los economistas considerarían una “internalidad”, pueden reducir la calidad de vida de los afectados por ella y puede acabar creando externalidades para la sociedad.

Todos esos problemas tienen soluciones. Un impuesto mundial al carbono mitigaría los riesgos climáticos, además de aliviar las cargas de las deudas estatales. Para abordar la desigualdad, hace falta una mayor redistribución mediante los sistemas impositivos nacionales, junto con programas mejorados de educación de los adultos, probablemente recurriendo en gran medida a nuevas tecnologías. Se pueden mitigar los efectos negativos de la reducción del crecimiento demográfico relajando las restricciones de las migraciones internacionales y fomentando la entrada de más mujeres en la fuerza laboral o la permanencia de jubilados en ella, pero la de cuánto tardarán los Gobiernos en actuar es una pregunta aún sin respuesta.

Las economías capitalistas han sido espectacularmente eficientes para lograr el aumento del consumo de bienes privados, al menos a largo plazo. En cuanto a los bienes públicos —como, por ejemplo, la educación, el medio ambiente, la atención de salud y la igualdad de oportunidades—, la ejecutoria no es tan impresionante y, a medida que las economías capitalistas se desarrollaban, parecen haber aumentado los obstáculos políticos.

¿Seguirá toda generación futura disfrutando de una mejor calidad de vida que su predecesora inmediata? En los países en desarrollo que aún no han llegado a la frontera tecnológica, la respuesta es casi con toda seguridad que sí. En las economías avanzadas, aunque la respuesta debería ser también que sí, las dificultades están llegando a ser formidables.

 

Publicad en El Comercio, 23 de marzo de 2014.