Anarquía

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 19 de julio de 2019
Para Lampadia

Tildar de traidor al presidente Vizcarra por el permiso de construcción del proyecto minero Tía María, y – peor aún – darle un plazo de 72 horas para que lo anule, denota que el Gobernador Regional de Arequipa es un anarquista. El tipo no reconoce que existe un orden jerárquico en la estructura del Estado donde él no es – precisamente – la máxima autoridad. Perú… país unitario. “¿Qué es eso?” parece decir Cáceres Llica.

Desactivar el Sistema Digital de Gestión Hospitalaria de los hospitales de Ica – con lo cual se lograron eliminar colas y mejorar la atención a los pacientes – y que el Ministerio de Salud no haga nada al respecto, denota que el Gobierno Central no ejerce ninguna rectoría sobre los hospitales regionales. En otras palabras, el sistema de salud pública a nivel nacional está a merced de los Gobiernos Regionales. Eso se llama anarquía. No hay Estado. No hay rectoría. Cada región hace lo que quiere en materia de salud pública.

Reponer a funcionarios públicos destituidos por faltas graves – incluso con fallos ratificados por el Tribunal de la Autoridad Nacional del Servicio Civil – y que ninguna autoridad haga nada al respecto, denota que nadie ejerce ninguna rectoría sobre el orden y la disciplina laboral en los Gobiernos Regionales. La anarquía también está presente en el ámbito laboral estatal.

Saber y no hacer nada frente a fracaso municipal respecto a los servicios de agua potable y tratamiento de aguas servidas a nivel nacional, denota que las funciones y responsabilidades del Ministerio de Vivienda, del Ministerio de Salud, y del Ministerio del Ambiente – entre otros – están por las puras. Y lo mismo se puede decir respecto a los servicios fallidos – a nivel nacional – en materia de recojo de basura y tratamiento de residuos sólidos, y tráfico y circulación de vehículos motorizados.

¡Claro que la relación entre Gobiernos Locales y Gobierno Central es anárquica! Cada alcalde hace y deshace a su antojo.

Puede que suene radical, pero así es. El Estado peruano ha devenido en una anarquía total. Se ha perdido el principio de autoridad. Se ha perdido el civismo. Los frecuentes bloqueos de carreteras son – también – manifestaciones de la anarquía imperante en nuestro país. Y las invasiones de terrenos, igual. Incluso, muchas veces – yo diría, en la mayoría de los casos – son las propias autoridades regionales y municipales quienes fomentan tales actos vandálicos. ¿Cómo se llama eso? Anarquía.

Es una pena. El país se está malogrando. En realidad, desde hace tiempo se viene malogrando. A la anarquía imperante no llegamos de sopetón. Llegamos de a pocos. Como que nuestras autoridades – corruptas – perdieron autoridad moral. Y sus rabos de paja limitaron su accionar frente al desorden y la permisividad se abrió paso.

En efecto. Pareciera que hoy todo está permitido. Insultar al presidente. Maltratar a la ciudadanía. Incumplir las normas. Mentir. Coimear. Robar. Chantajear. ¡Una lástima!

Aparte de recuperar los valores del Incanato – no robes, no mientas, no seas holgazán – debemos recuperar el valor del civismo. El cual conlleva el valor del principio de autoridad.

El trabajo hay que hacerlo en las escuelas. Es decir, en los niños y jóvenes de nuestro país. Ahí está el civismo en ciernes. Ahí está la cura para corregir la anarquía que nos agobia. Lampadia




Política retrógrada y mafiosa

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 8 de marzo de 2019
Para Lampadia

La política peruana es un fracaso – entre otros motivos – por la perversa discontinuidad de los buenos funcionarios del Estado. Veamos el caso del deterioro reciente del servicio de salud pública en Ica.

Como se sabe, Ica fue la única región – a nivel nacional – que logró eliminar las colas en los hospitales públicos. Y ¡vaya que fue difícil lograr dicha mejora! Pero valió la pena. Las expresiones de gratitud y aprecio – de muchos pacientes – fueron muy tiernas y reveladoras.

Para ello tuvimos que confrontar a las consabidas mafias enquistadas en los hospitales de Ica, tal como ocurre en muchos hospitales públicos de todo el país. Entre paréntesis… el gremio médico es mucho más corrupto de lo que cualquier ciudadano común y corriente pudiera imaginar.

Para muestra… unos botones. Abandonos de trabajo, cobros indebidos, agresiones físicas, robos de fármacos, compras de medicamentos vencidos, sustracciones de equipos, falsificaciones de títulos académicos, etc. Ante ello, no nos quedó otra alternativa que aplicar la ley. Esto es, destituir y suspender a un centenar de médicos, enfermeras, técnicos, y funcionarios administrativos que formaban parte de las mafias.

El hecho es que – contra viento y marea – logramos modernizar la gestión hospitalaria. No obstante, la gran mejora se logró cuando digitalizamos el sistema de programación de citas para consultas externas. En realidad… el sistema heredado estaba diseñado – deliberadamente – para facilitar el accionar de la corrupción.

Entonces… la pregunta es ¿por qué cambiaron a los directores – y demás funcionarios – que lograron eliminar las colas y mejoraron la atención de los pacientes? ¿Acaso no hubiera sido mejor mantenerlos en sus cargos… al margen de la alternancia en el Gobierno Regional?

¡Qué sabe el burro de alfajores! ¿Qué puede saber – de gestión hospitalaria – un Gobernador Regional cuya profesión es Ingeniero Civil? Dicho sea de paso, yo también soy ingeniero. Y – por ende – tampoco tenía porqué saber de salud pública.

Sin embargo… lo que sí teníamos que saber – ambos – es si la atención era buena o mala. O más fácil… ¿hay colas o no? ¿Los médicos abandonan – o no – los hospitales para atender a los pacientes en clínicas privadas? ¿Hay robos de medicamentos… sí o no? ¿Hay cobros indebidos… sí o no?

A ese respecto – lamentablemente – las colas, los maltratos, y las coimas han vuelto a los hospitales de la región. Y eso lo sabe el Gobernador Gallegos. Incluso, algunos funcionarios destituidos – cuyas sanciones habían sido ratificadas por el tribunal de SERVIR – han sido repuestos en sus cargos. ¡Qué lástima! Lo que con tanto esfuerzo logramos corregir, se ha echado a perder… ¡en menos de tres meses!

Y lo mismo se puede decir de la discontinuidad en la gestión de otras dependencias del Gobierno Regional. Dependencias que requieren de especializaciones muy propias de cada sector…. cosa que no vemos en la actual administración.

Plan Cero Colas, Coro Sinfónica, Startups Tecnológica, Siembra y Cosecha de Agua, Gran Amauta, Tercerización de Huacachina. “Los programas de la gestión anterior… no van más”. Esa fue la orden. El clientelismo político está de vuelta. Los cargos en el Gobierno Regional se asignan al mejor postor. ¿Meritocracia? A esos tipos no les interesa la meritocracia… a esa gente sólo le gusta la marmaja.

Política retrógrada y mafiosa… ¡cuánto daño le haces al Perú! Lampadia