PMO para la inversión pública, un modelo a replicar

Los Juegos Panamericanos serán, seguramente, los momentos más alegres de este próximo año. En ellos se olvidan las diferencias, los problemas y las preocupaciones. Es el paréntesis de vida más exultante en el que solo se lucen las mejores virtudes, representadas en el espíritu olímpico. Donde ganadores y perdedores festejan por igual. Éstos serán días de entusiasmo, alegría y de la superación de todos nosotros. Y los peruanos debemos seguir dando buenos ejemplos de deportivismo.

Por eso, el buen manejo del proyecto de los Juegos Panamericanos es tan relevante e importante. Quizás en uno de los pocos ejemplos de proyectos públicos bien gestionados en el Perú, la ejecución de las obras para los Juegos Panamericanos de Lima 2019 están cumpliendo todas las metas y objetivos trazados. Según Carlos Neuhaus, director ejecutivo de la Organización de los XVIII Juegos Panamericanos, la clave es la gestión mediante el Project Management Operation (PMO) de la mano del NEC (Entrega de Proyectos Integrados o New Enginnering Contract), ambos asesorados por el Reino Unido.

El presidente de Panam Sports (Organización Deportiva Panamericana) Neven Ilic, calificó las obras realizadas para los Juegos Panamericanos Lima 2019 como “impresionantes”. «Luego de la realización de los XVIII Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, Lima 2019, la capital peruana se transformará en el centro de entrenamiento para los atletas de toda América. En muy pocos países de Latinoamérica he visto esta calidad de construcción», afirmó Ilic.

El cumplimiento de los objetivos en el tiempo acordado de todo el proyecto es producto de una planificación extraordinaria, del cumplimiento que ha tenido cada una de las empresas y de todo el equipo técnico. Para lograrlo, el Reino Unido firmó un acuerdo de gobierno a gobierno con el Perú el año pasado a fin de brindar asesoría técnica al Proyecto Especial de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019 para la organización exitosa de este evento de gran magnitud que dejará un legado para la ciudad y el país. Hasta el momento, mediante este mecanismo, se han podido desarrollar cinco sedes deportivas.

La verdad es que los requisitos de las instituciones de administración pública están aumentando y los proyectos se están volviendo cada vez más desafiantes. La gestión de un proyecto es una actividad compleja, en particular cuando involucra a muchas personas que trabajan durante largos períodos de tiempo y muchas partes con intereses diferentes.

Esta complejidad creciente requiere prácticas de gestión y herramientas que aseguren un uso eficiente de los recursos. Es en este contexto que se decide utilizar el sistema de Gestión de Proyectos (PMO) y los contratos Entrega de Proyectos Integrados (NEC, por sus siglas en inglés).

¿Cómo funcionan?

Lo que plantea el Project Management Institute es gestionar los proyectos públicos en un marco especial que asegure el cumplimiento de los lineamientos de gastos, además de la sujeción a los principios de legalidad y transparencia en la gestión pública. Estas «reglas de juego” insta a que la gestión del proyecto debe «rendir cuentas» mediante los sistemas de monitoreo y seguimiento, dando transparencia a la gestión. Otro de los beneficios es que evita que ocurran actos de corrupción.

Por otro lado, el NEC es un nuevo modelo de contrato de ingeniería y construcción que simplifica el uso del lenguaje jurídico y el manejo de controversias con el objetivo de evitar modificaciones contractuales (‘adendas’). Permite que las obras sean adjudicadas sin pasar por la Ley de Contrataciones del Estado, y las demoras que esta pueda generar, por reclamos de postores ante discrepancias en el contrato.

Los NEC fueron diseñados por el Institution of Civil Engineers (ICE) del Reino Unido y fue el modelo usado para construir las obras de las Olimpiadas de Londres 2012. Están pensados para gestionar proyectos de gran envergadura, desde la ingeniería hasta los servicios y las compras menores de bienes.

“El NEC es un sistema de construcción hecho por ingenieros para ser manejados por ingenieros”, explicó Neuhaus. Es una modalidad ‘fast track’ de construcción en el que el diseño y la ejecución avanzan paralelamente. Por su lado, Amalia Moreno, jefa del área legal del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos, explicó que no es difícil adecuar los NEC a la legislación peruana. “El contrato NEC es modificable. Incorporamos aspectos del Código Civil peruano, condiciones de penalidad de la Ley de Contrataciones del Estado, y así vamos adecuándolo. Pero la esencia es simplificar las contingencias constructivas”.

¿Quieres formar parte?

De hecho, la cultura que han creado en el proyecto es tan interesante que están teniendo mucha acogida con el programa de voluntariado. ¿Por qué ser un voluntario? Principalmente, brinda la oportunidad de ser reconocido por tu trato amable a invitados nacionales y extranjeros, de promover nuestra cultura peruana, tradición y gastronomía, ser parte de los Juegos creando el sentido de pertenencia a este evento y trabajar en equipo con jóvenes que buscan un cambio positivo en nuestro país.

Carlos Neuhaus, destacó la importancia de los voluntarios en la mayor fiesta multideportiva del continente. “Tenemos un gran espíritu deportivo y por ello vamos a lograr unos Juegos por encima de las expectativas. Acá jugamos todos y tenemos el respaldo al ser un compromiso de estado. La imagen del Perú está de por medio. Los peruanos unidos lo podemos todo. El voluntariado es una parte importante porque nos ayudarán en la tarea titánica. La mitad de la importancia de los Juegos son los voluntarios”, afirmó Neuhaus.

Conclusiones

Con el fin de contribuir con el legado de los juegos, en mayo de este año se anunció la conformación de una Mesa de Trabajo en Infraestructuras entre el Perú y el Reino Unido para ayudar al Perú a abordar la brecha de infraestructuras rescatando las mejores experiencias de gestión y contratación de los Juegos Panamericanos 2019.

Tenemos grandes retos en el Perú de obras por realizar y una gran cantidad de ejemplos de proyectos de infraestructuras con problemas de cumplimiento de objetivos. Para poder reactivar los proyectos, debemos compartir estos nuevos y mejores modelos para la gestión de proyectos que puedan ser utilizados para lograr reducir la gran brecha de infraestructura que tenemos. Lampadia

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Se le acabó la ‘Tina’ a Petroperú

En estos días estamos indignados con los daños ambientales causados por los derrames de petróleo por la gran empresa pública peruana, Petroperú. Además, es importante subrayar que nuestra indignación debe ser doble, pues también tenemos que asumir la indignación que se habría producido por parte de las cúpulas de izquierda,  ambientalistas y comparsas mediáticas, de haberse producido los derrames en una empresa privada.

El caso del oleoducto norperuano es una suerte de manual de errores y omisiones en el desarrollo y gestión de proyectos. Éste se construyó por orden de militares metidos en política, quienes asumieron que en la selva habría un mar de petróleo. Se sobredimensionó el tubo, pero nunca se llenó. Por ello, no se cumplió con la estipulación para la protección de la corrosión que se daría con el tubo lleno. Por esa razón  no se le dio protección galvánica al tubo, y por lo tanto su deterioro se habría acelerado.

Por el lado del financiamiento del oleoducto, los gobiernos de la dictadura militar, Belaunde II y García I, le hicieron ‘perro muerto’ al Japón. Hace pocos años se logró pagar la deuda a JAPECO mediante la emisión de bonos que terminaremos de pagar recién el 2026.

Una historia de novela. ¿Cómo serán los detalles?   

Después de los derrames resulta muy molesto tener que soportar las declaraciones del presidente de Petroperú, Germán Velásquez Salazar, con su actitud prepotente y de tono velasquista (se le movió el cerro, dice).

Toda obra de esta naturaleza tiene un ciclo de incidencias que debe ser debidamente cuidado y gestionado. El siguiente gráfico indica cómo el inicio de operaciones de estas obras genera fallas de alta severidad y frecuencia. Al asentarse la instalación, las fallas disminuyen sustancialmente por un largo tiempo, el período de vida útil. Sin embargo, si el mantenimiento adecuado no se hace a tiempo o no se reemplazan los materiales agotados o corroídos, la instalación entra en una nueva fase de fallas con alta frecuencia y severidad. Esta suerte de curva, como se ve en el gráfico, se llama: ‘Tina’.  

Pues resulta que el oleoducto ya cumplió con creces su ciclo de vida. Su nivel de corrosión debe ser altísimo. Por ello se han multiplicado las fallas y cada vez son más severas. “Recientes roturas no son casos aislados, sino que reiterados derrames han afectado regiones de Amazonas, Loreto, Piura y Cajamarca”, informó la OEFA. Por ejemplo, una de las últimas fallas ha sido longitudinal, lo que confirmaría un daño masivo por corrosión.

Datos de interés

(Fuentes: Wikipedia, Andina, Perú21, La República, El País de España, Reuters)

En 1972 el Gobierno encargó los estudios para la construcción del Oleoducto. Se contrató el diseño con Bechtel en 1973. En 1976, la Estación 1 recibió petróleo y el crudo llegó a Bayóvar en 1977. El mismo año se  realizó el primer embarque a la Refinería de La Pampilla. Posteriormente se construyó el Ramal Norte, que entró en operación en febrero de 1978. 

En diciembre 2005 el gobierno peruano colocó bonos por un total de S/. 811 millones (US$ 238) para pagar la deuda con la firma japonesa JAPECO, por la construcción del oleoducto Norperuano. Los bonos fueron colocados a 14 años y medio, con una tasa de interés de 7.84%. El 2006 se colocaron  bonos adicionales por US$29 millones con vencimiento al 2026 a una tasa de un 8.15%, con el mismo propósito. Recién el 2026 saldaremos esta obligación. 

En julio del 2008, el entonces presidente de Petroperú, declaró que el mejoramiento y modernización del Oleoducto Norperuano demandaría una inversión de US$ 840 millones más 50 millones de dólares por pequeños ‘loops’.

Mientras tanto Petroperú, el dueño del oleoducto, fue eximido de todo tipo de control, en sus procesos de compras e inversiones se le alejó del control de la Contraloría y de la supervisión de Fonafe, que ejerce la representación del Estado en el accionariado de las empresas públicas. Así se consolidó la conversión de Petroperú en la ‘Caja-Chica (Grande)’ de los sucesivos gobiernos, desde el de Toledo hasta el de Humala.

En febrero del 2016, el diario Gestión reportó que: El Oleoducto Norperuano sufrió veinte derrames por roturas en los últimos cinco años. “Recientes roturas no son casos aislados, sino que reiterados derrames han afectado regiones de Amazonas, Loreto, Piura y Cajamarca, reportó informe del OEFA”.

“Los dos últimos derrames no son casos aislados. En anteriores oportunidades se han tenido emergencias similares como consecuencia de fallas en los tramos de dicho oleoducto”, subraya el OEFA.

“Tener veinte accidentes en cinco años, a razón de cuatro accidentes por año, no es una cuestión menor”, subrayó Aranda, presidente del Comité de Asuntos Ambientales de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE).

Pues Petroperú habría caído en la trampa de la ‘Tina’, una situación que es consecuencia directa de la mala gestión típica del manejo de las empresas públicas. Los Petroperú ‘lovers’, como Humberto Campodónico, debieran analizar esta situación. Hasta hace poco, ellos flameaban los pendones de Petrobras como ejemplo de política petrolera. Luego de los acontecimientos de la ominosa corrupción de la petrolera brasileña se refugiaron destacando a la colombiana Ecopetrol, pues esta acaba de anunciar pérdidas de US$ 1,200 millones el 2015, que, por supuesto, achaca a las reglas de contabilidad internacionales (típico).

Ahora Petroperú está embarcado en construir una nueva refinería en Talara, ¿será ésta una nueva historia de novela? Lampadia