14 señales para identificar el fascismo

El fascismo, como sistema político, siempre ha estado presente en mayor y menor grado en varios regímenes autoritarios durante el período de la posguerra y bajo diferentes banderas políticas tanto de derecha como de izquierda.

Al ser además un término usado de manera peyorativa entre contrincantes políticos, por las atrocidades cometidas por la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini en la primera mitad del siglo pasado, tiende a ser un sistema que pretende mantenerse encubierto en los gobiernos, lo cual dificulta su identificación.

En esta línea, el famoso y recientemente fallecido escritor y filósofo italiano Umberto Eco desarrolló en 1995 lo que él denominó como las 14 señales para identificar el fascismo (ver artículo líneas abajo), como una suerte de guía para identificar fácilmente los regímenes fascistas que asechan la libertad individual en los países.

Consideramos que es relevante compartir dichas ideas porque nos puede ayudar a vislumbrar de una manera más clara respecto a qué recursos recurren los líderes políticos cuando desean instaurar regímenes autoritarios y antidemocráticos, que son característicos bajo esta forma de gobierno.

En Lampadia estamos a favor de los sistemas democráticos, que admiten total libertad económica, que respeten la propiedad privada y los derechos fundamentales de los individuos, principios que muchas veces se ven atentados en esta clase de regímenes, además de los socialistas.  Lampadia

Las 14 señales de alerta del fascismo según Umberto Eco

Este filósofo propuso una serie de síntomas que advierten de la aparición de esta ideología.

La política siempre ha sido un elemento integrado en la vida humana, tanto en lo que nos afecta colectivamente como en lo que tiene que ver con nuestra individualidad. Sin embargo, algunos fenómenos sociales dejan más huella que otros, y en algunos casos, para mal.

Elclubdeloslibrosperdidos.org
Agosto, 2018
Glosado por Lampadia

¿Qué es el fascismo?

Técnicamente, el fascismo es un movimiento político y una ideología asociada a este que se basan en la defensa de una política basada en la identidad “esencial» de la población, el uso de la violencia para reprimir a la oposición política y el uso de una economía dirigida estatalmente que, a su vez, favorece a grandes empresas debido a su corporativismo.

En un principio el término fascismo se utilizaba para llamar la deriva política impulsada por Benito Mussolini en la primera mitad del siglo XX, pero también puede denominar otras propuestas políticas recientes y similares a la original, como el peronismo o el kirchnerismo en Argentina o ciertas inclinaciones de Donald Trump en EEUU.

En nuestro tiempo, en que los viejos «proletarios» se están transformando en pequeña burguesía (y el lumpen se auto excluye de la escena política), el fascismo encontrara en esa nueva mayoría su público.

Umberto Eco advirtió que «Cada vez que un político pone en duda la legitimidad del Parlamento por ya no representar la «voz del pueblo», se puede sentir el olor de Fascismo».

Por su actualidad y porque nos ayuda a entender lo que ocurre en Brasil y en el mundo de la globalización, publicamos las «14 Iecciones» que nos dio en 1995 para identificar al fascismo.

Compartimos esta breve lista de las 14 características del fascismo según Umberto Eco. Para los interesados, el texto completo de la conferencia se encuentra en línea con el título «EI fascismo eterno».

1. Culto de la tradición.

De los saberes arcaicos, de la revelación recibida en el alba de la historia humana encomendada a los jeroglíficos egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de algunas religiones asiáticas.

2. Rechazo del modernismo.

La Ilustración, la edad de la Razón, se ven como el principio de la depravación moderna. En este sentido, el Fascismo puede definirse como irracionalismo.

3. Culto de la acción por la acción.

Pensar es una forma de castración. Por eso la cultura es sospechosa en la medida en que se la identifica con actitudes críticas.

4. Oposición sistemática a la más mínima crítica

EI rechazo total a las críticas permite hacer y deshacer cualquier clase de iniciativas sin tener que dar explicaciones ni rendir cuentas ante nadie.

5. Miedo a la diferencia.

EI primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente fascista, es contra los intrusos. EI Fascismo es, pues, racista por definición.

6. Llamamiento a las clases bajas frustradas.

En nuestra epoca el fascismo encontrara su público en esta nueva mayoría.

7. Apelación constante a una amenaza que no desaparece

Estar todo el tiempo apelando a una amenaza eterna permite introducir el estado de excepción, gracias al cual el partido político puede incumplir la legalidad vigente «por el bien del pueblo».

Los casos de terrorismo de estado son un claro ejemplo de esto.

8. Búsqueda constante de culpables externos

Culpar de todo a quien está fuera del sistema de propaganda y que no se puede defender permite desplazar la atención sobre los fallos del partido o, si quedan revelados, se muestran como equivocaciones dadas en la lucha contra un mal mayor.

9. Llamamiento constante a una clase social descontenta

Esla no es una característica que de por sí defina al fascismo, ya que se hace desde muchas tendencias políticas.

Sin embargo, el fascismo se reivindica como la única voz de esa parte de la población, como si en ella no existiese la pluralidad.

10. Apelación constante a la voluntad del pueblo

Se intenta apropiarse de las reivindicaciones populares haciendo que pasen a lo institucional y alii se disuelvan y se confundan con los objetivos políticos de los líderes del movimiento fascista.

11. Utilización de un líder carismático que representa al pueblo

EI líder es el reflejo del pueblo, y como tal habla en su lenguaje y trata de expresar las mismas preocupaciones que el estereotipo de la parte de la población a la que apela.

Sus decisiones personales y sus gustos y preferencias son tomadas como un asunto público, ya que es la encarnación de la voluntad popular.

12. Uso de discursos de vocabulario sencillo y basado en tópicos

La utilización de palabras con significado muy amplio permite producir discursos que, pese a que parecen muy claros, no contactan con la realidad.

Normalmente el único mensaje que se da tiene que ver con las ideas más impactantes, como quien tiene la culpa de algo o la actitud que el partido va a tener frente a un hecho, pero no se concreta demasiado.

13. Populismo cualitativo, oposición a los gobiernos parlamentarios.

Cada vez que un político arroja dudas sobre la legitimidad del parlamento porque no representa ya la voz del pueblo, podemos percibir olor de Fascismo.

14. Neolengua.

Todos los textos escolares nazis o fascistas se basaban en un léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la finalidad de limitar los instrumentos para el razonamiento complejo y crítico.

Pero debemos estar preparados para identificar otras formas de neolengua, incluso cuando adoptan la forma inocente de un popular reality show.

Lampadia




Brasil apuesta por flexibilidad laboral

Increíblemente, hasta la semana pasada, el Brasil mantuvo la vigencia de la legislación laboral que estableció el presidente Getulio Vargas en 1943, un régimen laboral que se basó en la ‘Carta del Lavoro’ de la Italia fascista de Mussolini.

Después del tremendo fracaso del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), con Lula da Silva y Dilma Rousseff, el gobierno interino de Brasil está llevando adelante un programa de reformas que buscarían rescatar al país de la situación de estancamiento y pérdida de competitividad que los ha sacado de los BRICS y de la ruta de la prosperidad.

La estructura del Estado brasileño es tan arcaica que su régimen laboral respondía  a la filosofía del fascismo italiano. Algo que nadie se atrevió a cambiar durante más de siete décadas. Pero como ‘la necesidad tiene cara de hereje’, habiendo tocado fondo, Temer, un presidente cuestionado y precario, ha promulgado una ley sancionada por el senado (50 a 26) la semana pasada y, previamente, aprobada por 27 a 10 en el comité de la cámara baja.

http://noticiasdesantaluz.com.br
Fuente: noticiasdesantaluz.com.br

En el proceso de reformas que ha emprendido Brasil, el mes pasado se promulgó la ‘ley del outsourcing’ o tercerización, que libera completamente la capacidad de las empresas para tercerizar cualquier función. Ahora, con la reforma laboral, se rompe la base de poder de los sindicatos; hasta ahora subvencionados por el Estado y que permitía que las izquierdas contaran con amplios fondos para sus objetivos políticos. Para el PT, esto significa el fin del financiamiento de miles de sus militantes dedicados a la manipulación de los trabajadores.

El presidente de la Corte Laboral Superior de Brasil, Ives Gandra da Silva Martins Filho, abogó por la reforma, temiendo que el modelo actual desestabilice la economía como en Venezuela. Durante los debates de la reforma, afirmó: «No podemos decir que todo está mal, pero si las cosas continúan como ahora, subirá el desempleo. Tenemos que hacer algo (…) si no arreglamos los temas laborales, si no podemos reestructurar la economía, las cosas se pueden desestabilizar a tal punto que nos encaminemos en la dirección de Venezuela».

En buena medida, la reforma es mérito del diputado federal Paulo Martins, que inició la lucha por el fin del impuesto sindical, uno de los puntos más importantes de la reforma y que saca un poder ilegítimo de las manos de los sindicatos capturados por la extrema izquierda.


Fuente:  i1.wp.com

En su Facebook, Paulo Martins escribió: «Por 50 votos a favor y 26 en contra, el Senado aprueba el FIN DEL IMPUESTO SINDICAL. Gracias a todos que siempre apoyaron la causa. Libertad a los trabajadores y fin del peleguismo (modalidad del sindicalismo establecido por Getulio Vargas). Sé que tengo mucho que hacer por el país, pero ser autor de un proyecto en esta materia me satisface mucho. Gracias Señor».

La nueva legislación trae tres cambios fundamentales:

  • Elimina el impuesto sindical obligatorio, que creaba y financiaba una capa de dirigentes sindicales pagados por el Estado
  • Flexibiliza las relaciones laborales facilitando la contratación y el despido de trabajadores, con las debidas compensaciones monetarias
  • Posibilita la negociación individual entre el trabajador y la empresa

Sintomáticamente, la OIT silenció la reforma laboral de Brasil. Se negó comentar oficialmente la aprobación de la reforma laboral y hasta alegó que un documento (suyo) enviado a los sindicatos brasileños con opiniones sobre las propuestas votadas no representaba la posición oficial de la entidad.


Movilizaciones de protesta


La reacción de los opositores

El mes pasado, las autoridades brasileñas habían acusado a la entidad a adoptar una postura política y el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, llegó a exigir que la OIT se limite a tener una posición técnica al tratar los temas domésticos de Brasil. La OIT destacaba que la reforma violaría una serie de convenciones internacionales de las que Brasil es signatario.

Puntos importantes de la reforma:

  • Negociación Colectiva. Se da valor legal a los contratos que se firmen como producto de negociaciones colectivas
  • Se permiten contratos temporales. Se extienden de 90 a 120 días, más ampliaciones de otros 120 días
  • Se permite el trabajo a tiempo parcial
  • Se fija como máximo de trabajo diario 12 horas. Los sobretiempos en cuatro horas por semana, extendiendo las horas de trabajo semanal de 44 a 48 horas
  • Se dificultará el equiparar salarios de empleados que ejerzan la misma función, pero que trabajen en empresas diferentes de un mismo grupo económico
  • Las gratificaciones de cargos de confianza no integrarán el salario
  • El despido colectivo no necesitará el acuerdo del sindicato
  • El que se adhiera a un plan de renuncia voluntaria no podrá reclamar derechos posteriormente
  • La perder del título la profesional será causa justa de despido en los casos en que sea requisito para ejercer la profesión, tales como médicos, abogados o conductores
  • Se podrá usar el arbitraje para resolver conflictos laborales
  • La contribución de los trabajadores a los sindicatos será voluntaria, para trabajadores y empleadores
  • Trabajo autónomo no puede tener características de exclusividad, eventualidad y subordinación. Un trabajador autónomo que preste servicios continuamente y con exclusividad no es considerado como empleado, siempre que se establezca contractualmente
  • Las reglas del «teletrabajo» (trabajo a distancia) deberán constar en el contrato. Los contratos antiguos podrán ser modificados si hay acuerdo de las partes
  • Se pueden negociar las condiciones de trabajo entre representantes de los trabajadores y empresas. Manteniendo los límites de la Constitución

Flexibilización del despido

Actualmente:
Si el trabajador dimite o es despedido por causa justa, no tiene derecho a retirar FGTS (Fondo de Garantía por Tiempo de Servicios), seguro de desempleo y no recibe compensación.
Si se despide sin justa causa, recibe una compensación adicional de 40% sobre los depósitos del FGTS, puede sacar el fondo y tiene derecho a seguro de desempleo. 
 
Pos reforma:
Además de las reglas anteriores, empleador y empleado pueden llegar a un acuerdo para  el despido. En ese caso, el trabajador recibe una compensación adicional de 20% del FGTS, puede retirar hasta el 80% del fondo y no tiene derecho a seguro de desempleo.
La adhesión voluntaria al despido, o el despido individual, suspenden los derechos laborales y no podrán ser reclamados posteriormente en procesos judiciales

El mensaje para el Perú
En el Perú, la legislación laboral ha ido fluyendo hacia el establecimiento de instituciones obsoletas como la ‘estabilidad laboral’, que destruye empleo o lo desvía hacia empleo precario, informal e ilegal, sin ninguna protección social.

Un caso clásico de un ‘remedio peor que la enfermedad’. La rigidez a la que se ha llegado, por decisiones judiciales y de interpretación constitucional equívocas, ha hecho mucho daño, precisamente a los trabajadores.

Sin embargo, es ardorosamente defendida por castas sindicales que solo representan a mínimas proporciones de los trabajadores y que solo sirven para dar ingresos a los dirigentes, detentar presencia mediática y política, y recibir cariño de la OIT y otras ONGs.

No hay manera que el Perú logre ofrecer trabajo digno universal si no llevamos a cabo un profunda reforma de la legislación laboral. Para ello es indispensable empezar por comunicar a los ciudadanos los problemas actuales, los beneficios de las alternativas regulatorias y las posibles líneas de acción. Esta casa ofrece sus espacios para promover un análisis serio del régimen laboral peruanoLampadia

Fuentes:
– O que muda com a aprovazao da reforma trabalhista
-Abogado Marcelo Mascaro: 14 cambios de la reforma laboral que poca gente sabe
– Como ficam as negociacoes entre patroes e empregadoscom a reforma trabalhista
– Reforma trabalhista: saiba o que pode mudar
– Comcoragem, Paulo Martinsdeu inicio aoprojeto que hojecoloconumfimna escravidao sindical
– Pressionada, OIT silencia diante de reforma trabalhista no Brasil




Porqué el populismo le está ganando a los liberales

El analista del Financial Times, Vernon Bogdanor, del King´s College de Londres, analiza el libro de Edward Luce, ‘El Retroceso del Liberalismo Occidental’ (ver artículo glosado líneas abajo). Su mensaje principal es que los liberales perdieron contacto con los ciudadanos ‘dejados atrás’ por la economía de las últimas décadas.

Como hemos visto varias veces, en los países más ricos se ha incrementado la desigualdad en paralelo a los avances de la globalización y el libre comercio que habrían deslocalizado el trabajo hacia los países emergentes ‘como China y México –Trump dixit’. Países que, al mismo tiempo, han tenido sus mejores épocas de crecimiento y reducción de la pobreza, incluyendo al Perú.

Fuente: ABC.es

Efectivamente, en los países ricos, desde la crisis del 2008/9, se descuidó a los segmentos de población que vieron debilitada su situación económica. Esto originó que estos países importen el populismo como base del nuevo discurso político, ocultando que buena parte de los impactos en la desigualdad se debían a los impactos de la ‘Cuarta Revolución Industrial’, que ha generado una inmensa ola de automatización y debilitamiento de los empleos tradicionales.

Ahora bien, ¿cómo es que siendo nuestra realidad, contraria a esa experiencia (en el Perú crecimos con reducción de la desigualdad y hasta dinamizamos el sector rural),  nuestras izquierdas desarrollaron un lenguaje político que también acusa y asocia a la globalización y al libre comercio como responsables de lo que aún tenemos que avanzar en la mejora de la vida de todos los peruanos?

Durante los últimos largos años, siempre nos llamó la atención que, por ejemplo, los economistas ligados a la PUCP, como Javier Iguiñiz, Alan Fairlie, Félix Jiménez y Pedro Francke, entre otros adoptaran el lenguaje y el análisis que estaba alimentando la política populista de EEUU a la realidad de la política del Perú. Recordemos que estuvieron en contra con la apertura comercial, por ejemplo, durante el debate del TLC con EEUU, donde gran parte del establishment peruano estaba en contra del acuerdo, sin embargo, el 75% de la población lo aprobó. Asimismo, son crpiticos de la globalización y las inversiones de la mimnería moderna. 

Pues resulta que estos despistados economistas, que no generaban ideas propias, solo se alimentaban de los papers de algunas universidades de EEUU y extrapolaban varios de los argumentos para utilizarlos en sus prédicas en el Perú. Ellos, eventualmente llegaron a crear suficiente confusión como para viabilizar la victoria de Humala, que recogió todos sus absurdos planteamientos e interrumpió el mejor período de crecimiento e inclusión de nuestra historia, además de malograr el análisis causa-efecto de la transformación de nuestra economía, desde la de un Estado fallido a Estrella Internacional.

Ahora con Trump al mando del país que, históricamente, ha liderado la globalización y el libre comercio. Hoy, más que nunca, es muy importante que países emergentes como el Perú tomen una posición anti populismo y reafirmen su opción por un mundo más globalizado y una economía abierta, destacando la importancia del comercio internacional para nuestro desarrollo económico y para beneficio e inclusión de nuestros pobres en la economía de mercado. Lampadia

Los liberales el contacto con los ‘dejados atrás’

En su libro, «The Retreat of Western Liberalism» (El retroceso del liberalismo occidental), Edward Luce describe el camino desde la crisis financiera global a la revuelta populista
 
Fuente: © AFP

Vernon Bogdanor
Profesor de Gobierno en el King´s College, Londres
Financial Times
10 de abril de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

En la primera mitad del siglo XX, la democracia parecía una planta frágil. Hacia 1942, solo quedaban 12 democracias en el mundo. Pero con la derrota del fascismo y, unas décadas después, el colapso del comunismo, las democracias liberales parecían como la ola del futuro. 

Esa esperanza ya no es sostenible. Freedom House, encuentra que desde 2008 son más los países que han restringido las libertades, que los que las aumentaron. En el  2016, ha habido retrocesos  en derechos políticos, libertades civiles o ambas en democracias liberales como Dinamarca, Francia, España y EEUU, así como en Hungría y Polonia. en los Estados Unidos, en los Estados Unidos y en los Estados Unidos, así como en Hungría y Polonia. La ‘primavera árabe’ se tornó en un invierno; mientras en Europa nos felicitamos cuando en Austria y Francia, los partidos de orígenes fascistas quedan segundos.

Como Edward Luce anota en su oportuno libro, las amenazas para las democracias liberales no vienen de afuera como en los años 1930s y en la guerra fría, ahora vienen de adentro. Donald Trump es el síntoma, no la causa de esa amenaza: el populismo.

Así como el nazismo fue producto del ‘crash de 1929’, Luce cree que el populismo agarra viada con la crisis financiera del 2008, que erosionó el racional de los privilegios de las élites financieras. Esa élite, que fue aclamada por sus supuestas habilidades en los análisis de riesgos, ahora está expuesta como cortoplacista, tonta y sin ética. Sin embargo los banqueros, a diferencia de sus víctimas, emergieron  ilesos, asumiendo convertidos una suerte de socialismo cuando tuvieron que depender del Estado para salvarse.

La élite política, también pareció sometida a reglas diferentes de las aplicables a la población en general. En Inglaterra, los miembros del parlamento manejaban sus gastos de maneras que para otros hubieran significado su despido. Hillary Clinton no podía entender porqué se había objetado que recibiera US$ 675,000 de Goldman Sachs por honorarios de presentaciones, mientras que en Francia, la corrupción de sus  líderes llegó a ser tomada por dada.

Todo esto alimentó el populismo, cuyo grito era que las diferencias entre la izquierda y la derecha no importaba, pues las diferencias reales estaban entre el pueblo y toda la clase política. Los populistas representaban al pueblo, así que cualquiera que se les opusiera, se estaba oponiendo al pueblo, «We are the people» (nosotros somos el pueblo).

Según Luce, los liberales no han entendido lo que está sucediendo. Se han desconectado de la gente. Los demócratas con Clinton, New Labour (el nuevo laborismo), los conservadores con David Cameron y los socialistas franceses, que buscaban ganar a los candidatos aspirantes. Se olvidaron de los perdedores de la sociedad, los miraban sobre el hombro, como cuando Hillary Clinton llamaba ‘deplorables’ a los partidarios de Trump. Los liberales aprobaban la globalización, el multiculturalismo, el la economía de mercado y formas de vida alternativas, una agenda sin mucho atractivo para los ‘dejados atrás’. El liberalismo se había convertido en la ideología de la elite meritocrática.

Barack Obama y Hillary Clinton, como Cameron y François Hollande, pertenecen a las clases de los que pasan los exámenes. Eso los incapacitaba para entender a los que formarían la base pétrea de los partidarios de Trump, mientras los compromisos de la social democracia abrieron un nuevo camino a la izquierda – Bernie Sanders, Jean-Luc Mélenchon, Jeremy Corbyn. Para oponerse a todos ellos, todo lo que la izquierda moderada tuvo para ofrecer fue el cansado vocabulario del consultor de negocios,  «McKinsey – la lengua franca de Davos».

Luce es mejor diagnosticando que planteando los remedios. Pero está en la cierto al enfatizar la importancia de un programa radical de habilidades para los ‘dejados atrás’.

Pero, más fundamentalmente, los liberales deben volver a aprender el lenguaje del patriotismo. Para la revolución de Trump, como para el Brexit, está en la base para restablecer la autoridad de la nación. Los liberales han fallado al pensar que su tarea  era debilitar el patriotismo, en vez de fortalecerlo.Lampadia




Memorias del comunismo

Por Antonio Elorza

(El País, 17 de Noviembre del 2014)

Cuando hace 25 años cayó el muro de Berlín, pareció iniciarse el principio del fin del comunismo. Fue una impresión confirmada por el desplome de la URSS a fines de 1991. Sin embargo, desde entonces los regímenes comunistas extraeuropeos han resistido, unas veces mediante su transformación en dictaduras donde los partidos comunistas han regido un floreciente capitalismo de Estado (China, Vietnam), otras por medio de aberrantes autocracias (Corea del Norte), incluso alguna vez por la fórmula castrista de la revolución subsidiada. En todos estos casos, dada la certidumbre asumida por los ciudadanos de que la historia sangrienta de Tiannanmen podía repetirse. A su vez, la intervención de Gorbachov hizo posible que las movilizaciones populares dieran en tierra con las dictaduras comunistas en el Este europeo.

Los acontecimientos de Hungría en 1956 y de Praga en 1968 probaron que la supervivencia de los regímenes comunistas dependía de la represión efectiva o potencial ejercida por la URSS. Brezhnev se lo explicó al eslovaco Dubcek tras la invasión del 68: no estaban dispuestos a retroceder de las fronteras imperiales de 1945, ni a renunciar a la tutela ejercida desde el interior en los partidos satélites, ni a tolerar una evolución hacia la democracia. El impulso revolucionario del comunismo se había agotado y solo contaban las maniobras de dominación a cualquier precio. La camaradería había cedido paso al gangsterismo, anotó Zdenek Mlynar, cerebro de la primavera de Praga. Cuando Gorbachov intentó las reformas, soñando con una nueva edición de la NEP de Lenin, carecía ya de toda posibilidad.

Viajando al mundo del “socialismo real” en torno a 1980, resultaba evidente el anquilosamiento ideológico y la voluntad punitiva de unos burócratas dispuestos a aplastar toda alternativa. En su visión tradicional: “socialdemocracia” y “eurocomunismo” caían en el mismo saco que los fascismos. El “socialismo realmente existente” aspiraba a la eternidad, a la sombra del inefable “marxismo-leninismo”. Nada había que hacer. Eso sí, con el ensayo de perestroika, Gorbachov propició involuntariamente el hundimiento; de ahí el odio visceral contra él, especialmente por parte de quienes recibían los privilegios de la nomenklatura.

De acuerdo con el patrón fijado por Stalin, el comunismo soviético regía, bajo el descontento, la vida política de las democracias populares. Entretanto, el enorme prestigio de la “patria del socialismo” en los años treinta había caído en medios intelectuales, aunque no entre los trabajadores. Y en Italia, Francia y España, la resistencia antifascista confirió además a los respectivos partidos comunistas el aura de la democracia. Fue la raíz del comunismo democrático o eurocomunismo, boicoteado desde la URSS, y sobre todo por el fin de la coyuntura económica alcista de posguerra. Sin olvidar las propias contradicciones. Pensemos, no solo en el cuasi-soviético PCF, sino en un Santiago Carrillo que asociaba su eurocomunismo con el “partido de siempre”, el de Stalin. El PCI quedó solitario “en medio del vado”, según la expresión de Giorgio Napolitano.

Las trágicas enseñanzas del leninismo y del estalinismo debieran seguir del todo vigentes

La apertura de archivos desde la caída de la URSS vino a modificar una importante imagen tradicional, según la cual existiría un buen comunismo soviético, el de Lenin, cuya brutalidad era justificada por la guerra civil, y luego la degeneración tiránica y criminal de Stalin, saco de los golpes desde el XX Congreso (1956). Hoy sabemos que el terror de Stalin, con sus prácticas genocidas, se encuentra ya en Lenin, como instrumento de gobierno, lo mismo que el rechazo tajante de la democracia. En esto, Stalin es más flexible: admite los frentes populares, la defensa antifascista de la democracia; eso sí, para luego destruirla mediante las “democracias populares”. Desde 1960 el movimiento comunista fue en Europa como una piel de zapa que iba encogiéndose en torno sus implantaciones tradicionales. El fogonazo del prestigio de Mao en torno al 68, seguido por las victorias del 75, en Vietnam y Camboya, se vio anulado al conocerse los desastres del “gran salto adelante” y de la “revolución cultural”, y sobre todo el genocidio de los jemeres rojos, vinculado además en orígenes y formas de barbarie al comunismo europeo.

A pesar del Gulag, de los millones de muertos en el salto adelante maoísta y de los jemeres rojos, la memoria del comunismo, movimiento totalitario puro y duro, se ha salvado de la condena global que recayera sobre nazismo y fascismo. Es algo peligroso por la facilidad con que su componente de violencia represiva reaparece en los movimientos radicales posteriores. Con decir que el “capitalismo es criminal” y que el “comunismo soviético” fue ingenuo, todo se resuelve, cuando las trágicas enseñanzas del leninismo y del estalinismo debieran seguir del todo vigentes. Satanizar sin más al bienestar económico —“los ricos”— en nombre de una sacralización, hoy de “los pobres”, como antaño del proletariado, para poner al mundo upside down, lleva siempre a la persecución de aquellas minorías. No solo por explotadoras, sino como culpables de desconocer que la virtud y la razón residen en la vanguardia revolucionaria. Así nació la checa, y tras ella sucesivas formas de destrucción del hombre. Solo cuando los partidos comunistas, desde los frentes populares a los años setenta, lucharon contra el fascismo y por la democracia, asumiendo un papel de fuerzas reformadoras, consiguieron invertir esa imagen histórica.




Hombres valientes amenazados por la intolerancia

Un principio básico de la democracia es que todo hombre o mujer pueda decir lo que piense, sienta y crea libremente. Este principio es parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Conquistar y mantener este derecho y la libertad de los hombres, no ha sido ni es sencillo. La lucha contra la intolerancia es permanente.  El reciente avance de ISIS en Siria e Iraq ha desenterrado el odio religioso. Miles de personas han sido asesinadas por los autodenominados combatientes islámicos, por el solo hecho de profesar otra fe. Crucificados, degollados o simplemente ultimados de un tiro en la cabeza, ISIS ha desatado la barbarie contra todo aquel que no siga la interpretación equivocada, antojadiza y violentista del Corán.

Los peligros del fanatismo religioso fueron entendidos y denunciados luego de que fuera asesinado en Ginebra el teólogo y médico español Miguel de Servet. La sentencia dictada en su contra por Calvino (quién se oponía a la intolerancia de la Iglesia Católica) en 1553 es un ejemplo de la más absoluta intolerancia: 

“Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro (…) contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes. Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y (…) te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas (…)”.

La ejecución de Servet condenó al calvinismo y lo dejó sin autoridad moral, horrorizó al mundo académico de entonces y sigue despertando indignación, pero dio inicio a la polémica y al desarrollo de doctrinas que llevaron a respetar la libertad religiosa y de pensamiento. Como señaló en su momento el teólogo Sebastián Castellio: “Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un hombre”. Stefan Zweig documenta este pasaje de la historia en su magnífico libro: “Castellio contra Calvino, Conciencia contra Violencia”.

El martirio de Servet serviría para que se desarrolle el principio de libertad de conciencia (opinión o expresión), que fue concebido por los filósofos de la Ilustración (Montesquieu, Voltaire y Rousseau) y que fue adoptado por los padres fundadores de los Estados Unidos y recogido en la Constitución que redactaron, así como luego por los revolucionarios franceses y por las naciones que se adhirieron a los fundamentos democráticos.

A pesar de que este principio luego se universalizaría, los diferentes totalitarismos del siglo XX, como el fascismo y el comunismo en Europa y el etnicismo (en Ruanda, África), llevaron la intolerancia a niveles indescriptibles. En el medio oriente, a fines de los años 70, tomó el poder la teocracia iraní que reinstauró las fatwa para castigar a los enemigos del Islam. Una de las más (tristemente) célebres fue la que se promulgó en febrero de 1989 contra el escritor musulmán Salman Rushdie por su novela “Los Versos Satánicos”.

El Ayatola Jomeini condenó al novelista por apóstata, a castigarse con la muerte. Se hizo un llamamiento paraque fuera ejecutado y se ofreció una recompensa de tres millones de dólares a quien le diera muerte. Rushdie vive escondido, hasta hoy, bajo protección británica.

Aunque, el gobierno iraní se comprometió a no seguir promoviendo este edicto, muchos grupos radicales sostienen que la fatwa solo puede ser revocada por la persona que la emitió, es decir, el propio Jomeini, quien fallecióa finales del año de su fatwa (1989). Por ello, actualmente, todavía la vida de Rushdie corre peligro.

En otro plano, en el de la lucha contra la corrupción, otro perseguido por sus ideas, es el escritor y periodista italiano Roberto Saviano. Pero a diferencia de Rushdie, no se lo condena por sus creencias religiosas, sino por decir la verdad.

Cuando en el 2006 publicó su célebre libro “Gomorra”, en el que revela la forma en la que operaba la Camorra, la mafia siciliana, los cabecillas mafiosos lo condenaron a muerte. En octubre del 2008, los servicios de inteligencia italianos detectaron que el clan de los Casalesi preparaba su asesinato. Saviano, tuvo que huir de Italia y hoy vive con un resguardo perpetuo. Eso no lo ha amilanado y sigue investigando. Este año sacó a la luz CeroCeroCero, un libro en el que denuncia los nexos de la camorra con los cárteles de la droga mexicanos (Ver en Lampadia (L): Carteles globalizan y controlan la venta de cocaína).

Estos ejemplos deben recordarnos que la libertad es una victoria de la humanidad que debemos defender todos los días. Desde nuestra propia sociedad hasta los confines más remotos del mundo global. Los hombres y mujeres, que queremos un siglo XXI de paz, no podemos ponernos de espaldas al fanatismo y totalitarismo, y menos aceptar que se relegue a las mujeres a una condición sub humana. Lampadia




El kirchnerismo es un señor todo transpirado

Por: Alejandro Borensztein

(Clarin.com, 29 de Junio del 2014)

No creo en las teorías conspirativas. Estoy convencido de que en la madrugada del 20 de julio de 1969, Neil Amstrong anduvo caminando por la superficie de la Luna y no actuando de astronauta en unos secretos estudios de televisión instalados en el desierto de Arizona, como algunos insisten. Me la juego con los ojos cerrados que los americanos no se dejaron hundir la flota naval en Pearl Harbour para justificar su entrada a la Segunda Guerra y mucho menos que ellos mismos se tiraron abajo las Torres Gemelas como excusa para invadir Afganistán. Las grandes teorías conspirativas necesitan de tantos cómplices que resulta impensado que no haya aparecido ni uno solo con ganas de deschavarlo todo. Si Neil Amstrong no hubiera caminado por la Luna, se hubieran enterado, desde las amantes de los cameraman del estudio en Arizona hasta el delivery que les llevaba la pizza a los científicos que laburaban en la NASA. Creo que, en general, las cosas suelen ser tan lineales como parecen.

Lo mismo vale para el fútbol. No tengo ninguna duda de que la FIFA es una corporación de rufianes. Sin embargo, estoy seguro de que no existió ninguna conspiración para cortarle las piernas al Diego en el ‘94, ni para sacar a Luis Suárez de este Mundial 2014. Uno se comió un pastillón y el otro se manducó un italiano. Es cierto que la pena que le dieron al uruguayo debería haber sido menor, pero como mínimo y sin ninguna duda, le cabían 3 o 4 fechas. Suficiente para dejarlo afuera de la competencia.

¿Es injusto? Un poco sí. Al fin y al cabo Pelé se comió un pibe entero a los 15 años y, así y todo, le dejaron jugar 4 mundiales de los cuales ganó 3.

Como referencia, vale recordar que cuando el boxeador Mike Tyson se masticó la oreja de Evander Holyfield fue castigado con 15 meses de suspensión, y encima tuvo que garpar 3 palos verdes de multa y otros 3 palos a Holyfield por el pedazo de oreja que le arrancó (menos mal que no le mordió un huevo porque se hubiera hipotecado para toda la vida).

De cualquier modo, más que una conspiración de la FIFA para sacar del Mundial ‘94 a aquella Argentina imparable, o desarmar a este Uruguay que vino a arruinarles la feijoada a los brasileños, en ambos casos se trató de una gran estupidez cometida por dos irresponsables. Punto.

Valga toda esta explicación para entender lo que nos pasa con el juez Griesa y la Corte Suprema de EE.UU.

Los fondos buitre, en su momento, se compraron nuestros bonos a precio vil, no aceptaron la quita propuesta en la reestructuración de la deuda y pretenden cobrarlos tal como dice el papelito. Son unos jodidos, pero es así. El sistema lo permite.

No se trata de una gigantesca conspiración financiera imperialista contra nosotros, como intenta instalar el Gobierno, sino del resultado de un desaguisado fenomenal que el mismo Gobierno viene cocinando hace una década.

Nuestros chambones tuvieron diez años para negociar algo con aquellos sátrapas, pero prefirieron hacerse los guapos desde los balcones y los atriles. Conclusión: hablando de orejas, ahora nos tienen a todos agarrados de los lóbulos. En esta partida de truco, los buitres tienen el siete de espadas (fallo de Griesa en primera instancia), el ancho de basto (fallo de la Cámara) y el as de espadas (rechazo de la Corte al reclamo argentino). Nosotros teníamos a Moreno, Boudou, Lorenzino, Kicillof y un par de cuatro de copas más.

Así no íbamos a ganar nunca.

Pudimos negociar algo mejor cuando los buitres no tenían ningún fallo a favor. O cuando en el Banco Central había el doble de las reservas que hay ahora. Pero no. El verso de la liberación, el “vamos por todo” y la lucha contra las corporaciones, los medios y Luis Majul siempre fue más importante.

Ahora ya estamos jugados. Salga como salga, siempre va a salir peor que como hubiera salido hace unos años. Algo parecido nos pasó con el Club de París: nos costaba 6.000 palos verdes en el 2009 y terminamos garpando 9.700 hace unos días.

Unos piolas bárbaros. Si esto es la liberación, yo me quedo con la dependencia de acá a la China.

El discurso de patriotismo pedorro y bravucón sólo sirvió para que a todos nos termine costando más caro. Envolver la torpeza propia en la Bandera celeste y blanca es mezclar todo con todo. Una especialidad del Gobierno. Blatter, La Haya, Mujica, Griesa, Lijo, Lanata. Da lo mismo.

Ahora se aprovecha el Mundial para presentar a nuestros jugadores como parte de la “década ganada” y al problema de la deuda como un asunto futbolero. El Gobierno es el país, el país es la Selección, la Selección es Messi, o sea Messi es la Compañera Jefa. Se chorean hasta el utilero.

¿Ejemplo? La imagen de Néstor bajando el cuadro de Videla es un gesto progresista e inolvidable. El zurdazo de Messi al segundo palo del arquero brasileño en el 4 a 3 amistoso de 2012 también lo es. Mezclar ambas imágenes en una propaganda que el Gobierno pasa en los entretiempos de los partidos del Mundial no es ni progre, ni bello, ni nada.

Es fascismo puro, hecho y derecho.

Saquemos la bandera y la camiseta de la Selección del medio de todo esto. Ya sabemos que el mundo de las finanzas es desalmado y que el Juez Griesa terminó ensañándose contra nosotros. Habría que averiguar por qué este señor cambió de actitud ya que durante años ayudaba a la Argentina. De todos modos, el problema no es el tipo que nos ataca sino el que nos defiende.

Y nos defiende la versión más degradada del kirchnerismo.

Hoy el kirchnerismo es un señor todo transpirado con un alicate en la mano dudando entre cortar el cable azul que desactiva la bomba o el cable rojo que la hace explotar. Luego de once años, ya aprendimos que siempre eligen el rojo y después le echan la culpa a la gigantesca conspiración interplanetaria que atenta contra el proyecto nacional y popular.

Para colmo, transforman un petardo en una ojiva nuclear. Como con la 125 y las retenciones móviles. Un tema que se podía haber resuelto en una simple negociación entre un subsecretario de Agricultura y el portero de la Rural, pero que esta gente, con la épica y el atril, lo llevó hasta la puerta de la Tercera Guerra Mundial. Al pedo porque igual perdieron.

Lamentablemente no creo en las conspiraciones. A veces las cosas suceden de puro burros nomás que son.

Posdata: ahora, encima de todo, Boudou. Otra vez el cablecito. ¡¡Era el azul, boludo!!