¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

La Comisión de Economía del Congreso acaba de aprobar la insistencia del absurdo proyecto para que los afiliados al Sistema Privado de Pensiones (SPP) puedan retirar el 95.5% de sus fondos privados a la edad de jubilación (65 años).

Lamentablemente, los políticos, encuestas y medios han caído en una trampa, se limitan a preguntar e imaginar cuál es el deseo de los afiliados sobre la posibilidad de retirar sus fondos a los 65 años. Como debiéramos saber, la propensión natural del hombre es preferir el corto plazo. Es pues fácil considerar que un adulto mayor prefiera tener la disponibilidad de sus fondos: ya sea para hacer un negocio, con sus naturales riesgos, o para irse de viaje o para complementar su gasto en el corto plazo.

Pero siendo las pensiones un asunto de largo plazo, debiéramos más bien preguntarle a los jóvenes si ellos consideran necesario que sus padres tengan una pensión. Seguramente los jóvenes, interpretando las necesidades de largo plazo de sus padres, contentarán que sí. ¡Qué ojalá sus padres puedan gozar de una buena pensión!

Navidad 2014: jubilados hacen colas para cobrar aguinaldo de S/. 300 (popular.pe)

Esta respuesta no se basaría únicamente en la angustia de los jóvenes por tener que, eventualmente, apoyar a sus padres en su edad adulta, también estaría basada en su amor por ellos, puesto que todos los hijos desean el bienestar de sus padres.

Esta forma de preguntarnos sobre la prevalencia del Sistema Privado de Pensiones (SPP), aún sin hacer la pregunta, nos permite entender el tema en su debida perspectiva.

Es sin embargo evidente, que los congresistas que promueven la norma de marras no hacen más que responder a impulsos populistas que crearían una aceptación cortoplacista. Por otro lado, sus promotores mediáticos, algunos por ignorancia, otros jugar al rating y otros por exquisiteces de liberalismo, que creen que el Estado no debe obligar a los trabajadores a ahorrar para sus pensiones, sino que ese debe ser un espacio de decisión personal, está jugando con fuego. El Perú no puede quedarse sin un buen sistema de pensiones.

Sabemos por experiencia, que dada la norma, pronto se haría desaparecer el SPP, pues sin el origen previsional de su creación, no tendría sentido alguno que se mantenga el ahorro privado.

Ante ello, sabemos también que el Estado terminaría recreando un modelo público, Pensión 65 o cualquier otro que no podría ser diferente al de los sistemas de pensiones públicos quebrados que acechan la falencia social y/o la situación fiscal de los países que no han tenido el privilegio de contar con un sistema privado de ahorro pensionario.

Esto no quiere decir que el SPP es una maravilla y no hay que mejorarlo sustancialmente. Como hemos propuesto 20 veces en Lampadia, es indispensable incorporar a los trabajadores independientes al sistema, mientras no lo hagamos seremos presas de los cantos de sirenas del populismo, aventureros, así como de intelectuales radicales.

Nuestra propuesta, como la ha explicado Eduardo Ferreyros en un artículo reciente, permite que mediante el canje de parte de los pagos de IGV, se puedan hacer aportes individuales que además de incorporar a los independientes al sistema, podría reducir sustancialmente la informalidad laboral. Ver el artículo de Ferreyros:

Enfrentar la informalidad con beneficios

Por: Eduardo Ferreyros

Perú21, 15 de marzo de 2016

Las encuestas de opinión pública muestran como los principales problemas del país a la inseguridad ciudadana y la corrupción, ya no al desempleo, como décadas atrás. Pero hay un grave problema que casi no aparece en las encuestas y que los candidatos tratan de solucionar: la informalidad.

Normalmente los candidatos proponen enfrentar el problema reduciendo impuestos en distintos mecanismos. Regímenes especiales para pequeñas empresas, exoneraciones temporales y otros, que de alguna forma ya existen y no vienen dando los resultados esperados.

Pablo Bustamante, director de Lampadia, propone algo novedoso que todos deberíamos evaluar. La propuesta consiste en que parte del IGVque pagamos todos los peruanos en nuestras compras de productos o servicios sea reembolsado por la Sunat, para formar parte del fondo de pensiones individual de cada contribuyente.

Con esto, los peruanos tendríamos una razón fuerte para exigir comprobantes de pago al comprar, y todos así promoveríamos la formalidad, porque parte de ese pago luego nos sería devuelto como pensión. Habría menos evasión de impuestos y se promovería la afiliación universal al sistema pensionario. En pocos años, todos tendríamos un fondo de pensiones.

El porcentaje a reembolsar debe ser analizado técnicamente (se habla de un 5%) y la Sunat debería implementar un sistema de aplicación eficiente para facilidad del usuario. Los peruanos pagamos 18% de IGV al comprar, y no tenemos cómo recuperar nada de eso como crédito contra los impuestos que debamos pagar, a diferencia de las empresas.

Esta propuesta, que parecería generar menor recaudación por IGV, si es bien administrada, resultaría, más bien, en una mayor recaudación de impuestos al aumentar la emisión de comprobantes de pago, porque todos exigiríamos uno.

Propuesta interesante que podría matar varios pájaros de un tiro.

Esperamos pues, que el pleno del Congreso se avenga a iniciar el debate público que debió convocar antes de seguir adelante con una norma perniciosa para el conjunto de la sociedad. Lampadia

Última noticia: Curiosa y descriptiva sobre la naturaleza humana

(Publicado por el Financial Times, 27 de marzo, 2016, 9:24 am – GMT)

Varios japoneses mayores de edad, están optando por cometer delitos para ser encarcelados en las prisiones de Japón y poder así, tener sustento diario. 

Pues resulta que ni los japoneses ahorran para su vejez y el sistema de pensiones nipón no les permite vivir dignamente, prefieren la cárcel.

En el Perú: ¿Necesitamos destruir lo que tenemos en vez de mejorarlo? Señores congresistas, se necesita más análisis.




¿Cuál será la edad de jubilación en el futuro?

Líneas abajo glosamos un artículo de Alvin Powell sobre la edad de jubilación en el futuro. Las mejoras en la salud de la población global, la mayor esperanza de vida y la disminución del índice de fertilidad, están cambiando el perfil etario de la población y alargando el potencial de vidas productivas.

Típicamente, “el retiro era considerado un taburete de tres patas apoyado por la Seguridad Social, los ahorros y las pensiones privadas. Pero las pensiones en especial, se han tambaleado en las últimas tres décadas”, dijo Debra Whitman, directora de políticas públicas de AARP (Asociación estadounidense de jubilados). Efectivamente, dados estos cambios, la mayoría de los sistemas de pensiones están desfinanciados y representan un lastre económico inmenso para muchas economías, y afectan la calidad de vida del conjunto de sus poblaciones.

Entonces, los sistemas públicos tradicionales de pensiones se ven debilitados por dos lados, más años de vida con demanda de más fondos y mecanismos de pensiones desfinanciados, insostenibles en muchos casos.

Este proceso fue previsto hace años por José Piñera en Chile, el creador de las AFPs y fue adoptado por varios países que pudieron superar las típicas limitaciones prospectivas de las administraciones públicas. El Perú fue uno de ellos.

Como hemos comentado anteriormente, nuestro Sistema Privado de Pensiones (SPP), requiere mejorarse y sobre todo ampliar su cobertura, pero lo último que debemos hacer es regresionar hacia los sistemas tradicionales (quebrados) que solo aportan pensiones miserables y no reconocen el aporte individual a la sociedad de los trabajadores más productivos, como plantea el proyecto congresal para liberar el retiro de los fondos individuales a los 65 años.

Afortunadamente, hace pocos días, un grupo importante de congresistas se ha opuesto a una votación acelerada para que el Congreso insista en su proyecto, observado por el ejecutivo. Estos congresistas, a los que hay que felicitar, consideraron que el período electoral no es el mejor momento para tratar un tema de esta profundidad. Lo que propusimos en Lampadia en varias ocasiones.

Mientras tanto, sigamos analizando el tema, agregando factores como el de la edad de jubilación, presentado más abajo. 

¿Habrá una edad de jubilación en el futuro?

Escrito por Alvin Powell

Publicado por el WEF en colaboración con el Harvard Gazette

17 de febrero de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

Ahora que el número de ancianos ha empezado a superar a los jóvenes de todo el mundo, los trabajadores, los empleadores y los políticos están reconsiderando la jubilación – ¿qué trabajo realizamos, cuándo parar y cómo vivir nuestros últimos años?

La transición demográfica mundial, descrita este jueves en un panel de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, está ligada a la rápida expansión de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de natalidad. Si bien es más avanzada en los países desarrollados no se queda atrás en los países emergentes.

«Las sociedades están experimentando una transición demográfica que el mundo nunca ha visto,» dijo Lisa Berkman, profesora de la Escuela Thomas D. Cabot de Política Pública, Epidemiología y Salud Global y Población en Harvard y directora de la Escuela Chan del Centro Harvard para Estudios de Población y Desarrollo. «Nunca antes en la historia de la humanidad hemos tenido sociedades que envejecen. Y por sociedades que envejecen nos referimos a que hay más personas mayores de 60 años que menores de 5 años».

Es probable que el impacto más grande se produzca en la intersección de trabajo y jubilación, dijo Berkman.

El aumento en los años de jubilación ya está empezando a afectar la Seguridad Social, que se creó cuando la mayoría de gente vivía solo uno o dos años después de recibir beneficios y muchos entre las poblaciones desfavorecidas no vivían lo suficiente como para recibirlos.

La idea de que las personas mayores que sigan trabajando tomarán los puestos de trabajo de las personas más jóvenes es una falacia, dijo Berkman, porque las personas que siguen trabajando impulsan nuevos empleos, creando suficientes puestos para todos.

Whitman, afirma que los estudios de AARP muestran que la mayoría espera trabajar en sus 60s y 70s. Esta es una buena noticia desde el punto de vista de la salud, dijo, porque el trabajo mejora la salud cognitiva, retrasa el deterioro mental y disminuye el aislamiento. También es una buena noticia para la economía, porque la generación ‘Baby Boomer’ es la mejor educada y con más experiencia de la historia.

El retiro era considerado un taburete de tres patas apoyado por la Seguridad Social, los ahorros y las pensiones privadas. Pero las pensiones en especial, se han tambaleado en las últimas tres décadas, dijo Whitman

Los panelistas dijeron que es importante que los empleadores entiendan que la diversidad en el lugar de trabajo, que mejora la productividad y la innovación, incluye tener empleados de diferentes edades que trabajen juntos. «Pensar en [el trabajo] de manera más amplia podría ser crucial en las próximas décadas», dijo Berkman.

Ser capaz de trabajar, por supuesto, depende del mantenimiento de la salud en la vejez. Los cambios en la dieta y el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia, dijeron Grodstein, incluso si no se hacen hasta la edad mediana o más.

«Nunca es demasiado temprano para empezar y nunca es demasiado tarde para empezar.»

Lampadia