Ingenieros, desastres y paradigmas

Por: Fernando Bravo Alarcón
El Comercio, 23 de Setiembre del 2022

“Si los países caribeños forjaron una cultura sobre huracanes, algo semejante frente a El Niño y los terremotos está pendiente por acá”.

La comprensión y tratamiento de los desastres ha evolucionado al compás de los avances de la ciencia y sus aplicaciones. Si hasta antes del famoso terremoto de Lisboa (1755) primaban las explicaciones mágico-religiosas, esa calamidad dio lugar a las primeras reflexiones racionales acerca de si el hombre, más que Dios, era el principal responsable de la magnitud con que ese sismo había golpeado a la capital portuguesa.

En la actualidad, las ciencias aplicadas llevan la voz cantante en materia de gestión de riesgos y desastres. Si bien todavía algunos peruanos creen que estos últimos son producto del “castigo de Dios”, las demandas de ingenieros, de reconstrucción material, de monitoreo de las amenazas físicas, de la cuantificación de daños, e incluso de predecir la ocurrencia de fenómenos naturales, se hacen necesarias y deseables.

Es a los expertos de las ciencias aplicadas a los que se les pide las primeras explicaciones luego de que un evento destructivo haya golpeado a determinada población. Su especialización los habilita para plantear y poner en marcha criterios técnicos, recomendaciones y propuestas de política orientados a atenuar el impacto de futuros peligros. Recuérdese el papel de ingenieros como Alberto Giesecke o Julio Kuroiwa, que con gran pasión se dedicaron a estudiar la aún misteriosa dinámica telúrica del Perú.

Sin embargo, hay aspectos de los desastres en los que los técnicos e ingenieros podrían dar paso a otras miradas. Tal es el caso de la comunicación y participación de la comunidad, pues si en algo tiene dificultad la gestión de riesgos es en su capacidad para fortalecer una cultura preventiva, comprometer a la población, comunicar asertivamente sus hallazgos, conectar con la idiosincrasia de la gente y desarrollar una memoria histórica post desastres. De hecho, una idea fuerza que el paradigma de las ciencias aplicadas en materia de riesgos no ha logrado apuntalar entre gobernantes y gobernados es que poseemos un territorio, infraestructura y clima proclives a originar amenazas naturales y tecnológicas que, en contacto con nuestra vulnerabilidad, se convierten en desastres.

Otra complicación aparece cuando las reacciones post desastre se politizan y la ayuda no fluye debidamente hacia la población damnificada. Los casos de la inacabada recuperación del sur chico, luego del terremoto del 2007, o la aún pendiente reconstrucción del norte tras El Niño costero del 2017, son bastante expresivos. Fuera del Perú existe literatura que abona a la relación entre desastres y política: se argumenta que el terremoto de Nicaragua de 1972 contribuyó a la caída del régimen somocista, tras comprobarse el manejo corrupto que hizo de la cuantiosa ayuda internacional recibida.

Como pasa en muchos otros asuntos de interés público, el de los desastres amerita un abordaje integral, comprehensivo. El aporte de las ciencias aplicadas es valiosísimo e irreemplazable, pero se necesitan contribuciones adicionales desde las ciencias sociales, las ciencias de la comunicación y la gestión pública. Si los países caribeños forjaron una cultura sobre huracanes, algo semejante frente a El Niño y los terremotos está pendiente por acá.




La descentralización falla ante los desastres naturales

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Una vez más la noticia son los huaicos, derrumbes e inundaciones. Pero esa noticia ha venido junto con otra, que se vuelve criminal ante tanta catástrofe: que se dejaron de gastar 1,072 millones de soles en prevención de desastres el 2019. Y fueron los gobiernos regionales los que menos ejecutaron en el programa denominado “Reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres”. De los 883 millones de soles asignados, gastaron solo 472 millones, apenas el 54%. Del presupuesto total, incluyendo los tres niveles de gobierno, se ejecutó un 67%.

Esta defección nos sirve para llamar la atención sobre una falla clara del régimen descentralizado en el Perú. Y es que el gobierno central no tiene vías claras para intervenir y hacerse cargo cuando un gobierno subnacional no es capaz de ejecutar un programa prioritario o de brindar de manera adecuada un servicio social vital. 

La Constitución establece que el gobierno es unitario y descentralizado, pero no indica que pueda intervenir en el caso de que un gobierno subnacional esté fallando en sus responsabilidades con riesgo económico o social. José Escaffi y Roberto Abusada, sin embargo, argumentan que el ordenamiento legal sí establece claramente una función rectora del Poder Ejecutivo, que éste sencillamente no asume.

En efecto, el artículo artículo 4º de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (LOPE) establece que es competencia exclusiva del Poder Ejecutivo:

  1. “Diseñar y supervisar políticas nacionales y sectoriales, las cuales son de cumplimiento obligatorio por todas las entidades del Estado en todos los niveles de gobierno”.

Y luego, en el artículo 22.2°, se indica que:

“Los Ministerios diseñan, establecen, ejecutan y supervisan políticas nacionales y sectoriales, asumiendo la rectoría respecto de ellas”

El problema es que también se indica que ello se logrará mediante “mecanismos de coordinación” que, siendo claramente insuficientes, por lo general ni siquiera están bien montados. No obstante, el artículo 23.1 de la LOPE va más allá de la labor meramente coordinadora al establecer que es función de los ministerios, entre otras:

“…Cumplir y hacer cumplir el marco normativo relacionado con su ámbito de competencia, ejerciendo la potestad sancionadora correspondiente”

Pero no se ha regulado cómo un ministerio sanciona a un gobierno o autoridad subnacional que no cumpla o deje de ejecutar parcial o totalmente una política nacional o sectorial. En las leyes de organización y funciones de los ministerios –los pocos que las tienen- no se especifica facultad sancionadora alguna. De fecho, no ha existido sanción jamás.

La medida que sí ha sido aplicada en un par de ocasiones, es la suspensión de entrega de fondos por parte del MEF, según lo dispuesto en el artículo 53° de la Ley General del Sistema Nacional de Tesorería, modificado por la Primera Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley 30115 que a la letra señala:

“53.1 La Dirección General de Endeudamiento y Tesoro Público (DGETP) procede a la suspensión temporal de operaciones en las cuentas bancarias de aquellas unidades ejecutoras o dependencias equivalente en las entidades en donde surjan situaciones de conocimiento público que pongan en riesgo el adecuado uso de los fondos públicos asignados, a la sola solicitud del titular de los siguientes organismos: Contraloría General de la República, Ministerio de Justicia o Ministerio del Interior”.

El abogado Jorge Danós nos recuerda que dentro de este marco legal “la Contraloría solicitó al MEF, el 31 de marzo del 2014, la suspensión temporal de operaciones de las cuentas bancarias del Gobierno Regional de Ancash y, el 22 de abril, de las cuentas bancarias del Gobierno regional de Tumbes”.

Pero esa es una disposición que no viene acompañado de la posibilidad de intervenir directamente en la administración sub-nacional asumiendo temporalmente la gestión sea del manejo económico o de los servicios. Eso es lo que está faltando.

No obstante, José Escaffi discrepa. El considera que el Ejecutivo sí puede intervenir, en aplicación de la siguiente modificatoria de la Ley N° 27867 Orgánica de Gobiernos Regionales:

«Artículo 90-A.- Situaciones extraordinarias y sostenibilidad fiscal. Se dictan medidas temporales y extraordinarias en materia económica y financiera, conforme al inciso 19 del artículo 118 de la Constitución, cuando los indicadores de desempeño financiero y/o presupuestario de los Gobiernos Regionales comprometan los estándares de gestión previamente establecidos y exista grave riesgo de la economía nacional y del proceso de descentralización. El Congreso tomará conocimiento de dichas medidas y adoptará las decisiones que le correspondan, de acuerdo a la Constitución y la Ley.”

El inciso 19 del artículo 118 de la Constitución dice que corresponde al Presidente de la República:

“Dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia económica y financiera, cuando así lo requiere el interés nacional y con cargo de dar cuenta al Congreso…”

Podríamos conceder que al amparo del artículo 90-A de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales sería posible que el gobierno central asuma directamente el programa de prevención de desastres naturales que es motivo de esta nota, porque dicho artículo lo permitiría “cuando los indicadores de desempeño financiero y/o presupuestario de los Gobiernos Regionales comprometan los estándares de gestión previamente establecidos”. Hasta allí está claro, y se podría aplicar incluso a cualquier servicio, pero a continuación el texto del artículo agrega otra causal concurrente: “y exista grave riesgo de la economía nacional y del proceso de descentralización”. Causal muy difícil de satisfacer, que prácticamente mata el artículo.

Siempre es posible dar un decreto de urgencia, sin embargo. Pero el propio inciso 19 del artículo 118 de la Constitución restringe los decretos de urgencia a “materia económica y financiera”. Escaffi, no obstante, insiste en que eso cubre también cualquier servicio o función deficitarios, porque las normas presupuestales, que son materia económica y financiera, se refieren a niveles de servicio y a estándares de desempeño y resultados, por más que estemos en un sector de servicios. Ese artículo sí habilitaría al gobierno central a intervenir en un gobierno regional cuando hubiese una notoria falencia en el desempeño de alguna función.

Nunca ha ocurrido, sin embargo. Acaso porque la norma no es suficientemente clara. O por temor de las autoridades nacionales a asumir el papel que les corresponde.

Quizá esta deba ser materia de la agenda legislativa del congreso complementario. Si le alcanza el tiempo. Lampadia




Yo no fui fue Teté

Carlos E Gálvez Pinillos
Para Lampadia

Una vez más estamos asistiendo a un episodio de huaicos y desastres naturales de alta periodicidad. En esta oportunidad nos está impactando en el sur, pero con amenaza de impactar en el centro y norte de Perú, donde tuvimos episodios similares el año 2017, cuando se habló de la “reconstrucción con cambios”.

Hace 92 años a Mirave lo sepultó un huaico y no se hizo nada para reubicarlo

Paradójicamente, ya desde hace algunos años observo las discusiones sobre la disponibilidad de agua para nuestros poblados y la actitud de rechazo a la propuesta del sector minero de:

  • construir reservorios de agua en las alturas,
  • sembrar Quenuales en la rivera de los ríos para rellenar el acuífero a lo largo de estos,
  • canalizar o construir túneles que evite que el agua de los ríos, aquella que muchas veces ha sido previamente turbinada por centrales hidroeléctricas, se vea impactada por todo el desmonte (basura, cascajo, árboles y ramas) arrojado por los pobladores ribereños antes de llegar a las plantas de tratamiento de agua como La Atarjea y Huachipa (este último punto merece análisis aparte).  
  • Y lo más importante, regular las avenidas en época de lluvia y soltarla de manera regulada y limpia en el estío, convirtiéndose en un aliado estratégico del país,

La falta de autoridad del gobierno, ha permitido a lo largo de la historia que en las quebradas “inactivas” se instalen una serie de poblados, con alto riesgo de sufrir catástrofes ante huaicos en época de avenida. Sabemos, porque lo hemos visto, que INDECI y cada uno de los institutos armados, al igual que varias instituciones del Estado, cuentan con mapas topográficos y fotografía satelital que, están cargados en sistemas de cómputo con software especializado, que permiten simular el impacto que una avalancha o avenida extraordinaria de agua tendría sobre estas áreas geográficas y sus poblaciones. No quiero profundizar en el monitoreo de las zonas de riesgo usando el satélite peruano, comprado en el gobierno anterior, porque hay gran discusión respecto a su real operatividad.

Ya sabemos también la respuesta tradicional de los funcionarios del Estado respecto a la “imposibilidad” de impedir que la población se instale en cierto lugar o su posterior reasentamiento, cuando ya se instalaron.

Lo que es absolutamente inaceptable es que el Estado gaste nuestros impuestos en construir instalaciones en esos lugares.

  • Baste observar que en Moquegua, esta semana, ha quedado inutilizada una moderna instalación del poder judicial construida en zona de huaico,
  • Que en Aplao se ha destruido el centro poblado en el que se invirtió en habilitación urbana, incluyendo instalaciones eléctricas, construido también en zona de huaico. 
  • Lo mismo ha sucedido en el centro poblado de Mirave al que también se proporcionó habilitación urbana en esas zonas de alto riesgo, al igual que su estadio, concluido hace pocos años, cuando ya en el año 2015 se había dispuesto la reubicación del poblado.

Todos estos son actos de corrupción.

Comentario especial merece el puente Montalvo, pues los ingenieros saben que los diseños para cualquier infraestructura que se construya sobre ríos y quebradas, deben prever grandes retornos históricos y evaluar el comportamiento del cauce ante dichos eventos, además de prever el mantenimiento permanente de tales cauces.

¿Si el Estado no es capaz de impedir que se construya obra pública en zona de huaico, qué podemos esperar de su capacidad para impedir que los privados construyan en ella?

Por supuesto que la respuesta será, que las autoridades local o regional lo hicieron sin conocimiento del gobierno central.  Ahí está precisamente el talón de Aquiles de una “regionalización” y “descentralización de gobierno” mal entendida. No es posible que el gobierno central se desentienda del manejo de los gobiernos municipales y regionales, al margen que algunos ministerios han descentralizado sus funciones y otros no, haciendo imposible la adecuada coordinación y ejecución de planes en esa “Torre de Babel “.

Es tragicómico escuchar a Gobernadores Regionales y alcaldes hablar de la zonificación económica y ecológica, con algunos propósitos anti-mineros (lo que no les corresponde), pero, por otro lado, no son siquiera capaces de tomar control del asentamiento de poblados, lo que sí es propio de su competencia.

¿Cómo es posible que estas autoridades fomenten y den licencia de construcción, en esas zonas de alto riesgo y peligro, sin ser sancionadas con pena de cárcel? ¿Dónde está el rol normativo del gobierno central que no establece las “zonas rígidas” para construir y sancione a estas autoridades sub-nacionales?  La corrupción no es sólo recibir coima o robar un fajo de billetes. Corrupción es construir en un lugar bajo riesgo y/o autorizar el gasto de recursos públicos bajo condiciones que, de antemano sabemos traerá destrucción de esa obra y muerte de los ciudadanos que ahí se instalen.

Más me apena observar que políticos con experiencia, Presidencia de la República (4 años GR Moquegua, 1 año Ministro de Transportes y partícipe de la “reconstrucción con cambios”) y PCM (4 años GR de San Martín y dos veces Premier), que cuentan con un “Vice ministerio de gobernanza territorial”, permitan se diga que “de aquí en adelante se restringirá estas construcciones…”. ¿Qué nos pasa? ¿Nadie puede asumir las responsabilidades de las cosas que ocurren durante el gobierno que, quieran o no, inició el año 2016, trayendo la experiencia de estar en la gestión pública por tantos años?

En cualquier país civilizado del mundo, el Estado planifica y define los lugares donde se puede instalar un poblado. Este plan considera que no se ubique en zona de riesgo y diseña habilitación urbana con zonas de expansión futura. Las instalaciones públicas tales como; municipalidad, comisaría, posta médica u hospital, colegio público, así como la mejor ubicación de la planta de tratamiento de agua y punto de conexión de suministro eléctrico.  Sólo así se procede a poblar la zona, haciendo que la ubicación de las instalaciones públicas/oficiales se convierta en un “núcleo oficial” que atraiga la instalación de la población, evitando que esta se aleje de él.

Pero no, aquí se ofrece persistir en el error a cambio de votos y botamos los fondos públicos a capricho del reyezuelo local de turno para lograr la aceptación popular. Lamentablemente el que gobierna debe decidir racionalmente por el bien común y no crear condiciones de riesgo que, a futuro, producirán damnificados.

Después de esta cadena de errores y vacíos, la pregunta es: ¿quién es el responsable?  A este paso jugaremos al “yo no fui fue Teté “¿??? Lampadia




Reconstrucción con cambios y la Torre de Babel

Carlos Gálvez Pinillos, Ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE)
Para Lampadia

En el verano del año 2017, el Perú sufrió el embate del “fenómeno del niño” que provocó grave destrucción de ciudades e inundaciones, producto del desborde de ríos, especialmente en la zona central y norte del país.

A fines de marzo de ese año, cuando aún estábamos en medio del desastre, se le sugirió al ejecutivo convocar a compañías de ingeniería internacionales de primer orden, que cuenten con experiencias de “Disaster Managment”, tales como las catástrofes de Queensland, New Orleans u otros y que puedan orientar el proceso de mitigación rápida del desastre generado, levantar un inventario de la infraestructura destruida, plantear la remediación inmediata de corto plazo y diseñar un “Máster Plan” para la “reconstrucción con cambios”.

Dicho servicio implicaba:

  • Identificar las zonas inundadas por los huaicos
  • Zonas donde no se debía asentar la población y a las que no debieran volver.
  • Analizar la geografía y definir las presas y reservorios que se debiera construir para acumular agua en las alturas y regular con esa infraestructura el flujo de agua a la costa.
  • Definir el encauzamiento o canalización de los ríos, particularmente el río Piura, uno de los que más impactó a la población.  
  • Identificar y diseñar carreteras, puentes y la rehabilitación urbana de redes de agua, saneamiento y eléctricas, entre otros, que permita albergar colegios, postas médicas y casas, para una población que pueda funcionar articuladamente.

Lo anterior era una oportunidad para convocar a las autoridades y población local, cuyo conocimiento ancestral y experiencia constituían el insumo fundamental para el diseño adecuado del “Plan Maestro” e ingeniería conceptual de la mencionada reconstrucción con cambios.

A partir de ahí se debía diseñar la “ingeniería básica para licitar”, con elementos suficientes de topografía, estudio de calidad de suelos e identificación de canteras para la obtención de agregados, así como diseñar el plan de ejecución con sugerencia de procesos constructivos. Todo se iniciaba pues con una buena ingeniería, pero lamentablemente observo que hubo un gran desprecio por la ingeniería. Definir un presupuesto de calidad sustentado en esa ingeniería y los procesos constructivos y secuenciamiento de actividades, identificando los plazos de construcción y la “ruta crítica” del proyecto. Recordemos que no se puede controlar aquello que no se puede medir.

La selección de una compañía seria e independiente, que cuide como activo fundamental su prestigio y reputación, como supervisor del cumplimiento de avance y calidad exigida, dentro de los costos presupuestados, etc., es un factor que nunca se debió menospreciar.

Ciertamente, el Plan de Reconstrucción con Cambios resultante iba a requerir para su ejecución; decisión política, capacidad de imponer el principio de autoridad para re-asentar a la población afectada y evitar que regresen a las zonas impactadas por el fenómeno del niño y finalmente, la convocatoria de empresas constructoras de primer nivel, nacionales y extranjeras, capaces de ejecutar tan importante desafío.

Lamentablemente estalló en el Perú, casi en simultáneo, el mayor escándalo de corrupción de impacto continental que, involucró a las principales empresas constructoras peruanas. Ciertamente el caso merece todo un análisis independiente a esta nota, pero imposible dejar de mencionar que la red mafiosa de gobiernos de izquierda latinoamericanos, liderados por Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores, contando con el poder financiero de empresas manejadas por el Estado, como Petrobras, que “coordinaba” licitaciones para que solo las empresas constructoras brasileñas pudieran ganar, forzó a prácticamente todas las empresas constructoras peruanas a asociarse con ellas si querían subsistir en el negocio.

En esas circunstancias, se tomaron decisiones políticas inadecuadas que neutralizaron la capacidad de reacción y movilización de las empresas constructoras establecidas en el Perú y retrasaron todo el proceso de reconstrucción que tanto reclamamos hoy.

Ha transcurrido más de un año y medio desde ese desastre y hoy nos quejamos del poco avance de la reconstrucción. Los cambios no se han definido o no se aprecian. Como no se hizo ningún “Plan Maestro” de la reconstrucción, ni se conformó un equipo del más alto nivel a cargo de un ministro capaz de articular con las autoridades sub-nacionales para que faciliten el proceso de reconstrucción, hoy tenemos el resultado obvio, lo raro hubiera sido que haya funcionado.  Las grandes compañías solo están dispuestas a asumir la responsabilidad, sabiendo que se juegan su reputación en el proyecto, si cuentan con un buen plan, una ingeniería adecuada, un presupuesto razonable y permisos, autorizaciones y apoyo político para ejecutar.

Hoy, pasado el tiempo, nadie es responsable y todos reclaman, no hay ni inventario inicial consensuado de las obras a reconstruir, no hay “Plan Maestro”, ni ingeniería, ni control de avance, secuencia y calidad de obras. Por si fuera poco, ahora se transfiere dinero para ejecutar “sabe Dios qué”, tratando de demostrar que se ha desembolsado fondos como si eso significase avance en la “inversión pública”, pero incrementando el riesgo de más corrupción.

No puedo dejar de recalcar que la estructura política y de gobierno en el Perú es lo más cercano a las condiciones dadas durante la construcción de la Torre de Babel, por lo que la reforma política pasa por tomar decisiones drásticas en el diseño del poder ejecutivo y no maquillajes en el poder legislativo. Lampadia




Reconstrucción a medias y sin cambios

Reconstrucción con cambios significa no solo rehabilitar sino reconstruir y construir para prevenir siniestros futuros, de modo que lo que ha ocurrido no vuelva a suceder y que la eventualidad de un sismo de alta intensidad no cause gran destrucción. Y esto incluye, en Lima, no sólo la prevención frente a futuras inundaciones y huaycos, sino frente a la eventualidad de un terremoto de grado 8, por ejemplo. De acuerdo al plan presentado por la municipalidad de Lima y preparado por los especialistas Jorge Ruiz de Somocurcio y Leopoldo Monzón (miembros del consorcio), y el distinguido especialista Julio Kuroiwa (asesor del consorcio), el monto total de la inversión, sumando rehabilitación y prevención, sería de S/. 9,192 mil millones de soles.

Lamentablemente, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios no ha recogido, ni en todo ni en parte, este plan, sino que ha aprobado, para Lima, uno que contempla una inversión mínima en relación a lo que se requiere. Sólo ha considerado pequeños proyectos por un monto total de S/. 205 millones de soles, que representa un 2.24% de la necesidad total estimada para la ciudad de Lima, un 13% de lo necesario para tener la ciudad debidamente protegida ante un próximo niño costero, y un 0.8% de la inversión en rehabilitación y prevención total en el país.

Lo increíble es que el plan de la Autoridad no considera labores de descolmatación del río Rímac ni mucho menos defensas ribereñas ni reubicación de familias con viviendas nuevas en zonas seguras. Se necesita descolmatar el río y construir defensas ribereñas desde Chosica incluyendo las quebradas, así como en las zonas de Huaycoloro y Cantagallo. Y reubicar familias que se ubican en áreas de riesgo no mitigable. Plan de la Autoridad de Reconstrucción solo considera pistas, veredas, bocatomas y otras pequeñas obras.

Las Provincias de Lima y Callao albergan a más de 10 Millones de Peruanos y son vulnerables a sismos, tsunamis, fenómeno del niño, deslizamientos y huaycos. Las pérdidas por efecto del niño costero y el cambio climático han sumado alrededor de S/. 6,000 millones en los últimos 4 años. Además, se estima que ante un posible sismo de magnitud 8 grados en la escala de Richter, perderían la vida más de 50,000 personas, tendrían daños en su vivienda unas 300,000 familias, además de restricciones en agua potable y desagüe en el 50% de la población.

En el siguiente mapa podemos ver las zonas de la provincia de Lima que fueron afectadas históricamente y en el presente año 2017 por inundaciones y huaycos. Dichas zonas se encuentran en las cuencas de los ríos Chillón, Rímac y Lurín.

Para prevenir la repetición de estos eventos, el plan presentado por la Municipalidad de Lima, que no ha sido recogido por el plan de la Autoridad, ha estudiado diversas opciones que permitirán que estos posibles daños se reduzcan al mínimo. Para ello sería necesaria la inversión siguiente:

Para prevenir un sismo

Eso en lo que se refiere a inundaciones y huaycos. Pero en la medida en que no se puede seguir postergando las obras necesarias para prevenir un sismo de alta intensidad, el equipo preparó, para comenzar, un mapa de identificación de las zonas de Lima metropolitana que están en peligro (zonas de peligro alto y muy alto) ante un sismo de magnitud 8. Dichas zonas se encuentran en su mayoría en el cono sur y norte de Lima (aproximadamente 2 Millones de damnificados).

También se preparó un conjunto de mapas más específicos. Por ejemplo, uno de identificación de las instituciones educativas, establecimientos de salud, puentes y comisarías de Lima metropolitana que posiblemente serían afectadas en un sismo según la llamada capa de vulnerabilidad integral.

Pues bien, los siguientes serían los proyectos que habría que desarrollar para prevenir la ciudad ante un eventual sismo, deslizamientos y al riesgo de un tsunami.

En el documento: ¿Nos estaremos olvidando a la Provincia de Lima en el Plan de Reconstrucción con Cambios?, preparado por el CONSORCIO PROESMIN & RUIZ SOMOCURCIO (ver: ¿Nos estaremos olvidando a la Provincia de Lima en el Plan de Reconstrucción con Cambios?, podemos ver ejemplos de obras de encauzamiento y defensas en quebradas y ríos, así como las intervenciones en los cerros para reducir la vulnerabilidad de esas áreas, como la siguiente:

Ahora bien, en el caso de la necesidad de viviendas definitivas para 100 mil familias en total, el Estado pondría el ‘capital semilla’ de S/. 1,500 millones de soles que financiaría el 20% de cada casa, y los constructores y bancos financiarían el resto, por un monto de S/. 6,000 millones.

No podemos seguir soslayando la necesidad de hacer inversiones que permitan preparar a la ciudad para un sismo de categoría 8 y prevenir los efectos de nuevas inundaciones y huaycos. Lampadia




Se vuelve a debilitar la industria del acero

Tras una breve recuperación del precio del mineral de hierro durante la segunda mitad del 2016, los precios vuelven a colapsar por la sobreoferta china, afectando gravemente la industria del acero en el resto del mundo. Peor aún, las perspectivas para el año son de una mayor caída de precios.

Esta situación de desbalance del mercado es prácticamente estructural. Todos los intentos de corrección del mercado estarían fracasando y se ha perdido la confianza en los ofrecimientos de China por ayudar a superar su sobreoferta.

En el caso del Perú, esto represente lluvia sobre mojado, pues la caída de los precios del hierro se suma a la debilidad del mercado de construcción por la parálisis de la inversión privada y pública. Se espera, que como producto de la reconstrucción después de los desastres del verano, aumente la demanda, pero esto será un proceso gradual que se notará con fuerza recién el 2018.

Ver la evolución del precio del hierro durante los últimos tres años, según reporta el Financial Times esta mañana:

Fuente: Financial Times

Ver a continuación los últimos alarmantes despachos del Financial Times sobre los movimientos del mercado:

La sobreoferta china hunde al hierro y enerva a los traders

El mercado enfrenta el riesgo de debilitar la demanda por el exceso de inventario
Fuente: BNN

Henry Sanderson
12 de marzo, 2017
Financial Times
Traducido y glosado por Lampadia

Los precios de hierro cayeron más en de 6 %, a su nivel más bajo desde noviembre, ya que el exceso de oferta del ingrediente clave del acero de China  pesa sobre el precio.

La fuerte caída del miércoles pasado es el último giro de un commodity que subió en la segunda mitad del año pasado a más de US$ 90 la tonelada. El mineral de 62% de hierro, para entrega inmediata de China se cotizaba a US$ 67.9 la tonelada, según The Steel Index, una agencia de informes de precios.

Las señales de un crecimiento económico más rápido en China ayudaron a impulsar la recuperación en la segunda mitad del año pasado, lo que llevó a una acumulación de existencias de mineral de hierro en los puertos del país. Este año, debido a que China está empezando a endurecer las condiciones de crédito, el mercado enfrenta ahora el riesgo de debilitar la demanda por el exceso de inventarios.

Este año, los inventarios de mineral de hierro en los puertos chinos han subido a 134 millones de toneladas, un aumento de más de un tercio desde el primer semestre de 2016, según analistas de J Capital Research. Los analistas de Goldman Sachs esperan que los precios del mineral de hierro sean de US$ 60 en el segundo semestre.

El mineral de hierro se ve como un proxy del ritmo de la actividad industrial y la construcción en China, básico para la rentabilidad de los mineros y las siderúrgicas. La economía asiática importa alrededor de dos tercios del mineral en el transporte marítimo.

Dado el nerviosismo en torno a la perspectiva del precio, alrededor del 60 % de los comerciantes de hierro en China planea recortar sus existencias del mineral este trimestre, según una encuesta de J Capital Research. Como resultado, pronosticaron que es probable que el precio del hierro caiga un 10 % a 15 % este mes.

Los precios del acero chino podrían haber alcanzado su punto máximo este año con las bobinas laminadas en caliente, una forma común en la que se vende el metal, habiendo caído un 12 % en las últimas tres semanas, según analistas de Macquarie Group:

“Puede que los volúmenes de exportaciones de China estén en aumento nuevamente, y la cadena natural de eventos es que los precios de la Unión Europea y los estadounidenses seguirán con un retraso», señalaron.

Esto, a su vez, podría perjudicar los precios mundiales del acero, reduciendo considerablemente los márgenes para los productores.

Rio Tinto
El precio del mineral de hierro cae a un mínimo de seis meses
Las señales de un exceso de oferta y una producción alzada en China golpearon al ingrediente siderúrgico

La venta de mineral de hierro ya ha afectado los precios de las acciones de las principales compañías mineras.
Fuente: Mining Oil and Gas Jobs

Neil Hume, Editor de Commodities y Minería
Financial Times
18 de abril, 2017 
Traducido y glosado por Lampadia

El precio del mineral de hierro fue golpeado duramente por un declive en los precios del acero chino y la preocupación por un exceso de suministro. El ingrediente siderúrgico es una fuente clave de beneficios para Anglo American, BHP Billiton y Rio Tinto, que estaban entre las acciones con peores resultados en Europa el martes pasado (18 de abril).

La producción de acero de China aumentó un 1.8 % en marzo a un récord de 72 millones de toneladas, según mostraron las cifras el lunes, ya que las acerías aumentaron la producción en previsión de una recuperación estacional de la demanda.

Cada movimiento de US$ 1 por tonelada en el precio puede afectar las ganancias de estas empresas en cientos de millones de dólares. Dado que el mineral de hierro llegó a casi US$ 95 la tonelada en febrero, las acciones de Anglo han caído un 17%, mientras que BHP y Rio bajaron un 13%.

«Mantenemos una visión bajista del mineral de hierro», dijeron analistas de Citigroup, que esperan que los precios sigan siendo débiles».Lampadia




Trío de “Pathos”

Ayer tuvimos que volver a publicar uno de nuestros análisis sobre el tema de la corrupción, ilustrándolo con la galería de gobernadores regionales (13) que enfrentan cárcel o graves acusaciones de corrupción. Ver: ¿No quieren evitar la corrupción?​

Hoy queremos destacar la difícil gesta de un gobernador regional, Fernando Cillóniz, que está empeñado en combatir la corrupción y los comportamientos disfuncionales en la región Ica, un gran ejemplo que debemos ponderar y apoyar. Veamos su nuevo despacho:

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 7 de abril de 2017
Para Lampadia

¡Vamos! Un poco de cultura lingüística no nos viene mal. Consultemos al Diccionario de la Real Academia Española. Pathos es un vocablo griego que significa “estado de ánimo, pasión, emoción, sufrimiento”. Y Patético – que viene de Pathos – significa “que es capaz de mover y agitar el ánimo (de la población) infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad, dolor, tristeza o melancolía.

Con respecto al título de este artículo, no me refiero a Hugo, Paco y Luis; los tres patitos mataperros, hijos del legendario Pato Donald. Me refiero – más bien – al trío conformado por los congresistas Segura, Oliva y Elías – cada cual más patético que el otro – quienes durante las emergencias del verano pasado no hicieron nada relevante; excepto criticar, alarmar y figuretear.

Fuente: Twitter

En el caso de las dramáticas inundaciones, huaicos, roturas de vías y puentes, epidemias de Dengue y Sika, etc. estos personajes se aprovecharon del drama humano, e intentaron crear en la población un sentimiento de odio hacia sus autoridades, acentuando el dolor, tristeza y melancolía de los damnificados. En el sentido etimológico de la palabra (Pathos), los citados congresistas crearon un argumento patético.

Efectivamente, lejos de observar con objetividad y responsabilidad la magnitud de la tragedia; en vez de identificar y procurar atender las necesidades de la población afectada; y contrario a fomentar la ayuda y solidaridad entre la ciudadanía; estos “padres de la patria” se dedicaron – exclusivamente – a criticar a las autoridades, y crear una falsa impresión de inacción en los tres niveles de Gobierno… Nacional, Regional y Local.

¡Qué diferencia comparados con los buenos congresistas y dignos periodistas que alentaron a la población, a unirse y ayudarse mutuamente para hacerle frente a la tragedia, y orientar a las autoridades respecto de las necesidades más apremiantes de los damnificados!

Felizmente, el pesimismo y el negativismo en nuestro país son minoritario. La grandeza de la mayoría de peruanos es admirable. En el caso de Ica, me queda claro que sin el apoyo – prontísimo y efectivísimo – del Gobierno Central y las Fuerzas Armadas y Policiales… no la hacíamos. Lo mismo se puede decir de los alcaldes provinciales y distritales; de las Juntas Vecinales; de las empresas iqueñas que ayudaron a más no poder; de la Defensoría del Pueblo; de los voluntariados nacionales e internacionales; del Obispado de Ica y – sobre todo – de Cáritas y la Madre Reina. Y – modestia aparte – del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) que me honro en presidir, que sesionaba todos los días – incluidos domingos y feriados – para gestionar la ayuda a los necesitados y la reparación de daños, de la manera más eficiente posible. A todos ellos… ¡gracias totales!

Sin embargo, en medio de la tragedia y el caos, Segura me echaba la culpa del brote de Dengue. Felizmente – y a mucha honra – incluyó a la Ministra de Salud en la colada, a pesar de que ella estuvo presente en Palpa, junto a todo su equipo de control epidemiológico, dirigiendo y dando las pautas precisas para el control de la epidemia. ¡Qué ingrato! Oliva se dedicó a posar para la foto al lado de un tractor viejo e inoperativo – de los cuales tenemos decenas – para cacarear acerca de la incapacidad del Gobernador Regional. ¡Qué posero! Y Elías… ¡dale que dale con la destitución del Director Regional de Salud! ¡Qué patético!

Así es la vida en el mundo de la gestión pública iqueña… y por lo que me cuentan mis pares, parece que fuera de Ica, la cosa es parecida. A ese respecto, considero que no debemos quedarnos callados frente al comportamiento patético de algunos malos políticos. Precisamente, estos artículos periodísticos me permiten transparentar mi experiencia – apasionante y fascinante – de estar inmerso en la política regional.

¡Viva la política buena… que todavía queda! ¡Viva la democracia… que promueve la tolerancia y la discrepancia! ¡Viva la libertad de prensa y opinión… que me permite – entre otras cosas – reciprocar las críticas del trío de Pathos! Lampadia




Sostenibilidad, seguridad y bienestar para los iqueños

En Ica, con su Gobernador a la cabeza, se siguen dando las pinceladas de un Perú que suma esfuerzos para el bien común de varias regiones, se piensa en el futuro y se diseñan nuevas infraestructuras para el manejo del agua, se hace seguimiento a su ejecución y se terminan a tiempo y según previsiones de costo.

Fernando Cillóniz, el Gobernador Regional de Ica, sigue acumulando experiencias exitosas que son un ejemplo de buena gobernanza. Experiencias que debemos difundir en todas las regiones del Perú. Veamos su último informe:

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 31 de marzo de 2017
Para Lampadia

Ya estamos en otoño. Las temperaturas empiezan a refrescar. Amanece más tarde y el ocaso se adelanta. Las lluvias en la Sierra disminuyen, y después de un verano inesperadamente lluvioso – y por momentos, incontrolable – las aguas vuelven a su nivel. Ya no nos amenazan los huaicos y las aguas de los ríos se aclaran – hasta secarse completamente – en espera de la próxima avenida, que – ojalá – traiga aguas tempranas, pero sin la ferocidad de la temporada que acabamos de pasar.

Otoño, invierno, primavera, verano. Cada estación tiene su hidrología, la cual varía de año en año. Nunca se sabe – exactamente – cuándo llegará el agua nueva, ni cuánta agua traerá el río. Asimismo, nunca se sabe – con absoluta certeza – cuándo caerán, ni cuán destructivos serán los huaicos.

Lo descrito líneas arriba constituye una verdad de Perogrullo. Es decir; una verdad que todo el mundo conoce… una simpleza. Sin embargo, la perogrullada en cuestión no debiera interpretarse como que frente a los huaicos y lluvias, no hay nada que hacer… aparte de rezarle al Señor de Luren.

No; en la región Ica – aparte de rezarles a nuestros santos, que siempre es bueno – estamos trabajando, junto con Huancavelica y Ayacucho, en el manejo seguro y sostenible de nuestras cuencas para (1) tener agua todo el año, (2) evitar huaicos e inundaciones, y (3) propiciar el bienestar de nuestra población.

Arriba – en las cabezadas – estamos construyendo reservorios para almacenar aguas de lluvias. Asimismo, estamos plantando bosques de pinos, los cuales al inicio – durante el estiaje – serán regados con las aguas de los reservorios. Luego, cuando los pinitos crezcan y enraícen, y alcancen la humedad del subsuelo, ambos – reservorios y bosques – retendrán el agua de lluvias, y evitarán la erosión de las laderas. Y los huaicos desaparecerán. En vez de lodo y piedras, aguas limpias bajarán por las quebradas. Y – lo que es mejor – habrá agua todo el año.

El Gobernador de Ica, Fernando Cillóniz, junto al Gobernador de Huancavelica, Glodoaldo Álvarez, acompañados de gerentes, sub gerentes, técnicos y expertos. Fuente: GORE ICA

Los trasvases de cuencas superavitarias hacia cuencas deficitarias nivelarán los desequilibrios hidrológicos de nuestra región. A ese le llamamos “La Hermandad del Agua”. Y con las infiltraciones inducidas y “Tomas Libres” en épocas de abundancia, rellenaremos los acuíferos y mitigaremos los riesgos de desastres por desbordes e inundaciones.

Entre tanto, estamos construyendo diques en las quebradas bajas. Este año, los diques de Cansas, La Yesera y Tortolitas evitaron un desastre mucho mayor en La Tinguiña y Los Molinos. Ahora, pasada la temporada de lluvias, estamos reforestando los diques, aprovechando – precisamente – la humedad de los sedimentos retenidos.

Está pendiente la revegetación de las riberas de nuestros ríos. Con el boom de las invasiones de tierras en Ica, la demanda de Carrizo para la fabricación de esteras es tal, que prácticamente no queda un cañaveral en pie. ¡Patético! Nuestros ríos han quedado desprotegidos… a merced de las avenidas. Eso lo vamos a corregir sancionando a los depredadores.

En el ámbito urbano – como diría el poeta – “hay hermanos muchísimo que hacer”. Desde la basura acumulada que resulta ser una causa más de desbordes de ríos y acequias, hasta la reubicación de poblaciones cuyos asentamientos fueron propiciados por traficantes de tierras y autoridades municipales – cada cual más corrupta e inescrupulosa que la otra – todo está por hacerse. A este respecto puedo afirmar que si los Municipios fallidos no toman cartas en el asunto, el Gobierno Regional hará lo que esté a su alcance para propiciar una solución radical; tal como hicimos – a través del OTASS – con las empresas municipales de agua potable.

Como se ve; nadie puede estar al margen de esta enorme tarea. La inacción sería una puerta abierta para más desastres. Los únicos que no tienen cabida en este proyecto para la vida son los pesimistas y criticones de siempre. Ellos que se pudran en sus rabias. Nosotros – en cambio – ¡vamos… manos a la obra! Lampadia




La gran construcción nacional

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El diluvio que nos ha caído y nos sigue cayendo encima parece una maldición, pero puede terminar siendo una bendición si convertimos la reconstrucción en el nacimiento de un nuevo país. Para eso, sin embargo, dos son los requisitos:  uno, definir un gran proyecto que aglutine, cautive y movilice a todos, un proyecto que vaya al fondo de los problemas para que no se repitan consecuencias devastadoras como las que estamos viendo, que modernice y formalice la ocupación urbana y territorial del país y acondicione y domestique las cuencas, ríos y quebradas, y de paso transforme el Estado para hacerlo posible. Y dos, diseñar una organización estatal encargada de la ejecución de este proyecto que funcione con rapidez y eficiencia.

Fuente: PRÁCTICAS DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS

En cuanto a lo primero, el gobierno debería ir designando desde ahora una oficina que empiece el trabajo de recopilar toda la información que existe en el propio Estado y en el sector privado. El Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), el Instituto Geofísico Peruano, Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET), los ministerios de Agricultura, Vivienda y otros, así como consultoras e institutos privados, y expertos, tienen mucha información acerca de las cuencas, zonas de riesgo, estudios hidrológicos, invasión de cauces, ordenamiento urbano, etc. Deberían ser convocados para juntar esa información en una sola plataforma informática, y a partir de allí formular propuestas discutiéndolas de manera abierta y creativa con representantes de los organismos especializados, partidos, gobernadores regionales y alcaldes, consultoras, expertos, institutos y gremios empresariales. Quizá el CEPLAN o el CENEPRED puedan encargarse inicialmente de esta tarea formuladora.

Oscar Schiappa Pietra considera que esa plataforma informática centralizadora debería servir también para que a través de ella se realicen los procesos administrativos y técnicos, desde la elegibilidad de los proyectos hasta las órdenes de desembolso, pasando por los avances en la ejecución, a fin de asegurar la prontitud, objetividad y transparencia en los procesos de toma de decisión. Instituciones como el Banco Mundial o la consultora McKinsey pueden colaborar en la implementación técnica de este instrumento. En una primera etapa, esa plataforma debiera servir para efectuar un inventario de afectación.

Reubicar a la población de las fajas marginales y zonas de riesgo

El Plan debería comenzar por identificar, efectivamente, todo aquello que ha sido dañado y deba ser reconstruido. Pero no se trata de reconstruir todo tal como estaba. Se trata de definir estándares en función de criterios preventivos (ver anexos 2 y 3).

De otro lado, la reconstrucción deberá aprovechar para reubicar en ciudades satélite de una sola vez a todas aquellas personas que estén ocupando las ‘fajas marginales’ de los ríos y quebradas y las zonas de alto riesgo. Estamos hablando, según la ANA, de más de 100 mil familias. Una tarea ciclópea que demandará no solo una gran voluntad política sino, además, un acuerdo político, un compromiso nacional y una organización estatal capaz de hacerlo. Y requiere proponerles a las personas que deban trasladarse unas ciudades satélite atractivas y condiciones financieras favorables (ver anexo 1).

La voluntad política parece estar dada. El propio Presidente Kuczynski ha anunciado el proyecto de la siguiente manera: “¿Qué vamos a hacer? Primero, darle oportunidad a los peruanos a que vivan en lugares aptos, tenemos que controlar las municipalidades para que no permitan el tráfico de terrenos en quebradas y cerros luego alguien cobra su ‘coimisión’, eso no queremos porque estamos viendo los resultados la gente está viviendo en lugares que no deberían estar. Pero no basta decir váyanse de aquí, tenemos que darles una alternativa y en las grandes ciudades del Perú que están rodeadas por inmensos terrenos vacíos, baldíos, tenemos que desarrollar esas áreas. Por eso en Lima quiero poner tren de cercanía desde barranca hacia Ica, eso va a abrir un transporte fácil hacia la ciudad. Por ejemplo, si estamos en las pampas del sur antes de Chilca, se podría llegar al centro de Lima en un tren rápido, en 25 minutos… Todo eso haría que la gente estuviera viviendo en lugares aptos, planos, donde se pueda poner agua potable, desagüe, drenaje, pistas asfaltadas, que es lo que no se puede poner si uno vive en la punta de un cerro que es un montón de roca donde no se puede poner servicios básicos”.

Leopoldo Monzón, por su parte, ha identificado los lugares donde podrían construirse pequeñas ciudades satélite, pero aledaños a donde vive ahora esa población que debe ser reubicada, con servicios especiales y formas de financiamiento (ver anexo 1).

Ahora bien, los decretos de urgencia que se han dado hasta ahora no satisfacen estos propósitos. El Decreto de Urgencia 04 dispone “que el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal – COFOPRI podrá efectuar el levantamiento de información de las viviendas afectadas, colapsadas e inhabitables y el catastro de daños en las zonas declaradas de emergencia, realizando la identificación de la ocupación de los titulares y/u ocupantes de las viviendas y demás predios de dichas zonas, emitiendo el Informe de catastro de daños con datos sobre la titularidad o dominio de predio y la situación física”.

Pero eso no cubre necesariamente a todas las personas que están dentro de las fajas marginales o de las zonas de alto riesgo. Debe aprovecharse para hacer un trabajo integral de una vez por todas. La pregunta es cómo identificamos a las personas que deban ser trasladadas. Para ello encontramos dos conceptos distintos en el propio Estado peruano: uno es el de “fajas marginales” de los ríos y quebradas, y el otro es el de “zona de alto riesgo no mitigable”. 

La “faja marginal”, establecida en la Ley de Recursos Hídricos, obliga a mantener un área intangible en ambas márgenes de los cursos de agua correspondiente a una franja algo mayor a lo que sería la mayor avenida posible. La encargada de fijar y mantener mediante hitos los linderos de dicha “faja marginal” en todos los ríos, es la ANA, y para ello dio la Resolución Jefatural 153-2016.

En cambio, la “Zona de muy alto riesgo no mitigable”, creada en la ley Nº 29869, ley de reasentamiento poblacional para zonas de muy alto riesgo no mitigable, es “aquella donde existe la probabilidad de que la población o sus medios de vida sufran daños o pérdidas a consecuencia del impacto de un peligro, y que las implementaciones de medidas de mitigación resultan de mayor costo y complejidad que llevar a cabo la reubicación de las viviendas y equipamiento urbano respectivo”. Son los gobiernos locales los encargados de determinar esas zonas (siguiendo los lineamientos técnicos emitidos por el CENEPRED) y de ejecutar el reasentamiento de la población involucrada. Como es obvio, esto no se ha ejecutado.

Podemos aplicar la ley de Recursos Hídricos que establece la intangibilidad de las fajas marginales, o podemos aplicar la ley de reasentamiento poblacional. O ambas. El decreto de urgencia 04 ha optado por la segunda, obviando la primera. Establece que se reubicará a los damnificados que se ubiquen en zonas de alto riesgo no mitigable, para lo cual se les otorgará un Bono Familiar Habitacional – BFH en la modalidad de Adquisición de Vivienda Nueva, y se reconstruirá la vivienda de los damnificados que se ubiquen en zonas de riesgo mitigable, para lo cual se les otorgará un BFH en la modalidad de Construcción en Sitio Propio.

La primera observación que podemos esbozar es que sólo serían reubicados los que viven en zonas de alto riesgo no mitigable, lo que significa que los otros, que viven en zonas de riesgo mitigable, reconstruyen sus viviendas en la propia zona de riesgo. A nuestro juicio, este criterio debería ser controlado por el de la aplicación de las “fajas marginales”. 

La segunda observación es que no se menciona en ninguna parte la construcción de ciudades satélite ni nada parecido. Esto preocupa porque lo que no puede ocurrir es que sencillamente se entregue un bono habitacional a la familia para que ella levante por autoconstrucción su casa y lo haga donde le parezca.

Y lo tercero es el esquema institucional. El DU 04 juega con la ley de reasentamiento poblacional mencionada, que encarga la identificación de las poblaciones en alto riesgo y su reasentamiento, a los gobiernos locales. Esto no ha funcionado. Por el contrario, muchos candidatos a alcaldes prometían habilitar zonas de alto riesgo y luego como alcaldes cumplían su promesa. De hecho, Abelardo de la Torre, jefe de la ANA, informa que su entidad tiene inventariadas a 500,000 personas directamente expuestas a estos desastres y 500,000 más que podrían ser perjudicadas. Y que la ANA ya advirtió esto a los alcaldes, pero estos no han hecho cumplir la ley (Perú21, 25-3-17).

La ley de recursos hídricos, en cambio, establece que la ANA es precisamente la encargada de fijar y defender las “fajas marginales” en los ríos y quebradas. El hecho de que esto sea responsabilidad de la ANA y no de los gobiernos locales, facilitaría un plan nacional de reubicación en ciudades satélite ejecutado por el órgano de reconstrucción. Como fuere, por lo menos para la ejecución del plan de reconstrucción, la responsabilidad de identificar a las poblaciones en riesgo que deban ser reubicadas debería estar en manos del órgano de reconstrucción en asociación con la ANA y el ministerio de Vivienda.

Controlar los ríos, quebradas y acondicionar las cuencas

Ahora bien, una vez liberadas las fajas marginales de los ríos y quebradas y las zonas de riesgo, será posible realizar todas las obras necesarias para amansar los caudales y prevenir las inundaciones (encauzamientos, enrocados, diques de control, buenos puentes, etc.) que no se pueden hacer cuando las riberas están ocupadas. El propio Presidente Kuczynski señaló la necesidad de que los ríos del Perú tengan murallas en las partes urbanas, escalonar el agua para que la velocidad de la corriente no tumbe todo a su paso, así como construir buenos pilares para los puentes (ver anexo 2). Deberá comenzarse por los puntos de alta vulnerabilidad ya evidenciados.

Disminuir velocidad del agua en cauces de riachuelos y ríos. Fuente: Eroski Consumer

Técnica usada por los incas en prácticamente todos los cauces de agua. Se trata de recuperar la herencia de ese legado cultural (Carlos Paredes)

El Ing. Hidráulico Jaime Valdez llama la atención acerca de la necesidad de un Plan Integral de Encauzamientos o Defensas Ribereñas: no arreglar solo uno o dos puntos en el curso de un río sino todo de manera integral, porque de lo contrario los arreglos puntuales se pierden y el río se vuelve a colmatar. Si el río está encauzado en todos sus puntos críticos, no se vuelve a llenar y no es necesario gastar cada año en descolmatarlo. Propone comenzar este año con los puntos de alta vulnerabilidad y pasar luego a los de segunda importancia.

En la actualidad todo lo que se refiere a defensas ribereñas es competencia de los gobiernos regionales, que, por lo general, según Ismael Benavides, han hecho muy poco en ese tema debido a falta de prioridad y presupuesto. La Oficina de Reconstrucción, de la que hablaremos luego, deberá ejecutar directamente estas obras o encargarlas de manera muy precisa a los gobiernos regionales.

Una tarea paralela será la forestación de las partes altas, la construcción de zanjas de infiltración, la descolmatación de las represas y la construcción de nuevas, entre otras obras orientadas a retener e infiltrar el agua en las laderas.  Es decir, el acondicionamiento y manejo de cuenca.

Por supuesto están las carreteras, puentes y los establecimientos públicos dañados. Los puentes tienen que hacerse con la cimentación suficiente y debería haber fuertes penalidades cuando no se respete la norma técnica (ver anexo 3). 

Para no hablar del acondicionamiento urbano, comenzando por las ciudades de la costa norte en las que llueve y en las que es necesario construir de una vez sistemas de drenaje pluvial. Pero la cosa va más allá. Se necesita planes urbanos que se respeten. Se trata de erradicar para siempre las invasiones por medio de un desarrollo urbano planificado. Pasar a otro nivel en el desarrollo de las ciudades. Y esto supondrá acuerdos con los gobiernos locales.

Organización del Estado

Ahora bien, ¿cómo debería organizarse el Estado para llevar a cabo todo lo anterior y un conjunto de otras tareas complementarias que no tenemos espacio de detallar acá? El presidente Kuczynski ha desechado la idea del Zar de la reconstrucción que él mismo propuso, y anuncia que “todo se hará a través del presidente del Consejo de Ministros, como corresponde”.

Leopoldo Monzón propone crear un Oficina de Reconstrucción dependiente justamente del Presidente del Consejo de ministros, que tendría que tener un jefe y cinco sub oficinas (ver diagrama), una de ellas de planificación. Podría tener un directorio presidido por el Premier e integrado por varios ministros y representantes de los gobiernos sub-nacionales y del sector privado. Pero, señala, es importante que esa Oficina tenga capacidad de gasto y de contratación. Es decir, que no sea solo una oficina de coordinación. A nuestro juicio, esta Oficina de Reconstrucción debería concentrar recursos en un Fondo de Reconstrucción y licitar los proyectos directamente por medio de cualquiera de las modalidades que aparece en el gráfico, aunque también debería poder encargar parte de las obras a ministerios y gobiernos sub nacionales según sea lo más apropiado.

Hay obras, sin embargo, como carreteras y puentes, relativamente autónomas del resto, cuya ejecución puede estar a cargo directamente del Ministerio de Transportes. No así todo lo que tenga que ver con reasentamiento poblacional, acondicionamiento de cursos de agua, cuencas y ordenamiento urbano.

En los casos en los que la Oficina de Reconstrucción tenga que encargar obras o tareas a los gobiernos regionales o locales, Oscar Schiappa Pietra propone la modalidad francesa de “contratos programa”, por medio de los cuales se firman acuerdos muy específicos entre el gobierno central y los gobiernos sub-nacionales estableciendo la entrega de dinero contra indicadores de avance muy puntuales y mecanismos de auditoría que podrían ser desempeñados por organismos internacionales. Estamos hablando de una suerte de APP pero dentro del propio Estado, donde el gobierno nacional contrata al gobierno sub-nacional. Esta modalidad evita desvíos de dinero y corrupción e incentiva la ejecución rápida y eficiente de los proyectos.

Oscar Schiappa Pietra propone, además, que el Gobierno contrate a organismos internacionales de primer nivel (Banco Mundial y Banco Interamericano; y en menor medida a Naciones Unidas y GiZ de Alemania) para que planifiquen y ejecuten las obras bajo la modalidad ‘Llave en Mano’. “Esto simplificaría inmensamente los procesos de construcción, garantizaría una acelerada y eficaz ejecución, y reduciría sustancialmente los masivos riesgos de corrupción. Esos organismos tienen vasta experiencia a nivel global ejecutando obras bajo tal modalidad”, explica.

Construcción institucional

La ejecución de este gran proyecto de construcción nacional es el escenario para empezar a redefinir las competencias entre niveles de gobierno por líneas de servicios. Para comenzar, en todo aquello que ha fallado: carreteras y puentes, planeamiento urbano, construcción de defensas ribereñas, manejo de cuencas, titulación de la propiedad. Establecer con claridad qué le corresponde a cada nivel, restableciendo la capacidad de rectoría, gestión y control del gobierno central y recertificando a los gobiernos sub-nacionales en las competencias que les correspondan en la cadena de valor del servicio en cuestión. Lo mismo se debe hacer en Salud y Educación.

Se trata de redistribuir funciones y competencias de una manera tal que se asegure el funcionamiento del gobierno unitario y la eficiencia del servicio. 

Estamos hablando de la recuperación de la capacidad de control territorial por parte del Estado Central y la profesionalización y des-patrimonizalización de los gobiernos sub-nacionales. Y específicamente de la construcción de un nuevo ordenamiento territorial y urbano predecible y organizado, que supone la formalización de la ocupación del territorio, planes urbanos respetados, el fin de las invasiones, titulación de la propiedad y pago de impuestos prediales.

Pero todo esto supone también la reforma profunda del sistema judicial y policial, pues ya sabemos que la ocupación indebida de las zonas de riesgo ha sido frecuentemente organizada por traficantes de terrenos y mafias de usurpadores, en connivencia con alcaldes, policías, fiscales y jueces. Eso tiene que acabar si queremos que el gran proyecto de reconstrucción se pueda aplicar en estos temas.

Y supone aprobar la reforma política pues necesitamos partidos políticos presentes en el territorio de modo que las autoridades locales estén conectadas con instancias políticas nacionales y sean responsables ante ellas.

Estamos hablando, en última instancia, de la construcción institucional del país a todo nivel. Lampadia

Anexo 1: Ciudades satélite
Leopoldo Monzón ha identificado los lugares, aledaños a las zonas de riesgo, donde se pueda fundar ciudades satélites donde trasladar a las personas que deban ser reubicadas. Propone que en estas ciudades satélite se construyan plantas de tratamiento de 3,000 lt/día a 1’000,000 lt/día, para dotar de agua de 10 a 3,000 casas respectivamente, dependiendo de la zona de intervención y los daños ocurridos, y además que cada casa tenga un tanque para almacenar agua y un biodigestor para el tratamiento de los sólidos y líquidos que ahora terminan en los ríos del Perú. El agua tratada en el biodigestor se podrá utilizar para riego de jardines que circundarán las casas y los residuos sólidos se podrán utilizar como abono cerrando un círculo virtuoso nuevo con servicios ambientales cercanos a países del primer mundo. (ver imágenes 1 y 2)[1]

Diagrama de Agua Potable Segura Fuente: PROESMIN
Diagrama Tratamiento de Agua. Fuente: MCVS

Por supuesto, a las personas debe ofrecérseles además un buen mecanismo de financiamiento de sus nuevas viviendas que les permita pagar una parte relativamente menor del costo total. Para ello se tiene a la mano los mecanismos de Techo Propio, y propone ampliar el Bono de Buen Pagador a un 50% del valor de la inversión  financiando el resto a 20 años con tasas de interés muy bajas, tratándose de soluciones de este tipo.[2] 

Monzón agrega que “el capital público y privado intervendrían incorporando centros comerciales, parques industriales, Colegios, Centros de Salud, etc. en estas ciudades satélite, generando puestos de trabajo para los pobladores de la zona. De esa manera la plusvalía de las casas construidas deberá incrementarse en 5 años en un 250%, en base al estudio de benchmarking de crecimiento de valor realizado en zonas sostenibles (Proesmin 2015)”.[3] La construcción de estas ciudades se haría mediante las distintas modalidades disponibles: APPs, Iniciativa Privada, Obras por Impuestos, Inversión pública o acuerdos de cooperación con países amigos.

Anexo 2: Acondicionamiento de los ríos
Será necesario tomar nota de los conocimientos acumulados por los ingenieros peruanos. Tanto Carlos Paredes como el Ingeniero Jaime Valdez, por ejemplo, señalan la necesidad de optar por estructuras de encauzamiento de tipo flexible tales como enrocados y gaviones, en lugar de muros de concreto armado o de gravedad que son estructuras rígidas que colapsan por ruptura o son socavadas. Los gaviones (canastas de mallas de alambre rellenas de piedra) solo funciona, apunta, en ríos del norte que no arrastran piedras grandes que rompen los gaviones, aunque Paredes sostiene que sí funcionan bien en ríos de la Sierra, por lo menos en algunos ríos.

Fuente: PRÁCTICAS DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS
Fuente: Budprofi
Fuente: Mundo Gavión

Manejo de gaviones con enmallado de piedras: Responden mucho mejor que diques de concreto armado porque soportan presiones disminuyéndolas a través del filtrado del agua entre las piedras y produciendo ligeros desplazamientos. Los muros de contención se quiebran fácilmente y se inutilizan (Carlos Paredes)

El Ing. Jaime Valdez llama la atención acerca no arreglar solo uno o dos puntos en el curso de un río sino todo de manera integral, porque de lo contrario los arreglos puntuales se pierden y el río se vuelve a colmatar. Si el río está encauzado en todos sus puntos críticos, no se vuelve a llenar y no es necesario gastar cada año en descolmatar.

Además –señala- los nuevos puentes deben evitar estrechar el ancho del cauce o colocar pilares intermedios que generan alta vulnerabilidad; tanto en los pilares como en los estribos, especialmente por problemas de socavación local.

Y advierte lo siguiente: cualquier estructura hidráulica que se proyecte en el cauce de un río, debe considerar la ocurrencia de una avenida probable para 100 o 200 años de periodo de retorno; que para el caso del río Rímac este caudal es de 450 a 500 m3/s. Si todos los desastres ocurridos en los últimos días fueron ocasionados por un pico de caudal de solo 120 m3/s; ¿qué podríamos esperar si realmente se presenta la avenida de diseño de 450 a 500 m3/s?

Anexo 3: Cuestiones de ingeniería
¿Por qué se han caído tantos puentes?

Según el ingeniero Enrique Felices, “un puente tiene tres partes: cimientos, estructura y superestructura. Las tres deben estar bien diseñadas y construidas, individualmente y como conjunto. En el puente de San Juna de Lurigancho falló la cimentación; en el de Virú claudicó la superestructura.

Si un ingeniero (de los 200,000 que hay en el CIP) trabaja con plazos y honorarios mínimos, casi con seguridad hará un mal diseño (por ejemplo, para los estudios de suelos no analizará hasta la profundidad debida y asumirá que en la zona hay un » suelo conocido»). Después, el constructor no corregirá la deficiencia porque una mayor excavación hasta encontrar un suelo apropiado, o el cambio del tipo de cimentación, implicará un adicional de obra que debe aprobar la Contraloría. ¡No gracias!  Años más tarde llueve, crecen los ríos y cataplún: cientos de puentes abajo”.

El ingeniero Raúl Delgado Sayán, por su parte, asegura que los puentes no pueden ni deben colapsar. Explica que “normalmente los puentes no colapsan por la estructura misma de arriba o superestructura (por donde transitan los vehículos), sino porque fallan sus apoyos o las estructuras de soporte (subestructuras). Con los ríos en máxima creciente a consecuencia de los huaycos, colapsan porque el rio socava (proceso de erosión acelerada) estos soportes, que por lo general están sin pilotes de anclaje, porque los construyen así. La cimentación de apoyos intermedios en el lecho de los ríos o en las márgenes derechas e izquierda, deben ser de cimentaciones profunda, o sea con pilotaje. ¿Por qué no lo son? Pues muy sencillo, porque cuestan más y si lo hacen así «no pasan el SNIP». 

“La definición del SNIP es que debe escogerse como mejor alternativa aquella que cumpla el objetivo al menor costo, cuando lo que debe primar es la alternativa «optima» (técnica y económicamente) que cumpla con el objetivo. Se usa la comparación beneficio/costo que siempre escoge la de menor precio y por lo tanto menor calidad sin considerar una relación más amplia de beneficio/costo con incorporación del factor riesgo y durabilidad”.

“Tenemos la cultura de adjudicar las obras al más barato, sin analizar la solución de ingeniería que cada uno de los postores propone; así están hechos nuestros reglamentos. Pero en ingeniería » lo barato cuesta muy caro» porque las obras se deterioran y destruyen muy rápido.

Excluir barrages tipo Creager

El ingeniero Jaime Valdez señala que las obras hidráulicas que se proyecten sobre lechos de río deberán evitar cambiar o modificar el régimen y/o equilibrio natural de los mismos; especialmente los concernientes a sus pendientes. En ese sentido, debe excluirse el diseño de barrajes tipo Creager, y optar por los barrajes llamados tipo Grampa o indio y preferiblemente barrajes móviles, que permitan el libre tránsito de la mayor cantidad de sedimentos del río. En el gráfico adjunto se esquematiza la dinámica fluvial que genera cada uno de los barrajes indicados.

El agua fluye de derecha a izquierda

Un barrage es un dique transversal que se construye para levantar nivel de agua de modo que pueda ser captada por las márgenes a fin de regar o de llevarla a una planta de tratamiento de agua. En los ríos torrentosos, cuando el dique es vertical (Creager), se llena de arena y rebosa agua limpia que, al tener más poder de socavación, erosiona los puentes ríos abajo. Lo mejor es el barrage inclinado, tipo grampa o indio, para permitir paso de los sedimentos y no romper el equilibrio natural del río. Lo ideal es el barrage móvil, que se levanta y deja pasar todo. La atarjea es así

Anexo 4: Proyecto: “Conducción fuera del cauce del Río Rímac entre Moyopampa y la Atarjea”, diseñado por CESEL, con estudios definitivos
Consiste en llevar el agua de las centrales hidroeléctricas de Moyopampa y Humapaní y a la planta de la Atarjea, por medio de un túnel (que ya está construido en parte), y aprovechando tres caídas para generar electricidad. Como explica Raúl Delgado Sayán, con este proyecto “nunca más viviremos el «via Crucis» de falta de Agua que estamos viviendo actualmente; SEDAPAL recibiría un agua mucho más limpia, con lo cual la ciudadanía a su vez recibiría agua potable garantizada de mucho mayor calidad. Sedapal se ahorraría muchísimo dinero en el tratamiento (cloro, esfuerzo de separación de residuos sólidos, coagulantes, etc.), además de la posibilidad de generar hasta 60 MW adicionales de electricidad.

SEDAPAL que recibiría 25 m3/seg de agua limpia, sin sedimentos, ya turbinada (mucho más de lo que necesita la Atarjea actualmente) y una ventaja adicional es que en las épocas de muy fuertes crecidas, le ahorraríamos al rio la carga de 25m3/seg, lo cual le daría un pequeño colchón adicional para evitar desbordes; es decir si el caudal actual fuera 100m3/seg, no soltamos en Huampani 25m3/seg, entonces en todo ese trayecto solo tendríamos 75 m3/seg.”.

[1] Ver propuesta de ciudades satélite en Leopoldo Monzón: Inundiaciones, ¿más de lo mismo?
[2] Op Cit
[3] Idem




Hagamos las cosas bien, para un Perú Grande

Esperemos que la desgracia pase pronto y que podamos enfrentar nuestras nuevas tareas con mejores luces de las que nos acompañaron una y otra vez en el pasado. Esta vez no podemos hacer lo mismo de siempre, reconstrucciones apuradas y a medias, que solo nos dejan pasar el trago amargo hasta el nuevo golpe de la naturaleza.

Ahora tenemos que hacer las cosas bien, en grande, y para el muy largo plazo, como se harían en los países más desarrollados.

Por ejemplo, no podemos rehacer la carretera entre Chiclayo y Piura, manteniendo los peligrosos badenes del ‘Niño’ de los 80s. No podemos mantener la quebrada de San Ildelfonso en Trujillo sin canalizarla y preservar la ciudad de estos percances, que se han repetido desde 1925. No podemos seguir sin proteger la carretera Central de los huaycos entre los kilómetros 39 y 44. No pueden dejarse sin descolmatar los ríos y canales de las zonas vulnerables, ni dejar que se malogren los sistemas de drenaje. No podemos permitir que autoridades corruptas e irresponsables, alienten y convaliden el tráfico de terrenos en áreas de alto riesgo.

Fuente: Red Filosófica del Uruguay

Ahora, tenemos que hacer las cosas en grande. Si es necesario, en algunas zonas del norte habrá que hacer carreteras elevadas con puentes altamente resistentes. Tendremos que hacer canalizaciones bien diseñadas y construidas. Tendremos que habilitar nuevas viviendas para las poblaciones que lo han perdido todo y mudarlas de las zonas de alto riesgo a nuevos desarrollos de vivienda popular en áreas seguras y con todos los servicios.

La tarea por delante requiere una serie de importantes definiciones:

  • ¿Quiénes van a fijar los objetivos de la tarea de desarrollo a prueba de ‘niños’?
  • ¿Cómo se va a lograr la reubicación de la población a zonas seguras?
  • ¿Quiénes van a organizar el trabajo y fijar metas y presupuestos?
  • ¿Quién va a dirigir el multi-proyecto?
  • ¿Quiénes lo van a ejecutar?
  • ¿Cómo se va a financiar?

En cuanto a los temas organizativos, es bueno revisar las experiencias exitosas del pasado, como la de los años 60 en Arequipa, con la Junta de Rehabilitación y Reconstrucción de Arequipa, que fue un esfuerzo liderado por su clase dirigente.

La Lección Arequipeña
En el Perú, la efectividad del gobierno de turno para llevar a cabo un proceso de reconstrucción ha sido siempre puesta en duda. El abanico de acusaciones es más o menos constante: desvío de donaciones, falta de ideas, incorrecto planeamiento urbanístico, mal gusto, etc. Los ejemplos de lo contrario son menos frecuentes.

En Arequipa, los sismos del 58 y 60, destruyeron el 90% de las viviendas de los distritos y pueblos de Tiabaya, Tingo, Huaranguillo, Tingo Grande, Sachaca, Alata, Arancota, Pampa de Camarones, Chullo y la urbanización Hunter.  Charcani se quedó sin fluido eléctrico; el sistema de desagüe y distribución de agua de la ciudad se dañó; las torres de la Catedral se rajaron y la Iglesia de Santo Domingo se vino abajo casi por completo.

El gobierno decretó la creación de la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa (JRDA).

Eduardo Bedoya Forga, miembro de la JRDA recuerda: “En la Junta no se hacía política. No había partidos, el partido era Arequipa”. Todos trabajaban ad honorem y eran empresarios arequipeños notables. La asamblea era de quince miembros de los cuales sólo cinco representaban al Estado. El resto pertenecía a instituciones diversas como sindicatos y colegios profesionales”.

La JRDA reconstruyó la ciudad con un sistema denominado “de ayuda mutua”: los propios damnificados participaban en las obras y el Estado proveía los materiales. Se estableció un nuevo sistema de electrificación, y se restauraron los monumentos. El plan de desarrollo contempló la creación de la Fábrica de Cementos Yura, del Parque Industrial y la Variante de Uchumayo. También se elaboraron los estudios completos a nivel de ejecución del Proyecto Majes. Un proceso articulado y desprovisto de intenciones políticas. (Fuente: Giomar Silva).

Se desarrollaron pequeñas irrigaciones repartidas en el departamento, se mejoró el riego, defensa de tierras, bocatomas, canales, estanques y otros. Se creó un programa de crédito artesanal y un Parque Artesanal y de Pequeña Industria. (Fuente: Edward Pari Portillo).

La JRDA fue pues un ejemplo de descentralización, con hombres que trabajaron por amor a su ciudad sin cobrar un centavo a la entidad a la que servían. Lamentablemente hasta hoy no se ha dado un caso parecido con los gobiernos regionales, incluyendo los de la propia Arequipa. (Fuente: ADEPIA).

En nuestra opinión, la lección más importante de la experiencia arequipeña es el involucramiento de la sociedad civil, tanto en la promoción de los esfuerzos de reconstrucción, como en su propia ejecución. En consecuencia, para enfrentar la actual situación, tal vez debiéramos pensar en identificar e involucrar a los ciudadanos notables de cada zona a apoyarse, e inclusive, en la organización nacional que debiera ser liderada por la sociedad civil y no solamente por funcionarios del Estado.

En cuanto al financiamiento

Nuestra primera reflexión es que ahora debemos ‘poner toda la carne en el asador’. En otras palabras, primero debemos estimar los requerimientos de inversión que permitan una solución estructural y de largo plazo, como ha afirmado el primer ministro Fernando Zavala, tanto para los temas de vivienda como para los de las infraestructuras. Luego debemos ver cómo financiar el programa en su integridad.

Es evidente que los daños son cuantiosos. Exagerando, asumamos que para el proceso se necesita canalizar US$ 10,000 millones (S/. 33,000 millones), aproximadamente un 5% del PBI.

Es claro que entre el Fondo de Estabilización Fiscal y la capacidad de endeudamiento del Perú, podemos financiar un 5% del PBI (y hasta 7% del PBI o más) para hacer las tareas correctas.

Otra consideración que se ve como un limitante es el de la posición del Déficit Fiscal, que tendría que ampliarse temporalmente, de forma importante. Sin embargo, por la magnitud de los daños, la envergadura de la tarea, y las capacidades de nuestra economía, se debería poder recibir el respaldo internacional de los organismos multilaterales y calificadores de riesgo.

También se debería considerar la utilización de capital privado para el financiamiento de la inversión.

En cuanto a la generación de recursos fiscales

La situación obliga también a mejorar las perspectivas de crecimiento de la economía. Eso significa, entre otras cosas, que tenemos que propiciar la inversión minera, que tiene la capacidad de movilizar rápidamente el conjunto de la economía y generar recursos fiscales importantes. No nos olvidemos que creciendo al 7% por año, la economía y los ingresos del Estado, se duplican cada diez años.

El Perú necesita un mayor crecimiento para cerrar nuestras brechas. Hace poco, Liliana Rojas-Suárez, reputada economista peruana, publicó un análisis muy oportuno sobre el ritmo de crecimiento necesario para que el Perú pueda cerrar las brechas de ingresos con respecto a los países más avanzados (que compartimos líneas abajo). En un primer caso, con respecto al conjunto de los países más avanzados y en un segundo, con respecto a aquellos países que alcanzaron el status de avanzados recientemente. Como puede verse en el siguiente cuadro resumen de los escenarios analizados por Rojas-Suárez, al ritmo actual de crecimiento de la economía, de alrededor de 4% anual, necesitaríamos entre  78 y 25 años para nivelarnos con los más avanzados o con los que recién lo lograron,  respectivamente. Si crecemos a un 7% anual, necesitaríamos entre 28 y 13 años para nivelarnos.  Ver en LampadiaLa importancia y dificultades de crecer alto y sostenido.

Ahora, crecer es un mandato ineludible. Y quienes se opongan a ello, estarán traicionando la recuperación del país, desde esta nueva tragedia. Lampadia




Encontrando solidaridad en un desastre

Nuestro país está pasando por momentos críticos y necesita la ayuda de todos. Las inusuales lluvias a causa del Niño Costero han golpeado fuertemente la costa norte del Perú, inundando hospitales y dejando aisladas a algunas ciudades. Las tormentas están siendo causadas por un calentamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico y se espera que continúen por otras dos semanas, afectando a más de la mitad de la nación. Sin embargo, a pesar de tantos destrozos, es encomiable como los peruanos estamos siendo tan solidarios con nuestros compatriotas.

Fuente: COEN, Semana Económica

El Perú ha respondido con una enorme campaña en favor de nuestros compatriotas. Mucha gente se unió donando ropa, agua, alimentos, tiempo y manos para recibir, seleccionar y empacar lo recolectado. No solo en organizaciones establecidas como la Cruz Roja, sino en pequeños grupos de personas, que ayudaron como pudieron: en Lima, limpiando las playas de Punta Hermosa, llevando comida y abrigo a ciudades afectas y mediante donaciones en todo el país.

Se crearon distintas campañas como #NuestroPerúunido, #FuerzaPerú, #juntosporpiura, #juntosporPH, #unasolafuerza y #AyudemonosEntrePeruanos. Todas con el mismo objetivo: apoyarnos entre hermanos para salir adelante tras este terrible desastre. Inclusive algunos locales apoyaron:

¿Qué más podemos hacer?
El Perú nos necesita y llegó la hora de actuar. Donar o ser voluntario son algunas opciones. La Cruz Roja activó un sistema de donación online para peruanos y extranjeros: Ingresa aquí. También puedes llevar agua embotellada, comida enlatada, ropa en buen estado, artículos de aseo y mucho más a los puntos de acopio establecidos: los centros comerciales Plaza San Miguel, Jockey Plaza y Mega Plaza, en Lima, así como las instalaciones del Real Plaza en Sullana, Piura, Chimbote, Chiclayo y Trujillo. Otra alternativa es inscribirte como voluntario en #UnaSolaFuerza, el portal del gobierno que reúne información oficial sobre la situación del fenómeno. 

Fuente: Radio Vaticano

Tales respuestas a los desastres revelan una visión alternativa de cómo organizar la sociedad: con la gente común que se unen para ayudar a rescatar y reconstruir sus comunidades. Los desastres sirven como recordatorios de que todo el mundo depende de sus amigos y vecinos. Desastres como el Niño Costero demuestran que otro mundo es posible. La respuesta inmediata al desastre no es individualista ni dirigida por el Estado, sino más bien creada por la gente local ayudándose mutuamente. La cooperación y la solidaridad, visibles después de los desastres, también pueden hacer la vida ordinaria más rica y más resistente. ¡Bravo Perú! 

Lampadia




Se acabó la disculpa: La economía mundial se recupera

El mundo ha entrado en un período de mayor incertidumbre política, sin embargo, el impacto en el crecimiento económico global parece estar mejorando. La economía estadounidense probablemente verá un alza moderada en la confianza empresarial y posiblemente algún alivio fiscal en el 2017, pero este no es el único escenario positivo en el panorama. Europa y Japón también están experimentando una dinámica interna de crecimiento más fuerte.

Según un reciente análisis de The Economist (compartido y traducido líneas abajo) y su análisis ’La economía mundial se está recuperando’, los manufactureros a nivel mundial tuvieron su mes más activo en casi seis años, basado en el Índice de gestores de compras de JPMorgan, el nivel más alto en más de seis años.

La importancia de este indicador se debe a que aunque la fabricación representa menos del 20% de la economía en varias economías clave como Estados Unidos y Gran Bretaña, sigue siendo un componente importante y puede a menudo apoyar a las industrias de servicios.

The Economist cita a Manoj Pradhan, de Talking Heads Macro, una firma de investigación, quien afirma que “La amplitud de la mejora (desde Asia hasta Europa y América) hace que haya una mayor probabilidad de un crecimiento sostenido. Una amplia tendencia es un buen indicador de una tendencia establecida”.

En el Perú, en los últimos tiempos, desde que perdimos el impulso hacia el crecimiento el 2011, se le ha echado la culpa de nuestro de menor crecimiento, a la economía global y a la caída de los commodities. Siempre tratamos de contradecir ese relato que tapaba la mediocridad del manejo económico, pero entre políticos, periodistas y economistas, empedraron el camino por el que abandonamos el crecimiento.

Lo precios de la materias primas bajaron, pero el Perú es un productor de costos bajos. La verdad es que el Perú dejo de crecer, en gran medida, por la invasión del aparato estatal por parte de las huestes de las izquierdas que se auparon al gobierno de Humala, bajo la dirección de su primer ministro, el ubicuo Salomón Lerner Ghitis. Sorprendentemente, buena parte de ellos sigue formando parte de la burocracia del Estado, algo especialmente dañino en el actual gobierno, que estaba llamado a corregir los entuertos del anterior.

Además de la ideología, el otro factor que paró el crecimiento del país, fue la parada en seco de la inversión minera, como producto de los conflictos (político) sociales. Ver en Lampadia: Lampadia presentó su primer libro.

Ahora debemos retomar la senda del crecimiento. Necesitamos generar recursos para sobreponernos a las desgracias de los huaycos y cerrar las brechas económicas y sociales que siguen afectando a muchos peruanos. Debemos fomentar la inversión privada en minería, explicando al país los traicioneros infundios con los que se la debilitó. Lampadia

En aumento
La economía mundial disfruta de un repunte sincronizado

La última década ha estado marcada por una serie de falsos amaneceres económicos. Esta vez se siente realmente diferente.
Fuente: The Economist

The Economist
18 de marzo de 2017

Los ciclos económicos y políticos tienen el hábito de estar fuera de sincronía. Simplemente pregúntele a George Bush, quien perdió las elecciones presidenciales en 1992 porque los votantes lo culparon por la recesión. O el canciller Gerhard Schröder, abandonado por los votantes alemanes en 2005 después de imponer reformas dolorosas, sólo para ver a Angela Merkel cosechar los frutos.

Hoy, casi diez años después de la crisis financiera más severa desde la Gran Depresión, por fin está en marcha una amplia expansión económica. En América, Europa, Asia y los mercados emergentes, por primera vez desde un breve repunte en 2010, todos los quemadores están funcionando a la vez.

Pero el humor político es agrio. Una rebelión populista, alimentada por años de lento crecimiento, todavía se está extendiendo. La globalización está en desuso. Un nacionalista económico se sienta en la Casa Blanca. Esta semana todos los ojos estaban en las elecciones holandesas con Geert Wilders, un ideólogo islamofóbico holandés [que perdió las elecciones].

Esta disonancia es peligrosa. Si los políticos populistas ganan el crédito por una economía más floreciente, sus políticas ganarán credibilidad, con efectos potencialmente devastadores. Mientras un esperado repunte eleva los espíritus y extiende la confianza, la gran pregunta es: ¿qué hay detrás de ello?

Todos juntos ahora
La década pasada ha estado marcada por falsos amaneceres, en los que el optimismo al comienzo de un año se ha deshecho –ya sea por la crisis del euro, oscilaciones en los mercados emergentes, el colapso del precio del petróleo o temores de un colapso en China–. La economía de Estados Unidos ha seguido creciendo, pero siempre con vientos en contra. Hace un año, la Reserva Federal esperaba elevar las tasas de interés cuatro veces en 2016. Las debilidades globales lo impidieron.

Ahora las cosas son diferentes. Esta semana, la Fed elevó las tasas por segunda vez en tres meses, gracias en parte al vigor de la economía estadounidense, pero también por el crecimiento en todas partes. Los temores sobre la sobrecapacidad china y la devaluación del yuan han retrocedido. En Japón, en el cuarto trimestre, el gasto de capital creció a su ritmo más rápido en tres años. La zona euro ha cobrado velocidad desde 2015. El índice de confianza económica de la Comisión Europea está en su nivel más alto desde 2011; el desempleo en la zona euro está en su nivel más bajo desde 2009. 

Las campanas de la actividad global se ven también con entusiasmo. En febrero, Corea del Sur, un referente del comercio mundial, registró un crecimiento de las exportaciones superior al 20%. Los fabricantes taiwaneses han registrado 12 meses consecutivos de expansión. Incluso en lugares acostumbrados a la recesión lo peor ha terminado. La economía brasileña ha estado contrayéndose durante ocho trimestres, pero, con las expectativas de inflación domesticadas, las tasas de interés ahora están cayendo. Es probable que Brasil y Rusia añadan crecimiento al PBI mundial este año, en lugar de restarle. El Instituto de Finanzas Internacionales estima que en enero el mundo en desarrollo alcanzó su tasa de crecimiento mensual más rápida desde 2011.

Esto no quiere decir que la economía mundial ha vuelto a la normalidad. Los precios del petróleo cayeron un 10% en la semana hasta el 15 de marzo por renovados temores de exceso de oferta; una caída sostenida perjudicaría las economías de los productores más de lo que beneficiaría a los consumidores. La acumulación de la deuda de China es una preocupación perdurable. El crecimiento de la productividad en el mundo rico sigue siendo débil. Fuera de Estados Unidos, los salarios siguen creciendo lentamente. Y en Estados Unidos, la creciente confianza empresarial aún tiene que traducirse en una creciente inversión.

La apertura de la recuperación exige un acto de equilibrio. A medida que suben las expectativas de inflación, los bancos centrales tendrán que sopesar la presión de endurecer la política contra el riesgo de que, si van demasiado rápido, los mercados de bonos y los prestatarios sufran. Europa es especialmente vulnerable, porque el Banco Central Europeo está alcanzando los límites legales del programa de compra de bonos que ha utilizado para mantener el dinero barato en economías débiles.

El mayor riesgo, sin embargo, son las lecciones políticas. Donald Trump está rezando sus propias alabanzas tras los últimos números de empleos y confianza. Es cierto que el sentimiento bursátil y empresarial se ha disparado por las promesas de desregulación y un impulso fiscal. Pero las afirmaciones de Trump de haber creado mágicamente empleos son pura fanfarronería. La economía estadounidense ha añadido empleos durante 77 meses seguidos.

Sin Keynes no hay ganancias

Lo más importante es que el auge no tiene nada que ver con el nacionalismo económico del «America Primero» de Trump. De todos modos, el auge mundial reivindica a los populistas que hoy los expertos a menudo critican. Los economistas han sostenido durante mucho tiempo que las recuperaciones de las crisis financieras tardan mucho tiempo: las investigaciones sobre 100 crisis bancarias de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff de la Universidad de Harvard sugieren que los ingresos vuelven a los niveles previos a la crisis sólo después de ocho largos años. La mayoría de los economistas también argumentan que la mejor manera de recuperarse después de una crisis de deuda es limpiar los balances rápidamente, mantener la política monetaria suelta y aplicar estímulo fiscal siempre que sea prudentemente posible.

La recuperación de hoy confirma la prescripción. La Fed fijó las tasas de interés en el piso hasta que el pleno empleo estaba a la vista. El programa de compra de bonos del BCE ha mantenido en niveles tolerables los costos de endeudamiento en los países propensos a crisis, aunque el acento de Europa sobre la austeridad, recientemente relajado, hizo que el trabajo fuera más difícil. En Japón, las subidas del IVA han reducido los avances previos; esta vez el gobierno sabiamente ha diferido un aumento hasta por lo menos 2019.

Con todo, un respaldo a políticas económicas populistas favorecería a los partidos insurgentes en países como Francia, donde la líder de extrema derecha Marine Le Pen está en buena posición para ganar la presidencia. También favorecería políticas erróneas. Los recortes de impuestos propuestos por Trump impulsarían a una economía que ahora menos necesita apoyo –y complican la tarea de la Fed–. Fortificados por la creencia errónea en su propia visión del mundo, los proteccionistas de la administración podrían instar a Trump a abandonar la infraestructura de la globalización (eludiendo a la Organización Mundial del Comercio en la persecución de sus quejas contra China), arriesgando una guerra comercial. Un derroche fiscal en el país y un dólar más fuerte ampliaría el déficit comercial de Estados Unidos, lo que podría fortalecer su mano. Los populistas no merecen crédito por la mejora. Pero todavía podrían arrebatárnosla
Lampadia

Para sustentar los mensajes de The Economist, compartimos abajo los cuadros de su segundo artículo ‘La economía mundial se está recuperando’: