Economía peruana se sigue desacelerando y apenas crece 1.58% en enero

La desaceleración que viene experimentando nuestra economía en los últimos meses ya es un hecho palpable y comprobable en los datos. Como informó el INEI en los últimos días, en enero pasado la producción nacional registró un magro crecimiento de 1.58% con respecto al mismo mes en el 2018. Como se observa en el siguiente gráfico, de repetirse estas desalentadoras caídas en las tasas de crecimiento, se terminaría de configurar una tendencia bajista en el comportamiento anual de la actividad económica.

¿Qué ha motivado este decaimiento del crecimiento de la producción nacional? ¿Obedece puramente a un factor estacional o se debe a una creciente debilidad por parte del gobierno para reactivar los diversos motores de nuestra economía, como hemos venido advirtiendo previamente en anteriores publicaciones (ver Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, Perú crece por debajo de su potencial?

Desagreguemos el crecimiento del PBI de manera sectorial y analicemos.

Como se observa en la siguiente tabla, los sectores que estarían determinando el comportamiento desfavorable del PBI en enero son los sectores primario, compuestos por el sector pesca y minería e hidrocarburos, que cayeron en -31.33% y -1.26% respectivamente, y secundario, arraigados a la demanda interna y compuestos por la construcción y la manufactura, que crecieron 0.90% y -5.64% respectivamente.

Vayamos uno a uno:

  • En cuanto a la caída del sector pesquero, esta fue explicada principalmente por una menor captura de anchoveta para consumo humano directo (-56.02%), la cual se deriva de una fuerte declinación de la captura de este recurso en la segunda temporada de pesca. Según la misma entidad estadística, es relevante señalar que las condiciones del mar a 30 millas de la costa afectaron gravemente la distribución de este abundante recurso.

  • En cuanto a la caída del sector minería  e hidrocarburos esta se explica en mayor y menor medida por un desempeño desfavorable de algunos componentes de la minería metálica – como el hierro (-39.10%), la plata (-14.03%), el oro (-9.40%), entre otros- y  la menor extracción del petróleo crudo (-21.78%). Analicemos con mayor detalle las razones de la caída de estos subsectores:
  • Por el lado de la minería metálica, si bien una parte de la menor producción de estos concentrados obedece a menores tonelajes tratados y a la paralización temporal de algunas minas, también existe un factor de agotamiento de reservas existentes como es el caso de las operaciones auríferas de la Minera Barrick Misquichilca. Este agotamiento sí es responsabilidad directa del gobierno puesto que de haberse dado luz verde a proyectos mineros de envergadura como Conga y particularmente, Tía María, del cual ya se tiene permiso de construcción, probablemente el sector no hubiera registrado cifras negativas.

  • En el caso de la fuerte caída en la producción de petróleo crudo, también se trataría de responsabilidad directa del gobierno. Ella obedecería a la paralización de las operaciones de explotación en el Lote 192 por parte de Pacific Stratus desde diciembre pasado, afectadas por la inoperatividad del Oleoducto Norperuano, ante la ruptura del ramal norte efectuada por una comunidad nativa de Loreto con el consecuente derrame de miles de barriles de este recurso.  Como es de conocimiento, la reacción del gobierno ante estas manifestaciones violentas fue escandalosamente tardía, que posteriormente terminó cediendo ante muchos de los requerimientos de esta comunidad para darle “supuesto fin” al conflicto.

  • En el caso de la manufactura, su caída está explicada por un desempeño desfavorable del subsector fabril primario (-27.51%), ante una contracción del sector de metales no ferrosos (-46.22%), elaboración y conservación de pescado, crustáceos y moluscos (-32.76%) y azúcar (-14.9%). Aquí la responsabilidad del gobierno es indirecta. Si bien no podría adjudicársele la responsabilidad por el lado de la caída del sector de conserva de pescado, ya que arrastra el mal resultado del sector pesca anteriormente mencionado; en el caso de la minería, el agotamiento de las reservas por el poco empuje hacia nuevos proyectos mineros desde el Ejecutivo, ha terminado por producir una menor producción a refinar, perjudicando así a la industria. Asimismo, es menester señalar que si bien el sector fabril no primario, otro importante componente de la manufactura, creció 3.49% en enero, uno de sus subsectores, la producción de bienes de capital, registró una fuerte caída de -19.01%. Esta fuerte caída se debió a la contracción en la producción de máquinas para la explotación minera y canteras así como para obras de construcción (-57.10%). Este constituye un caso adicional en donde el poco impulso hacia la minería por parte del Ejecutivo termina afectando otros sectores de alto valor agregado de la economía.

  • Finalmente, en el caso de la construcción su magro crecimiento ubicado en 0.9%, se explica mayormente por la fuerte contracción en el avance físico de las obras, ubicado en -9.43%. Muchos podrían argumentar que este hecho se habría dado por la coyuntura política, caracterizada por la llegada de las nuevas autoridades a los Gobiernos Regionales y Locales. ¿Es este pues un factor estacional propio del cambio del ciclo político? La respuesta es parcial. Si uno desagrega el avance físico de las obras, no son los Gobiernos Regionales los que han restringido su gasto de inversión en construcción, ya que ellos han experimentado un crecimiento del 38.06% en este indicador. Por el contrario, han sido el Gobierno Nacional y los Gobiernos Locales los que han contraído su gasto en este concepto en el orden de -17.73% y -19.50%, respectivamente. En ambos conceptos se observan claras falencias y faltas de capacidades por parte de ambos niveles del Estado para lidiar con los atrasos de las  obras de infraestructura vial y de vivienda, así como de mejoramiento de las redes de agua y alcantarillado, en la zona norte del país, aún afectada por el Niño Costero.

En conclusión, la situación grave por la que pasan cuatro sectores económicos que son responsables de la caída de la economía en el mes de enero, por lo menos tres, se deben a la incapacidad del actual gobierno para lidiar con los cuellos de botella heredados de anteriores administraciones como la poca habilidad para una resolución eficaz de conflictos sociales así como la falta de impulso de sectores como la minería, que son vitales para el desarrollo y que además están encadenados con industrias de alto valor agregado.

Es menester señalar que este débil crecimiento de la actividad económica no es reciente pues se da en un contexto de desaceleración pronunciada en las tasas de crecimiento del PBI acompañada de una caída en la inversión (ver gráficos a continuación), que, como advertimos en Lampadia: El Perú se aleja de los circuitos internacionales de inversión, Aterrizaje en la mediocridad, viene desde los años 2011-2012, producto de una animadversión hacia la inversión privada, con especial énfasis, hacia la inversión minera.

Esta es pues la nefasta herencia que nos dejó el gobierno nacionalista de Ollanta Humala que no pudo ser reversada por el actual gobierno de PPK-Vizcarra.

De seguir promoviendo este enfoque anti-inversión y no darle solución a los cuellos de botella anteriormente mencionados, no podremos seguir con nuestra tarea de generación de empleo y reducción acelerada de la pobreza que nos caracterizó en la década pasada. Nuestros compatriotas exigen pues dicho cambio. Lampadia




7 cuadros muestran la realidad global

La economía mundial está mejorando. La pregunta es qué tan duradera será esta mejora. Lo ideal sería llegar a un período de crecimiento rápido y sostenido, pero según Martin Wolf esto es poco probable.

El año pasado, la economía mundial creció un 3.1 % (ajustado a PPP). El FMI prevé ahora un crecimiento del 3.5% en 2017 y de 3.6% en 2018. Estas previsiones son más o menos idénticas a las publicadas en octubre pasado. Como observa el WEO (World Economic Outlook), incluso el comercio mundial se está fortaleciendo. Sin embargo, según Wolf, esta subida tiene que ser puesta en contexto: viene después de muchos años de crecimientos reducidos.

Fuente: unsam.edu.ar

En general, se prevé que, a menos que existan acontecimientos imprevistos, continúe la recuperación y se achiquen las brechas de producción en muchas economías avanzadas en los próximos años. La pregunta más importante entonces es si las políticas monetarias darán el apoyo necesario a la economía.

Para explicar su punto de vista, Wolf (en un artículo compartido líneas abajo) comparte siete gráficos que muestran qué está sucediendo en la economía mundial. En resumen, afirma que “La «gran divergencia» de los siglos XIX y principios del XX, cuando las economías de alto ingreso de hoy en día estaban por delante del resto del mundo en términos de riqueza y poder, ahora está yendo en reversa rápidamente. Donde una vez hubo divergencia, ahora vemos una «gran convergencia». El cambio trata sobre el ascenso de Asia y, más importante, de China.”

Según Wolf, los países emergentes se han vuelto cada vez más importantes en la producción y en la población mundial. Esta convergencia económica y los cambios en la población son elementos centrales en el gran panorama económico.

Para lograr una recuperación duradera, se necesitarán formular políticas que apoyen la inversión pública y privada, fomentar la innovación, mantener economías abiertas y competitivas y reducir la reglamentación cuando ésta sea excesiva. Sin embargo, los responsables de la formulación de políticas también deben asegurarse de que los beneficios del crecimiento, la globalización y el comercio global,sean mucho más ampliamente compartidos que antes.

Como dijo Nouriel Roubini, la semana pasada en Lima (Universidad del Pacífico), la economía global se está beneficiando de dos shocks de oferta, el desarrollo tecnológico y la incorporación a la economía de mercado y la producción de grandes poblaciones en China, India, Asia y también en América Latina. Más allá de eventos imprevistos, esto trae condiciones estructurales favorables al crecimiento y baja inflación.

Roubini también nos dijo que en gran medida, Latinoamérica ha aprendido sus lecciones, todos buscan estabilidad macroeconómica y crecimiento. Ya sufrieron los embates del populismo.

Este fue claramente el caso del Perú, que gracias a las reformas de los años 90, estuvo listo para aprovechar los mejores años de la globalización, el comercio internacional, los flujos de capital, las bajas tasas de intereses  y la mejora de los términos de intercambio. Esto nos permitió atraer inversiones, crecer y reducir la pobreza y la desigualdad.

Lamentablemente, este proceso se interrumpió con el gobierno del nacionalismo, algo que el gobierno de PPK no ha sabido remediar hasta ahora.

Hoy día, el crecimiento de los países emergentes y del mundo en su conjunto, es el doble de nuestro crecimiento. Un crimen para un país que tiene la mesa servida para desarrollar su inmenso potencial productivo. Veamos si el 28 de julio, PPK hace propósito de enmienda y recuperamos un proceso que jamás debimos suspenderLampadia

 

La gran lectura

Siete gráficos que muestran cómo el mundo desarrollado está perdiendo su ventaja

Martin Wolf
Financial Times 
19 de julio de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

Fuente: twimg.com

La brecha entre las naciones ricas y las pobres se achica a medida que las fuentes de dinamismo en las economías de altos ingresos se frenan, escribe Martin Wolf.

¿Qué está pasando con la economía mundial? Aquí hay algunas respuestas, en siete cuadros que revelan un mundo que experimenta profundos cambios.

La transformación más importante de las últimas décadas ha sido la disminución del peso de los países de altos ingresos en la actividad económica mundial. La «gran divergencia» de los siglos XIX y principios del XX, cuando las economías de altos ingresos de hoy en día estaban por delante del resto del mundo en términos de riqueza y poder, ahora está yendo rápidamente en reversa. Donde una vez hubo divergencia, ahora vemos una «gran convergencia». Sin embargo, también es una convergencia limitada. Todo el cambio trata sobre el ascenso de Asia y, más importante, el de China.

Nada ilustra mejor el avance de China que sus enormes ahorros. Estos son tan grandes, en parte porque la economía se ha vuelto tan grande y en parte porque los hogares y las empresas chinas ahorran mucho. Es probable que el capital chino, los mercados de capitales y las instituciones financieras se vuelvan más influyentes en la economía mundial en el siglo XXI, como el capital de Estados Unidos, los mercados de capitales y las instituciones financieras en el siglo XX.

Los países emergentes y en desarrollo no sólo se han vuelto cada vez más importantes en la producción mundial, sino que son cada vez más importantes en la población mundial. El descenso de los países de altos ingresos es dramático. Las Naciones Unidas pronostican que, para el año 2050, la población del África subsahariana será casi tan grande como la de todos los países de altos ingresos en 1950. Los desafíos creados por este cambio en la población mundial son evidentes.

La convergencia económica y los cambios en la población son elementos centrales en el gran panorama económico. Un tercero es el cambio tecnológico. La convergencia del procesamiento de datos con la comunicación nos ha llevado al Internet, la tecnología más importante de nuestra era. El colapso del costo relativo de los semiconductores es la base de esta revolución tecnológica, que intrigante y preocupantemente, parece haber disminuido.

Estados Unidos ha impulsado la frontera tecnológica global hacia el exterior desde finales del siglo XIX. Robert Gordon, profesor de ciencias sociales en la Universidad Northwestern, ha demostrado que la economía estadounidense no ha igualado la excepcional productividad alcanzada entre 1920 y 1970. También muestra que la explosión del crecimiento de la productividad entre 1994 y 2014, a menudo atribuida al Internet, ha terminado en un período extremadamente bajo de crecimiento de la productividad. La mitigación parece explicar, como máximo, sólo una pequeña parte de esta inquietante desaceleración. La débil inversión desde la crisis financiera es otra explicación parcial. 

La economía mundial no se está des-globalizando. Pero el rápido crecimiento tanto del comercio como de los activos y pasivos financieros transfronterizos y del comercio, en relación con la producción mundial, se ha detenido. En el caso de las finanzas, las explicaciones plausibles son la aversión al riesgo y a la re-regulación. En términos de comercio, el último acto importante de liberalización del comercio fue la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio, ocurrida ya en 2001. Muchas de las oportunidades que ofrece la integración transfronteriza de las cadenas de suministro también se han agotado.

El rápido cambio en el poder económico relativo y los enormes cambios en el tamaño relativo de las poblaciones dan forma a nuestro mundo. Al mismo tiempo, las fuentes de dinamismo -el cambio tecnológico, el crecimiento de la productividad y la globalización- se están desacelerando a una velocidad preocupante. Un resultado, fuertemente reforzado por la crisis (2008/9), ha sido el estancamiento real de los ingresos en muchos países de ingresos altos.

El aumento de la presión populista en las economías de altos ingresos hace que manejar estos cambios sea largamente más difícil. Entre los acontecimientos más significativos se encuentran los ingresos reales planos o descendentes desde la crisis financiera. Hasta dos tercios de la población de muchos países de altos ingresos parecen haber sufrido un descenso de los ingresos reales entre 2005 y 2014. No es de extrañar que muchos votantes estén descontentos. No están acostumbrados a esto ni desean acostumbrarse.

La producción entre 1990 y 2022 (la participación de los países de altos ingresos en la producción mundial) pronosticada por el Fondo Monetario Internacional, prevé que el porcentaje de la producción mundial de los países de ingresos altos, medido a paridad del poder adquisitivo, caería de 64 % a sólo 39 %. Cabe destacar que los países emergentes y en desarrollo de Asia representan la totalidad del aumento de la participación de los países emergentes y en desarrollo: se prevé que la proporción de países emergentes y en desarrollo de Asia aumente de 12% a 39% del total mundial en este periodo.

Para el año 2022, se prevé que la participación de los países emergentes y en desarrollo de Asia en la producción mundial sea la misma que la de los países de ingresos altos. El auge de China es la razón principal de este cambio dramático en el poder económico relativo, aunque el aumento de la India también es significativo. Se prevé que la participación de China en la producción mundial pasará del 4% en 1990 al 21% en 2022. La de la India aumentará del 4% a 10%.

Los ahorros brutos de China (a tasas de cambio del mercado) son casi tan grandes como los de Estados Unidos y la UE combinados. China ahorra casi la mitad de sus ingresos nacionales. Esta proporción extraordinariamente alta probablemente disminuirá, pero esa disminución se establecerá de manera gradual, ya que es probable que los hogares chinos sigan siendo frugales y la participación de los beneficios en el ingreso nacional es probable que siga siendo alta.

Entre 1950 y 2015, la proporción de los actuales países de ingresos altos en la población mundial cayó del 27% a 15%. Incluso la participación de China cayó del 22 % al 19 %. Se prevé que la India será el país más poblado del mundo en 2025. Las Naciones Unidas proyectan que la participación de África subsahariana alcanzará el 22% del total en 2050.

El colapso en el precio de los semiconductores es la fuerza impulsora detrás de la revolución en comunicaciones y procesamiento de datos. El precio relativo del procesamiento de la información ha disminuido casi un 96 % desde 1970. La pendiente de la línea en la escala logarítmica muestra la tasa de disminución relativa de los precios, que se redujo drásticamente después de 2010.

El economista Robert Gordon ha revelado que el desempeño de la productividad de los Estados Unidos entre 1920 y 1970 (como lo indica el crecimiento de la «productividad total de los factores» – una medida del crecimiento de la producción por unidad de insumos) no ha sido igualado desde entonces. También muestra que la explosión ascendente entre 1994 y 2014 se perdió en un período de crecimiento de productividad extremadamente bajo.

El rápido crecimiento de los activos y pasivos comerciales y financieros, en relación con la producción mundial, se detuvo después de la crisis financiera. El proteccionismo puede ser parte de la razón, pero no parece ser el factor dominante. El agotamiento de muchas oportunidades comerciales, la desaceleración de la liberalización y la debilidad de las inversiones parecen explicar esta desaceleración.

Alrededor de dos tercios de la población de 25 países de ingresos altos tuvieron ingresos reales planos o descendentes entre 2005 y 2014, según un análisis publicado en julio de 2016 por el McKinsey Global Institute. Este estancamiento fue particularmente fuerte en Italia y Estados UnidosLampadia

 




Para un Estado efectivo y probo, requerimos otro Contralor

Se suponía que los peruanos habíamos entendido que era indispensable terminar con la tramitología y que para eso se necesitaba iniciar un profundo proceso de desregulación que libere a los ciudadanos y empresas de la maraña legislativa que obstaculiza el desarrollo del país. Como hemos comentado antes (Ver en Lampadia: El Perú sucumbe a la ‘urdimbre regulatoria’), el Estado sufre de los mismos males, sin embargo, parece que el nuevo Contralor General de la República, Edgar Alarcón, considera necesario establecer más controles y procedimientos, que solo terminarían por paralizar la ya mediocre acción del Estado.

El 21 y 22 de julio pasado, Alarcón, en sendas entrevistas del diario Gestión, declaró que piensa implementar nuevos procesos de control previo para los megaproyectos, para los que instalará una OCI (Oficina de Control Institucional) en cada proyecto y; requerimientos de nuevas exigencias de información para la Contraloría, sobre los funcionarios públicos que ganen más de una UIT (600,000 trabajadores), pero “se podría extender a los trabajadores que ganen menos de una UIT”.

Publicaciones de las propuestas de Edgar Alarcón en Gestión

Ambas propuestas muestran un grado de desenfoque que solo puede ser calificado de patético, pues ante la proverbial incapacidad de la Contraloría para evitar la corrupción vinculada a los recursos del Estado, se pretende crear más controles, con los cuales, típicamente, se malogra el trabajo de los buenos funcionarios, que son la gran mayoría, sin que se eviten las fechorías de los corruptos. Es cierto que si paraliza la inversión pública, no podría haber corrupción, pero eso no es control, es pura y llanamente, un disfraz populista y efectista que hace más daño del que pretende evitar.

La primera propuesta es nefasta para el desarrollo de las infraestructuras. En palabras del mismo contralor, “Nosotros tenemos en la estructura de la Contraloría oficinas de control institucional (OCI) que a nivel nacional son 800. De estas 300 son pagadas por la Contraloría y 500 no las paga la Contraloría. Pero hablando de las 800, tenemos órganos desconcentrados de la Contraloría en municipios que mueven al año S/25 o S/20 millones, pero hemos decidido que vamos a colocar una OCI especializada en [cada uno de] los grandes proyectos.”

La segunda propuesta pretende que todos los funcionarios públicos que ganen más de S/. 3,950 (una UIT) estén obligados a presentar una declaración de ingresos y rentas ante la Contraloría. Para simplificar la información, de aprobase esta norma, a los actuales 35,000 trabajadores del Estado que declaran sus ingresos se tendrían que sumar al menos 600,000 funcionarios públicos adicionales.

En otras palabras, una comisión permanente de auditoría que va a llevar adelante todo el proceso de fiscalización de cada uno de los megaproyectos, comenzando con Línea 2 del Metro, gasoducto sur, Línea Amarilla, aeropuerto de Chinchero y la refinería de Talara.

Justamente el principal obstáculo  para el crecimiento de la economía es la desaceleración de la inversión privada causada por el deterioro de la confianza, las expectativas y el clima de inversión en el país. Para esto se debe facilitar el impulso de grandes proyectos, atrayendo a los inversionistas para desarrollar su potencial. A diferencia de lo propuesto por el contralor, se tienen que eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrentan los proyectos de infraestructuras, así como la actividad minera. Ver en Lampadia: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones y Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

Además, estas medidas van completamente en contra de las metas propuestas por el anterior Contralor, el jefe de Alarcón, quién en febrero pasado anuncio su interés por simplificar la tramitología para impulsar las inversiones. Con este fin publicaron el informe, denominado “Mejora regulatoria y simplificación de procedimientos administrativos que afectan la inversión”, el cual detecta nueve trámites claves que deben ser simplificados: las certificaciones ambientales, la consulta previa, las autorizaciones y permisos de uso del recurso hídrico, las servidumbres, las licencias y permisos municipales, las autorizaciones para el uso de combustibles y explosivos, las expropiaciones, las interferencias y la instalación de antenas.

Parece que Alarcón está cometiendo el mismo error que los nuevos congresistas, quienes también se olvidaron del ánimo desregulatorio y ya comenzaron a plantear propuestas de nuevas leyes para los próximos cinco años. ¿Qué deberían estar haciendo estos congresistas? Aprovechar el nuevo mandato político para avanzar en las reformas y en la desregulación o superación de la tragedia de la tramitología. Ver en Lampadia: Desregulemos antes de pensar en nuevas leyes .

Dicho sea de paso, el nombramiento de Alarcón como Contralor se hizo de forma apurada en los últimos días de la legislatura de uno de los peores Congresos de nuestra historia. No solo eso, se nombró al segundo de la Contraloría (Alarcón) de un gobierno (saliente) acusado de eventos de corrupción mayores vinculados a las inversiones del Estado. Y por si eso fuera poco, Alarcón estaba cuestionado por una operación inmobiliaria que debía ser plenamente aclarada antes de ningún nombramiento. Pero el habilidoso Edgar Alarcón, se las ingenió para recibir la bendición de PPK, tras una corta visita a su domicilio.

Como dicen los proverbios, ‘no solo hay que ser, también hay que parecer’. Pero incluso más allá de pareceres, acá tenemos un caso claro de incapacidad para una función vital que debe ejercerse con las mejores técnicas de control, con criterios que van mucho más allá de la contabilidad tradicional.

¿Qué debemos hacer?

Entre otras cosas, un buen contralor debería preocuparse por que se establezcan procedimientos transparentes para las adquisiciones, contrataciones y asociaciones del Estado. Ese es el primer proceso de control previo que se necesita. 

Esta situación debe ser corregida a la brevedad posible. Para ello hay dos alternativas, que el Congreso revoque el nombramiento, o que el señor Alarcón renuncie en un acto de dignidad.

Lampadia




Las inversiones requieren un mayor nivel de confianza

En el recientemente publicado 14to Barómetro de la Confianza para la Inversión de EY y  conducido por el Economist Intelligence Unit (EIU), basado en una encuesta a 1,700 ejecutivos de todo el mundo, se presentaron las perspectivas de altos ejecutivos de empresas de diversos sectores respecto de sus estrategias de crecimiento, de fusiones y adquisiciones, acceso a capital y su visión sobre la situación macroeconómica.

La importancia de este informe es que uno de los principales motivos de la desaceleración de la inversión privada ha sido el deterioro de la confianza, las expectativas y el clima de inversión, y esto trajo como consecuencia una menor reducción de la pobreza, menor capacidad del Estado para la inversión social y menores incentivos a ciudadanos y empresarios para apostar por el futuro. Ver en Lampadia: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión)

La confianza de los agentes económicos, ciudadanos y empresarios, es fundamental para apostar por inversiones de buena calidad, aquellas orientadas al largo plazo. Estas difieren de las inversiones especulativas y de corto plazo, típicas de economías precarias, donde la mano del gobernante es arbitraria y la sensación de futuro se basa en las conexiones políticas.

El 14to Barómetro de la Confianza para la Inversión publicado en este año electoral es clave para re-enrumbar al país por la senda del crecimiento. Según EY, la mayoría de los encuestados peruanos ve la economía doméstica estable o mejorando, debido a los constantes esfuerzos de recuperación económica, tanto del sector privado como público.

Sin embargo, tanto a nivel global como nacional, el aumento de la inestabilidad política mundial y regional, es el mayor riesgo para muchos negocios. En segundo lugar, el aumento de la volatilidad de las materias primas y de las divisas, lo cual afecta la capacidad de las empresas para planificar en el corto plazo.

Por otro lado, las empresas siguen revisando sus carteras de proyectos y se enfocan tanto en el lugar donde se desarrolla su operación como en lo que están haciendo. Si bien el mercado nacional se mantendrá como el mercado principal de operaciones de inversión, las adquisiciones en el extranjero tienen una mayor tendencia creciente.

Este cambio muestra que los destinos de inversión han pasado de ser regionales (países vecinos) a nuevos en el extranjero, como Canadá. Se ve un crecimiento más fuerte en el Reino Unido y Estados Unidos. Además, a nivel mundial, China e India también siguen siendo destinos atractivos para los inversores.

Por otro lado, es importante ver que mientras que el crecimiento se mantiene como la prioridad de las empresas, hoy en día existe un mayor enfoque en la mejora de operaciones y procesos, así como en potencializar el uso de la tecnología para poder acceder a tal crecimiento.

En Lampadia nos alegra que por fin esté aumentando el interés y la relevancia de la tecnología en nuestra economía ya que, como hemos indicado en varios de nuestros análisis sobre la nueva revolución tecnológica y la cuarta revolución industrial, su proceso es imparable y trae grandes oportunidades y riesgos. 

En Lampadia creemos que esta revolución es muy importante para el futuro de nuestras vidas y por lo tanto debemos prepararnos para afrontarla y aprovecharla. En un país marcado por brechas muy grandes en educación, salud, infraestructuras y tecnología, la revolución tecnológica debiera causar un mayor sentido de urgencia y una mayor convergencia de nuestros postulados de acción colectiva y política.

Lo que enfrentaremos los próximos cinco años supera en imprevisibilidad y complejidad, a cualquier período anterior. Recordemos la advertencia del historiador israelita Noah Yuval Harari: «Esta vez, quienes pierdan el tren [de la nueva revolución] no tendrán una segunda oportunidad. Hoy en día, si un país, un grupo de personas, se queda descolgado, no tendrá una segunda oportunidad, en particular porque la mano de obra barata no tendrá ninguna relevancia”.

El peligro de perder la confianza

Este mayor interés en los mercados internacionales y la opción por el desarrollo de la tecnología en las empresas ayudarán a reactivar la economía y mejorar la confianza en la inversión. Como lo han venido señalando economistas como Roberto Abusada, Hugo Santa María, Carlos Adrianzén y Luis Carranza, el principal factor que está golpeando a la economía es el deterioro de la confianza y las expectativas. Tal situación se debería a fallas sistémicas del Gobierno a la hora de dar mensajes claros a la población, la falta de liderazgo del gobierno, las debilidades de nuestra burocracia para impulsar los grandes proyectos y por supuesto las ya prácticamente insuperables trampas regulatorias.

Debemos cuidar la confianza en las inversiones en el Perú. Es muy fácil destruirla, pero muy difícil construirla y recuperarla. 

Lampadia




Sudamérica: Crecimiento visto con lentes oscuros

Todos comentan sobre la desaceleración de la región. Se dice que es la más afectada por la situación de la economía global, por la caída de los precios de los commodities, por la aguantada del crecimiento chino, por su dependencia de materias primas. Lo hace el FMI, el Banco Mundial (BM) y muchos analistas. Se pronostica un mísero crecimiento de 0.5% para el 2015. Nuestro ministro de Economía y Finanzas se solaza afirmando que seremos líderes de crecimiento en la región (el campeón de los pobres), así crezcamos menos de 3%, sin dudas un papelón.

La verdad es que la historia es totalmente diferente. Para entenderlo, solo tenemos que ver, uno por uno, los principales países de la región y preguntarnos luego si los asertos sobre los shocks externos son correctos o si la frenada del crecimiento es obra (y gracia) de nuestros fallidos gobiernos.

Para evaluar el tema, veamos los casos más representativos. Revisemos la situación de Venezuela, Argentina, Brasil, Chile y Perú:

 

Venezuela: Según el Presidente Humala, su situación de crisis humanitaria se debe a los gobiernos anteriores a Chávez. Según el resto del mundo, se debe precisamente a los gobiernos del chavismo. Estos asaltaron su empresa petrolera para hacer política local y regional, estatizaron lo que les dio la gana, regalaron los recursos fiscales adentro y afuera. Pusieron controles de cambio y de precios, con lo que generaron que desaparezcan las divisas (tipo de cambio del mercado negro es 100 veces el oficial) y se creó una carestía perversa de los bienes más esenciales. Además, el país batió todos los records de criminalidad y corrupción. No hay libertad de opinión, de prensa, ni de oposición política. Su producción interna colapsó, incluso la petrolera (cayó 40%), que hoy representa más del 96% de sus exportaciones. Este año su economía caerá en 5.1%.

Argentina: Capturada por los Kirchner, una versión edulcorada del peronismo que viene destruyendo el país desde hace más de 70 años. Estos ‘salvadores de la patria’ se enriquecieron en lo personal, mientras desaprovechaban el boom de commodities al optar por las políticas del Alba. Nacionalizaron varios sectores, empezando por el de energía y se quedaron sin abastecimiento teniendo que volcarse a la importación en los tiempos de mayores precios del petróleo. Impusieron cargas tributarias absurdas a la exportación de carne, hoy exportan menos que Uruguay.  Controlaron los precios y tuvieron que poner vigilantes en todos los supermercados. Desapareció hasta el tomate y se quedaron sin salsa para la pasta. Se empobrecieron tremendamente, cayó su producción y falsearon sus cifras macroeconómicas, de igual manera como hizo Grecia para entrar y para permanecer en el Euro. Hoy su economía decrece y adolece de todos los males del doloroso piso que al final producen el populismo y la corrupción.

Brasil: Después de cuatro gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), Brasil se debate entre la recesión económica, la corrupción y el ‘impeachment’ (juicio de corte del mandato presidencial) de su presidenta. Lula empezó relativamente bien. Eligió buenos funcionarios para manejar el fisco y la política monetaria. Luego, bajo los auspicios del nuevo descubrimiento del Banco Mundial (BM) para luchar contra la pobreza, las transferencias ‘condicionadas’ de dinero a los pobres (Oportunidades en México, Bolsa Familia en Brasil, Juntos en Perú, etc.) y el aumento de ingresos por la soya empezó un programa de asistencialismo que llega a gran parte de la población. Además, luego de su ‘ascensión’ a miembro de los BRIC, mostró mucha soberbia con sus políticasasistencialistas que pregonaba por todas partes. En el Perú retó al presidente García diciendo que era mejor distribuir para crecer, que crecer para distribuir. Alardeó con sus cifras y en Lampadia tuvimos que cuestionarlo, pues nuestras cifras eran mejores. Ver: Luces y sombras de la visita de Lula al Perú.

Posteriormente, luego del descubrimiento de unafranja de petróleo enorme en la capa sub-acuática llamada de pré-sal, alteró prepotentemente la propiedad de los activos de Petrobras que mantenía un alto porcentaje de sus acciones en la bolsa; reservó para el Estado el yacimiento y empezó a bombear aire a la empresa, que eventualmente colapsó. Tuvieron que vender sus activos internacionales, nunca pudieron desarrollar el nuevo yacimiento (y probablemente nunca se haga) y se metieron de manos y bolsillos llenos en esquemas de corrupción, siempre con el mascarón de proa de Petrobras. Finalmente, el gran Brasil pasó de fulgurante BRIC a triste decepción, ver en Lampadia: Brasil sin rumbo ni brújula. El mundial de futbol en Brasil terminó siendo el símbolo del fracaso de la popularidad de Lula y Rouseff, de su economía y de la agonía del orgulloso Partido de los Trabajadores. Hoy están en recesión y a punto de expulsar a su presidenta por corrupción política y falta de visión de futuro.

Chile: En cuanto a Chile, ya habíamos comentado que Bachelet había puesto marcha atrás, pero por la alta participación del cobre en su economía, creíamos que Chile sí era víctima de un shock externo, tal como se plantea para toda la región. Sin embargo, hace solo dos semanas, tuvimos la visita en Lima de Klaus Schmidt-Hebbel (KSH), que nos demostró que Chile no sufría por la caída del cobre, pues los términos de intercambio de su economía, tomando en cuenta la caída del precio del petróleo (son importadores de todo el petróleo que consumen) eran  neutros y afirmó que la parálisis de su crecimiento era “woman-made” (hecha por una mujer): obra de Michelle Bachelet. Según KSH, Chile es víctima de un shock político interno que paró en seco la economía. Ver en Lampadia: Chile sigue ejerciendo su derecho a ser estúpido. Y apreciar el siguiente gráfico: 

Por lo tanto, Chile, el país más expuesto a los precios del cobre, no es víctima de su dependencia en los recursos naturales, sino, como dice el historiador británico Nial Ferguson: “están ejerciendo su derecho de ser estúpidos”.

Perú: Como hemos explicado antes, ver en LampadiaEn el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo, como se puede comprobar en los siguientes gráficos sobre anemia infantil e inversión minera:

La frenada del sector minero fue el inicio de una cadena de eventos intra-sectoriales que determinaron, junto con el desmadre político del último año, el efecto ‘parar para mirar’, que nos precipitó a un crecimiento vergonzoso de 2 a 3 puntos anuales. Ver en Lampadia el siguiente gráfico el estimado de crecimiento del Perú si no hubiéramos parado la inversión minera, según el IPE: El Costo de la Trampa Anti-Minera

El Perú tampoco es víctima de su dependencia de los recursos primarios. El país pudo compensar con mayores volúmenes de producción, los menores precios y seguir aprovechando de los mismos, pues las cotizaciones de los minerales siguen siendo buenas.

Conclusión: El enfriamiento de la región sudamericana no se debe a su dependencia del exterior, ni a los impactos de los precios de los commodities, ni a la desaceleración china. El menor crecimiento de la región se debe a las malas políticas de sus gobiernos, algunas de la cuales estaban ocultas detrás de ingresos extraordinarios, pero su pérdida no prueba el origen del descalabro de sus economías.

No hay FMI ni Banco Mundial, ni reputados analistas económicos que valgan, si no miran con más cuidado y rigor la realidad de la región y se dejan de seguir sembrando mitos que hacen un tremendo daño a una región a la que le urge la creación de riqueza (que en el corto plazo, solo se puede hacer de lo que se tiene), para nivelar sus economías y sus indicadores sociales de cara a la tercera revolución industrial. Esa sí puede entrar como una tromba y hacernos perder el ‘último tren del desarrollo’. Ver en Lampadia: Diálogo sobre la Tecnología y el Futuro.

¿Por qué no leemos estas reflexiones en los medios nacionales y nos dejamos confundir? ¿No tenemos pensamiento crítico? ¿No tenemos interés en el tema? ¿Estamos más ocupados en las trifulcas políticas? Usted dirá querido lector(a). Lampadia




India y Perú: El día del Yoga y del Ceviche

El pasado 21 de junio, India celebró el primer Día Internacional del Yoga, su marca de bandera, con una ceremonia presidida por su Primer Ministro, Narenda Modi, que llegó a múltiples ciudades del planeta. Ver artículo de Alicia González en El País de España: ‘Yoga y Ceviche’.

En el Perú, el Chef Javier Wong, el más ilustre cevichero (excluyendo al ínclito Pedro Solari), escribió un magnífico artículo: ‘El Ceviche, ese pedazo de nosotros’ en El Comercio, el 28 de junio, para celebrar ‘El Día Nacional de Nuestro Plato de Bandera’.

 

Lo primero que llama la atención del artículo de Alicia González, es que equipara la marca del yoga para India, con la marca del ceviche para el Perú. Afirma que el Perú “ha hecho de su excelente gastronomía una tarjeta de presentación en todo el mundo. (…) De esta forma, el yoga y el ceviche se convierten en potentes herramientas de márketing”.

González, pasa luego a comentar que después de mucho tiempo, India se apresta para crecer más que China. Luego relata las dificultades de Modi, al cumplir su primer año de gobierno, para implantar sus ofertas electorales, que han sido parcialmente “bloqueadas en el Senado”. Recordemos que Modi, llamado en algún momento: Modi(fier) (modificador), tenía un lema espectacular para inspirar el gran cambio que planteó para la gigante India: “No red tape, only red carpet for investors”. Ver en Lampadia: La visión de país y reformas que el Perú necesita.

En el Perú, Javier Wong nos recuerda los orígenes populares del ceviche, que luego conquistó la clase media “e hizo las paces con sectores que antes lo despreciaron [la clase alta]. (…) Este sabor generoso se volvió una pasión… pasó a ser parte del Perú, la representación de un crisol de razas que disfrutan juntas de este plato de bandera”.

“Se trata de un plato elegante, como una marinera norteña o un pase de Cesar Cueto. Se prepara con precisión, rapidez y frescura, siempre acatando jugosos mandamientos: apretar el limón sin ahorcarlo, retirar cautelosamente la capa roja de la cebolla, aplicar el ajo crudo, cortar el ají con las manos”.

Aprueba la innovación, pero bien hecha, “respetando los orígenes de un plato que está en las huellas dactilares de del país. Es irresponsable agregar un ingrediente más y pensar que eso es progresar”.

Otro comentario de Wong es muy interesante, dice: “En el norte, la voracidad por el oro pone en jaque a los mejores limones del país”. Nos imaginamos que se refiere al desastre ecológico de Tambogrande, donde justamente, el ambientalismo romántico de hace unos años impidió la instalación de una mina moderna que iba a respetar y cuidar el medioambiente.

Lamentablemente, lo que se logró con el griterío por el limón, es todo lo contrario de lo que se buscaba, pues terminamos con la invasión de la minería ilegal, catástrofe de la que nadie quiere hablar y, menos reconocer el error de la apurada protesta que seguramente está destruyendo el limón que se quiso proteger.

Ojalá que esta experiencia nos sirva para reflexionar sin que nos cieguen las pasiones, envenenadas por falsos ambientalistas como el ex cura Arana y alimentadas por publicistas oportunistas. Falso ambientalista, pues hasta ahora Arana no dice nada del desastre de la minería ilegal en Tambogrande, ni de la de Madre de Dios. Recordemos que hace pocas semanas, cuando un periodista de Gestión le preguntó por qué no protestaba por el desastre de Madre de Dios, él contestó que vivía en Cajamarca, que si viviera allá, protestaría. Lamentablemente, el periodista no repreguntó por sus andanzas en el Valle de Tambo, tan lejos de Cajamarca como Madre de Dios. Ver nota al respecto en Lampadia: “¡Mamita, vienen los rusos!” – Anti-extractivistas se preparan para descalabrar la economía.

Volviendo al yoga y el ceviche, parece que aparte de tener una celebración que se da casi el mismo día, ambos países, la India y el Perú, también estamos atravesando por frustraciones. Ellos por no poder poner en marcha sus reformas y, nosotros por dejarlas en la agenda, sin enfrentarlas. Pero, a diferencia de India, que ha retomado su altocrecimiento, el Perú ha apagado sus motores de crecimiento, la inversión privada y el desarrollo de la minería.

Ya pasó bastante agua bajo el puente. Es hora de empezar a entender que en este fabuloso país pueden convivir la inversión productiva y el crecimiento, con la preservación del medio ambiente, preservando productos como nuestros limones, la cebolla arequipeña y nuestras abundantes y riquísimas variedades de peces y mariscos. 400 variedades de peces y 350 de mariscos, como señala don Javier Wong en su lindo artículo.

El Perú es un crisol de razas y recursos, tenemos que aprender a vivir juntos y a desarrollar todos nuestros recursos. Lampadia




Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales

En el último informe semestral de América Latina del Banco Mundial (BM), llamado “América Latina recorre un estrecho camino al crecimiento: La desaceleración y sus retos macroeconómicos”, se pronostica un cuarto año de crecimiento lento para la región. Además, concluye que el fuerte crecimiento de la década del 2000 difícilmente volverá a la región a menos que se adopten enérgicas reformas a favor del crecimiento.

El informe revela que América Latina y el Caribe se han desacelerado más que las otras regiones emergentes. Esto refleja los efectos de amplificación de un descenso inusualmente fuerte en la inversión entre los países exportadores de materias primas de la región.

En este entorno externo menos favorable, los líderes de América Latina se enfrentan a diversas opciones de respuesta política para estimular sus economías. Importadores de productos básicos, como los países del Caribe Oriental, tendrán un camino más fácil dados los precios más bajos de las materias primas y la recuperación económica de Estados Unidos. En cambio, exportadores de productos básicos con poca flexibilidad del tipo de cambio probablemente se enfrentarán a una situación más difícil, ya que la transición a la «nueva normalidad» tendrá que depender de una reducción significativa en el gasto agregado.

«Mirando hacia el futuro, ahora está claro que la adopción de políticas para estimular el ahorro será importante para fortalecer las bases del crecimiento y la estabilidad macroeconómica. Esta es una tarea difícil que tomará tiempo, pero va a demostrar que hemos aprendido de nuestras experiencias», aclara Augusto de la Torre, Economista Jefe del BM para América Latina y el Caribe.

Actualmente, las tasas de ahorro de América Latina se sitúan alrededor de 10 puntos porcentuales por debajo de Asia. Según el informe, el aumento de las tasas de ahorro proporcionaría más margen de maniobra para la política monetaria y fiscal. Además, cada vez hay más pruebas de que los ahorros pueden promover un mayor crecimiento sustentando un tipo de cambio real más depreciado y reduciendo de la dependencia del ahorro externo. Ambos, a su vez, podrían impulsar la competitividad externa, reducir el costo del capital, respectivamente y la mejora de la sostenibilidad del crecimiento.

En este contexto, el BM destacó la sólida posición fiscal que tienen Bolivia, Chile y Perú. En este momento, cuentan con un margen fiscal razonable, lo que se debe en gran medida al elevado ahorro de los últimos años, que a su vez redujo la deuda gubernamental y la acumulación de sus Reservas Internacionales Netas (RIN). Considera que estos países que cuentan con un mayor ahorro interno podrán fomentar el crecimiento.

Es por eso que ahora se necesita que organismos gubernamentales como el Ministerio de Economía y Finanzas tengan una mayor ejecución de proyectos para aprovechar el buen posicionamiento del Perú y adopten políticas que le permitan retomar tasas mayores de crecimiento.

Aún así, reiteramos nuestras atingencias a este tipo de análisis, pues asumen que el Perú es un país comparable a los demás de la región. Gracias a Dios, eso no es así, el Perú tiene condiciones únicas que no comparte ningún otro país de la región. Nosotros tenemos reservas productivas acumuladas y no explotadas en una serie de sectores, producto del “apagón productivo y de inversión” que nos “regalaron” nuestros gobiernos durante los años 60, 70 y 80. En esos años, mientras todos los demás seguían desarrollando sus capacidades, nosotros hicimos un receso. Es así, que hoy tenemos un potencial minero para multiplicarnos por 5; igual o más en energía; en forestería, podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del restoLampadia




“El motor de la economía es la inversión privada”

Entrevista a Gianfranco Castagnola. El Ex Director del BCR considera importante la inversión minera y señala que el gobierno debe decidir qué riesgo es peor para la economía: Tener un déficit fiscal o continuar con la desaceleración.

Por Giovanna Prialé

(Perú 21, 10 de Abril de 2015)

Según Gianfranco Castagnola, existe un impacto grave en las expectativas de los inversionistas extranjeros por casos como el de Tía María, quienes podrían decidir abandonar proyectos en el país y así Perú renunciaría a varios puntos de crecimiento económico en los próximos años.

¿Cómo hace un empresario para incorporar la incertidumbre del crecimiento esperado del Producto Bruto Interno (PBI), de 2.1% a 4.2%, dentro del marco de sus decisiones?

Ha habido una reducción en las tasas de crecimiento de la economía de los últimos tres años. Por lo tanto, el sector empresarial ha empezado a adaptarse a estas menores tasas. Entonces creo que en los sectores vinculados a la demanda interna se tiende a ser mucho más conservadores en la contratación de personal y se empieza a mirar la empresa hacia adentro.

Eso se aprecia en los resultados de la encuesta que aplicamos a nuestros asociados. En el 2013, solo el 43% decía que iba a mirar hacia adentro, en la última encuesta de hace dos meses, lo hará el 69%. Esto implica ser mucho más prudente, menos expansivo y mirar la reducción de costos como una de las principales estrategias.

¿Y qué ocurre en el sector exportador?, ¿hay un comportamiento algo diferente?

El Perú tiene concesiones mineras que enfrentan una dinámica que obedece a una combinación de precios mundiales y factibilidad para invertir. Hoy vemos con preocupación que luego de los grandes proyectos, en los siguientes dos años no hay ninguno que supere los 1,000 millones de dólares. Incluso, de dos proyectos que podrían salir,uno, el de Toquepala, fue retrasado absurdamente por la anterior autoridad; y el otro, Tía María, aún está en veremos. Entonces, esta dinámica de precios menores, pero sobre todo la ausencia de claridad respecto de la posibilidad de invertir, está haciendo que se ponga en riesgo el futuro de la minería.

Con lo cual se perjudica todo el potencial desarrollo que podría tener el Perú.

Definitivamente, y además, si bien un grueso de las exportaciones no tradicionales se destina al mundo desarrollado, el grupo de los textiles y químicos depende mucho de Sudamérica. Y, lamentablemente, las perspectivas de Latinoamérica son malas. Entonces, el panorama tampoco es muy alentador por ese lado.

¿Por qué no funciona el paquete de impulso fiscal ordenado por el gobierno?

Aquí hay dos temas. Este impulso fiscal tenía el componente de menores impuestos y mayor gasto público. Sin embargo, el gasto público viene muy mal. Este cayó en 7% en el primer bimestre, lo cual implica que el Estado le ha quitado plata al sector privado que no le ha devuelto. De esta manera, mientras el gobierno central aumentó el gasto en el primer bimestre en 24%, los gobiernos regionales lo redujeron en 44% y los locales, en 72%, con lo cual la inversión pública se redujo. Esta situación tiene un impacto significativo en regiones, en las que sí es muy relevante. De acuerdo a nuestros estimados indican que esta contracción del gasto público les ha costado dos puntos de crecimiento a las regiones.

¿Cuáles serían las herramientas en el corto plazo que podría tener el Ministerio de Economía y Finanzas para contrarrestar la caída de la inversión?

Primero el gobierno tiene que decidir qué riesgo es peor para la economía: el de tener un déficit fiscal o el de continuar con la desaceleración. En particular, creo que un déficit de hasta 2.5% del PBI, pero reactivando la inversión pública; es absolutamente sano y no genera ningún riesgo.

¿Por qué el presidente Humala no puede conectarse con el sector privado?

Es una tónica que se ha dado durante estos cuatro años de gobierno, aun cuando el presidente ha sido muy responsable en temas económicos, con ministros de Economía sensatos. Quizá en el fondo no termina de confiar en el sector privado y le está costando entender que el motor de la economía es la inversión privada. El propulsor de la economía en los últimos quince años ha sido la inversión privada y sin ella no hay generación de empleo, no hay aumento de los ingresos, no hay más tributos y no hay desarrollo económico sostenible. Creo que es evidente que si se revisa la gran inversión en la industria extractiva e infraestructura, es muy poco el compromiso político por empujar megaproyectos.

¿Qué debería mirar el elector para elegir al próximo presidente desde un punto de vista económico?

Creo que los problemas que el Perú enfrentará en los próximos 10 o 15 años, más allá de la institucionalidad política, están vinculados con promover el crecimiento económico, mejorar la seguridad y desarrollar un Estado al servicio del ciudadano.

El próximo presidente debe respetar la estabilidad macroeconómica y enfocarse en el crecimiento. Aquí hay tres retos. El primero es que en un Estado disfuncional como el que tenemos, para sacar adelante un megaproyecto se requiere el compromiso político de la más alta autoridad. El segundo tema es que se necesita eliminar los absurdos trámites burocráticos que incrementan los costos de hacer empresa. Y el tercero es hacer frente a los retos de la inseguridad ciudadana. Eso sí, el siguiente gobierno debe continuar lo bueno que ha hecho este en salud y educación, y continuar con programas focalizados para reducir la pobreza.




Menos confrontación y más acción

El Presidente Ollanta Humala, fiel al estilo confrontacional con el que viene gobernando el país, decidió desoír los consejos de la gran mayoría de ciudadanos que le pedían un Primer Ministro de consenso y optó por un hombre de su extrema confianza y que por añadidura, como Ministro de Defensa, ha sido una pieza clave en exacerbar los ánimos. Pedro Cateriano que se define como un antiaprista y antifujimorista, desde su cartera no dejó de lanzar puyas a la oposición. Su designación en reemplazo de la censurada Ana Jara es, de cierta forma, una manera de devolverle el golpe a la oposición.

Una actitud que puede encender innecesariamente el conflicto en un momento delicado del país. Como señaló Pablo Bustamante en la Hora N, “este es un mensaje del Presidente, en el que nos dice que está dispuesto a enfrentarse con quien sea. Esta es una falta del respeto al país y una falta de consecuencia con la situación que atravesamos en el aspecto económico e institucional”. En la misma línea de estas declaraciones, Martín Tanaka asegura que “nombrar a Pedro Cateriano Presidente del Consejo de Ministros es la respuesta a la oposición: no nos dejamos atarantar. Por supuesto, se está pensando en dar un mensaje a la oposición, no en la eficacia de las políticas públicas o en un plan de reformas para el último año de gobierno, que no existe”.

Desde que asumió el mando, este gobierno ha preferido dedicarse a lanzar o devolver golpes antes que buscar consensos. Este estilo ha enrarecido en demasía el ambiente político y ha generado un ánimo de permanente crispación que ha impedido que se discutan seriamente las reformas institucionales impostergables para apuntalar el crecimiento y el desarrollo social en un momento en que la economía se desaceleraba.

Enfrascarse en este “juego” le ha impedido a la pareja presidencial percibir que a pesar de la pésima calidad de nuestros congresistas, existen varias bancadas que han sido gobierno (fujimorismo, Perú Posible, Acción Popular, PPC y Apra), aún así no pudo articular propuestas para efectuar las reformas institucionales clave que necesita el país. Por el contrario, al parecer siguiendo los designios de un plan que les permitiera perpetuarse en el poder, intentaron agudizar las contradicciones atacando a la oposición y culpándola de todos los males nacionales y tildándola de corrupta. La frustración de tener que descartar este programa puede explicar este ánimo confrontacional. La buena noticia es que Cateriano es un demócrata y no defiende la Gran Transformación, sino que se sumó al Gobierno luego de que este suscribiera la Hoja de Ruta.  

La oposición se ha mostrado madura y ha preferido escuchar al flamante Premier antes de descargar baterías. Hasta ahora la actitud de Cateriano es conciliadora, pero la situación del país exige mucho más que eso. Es necesario que tenga un plan de acción para reencausar el crecimiento del país. Con la llegada del ex ministro de defensa a la PCM se ha perdido una brillante oportunidad de cambiar al bisoño y liviano equipo económico de este gobierno que hasta la fecha parece haber tirado la toalla. Segura, recientemente, ha declarado: “ya no podemos hacer nada más”. No se entiende, entonces, porque no se ha puesto en marcha la propuesta formar equipos de notables que puedan destrabar las inversiones públicas y privadas. Un tema clave para poner relanzar al país y devolverle la confianza a los agentes económicos (Ver en Lampadia (L): 7 equipos que aseguren el desarrollo de 7 proyectos). Segura, en cambio ha preferido confiar esta tare a las huestes del MEF, pero como todos sabemos, hasta ahora no ha logrado poner que ninguno de los proyectos se echen andar.

Cateriano debe enfocarse en un plan mínimo que debe tener como prioridad implementar medidas urgentes para reactivar la economía (para ello será fundamental  su mediación para que Tía María, Las Bambas, la Línea 2 del Metro, y el gasoducto del Sur aceleren su desarrollo), culminar las negociaciones para suscribir los TLCs con Turquía e India, asegurar un proceso electoral limpio (debe descartarse por completo la idea de instaurar el voto electrónico (ver en L: La peligrosa campaña por el voto electrónico) y controlar los arrestos populistas, establecer un plan para mitigar los efectos del Fenómeno de El Niño, solidarizarse con la lucha por la democracia que la oposición venezolana viene dando y denunciar los abusos y el autoritarismo de Maduro, y, finalmente, devolver a las relaciones con Chile a un nivel óptimo. A arremangarse la camisa, no para pelear, sino para recuperar el tiempo perdido. Lampadia




Una verdad heterodoxa

Por Nouriel Roubini

(Project Syndicate, 01 de Febrero de 2015)

¿Quién podía pensar que, seis años después de la crisis financiera mundial, la mayoría de las economías avanzadas seguirían flotando en una sopa de letras –ZIRP, QE, CE, FG, NDR y U-FX Int– de políticas monetarias heterodoxas? Ningún banco central había pensado en la posibilidad de adoptar alguna de esas medidas (política de cero tipos de interés, relajación cuantitativa, relajación crediticia, orientación sobre la política monetaria, tipos de depósitos negativos e intervención ilimitada en el mercado de divisas, respectivamente) antes de 2008? Actualmente han llegado a ser el pan nuestro de cada día en materia de instrumentos de las autoridades.

De hecho, tan sólo en el último año y medio, el Banco Central Europeo adoptó su propia versión de orientación sobre la política monetaria, luego pasó a la política de cero tipos de interés y después optó por la relajación crediticia, antes de decidir probar con los tipos de depósito negativos. En enero, adoptó plenamente la relajación cuantitativa. De hecho, ahora mismo la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el Banco del Japón, el BCE y una diversidad de bancos centrales de economías avanzadas más pequeñas, como, por ejemplo, el Banco Nacional Suizo, han recurrido a semejantes políticas heterodoxas.

Un resultado de ese activismo mundial en materia de política monetaria ha sido una rebelión entre los seudoeconomistas y los incompetentes que hablan de los mercados en los últimos años. Esa diversidad de economistas “austríacos”, monetaristas radicales, maniáticos del oro y fanáticos del bitcoin no ha cesado de repetir que semejante aumento en masa de la liquidez mundial provocaría hiperinflación, el desplome del dólar de los EE.UU., unos precios por las nubes del oro y la desaparición tarde o temprano de las monedas fiduciarias a manos de criptomonedas digitales.

Ninguna de esas siniestras predicciones ha sido confirmada por los acontecimientos. La inflación es baja y va en descenso en casi todas las economías avanzadas; de hecho, ninguno de los bancos centrales de las economías avanzadas está logrando cumplir su mandato –explicito o implícito– del dos por ciento de inflación y algunos a duras penas consiguen evitar la deflación. Además, el valor del dólar ha estado disparándose frente al yen, el euro y la mayoría de las divisas de los mercados en ascenso. Los precios del oro desde el otoño de 2013 han bajado de 1.900 dólares por onza a unos 1.200 dólares y el bitcoin fue la moneda con peores resultados del mundo en 2014, al perder casi un 60 por ciento de su valor.

Desde luego, la mayoría de los catastrofistas carecen del menor conocimiento de la economía básica, pero eso no ha impedido que sus opiniones hayan influido en el debate público. Así, pues, vale la pena preguntarse por qué sus predicciones han fallado tan espectacularmente.

La raíz de su error estriba en su confusión sobre la causa y el efecto. La razón por la que los bancos centrales han adoptado políticas monetarias cada vez más heterodoxas es la de que la recuperación posterior a 2008 ha sido extraordinariamente anémica. Dichas políticas han sido necesarias para contrarrestar las presiones deflacionarias causadas por la necesidad de hacer un doloroso desapalancamiento a raíz de las grandes acumulaciones de deuda pública y privada.

En la mayoría de las economías avanzadas, por ejemplo, sigue existiendo un desfase muy grande de la producción, pues tanto ésta como la demanda son muy inferiores a su potencial; así, las empresas tienen una capacidad limitada para la fijación de precios. También los mercados laborales están muy flojos: demasiados trabajadores desempleados intentan conseguir los demasiado pocos puestos de trabajo disponibles, mientras que el comercio y la mundialización, junto con las innovaciones tecnológicas que ahorran mano de obra, están reduciendo cada vez más los puestos de trabajo y los ingresos de los trabajadores, lo que representa un mayor lastre para la demanda.

Además, siguen estando flojos los mercados inmobiliarios en los que a un auge siguió una quiebra (los Estados Unidos, el Reino Unido, España, Irlanda, Islandia y Dubai) y en otros mercados (por ejemplo, China, Hong Kong, Singagur, el Canadá, Suiza, Francia, Suecia, Noruega, Australia, Nueva Zelanda) hay burbujas que representan un nuevo riesgo, pues su desplome podría desmoronar los precios de las viviendas.

También los mercados de los productos básicos se han vuelto una causa de presión desinflacionaria. La revolución de la energía debida al esquisto en Norteamérica ha debilitado los precios del petróleo y del gas, mientras que la desaceleración de China ha socavado la demanda de una gran diversidad de productos básicos, incluidos el mineral de hierro, el cobre y otros metales industriales, de todos los cuales hay una mayor oferta después de que años de precios altos estimularan las inversiones en nueva capacidad.

La desaceleración de China, después de años de inversión excesiva en los sectores inmobiliario y manufacturero, está causando una saturación mundial de productos industriales y manufacturados. Como ahora la demanda en dichos sectores está contrayéndose marcadamente, el exceso de capacidad en los sectores siderúrgico y cementero de China –por citar sólo dos ejemplos– está intensificando aún más la presión deflacionaria en los mercados industriales mundiales.

El aumento de la desigualdad de renta, al redistribuir los ingresos de quienes gastan más hacia los que ahorran más, ha exacerbado la escasez de demanda. Lo mismo ha ocurrido con el ajuste asimétrico entre economías acreedoras y con un exceso de ahorro, que no afrontan presiones del mercado para gastar más, y unas economías deudoras y con un exceso de gasto, que sí que las afrontan y se han visto obligadas a ahorrar más.

Expresado de forma sencilla, vivimos en un mundo en el que hay demasiada oferta y demasiado poca demanda. El resultado es una presión desinflacionaria, si no deflacionaria, persistente, pese a una relajación monetaria muy intensa.

La incapacidad de las políticas monetarias heterodoxas para evitar una deflación plena refleja el hecho de que semejantes políticas vayan encaminadas a debilitar la divisa, con lo que mejoran las exportaciones netas y aumentan la inflación. Sin embargo, se trata de un juego de suma cero, que simplemente exporta deflación y recesión a otras economías.

Tal vez más importante haya sido un profundo desequilibrio con la política fiscal. Para ser eficaz, el estimulo monetario debe ir acompañado de un estímulo fiscal temporal, del que ahora carecen todas las economías más importantes. De hecho, la zona del euro, el Reino Unido, los Estados Unidos y el Japón están aplicando en grados diversos una austeridad y consolidación fiscal.

Incluso el Fondo Monetario Internacional ha señalado correctamente que parte de la solución para un mundo con demasiada oferta y demasiado poca demanda ha de ser una inversión pública en infraestructuras, que es inexistente –o está desmoronándose– en las economías más avanzadas y en los mercados en ascenso (con la excepción de China). Con unos tipos de interés a largo plazo próximos a cero en la mayoría de las economías avanzadas (y en algunos casos incluso negativos), resulta totalmente justificado el gasto en infraestructuras, pero una diversidad de constricciones políticas –en particular, la de que las economías fiscalmente depauperadas recortan el gasto antes de reducir los salarios del sector público, las subvenciones y otros gastos corrientes– están frenando el necesario auge de las infraestructuras.

Todo ello constituye una receta para un continuo crecimiento lento, un estancamiento persistente, desinflación e incluso deflación. Ésa es la razón por la que, a falta de políticas fiscales apropiadas para abordar la insuficiente demanda agregada, las políticas monetarias heterodoxas seguirán siendo una característica fundamental del panorama macroeconómico.




Ejerzamos nuestro derecho a ser más inteligentes

Las aguas están movidas. Las políticas, las económicas y las de confianza en el futuro. El gobierno y la oposición acaban el año, en medio una guerra de guerrillas (que caigan Sansón y los filisteos), que solo agravan los cuestionamientos de la población. El gobierno, cercado por serias acusaciones de corrupción que amenazan, de una u otra forma, la conducción del país. A esto se suma la merma de la bancada oficialista en el Congreso y la pérdida de aliados políticos, lo que impide la rápida aprobación de Leyes clave para reactivar la economía. Todo esto mantiene la popularidad de la pareja presidencial y de las instituciones públicas, en niveles de “pena”. El Ministro de Justicia en la picota y, por supuesto, todo esto en el contexto del colapso del crecimiento de la economía.

Lo económico tampoco pinta bien. A duras penas el país crecerá un 2.7% (¿?). Buena parte de esta desaceleración se debe al descuido en el que el gobierno tiene a los sectores minería, energía e hidrocarburos, los auténticos motores del crecimiento del país en la última década (ver en Lampadia (L): Otra vez la parada (esta vez en la inversión)). Curiosamente, con un tonito circense, el Ministro de la Producción se burla de todos los peruanos diciéndonos: “El menor crecimiento favoreció también la simplificación administrativa y mejoras en la regulación”. Y agrega: “El 2014 no ha sido un año de crisis, sino de oportunidades aprovechadas, pues la preocupación por el menor crecimiento impulsó la renovación de la políticas económicas”. (El Comercio, “Mirando el largo plazo”, por Piero Ghezzi, 18 de diciembre 2014). Ya parece un editorialista del Pravda o Granma.

La razón de la parálisis de la inversión no es porque no se quiera invertir en el Perú, ni mayormente por la debilidad de la economía internacional. Es porque se ha hecho casi imposible invertir, tanto en negocios grandes como en pequeños. Desde abrir una mina hasta poner un restaurante. Desde levantar una antena para comunicación celular hasta tramitar un cambio de uso de terreno, desde conseguir permiso para abrir un nuevo colegio hasta colgar un letrero en la fachada de una bodega. La debilidad política del gobierno (Conga) y la maraña burocrática han trabado la inversión y el crecimiento, lo ha impedido hasta casi detenerlo por completo. (Ver en L: La “liciensitis” afecta las inversiones pequeñas, medianas y grandes).

El otro problema es la incapacidad que han demostrado los funcionarios para echar andar los grandes proyectos de inversión pública. Atrapados en las arenas movedizas de la tramitología y el pánico a tomar decisiones, dado el torpe e inhibidor sistema de control nacional. El dinero que debió poner en marcha las ruedas de nuestra economía nunca llegó a movilizarse. A eso hay que sumar las elecciones regionales y los gravísimos casos de corrupción que descabezaron a regiones y municipios de sus autoridades, con lo que la inversión pública se quedó en las cuentas bancarias.

Si bien el gobierno ha intentado mejorar este panorama mediante una serie de medidas que incentiven la inversión privada, (los cinco paquetitos pre-navideños) todavía es muy pronto para ver sus resultados. Algunos se pararon en el Congreso, otros se siguen discutiendo, y otros se reputan de tardíos e insuficientes. En todo caso, no han conseguido impulsar el crecimiento del producto este año y, aunque se espera que el próximo será mejor, ya no se puede creer en los pronósticos oficiales.

La debilidad del Gobierno y su aislamiento se han hecho notorios los últimos días. La oposición que está enfrentando la Ley Laboral juvenil es un síntoma de ello. Todos los personajes y partidos que en su momento apoyaron esta iniciativa, ahora se retractan, generando un desentendimiento político innecesario para una medida a todas luces positiva (ver en L: No me importa estar mal, si los demás corren la misma suerte).

Que Pedro Pablo Kuczynski, Keiko Fujimori y Alan García se opongan a ella, sumándose a las cúpulas sindicales como la CGTP, es un contrasentido y una vergüenza. Después de haberla señalado conveniente, hoy, por mero cálculo político de corto plazo, la atacan duramente. El Gobierno ha decidido defenderla con uñas y dientes. Ojalá persista y muestre algún saldo de fortaleza.

La irresponsabilidad de la oposición, propiciada por la agresividad del propio Presidente de la República, está arrinconando al Ejecutivo. Semejante postura, puede llevar al gobierno a olvidarse de un programa sensato y hacerlo optar por un populismo que le de réditos inmediatos y lo haga subir en las encuestas. (Ver en L: Queda poco tiempo para evitar los peores escenarios al 2016). Ese sería el peor escenario. La economía no permite este tipo de juegos. Es vital que todos recuperen la cordura y que se busque retomar la armonía y el crecimiento.

Como hemos reseñado en Lampadia: Niall Ferguson, el historiador británico, en una recientevisita a Santiago, dijo que Chile era el “país más inteligente” de la región pero que ahora estaba “ejerciendo su derecho a ser estúpido”. En el Perú hemos sido estúpidos mucho tiempo, “es hora de ejercer nuestro derecho a ser más inteligentes”. Lampadia




La situación no está para tafetanes, se requieren acciones inmediatas

Hay muchas razones para preocuparse. Por un lado el PBI este año no crecerá en 5.7% como se anunció inicialmente por el gobierno, sino apenas en 4.2%, si se toma en serio el último anuncio del MEF. Ver en (L): Gobierno anuncia nuevo MMM y reduce proyección de crecimiento. No obstante, lo más probable es que el crecimiento al final sea aún menor. Veamos algunos elementos que configuran una situación crítica:

  • Las importaciones están en caída. A julio del 2014 han sido 14% menores a las del mismo período del año pasado. Las de bienes de capital, como informa Eduardo Ferreyros, cayeron un 5% respecto al 2013 (cuando en el 2011 crecieron un 38.9% y en 2012 un 16.4%). Ver en (L): Las importaciones se desaceleran.
  • En las regiones se han encarcelado a varias autoridades. Eso está afectando la inversión pública.
  • La campaña navideña será la peor en una décaday aparte de su efecto en el año, eso traería un debilitado verano del 2015.
  • Para ese año habrán otros efectos negativos: cambio de autoridades en los gobiernos subnacionales que, como dice Luis Carranza, generarán un menor  gasto público por unos meses, ver en (L): Propuesta de agenda.
  • Además será un año preelectoral, lo que siempre trae incertidumbre y cautela en la inversión privada y el gasto.
  • El 2016 será el año del cambio de gobierno.Típicamente empieza con un verano caótico, lleno de críticas para la carrera presidencial. Después se espera la asunción y luego las primeras medidas del nuevo gobierno. En resumen, un año que difícilmente será alentador.

Todo eso nos lleva a pensar en la posibilidad de un escenario en el que el crecimiento no llegue a recuperarse el 2015, ni el 2016. Lo que es más, la entrada de los proyectos mineros que ya están en marcha no será suficiente para recuperar un buen ritmo de crecimiento, pues su efecto es solo pasajero. Por lo tanto, podríamos terminar el 2016 creciendo menos de 3%.

Si el gobierno sigue reconociendo cada factor negativo después que se presenta y erosiona el crecimiento, podríamos tener efectivamente, un escenario de desaceleración muy grave, justo antes de las elecciones generales.

En nuestra opinión, será muy difícil evitar esta situación extremadamente negativa, sino se hace algo drástico y muy pronto, como asegurar la reactivación de la inversión en minería (ver que salgan un mínimo de tres proyectos) y que empiecen a ejecutarse inmediatamente las grandes concesiones en infraestructuras.

  • En minería el primer proyecto debería ser el de Las Bambas. Es necesario un trabajo conjunto para que los nuevos inversionistas chinos titulares del proyecto mantengan el ritmo de construcción sobre la base de los acuerdos ya existentes con las comunidades y autoridades. Este proyecto cuprífero implica llegar a invertir US$ 6,031 millones, según el último anuncio hecho por el consorcio chino. Hasta enero del 2014 ya se había invertido US$ 3,511 millones.
  • Otro proyecto puede ser Constancia, que debería entrar en operación a fines de año. No obstante, se encuentra en una zona conflictiva y complicada: Chumbivilcas, Cusco. La empresa ha sabido manejar la situación hasta ahora. El gobierno debería estar atento a eventuales intentos por frenar esta operación. El proyecto involucra una inversión de US$ 1,790 millones.
  • Un tercer proyecto debe ser el de Tía María. El Ministerio de Energía y Minas ya ha aprobado el Estudio de Impacto Ambiental en agosto y cuenta con opinión favorable de la Autoridad Nacional del Agua. Lamentablemente, los anti-mineros Echave y Arana ya están encabezando un movimiento que pretende volver a levantar a la población en contra del proyecto. Esto sería muy grave, su inversión es de US$ 1,000 millones.

En cuanto a infraestructuras, no hay que olvidar su impacto positivo en el crecimiento y que a largo plazo mejora nuestra competitividad. Ver (L): Ranking de competitividad mundial 2014: Resultados. Según AFIN, el monto de APP adjudicadas entre 2010 y 2013 es de US$ 10,722 millones. No obstante, los proyectos no iniciados suman US$ 4,595 millones, lo cual preocupa profundamente. Si consideramos que este gremio reporta que las principales trabas son las ambientales, arqueológicas y los permisos municipales queda claro que el gobierno puede hacer mucho por facilitar los procesos. En ese sentido, sería conveniente plantearnos avances sustanciales en los siguientes proyectos:

  • Proyecto de generación de energía en centrales hidroeléctricas por 500 MW en Chaglla, Pucará y Cerro del Águila.  Este proyecto se adjudicó en el 2011 por US$ 2,300 millones.
  • Nodo Energético del Sur, adjudicado en 2013 por US$700 millones.
  • Línea 2 y Ramal Avenida Faucett – Avenida Gambetta de la Red Básica del Metro de Lima y Callao, adjudicado durante este año por US$ 5,658 millones.
  • Nuevo aeropuerto internacional de Chinchero – Cusco, adjudicado durante este año por US$ 658 millones.
  • Línea de transmisión Moyobamba – Iquitos en 22 Kv, adjudicada durante este año por US$ 499.1 millones.
  • Mejoras a la Seguridad Energética del país y desarrollo del Gasoducto Sur Peruano, adjudicada durante este año por US$ 7,328 millones.
  • El túnel trasandino. En la página web de Proinversión no se encuentra listado a pesar de los beneficios que traería. Ver (L): Al futuro se va en tren… a pesar de los lobbies. La inversión necesaria, según el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, es de US$ 2,000 millones. El estudio para esta obra recién culminará en unos meses.

Ante este escenario el Perú necesita una reacción inmediata. Las autoridades tienen que hacer todo lo posible por poner en movimiento la maquinaria y evitar un ritmo de crecimiento tan bajo que marcaría muy negativamente al “gobierno de la inclusión” y perderíamos nuestra mejor oportunidad de desarrollo. LAMPADIA