¡No hay derecho!

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

En el Perú nos estamos mal acostumbrando a la protesta desbordada, que usa la fuerza extrema y viola los derechos de los demás ciudadanos. ¿En qué país del mundo, donde exista un gobierno democrático, regido por el imperio de la ley, es eso aceptado? Obviamente, en ninguno que se precie de ser una democracia y que cuente con un verdadero gobierno.

En el Perú, ciertos grupos políticos, nos han vendido la “narrativa” de que, impedir los desmanes y controlar que no se produzcan desbordes de la protesta que afecta los derechos de los demás ciudadanos, es un exceso, que se traduce en brutalidad policial. El gobierno actual no respalda a sus fuerzas del orden y se está generando en ellas un grave sentimiento y desmoralización, que impide poner límites a esas protestas.

No sólo eso, sino que se ha “santificado” a los dos lamentables fallecidos, durante la protesta que encumbró a Sagasti, acompañado de un terrible maltrato a la Policía Nacional y sus autoridades. Desde el lado de las autoridades políticas, no se ha acelerado el proceso de investigación que identifique a los responsables de esas pérdidas de vidas humanas y transcurrido más de un mes, no se ha identificado a los responsables, pero sí se ha hecho ofertas apresuradas de indemnizaciones. A la fiscalía “le han comido la lengua los ratones” y para estos efectos, no existe. La Defensoría del Pueblo se pronunció respecto al atropello legal contra los 17 generales defenestrados, pero sin efecto ni seguimiento alguno (sólo habló para las tribunas). Se tuvo que pedir la renuncia al Sr. Vargas en el MININTER por lo insostenible de su situación y se hizo una jugarreta con su reemplazo, únicamente para lograr la ratificación del gabinete, para luego designar a un ministro que dice que “no es el jefe de la policía” y que muy suelto de huesos informa, que los policías que han sido atacados por las turbas en la carretera Panamericana, que están con cabezas rotas, heridas punzo cortantes abiertas en la cara y cuerpo, “están bien, un poco golpeados, pero bien” y para él no pasó nada…

Se envía a la policía a los lugares de protesta, absolutamente inermes, a resistir a pie firme el ataque de las turbas, quienes no sólo superan ampliamente en número a los efectivos policiales enviados, sino que además están armados con hondas, piedras, bombas Molotov, entre otros elementos. ¿A eso es lo que le llaman “uso proporcional de la fuerza”? ¿La autoridad tiene que enfrentar de igual a igual, si no disminuido, a los delincuentes? ¿En qué mundo se han imaginado tamaña barbaridad? No señores, la autoridad debe ser respetada por su sola presencia y si alguien pretende atacarla, debe ser consciente que está poniendo en riesgo su integridad personal. Lo contrario es dar pase libre a la anomia y al desgobierno.

En esa misma línea, los ataques a las Fuerzas Armadas en el VRAEM continúan y la ministra de Defensa se permite hablar de “cambio de rumbo” para estas fuerzas. Esto enciende las alarmas, después de haber iniciado su gestión, induciendo al presidente a un desaire a las Fuerzas Armadas, al no haber asistido a las correspondientes ceremonias de graduación de sus oficiales.

Algo está pasando acá, ya que en política no hay coincidencias y, da la casualidad, que en el ministerio del interior se maltrata a la estructura jerárquica de la Policía Nacional, se designa a un Comandante General inexperto y no caracterizado, únicamente por ser obsecuente y dócil al poder político del momento. Se envía contingente policial debilitado, física y moralmente, al mando de jefes inexpertos, sin mandato claro y sin apoyo político. Por otro lado, se empieza a fustigar a las Fuerzas Armadas, aprovechando de su silencio y respeto al orden constitucional por no ser deliberante político.

¿Queremos celebrar el bicentenario maltratando y disminuyendo a las fuerzas que han protegido a la República durante estos dos siglos? ¿Qué propósitos ocultos hay tras este maltrato y manoseo a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional?

Todo parece indicar, que la izquierda está buscando una escalada de mayor dimensión, con posiciones maximalistas en todo orden de cosas (políticas y económicas) y para eso requiere un Estado debilitado desde el punto de vista presupuestal, institucionalmente débil, con gobernantes, congresistas y miembros del sistema judicial, sometidos al escrutinio ciudadano bajo sospecha de corrupción (cosa que en muchísimos casos aflora) y en ese ambiente, ahora también atacado con múltiples mensajes repetidos desde la cátedra en muchas universidades, algunos miembros de la curia, con el eco de una prensa confundida o comprada (hay elementos para pensar en las dos opciones) y para completar el círculo, debilitando y sometiendo a las fuerzas del orden, poniéndolos a la par que los “protestantes”.

En esa línea, me avergonzó el increíble comentario hecho por el ministro del interior: “si la Policía y quienes están protestando no ejercen actos violentados, pues se generará un clima de paz”. Con esto deja claro que en el Perú no tenemos autoridad y que, ante las protestas, cuando se envía a la Policía, en realidad estamos enfrentando dos “bandos” contrapuestas, de igual categoría, moral y derechos para ejercer la fuerza. ¿Cuándo perdió el Estado peruano el derecho al monopolio de la fuerza? ¿Desde cuándo en el Perú la relación Policía-delincuencia, es una relación entre pares?

Sinceramente no puedo creer que el representante del gobierno, responsable del orden interno, afirme semejante cosa, después de afirmar que, “no es el jefe de la policía”.

¡No hay derecho que se deje vía libre al socialismo del siglo XXI! Lampadia




Perseverar en el error es diabólico

Humberto Abanto Verástegui
Para Lampadia

La decisión de enviar nuevamente a la cárcel a Keiko Fujimori convirtió en simples declamaciones las grandes declaraciones jurisprudenciales de nuestros altos tribunales sobre la prisión preventiva. Si el derecho se mide, más que por su validez -o sea, que produzca debidamente-, por su eficacia -esto es, que surta efectos en la vida real-, la verdad es que, en el Perú, la prisión preventiva es una pena adelantada, no es excepcional, satisface las necesidades de la investigación, no requiere peligros concretos y se basa en meras conjeturas, no necesita descartar cuidadosamente la aplicación de otras medidas alternativas ni su plazo debe ser, además de legal, razonable.

Si, en opinión del juez, existen elementos probatorios suficientes de la probable culpabilidad de alguien, automáticamente se deducirán los peligros procesales y se le confinará en un penal, no importa lo que digan la Constitución, los tratados internacionales, la ley nacional y la jurisprudencia. Aquí es así y punto.

El juez ha dicho que existen suficientes elementos para creer, en alto grado de probabilidad, que Jaime Yoshiyama Tanaka -sí, se pronunció sobre él sin intervención de su defensa- recibió dinero de Odebrecht, sabiendo o debiendo presumir su origen ilícito, y que lo hizo por instrucciones de Keiko Fujimori o con el conocimiento y consentimiento de ella. ¿Cuál es el dato empírico? La declaración de Jorge Barata. ¿Cómo se corrobora? Con la simulación de aportes. Empero, el juez no explica por qué los aportes lícitos de los grupos Romero, Rasmuss y Rodríguez, y el hecho de que excedieran el límite legal de aportes de campaña, no sustentan la simulación para ingresarlos formalmente a la contabilidad partidaria. No percibió que dicha omisión invalidaba la premisa menor de su razonamiento.

En orden a los peligros procesales no ha sido mejor. Keiko Fujimori tiene peligro de fuga porque, pese a tener recursos suficientes, alquila vivienda en lugar de comprar una. En serio, ¿el juez no sabe que del ejercicio regular de la libertad -comprar o no comprar es eso- no se puede derivar consecuencias negativas para ninguna persona porque la Constitución lo prohíbe?

Los peligros de enturbiamiento no son mejores. Todos se deducen de actos de terceros, dichos no corroborados y sucesos inactuales. El TC advirtió que, si no se encadena razonablemente los actos de terceros a la actuación del imputado, no sustentan obstrucción. No le importó al juez. Todos sabemos que los dichos de aspirantes a colaboradores eficaces sin datos de corroboración son simples sindicaciones carentes de todo poder de formar convicción. Tampoco le importó. Menos explicó en qué pueden obstaculizar César Hinostroza y Pedro Chávarry hoy. El juez no parece saber que el peligro debe ser actual y hasta inminente.

Creó una institución procesal: La adición de la prisión preventiva. Ella es una sola en nuestro sistema y solo admite su prórroga mientras esté vigente el mandato que la impone. El juez, sin embargo, dijo que dictaba 15 meses de prisión preventiva que se adicionaban a los 13 ya sufridos por la imputada. ¿Para qué? Para no restar la prisión injustamente sufrida de la que iba a imponer. ¿Es razonable que el arresto domiciliario se abone al cómputo de la pena efectiva, pero que la carcelería provisional arbitrariamente sufrida por el imputado no se compute para la prisión preventiva que se le impone, sino que se adicione? No, no lo es.

Finalmente, despreciable y ruin es la broma macabra de supuestos defensores de derechos humanos y juristas del horror acerca de que ganar el habeas corpus en el TC fue un error de Keiko Fujimori. La repetición de un error judicial no invalida el ejercicio del derecho a la protección judicial de los derechos fundamentales. Al contrario, debería mover a ampliar el ámbito operativo de la represión de actos homogéneos, desde la perspectiva de la unidad del Poder Judicial, para impedir que una repartición judicial reincida en la misma afectación de un derecho fundamental que otra cometió, cuando hay una sentencia firme que así lo declara. El agraviado no debería ser obligado a transitar por un nuevo proceso, el desafuero debería fulminarse de inmediato.

La lucha contra los desafueros judiciales que vulneran la libertad personal ha sufrido un duro revés. Es causa, sin embargo, más temprano que tarde se ganará y la historia pondrá en su lugar a los que batallaron por ella y a los que aplaudieron los atropellos. Solo es cuestión de tiempo y de mantenerse firme en la fe democrática y la defensa de los derechos y las libertades. Lampadia




Un ministro para que no haya trabajo

Jaime de Althaus
Para Lampadia

En la entrevista que le da al diario El Comercio el domingo pasado, el ministro de Trabajo, Christian Sánchez usa enrevesados tecnicismos filosóficos que algunos han confundido con chistes o bromas, para no decir con claridad lo que realmente piensa: que el mercado laboral peruano no tiene un problema de rigidez ni de costos legales onerosos que expulsan a la informalidad, sino de productividad y de falta de persecución ministerial. No hay reformas que hacer. 

El periodista le pregunta: ¿Pero también hay otros problemas como la informalidad?, y el ministro responde una frase críptica: “Este es un problema del sector trabajo con el mercado de trabajo”. Pero luego agrega algo que significaría lo contrario: “La primera (línea) es no mirar solo al sector trabajo, porque, lamentablemente, cada vez que entraba un ministro de Trabajo que era laboralista miraba al Viceministerio de Trabajo y olvidaba al Viceministerio del Empleo”.

Se infiere de esta parte de su respuesta –no de la primera- que el problema de la informalidad no está en el mercado de trabajo, sino que se resolvería con buenos programas de empleo. Afirma que los programas de empleo que hay en el ministerio podrían juntarse en un solo programa potente orientado al acceso de los jóvenes al empleo. ¿Con programas de empleo se va a resolver los altos costos no salariales del trabajo que impiden la contratación formal de los jóvenes (y de los no jóvenes también)?

Como ese tema no le interesa, confiesa honestamente que no conoce el proyecto de ley de fomento de empleo juvenil que el ex ministro Grados envió al Congreso, que hasta ahora no se discute porque la izquierda que maneja la comisión de Trabajo, no lo pone en agenda. Pero más adelante, sin embargo, recoge la idea central de ese proyecto de ley, ¡pero aplicada solo al Estado! Revela que tanto la CONFIEP como los trabajadores “están dispuestos a que el Poder Ejecutivo pueda discutir incentivos tributarios y algunas herramientas que permitan contratar jóvenes al mercado de trabajo”. Propone dar cuotas y bonificaciones para los jóvenes formados en los concursos de la ley del Servicio Civil (¡qué bien, eso sí, que promueva la reforma del servicio civil. Ojalá tenga apoyo político). Pero, por favor, el 90% del empleo lo genera el sector privado, no el público.

Luego saca una nueva idea: atacar la informalidad con lo que llama “una caja de herramientas”. ¿Qué herramientas hay en esa misteriosa caja? No lo dice. Queda claro, sin embargo, que no entiende la pregunta acerca de que “para el PBI per cápita que tenemos en el Perú, la informalidad laboral es muy alta y esto producto de la rigidez en la legislación laboral”. Repite la pregunta en lugar de responder. Ni acepta que la informalidad es muy alta ni que hay demasiada rigidez. Luego da la impresión que él piensa que hay informalidad por la baja productividad más que por los sobrecostos laborales (él los llama así, no el periodista)

Es más, sugiere que una reducción de los costos no salariales no funciona porque no ha funcionado con las microempresas (sin decir que la remuneración mínima vital es muy alta para las microempresas, que no la pueden pagar, y que formalizar implica reconocer derechos anteriores, algo inviable).

Y acerca del estudio de Miguel Jaramillo que demuestra que la proporción de contratos a plazo fijo se incrementa aceleradamente luego de la sentencia del Tribunal Constitucional del 2001 que restablece en buena cuenta la estabilidad laboral absoluta, responde así: “Las teorías de la causalidad, en el mundo, en la filosofía, te dicen que para seleccionar una causa en fenómenos complejos se tiene que pasar por una prueba ácida, y parte de esta es el contrafáctico. Hay estadística de que apenas entra en vigor el Decreto Legislativo 728 y sus contratos temporales empieza a subir la contratación temporal. Aparece la sentencia, en un segundo momento y la contratación temporal sigue subiendo, esto es un problema contrafáctico, porque antes de la sentencia ya venía subiendo la contratación temporal”.

Con palabras técnicas extraídas de la epistemología y la filosofía (sic), explica que en realidad esa tendencia comenzó antes. Le resta importancia a la sentencia del TC, que es la causa principal de que tengamos una de las legislaciones laborales más rígidas del planeta. “Híper-rígida” la ha llamado el ministro de Economía. La verdad, sin embargo, es que efectivamente la proporción de contratos a plazo fijo se incrementó en alguna medida luego de las reformas económicas de los 90, pues antes las modalidades temporales estaban limitadas, lo que era hasta cierto punto coherente con una economía híper protegida con aranceles incluso infinitos para los productos importados. Pero abierta la economía, era indispensable flexibilizar el mercado de trabajo. Eso se hizo en alguna medida en los 90 creando modalidades temporales, aunque se subieron notoriamente los costos no salariales del trabajo. Pero la gran inflexión se produjo a partir del 2002, cuanto el TC dispone que la reposición en el puesto de trabajo es una manera de proteger al trabajador del despido. Es decir, se restablece la estabilidad laboral absoluta de la época de Velasco.

Si fuera realmente defensor de los derechos de los trabajadores, se preocuparía de que más trabajadores se formalicen para que accedan a derechos. Se preocuparía de cambiar la interpretación que el TC ha hecho del artículo 27 de la Constitución a fin de que se invierta la tendencia y volvamos a la época anterior al 2002 cuando la proporción de contratos indefinidos era mayor, lo que, dicho sea de paso, favorecería la sindicalización y, por lo tanto, la negociación colectiva. La interpretación del TC cuyo efecto nocivo él desconoce, es la causa de una vigencia cada vez menor del movimiento sindical en el sector privado. Sería bueno que aproveche su orientación profesional pro sindical para recuperar condiciones para la ampliación de la base sindical en el país. Aunque sea por interés propio.    

Pero no. Para él la abrumadora mayoría actual de los contratos temporales se debe a factores de “productividad, bajos niveles de comunicación, falta de una política estatal y potenciar este ministerio para que investigue”. “Potenciar este ministerio para que investigue”. Eso es en el fondo de la cuestión. Perseguir. Lampadia




“De la lucha de clases a la lucha de identidades”

Hoy compartimos otra magnífica entrevista de Cayetana Álvarez de Toledo. En esta ocasión al sicólogo clínico canadiense, Jordan B. Peterson, que retira capa por capa de esa suerte de cebolla que encierra la mitología de nuestros días. Esa construcción intelectual que pretende trastocar la naturaleza de los seres humanos, pero: “La existencia de la naturaleza imposibilita la ingeniería social”.  

Ver anterior entrevista a Steven Pinker: “Los progresistas detestan en progreso”.

«Hay una crisis de la masculinidad porque se culpa a los hombres por el mero hecho de serlo»

Entrevista de Cayetana Álvarez de Toledo a Jordan B. Peterson,
nacido en 1962 en Canadá, es psicólogo clínico, profesor de
sicología en la Universidad de Toronto y activista político

El Mundo de España
13 de febrero, 2018
Glosado por Lampadia

Lo llaman «el intelectual más odiado por la izquierda», pero es mucho más que eso. Este psicólogo clínico canadiense se ha convertido en una figura de culto entre los ‘millennials’, sobre todo masculinos. Su reciente libro, ‘Doce reglas para la vida’, es un tratado de la responsabilidad frente a la cultura del victimismo. Y Jordan B. Peterson arrasa en ventas.

PREGUNTA: Dalí dijo que «los crustáceos son duros por fuera y blandos por dentro; o sea, lo contrario de los hombres». Usted también compara a los hombres con las langostas.

RESPUESTA: La izquierda posmoderna y sus guerreras feministas han logrado imponer la idea de que la jerarquía es una construcción social del malvado y corrupto patriarcado occidental. Sepultan la biología bajo su ideología. Niegan la naturaleza para culpar al varón. Es absurdo. Sus ideas no tienen base fáctica alguna. La Biología evolutiva y la Neurociencia demuestran que las jerarquías son increíblemente antiguas. Más que los árboles.

P. Tanto como las langostas.

R. Ya hace 350 millones de años las langostas vivían en jerarquías. Los machos tratan de controlar el territorio y las hembras de seducir a los machos más fuertes y exitosos. Es una estrategia inteligente, que utilizan las hembras de distintas especies, incluida la humana.

P. Somos blandas por fuera y duras por dentro…

R. ¿Son machistas las langostas? Existe un hilo de continuidad entre las estructuras sociales de los animales y los humanos. Nuestro cerebro tiene un mecanismo que opera a base de serotonina: cuanto más elevada nuestra posición en el grupo, emociones más positivas. Las langostas tienen el mismo mecanismo.

P. ¿De dónde viene la idea de la jerarquía como pura construcción social?

R. En parte, del pensamiento de la Ilustración. A muchos intelectuales y filósofos les cuesta asumir las lecciones de la Biología evolutiva: descubrir lo mucho que tenemos en común con los animales, que no todo es cultura o razón… Les escandaliza profundamente.

P. Usted señala sobre todo a la izquierda.

R. La izquierda en general considera que las jerarquías son malas. Es normal: las jerarquías producen ganadores y perdedores. Y ser un perdedor o convivir con perdedores -gente que lucha, pero malvive- es existencialmente doloroso. Además, está demostrado que el exceso de desigualdad genera sociedades inestables. La izquierda tiene derecho a preocuparse. A lo que no tiene derecho -porque es científicamente falso- es a culpar de la desigualdad al capitalismo, a Occidente o al presunto patriarcado. Ocurre también con la riqueza. Dicen: es injusto que la riqueza se distribuya de forma desproporcionada y que pocas personas acumulen la mayor parte.

P. Lo cual es verdad.

R. Pero no es culpa de nadie. Es un fenómeno enraizado en la naturaleza: los que más tienen, más acumulan. Se ve en el tamaño de las ciudades. En las masas de estrellas. En la altura de árboles. [Loa] «econofísicos» (Estudian la Economía a partir de las leyes de la Física), han descubierto cosas fascinantes: las mismas leyes que rigen la distribución del gas en el vacío rigen la distribución del dinero en la economía. El problema de la desigualdad no tiene una explicación simple. Las cosas son complejas. Y la izquierda debe asumir esa complejidad y, a partir de ahí, iniciar una profunda renovación intelectual. La izquierda de hoy es tan previsible. Está tan obsesionada con la identidad, la raza, el género, la victimizaciónLleva más de 30 años de retraso intelectual…

P. Desde que Derrida dijo: la verdad no existe, todo es interpretación.

R. La constatación del fracaso del comunismo, de su criminalidad estructural, fue un shock para la izquierda. Después de Solzhenitsyn ni los más dogmáticos, ¡ni los intelectuales franceses!, pudieron seguir justificando el comunismo. ¿Qué hicieron entonces Derrida y los posmodernos? Una maniobra tramposa y brillante. Sustituyeron el foco del debate: de la lucha de clases a la lucha de identidades.

P. En la que seguimos enredados.

R. La premisa de los posmodernos era correcta: el mundo está sujeto a un número infinito de interpretaciones. Pero variedad no denota viabilidad. Si los posmodernos tuvieran razón, habría cientos de formas distintas de organizarse socialmente. Y no las hay.

P. ¿Y qué sentido tiene negar la naturaleza?

R. Los posmodernos son tercamente ideológicos: fijan un axioma, que puede ser válido, y luego lo aplican indiscriminadamente hasta invalidarlo. Foucault, por ejemplo: todo lo explica en función del poder. No acepta la multicausalidad. El sexo, el hambre, el calor, estatus, el juego, la exploración, la esperanza, el dolor… También influyen.

P. Pero insisto: ¿por qué negar la biología?

R. Por política. En el fondo, la obsesión de los posmodernos con el poder y las relaciones de dominio refleja sus ansias de poder y su afán de dominio. Niegan la biología porque la biología desmiente su idea de que las personas son de plastilina. Y ellos las quieren de plastilina para poder moldearlas. La existencia de la naturaleza imposibilita la ingeniería social. Necesitamos un orden. Sin orden se impone el vacío ético y moral. El relativismo absoluto. El caos.

P. Hablemos del caos. Sus vídeos y conferencias arrasan entre adolescentes y millenials, sobre todo varones. ¿Por qué?

R. Hay una crisis de la masculinidad. La «tóxica masculinidad», dicen las feministas. Los chicos reciben de la sociedad moderna un mensaje devastador y paralizante. Primero, se les recrimina su agresividad, cuando es innata y esencial a su deseo de competir, de ganar, de ser activamente virtuosos. Luego se les dice que la sociedad es una tiranía falocéntrica corrupta de la que ellos, por supuesto, son culpables de origen por el mero hecho de ser hombres. Y finalmente se les advierte: «No se os ocurra intentar prosperar o avanzar, porque entonces además de culpables seréis cómplices activos de la tiranía feminicida». El resultado es que muchos varones, sobre todo jóvenes, tienen la moral por los suelos. Están empantanados, perdidos. No tienen rumbo ni objetivos.

P. Usted insiste en la diferencia entre poder y competencia.

R. Es esencial. Lo peor que han hecho los posmodernos es propagar la confusión entre poder y competencia, aptitud, habilidad. Las jerarquías no son de dominación sino de competencia. La competencia es más eficaz que el poder puro y duro.

P. El periodista Andrew Sullivan asegura que las relaciones gays son tan «agresivas» como las relaciones heterosexuales. Niega que exista una voluntad de dominio específica del hombre sobre la mujer y advierte contra la idea de guerra de sexos por falsa y peligrosa.

R. Sólo los hombres débiles intentan dominar a las mujeres. Otra lectura imprescindible: Machos demoníacos, de Richard Wrangham. Hay tres géneros de orangutanes: las hembras; los machos dominantes, que cautivan a todas las hembras; y los machos débiles, que morfológicamente parecen adolescentes y que, como no logran aparearse, recurren a la violación. ¡Violan! La lección es evidente: sólo los perdedores recurren al poder para obtener más sexo del que, necesitándolo, pueden alcanzar.

P. ¿Y qué pasa con los perdedores que aun así fracasan en sus propósitos?

R. Para eso existe la monogamia, que está enraizada en la biología y reafirmada culturalmente. Para evitar que los hombres rechazados acaben desarrollando conductas antisociales. En las relaciones humanas también funciona el patrón de distribución de Pareto: pocos hombres acaparan buena parte de las oportunidades sexuales. Esto es malo para los chicos que no ligan, claro. Pero tampoco es bueno para las chicas. Se ve en los campus universitarios americanos más progres, donde en los últimos años se ha producido una caída notable en el número de estudiantes varones precisamente por la presión ideológica. Las probabilidades que tiene una chica de trabar algo parecido a una relación estable son ínfimas. Alguno pensará: «¡Qué suerte para los chicos, el sueño de todo adolescente!» Falso. Porque las relaciones de pareja se convierten en una secuencia infinita de ligues de una noche sin continuidad ni perspectiva ni utilidad en el medio o largo plazo. Es un juego degenerativo, que devalúa a los participantes de ambos lados.

P. Usted denuncia el «intento de feminizar a los hombres».

R. Hemos pasado de intentar convertir a las mujeres en hombres a intentar convertir a los hombres en mujeres. Y eso no conviene a ninguno de los dos sexos. Tampoco a las mujeres. Las mujeres tienen tanto interés como los hombres en acabar con la crisis de la masculinidad.

P. Explíquelo.

R. Una mujer sensata no quiere un párvulo como pareja. Quiere un hombre. Y si es lista y competente, quiere un hombre incluso más listo y más competente que ella.

P. Veo ya a las feministas radicales rasgándose las túnicas.

Las feministas radicales se equivocan ¡radicalmente! No distinguen entre un hombre competente y un déspota. Su pánico cerval a cualquier exhibición de habilidad masculina es revelador de una pésima experiencia personal. Dicen: «¡Arranquemos a los hombres sus garras y sus colmillos! ¡Socialicémoslos! ¡Hagámoslos blandos, flácidos y femeninos, porque así no podrán hacernos más daño!» Es una manera patológica de contemplar el mundo y las relaciones humanas. Y es también un grave error estratégico. Porque cuando anulas a un hombre, aumentas su amargura y su resentimiento. Lo conviertes en un ser inepto, atormentado, carente de sentido. Y las vidas sin sentido son desdichadas. Y el hombre anulado se enfada. Y entonces sí se vuelve agresivo. El despotismo de los débiles es mucho más peligroso que el despotismo de los fuertes.

P. Usted vincula la crisis de la masculinidad con el auge de la extrema derecha.

R. Cuando las únicas virtudes sociales son lo fofo e inofensivo, la dureza y la dominación se vuelven fascinantes. Mire el fenómeno de Cincuenta sombras de Grey. Seis meses estuve riéndome cuando se publicó. Pensé: ¡Qué apropiado! La cultura entera arde en exigencias de que el hombre envaine las armas y el libro más vendido de la historia es una fantasía sadomasoquista. Es extraordinario. Freud estaría a la vez horrorizado y exultante.

P. Hablemos ahora de las mujeres. Me da la impresión de que existe una brecha entre el discurso de las élites feministas -actrices, políticas ¡y políticos!- y las mujeres de verdad.

R. Claro que hay una brecha. Abismal.

P. ¿Qué quieren de verdad las mujeres de verdad?

R. Lo mismo que querrían los hombres si los hombres fuesen los que paren: desplegar todo su potencial y competencia, pero también tener bebés.

P. ¿En qué proporción?

R. A los 19 años, las mujeres anteponen su carrera a la familia. A los 28, ya no tanto. Es una realidad de la que nadie habla. Salvo algunas mujeres de 37 a 40 años que han desaprovechado la ventana de oportunidad reproductiva y se sienten infelices.

P. Bastaría con que los hombres ayudasen más con los niños.

R. Los hombres están peor configurados que las mujeres para el cuidado de niños de menos de dos años. Esto es así. Podemos aleccionarlos. Pero, ojo: también hay mujeres -inteligentes, fuertes, formadas- que libremente deciden ser ellas las que cuidan de los niños. Lo hacen porque quieren, no porque nadie se lo imponga. Y esa decisión les lleva a tomar otra, previa. Cada hijo exige unos tres años de intensa dedicación. Es mucho tiempo. Y para una madre, causa objetiva de vulnerabilidad. ¿Qué hacen entonces las mujeres? Practican la hipergamia: buscan pareja en el mismo o superior nivel competencial que ellas. Hablemos claro: de igual o más capacidad socioeconómica que ellas. Esto ocurre en todas las culturas. Es una de las revelaciones más notables de la Biología y la Psicología evolutivas. Y en el caso de las mujeres hípercompetentes, es un problema. Cuanto más alto el coeficiente intelectual de una mujer, más baja la probabilidad de que encuentre una pareja estable.

P. Los hombres no se atreven…

R. … Ni a invitarlas a salir. He trabajado durante décadas con abogadas altamente cualificadas. Me contrataban para mejorar su productividad laboral y sus relaciones afectivas. Sus vidas. Lo tenían durísimo para encontrar pareja. Fíjese en este dato del Pew Research Centre. En los últimos 15 años, el interés de las mujeres por el matrimonio ha subido muchísimo. En cambio, el de los hombres se ha desplomado. Una pésima combinación.

P. Quiero preguntarle por la brecha salarial entre hombres y mujeres.

R. Para empezar, es menor de lo que dicen. Los que hacen las estadísticas suelen confundir la media y la mediana. Y la media se desfigura por la existencia de un segmento ínfimo de billonarios, que en su mayoría son hombres.

P. Bien. Pero existe.

R. Sí. Lo que no existe es lo que llaman la brecha salarial «de género». Es decir, una brecha fruto de un prejuicio machista. Para que el argumento feminista funcione habría que asumir que el empresariado mundial es masoquista, tonto, suicida: «¡Ajá! Les pagamos menos y también las contratamos menos». Es absurdo. La realidad es que la diferencia salarial tiene unas 20 causas, de las que apenas una sería atribuible al prejuicio.

P. ¿Cuáles son esas causas?

R. La edad es una. La personalidad es otra, muy importante. Y la más importante son los intereses. Un dato contracorriente: las mujeres solteras de menos de 30 años cobran más que los hombres en esa misma franja de edad. La personalidad: las personas agradables cobran menos que las personas desagradables. Les cuesta más pedir un aumento de sueldo. Triste pero cierto. Y resulta que, de media, las mujeres son más agradables que los hombres. Dato científico, eh. Esto produce un ligero sesgo a favor de los hombres, que no es fruto de ningún prejuicio machista; si acaso es una injusticia con las personas amables del sexo que sean. Finalmente, los intereses: a los hombres les interesan más las cosas y a las mujeres, las personas. Y las profesiones relacionadas con las cosas están mejor pagadas que las profesiones relacionadas con las personas. Ingeniero y enfermera. Banquero y maestra.

P. Las mujeres holandesas son las que más trabajan a tiempo parcial. Y eso a pesar de una intensa política de incentivos para que lo hagan a tiempo completo. Parece que les gusta.

R. Es su elección. Incluso para mujeres que no tienen hijos ni quieren tenerlos. Pero nadie lo dice. Unos por ideología. Otros por miedo.

P. ¿Miedo? Se refiere a los sectores liberales y conservadores.

R. Claro. No se atreven a decir nada que contravenga el relato feminista por pánico a ser linchados por la turba.

P. ¿Por qué hay tan pocas mujeres al frente de grandes empresas?

R. Tengo un amigo que dirigía una de las principales empresas tecnológicas de Canadá. No cogió vacaciones en 20 años. Ni un sólo día. Eran [jornadas] de 18 horas. Todo el día en un avión. Ya, en primera clase. Pero lejos de casa. De su familia. En hoteles anónimos. Nada de juerga y tequila. Para vivir así hay que estar configurado de una manera muy particular. Hay gente así, claro. Y la mayoría son hombres. ¿Son mejores? No. Son distintos. Incluso podríamos decir que sus prioridades son peores que las de las mujeres que optan por una vida más equilibrada, trabajando media jornada y cuidando de sus hijos.

P. Susan Pinker cuenta que en la Unión Soviética muchas mujeres estudiaban carreras relacionadas con las Ciencias y en cuanto llegó la democracia, y pudieron escoger libremente, se produjo un trasvase hacia las Humanidades.

Y fíjese en la última gran sorpresa.

P. ¿Cuál?

R. Los países escandinavos han hecho lo imposible por imponer una igualdad formal entre hombres y mujeres. De la cuna hasta la tumba, han eliminado todos los elementos culturales que pudieran condicionar o acentuar las diferencias de género. Hasta los juguetes son neutros. ¿Y qué ha pasado? Exactamente lo contrario de lo previsto: ¡las diferencias de personalidad entre hombres y mujeres se han acentuado! Es un descubrimiento científico impresionante: si erradicas las diferencias culturales, maximizas las diferencias biológicas.

P. ¿Es todo hombre un agresor sexual en potencia?

R. ¡Tanto como la mujer una manipuladora caza-ricos en potencia! En todo individuo existe una capacidad muy elevada de hacer el mal. La pregunta es: ¿por qué se difunden estas ideas sobre los hombres?

P. ¿Por qué?

R. El 95% de los delitos son cometidos por el 5% de la población. La mayoría de esos criminales actúa una o dos veces. Pero existe un pequeño segmento que actúa de forma serial. Depredadores sexuales. Pederastas. Psicópatas que dejan un reguero de víctimas. A partir de ahí, cualquiera puede convertir a todos los hombres en depredadores al manipular la definición de «violencia sexual». Porque no hay un hombre en el planeta que no haya hecho alguna vez un avance sexual no correspondido. En parte por torpeza o falta de sofisticación. En parte porque no sabía cuál iba a ser la respuesta.

P. Hoy eso basta para forzar la dimisión de un ministro o liquidar la carrera de un actor.

R. La izquierda posmoderna exige a la vez expresión sexual ilimitada, de cualquier gusto o color -ahí está el Orgullo Gay- y seguridad sexual absoluta. A ver cómo cuadran ese círculo. Su última ocurrencia es una maravilla: el consentimiento afirmativo. Cada paso y etapa de un encuentro amoroso o sexual debe quedar debidamente registrado para evitar equívocos. ¡Es tan orwelliano! Sólo un pobre ingenuo de 13 años puede considerar que esto es no ya positivo, sino viable. A veces da la impresión de que nuestra cultura ha sido tomada por gente con graves trastornos de personalidad. Lo digo seriamente. Clínicamente.

P. ¿Cómo definiría el #MeToo?

R. Actrices vestidas de riguroso negro… Eso sí, de forma sexualmente provocadora… Hollywood, quejándose de manipulación sexual… ¡Hollywood, que se erigió literalmente sobre la manipulación sexual! Parece una broma. Pero vamos a hablar en serio. Existe un fenómeno que he visto en mi consulta… A ver, esto podría causarme un problema… Algunas mujeres no saben decir que no. Son mujeres vulnerables o dañadas, que se exponen una y otra vez. Tienen relaciones anómalas, no sólo con los hombres. Una mujer está en casa. Llega el repartidor. Es amable y simpático. Y acaba teniendo con él una relación sexual que no supo cómo evitar y de la que al minuto se arrepiente gravemente. No es culpa suya. Ni del repartidor. Ni de nadie. Es un fenómeno más frecuente de lo que parece y en las universidades se agrava por el consumo de alcohol.

P. La verdad es compleja. Salvo que aceptemos que todas las mujeres, y todos los hombres, por cierto, somos débiles, incapaces de expresar nuestra voluntad y sentimientos, o incluso de jugar con las palabras y los tiempos.

R. Creo que fue Mike Pence el que dijo que no se reuniría a solas con una mujer a puerta cerrada. La gente se escandalizó. A mí me han aconsejado lo mismo cientos de veces. Yo paso, porque me parece ofensivo, para mí y desde luego para las mujeres. Para eso, pongamos una cámara en cada despacho. O mejor aún: impongamos la obligación de que todo encuentro sexual sea grabado y colgado en YouTube, así nadie podrá tener la más mínima duda de que cada fase del acto se desarrolló de forma perfectamente cordial, civilizada y consentida.

P. ¿Qué le pareció el manifiesto de las actrices francesas en respuesta al #MeToo?

R. No lo conozco.

P. Se lo enviaré. Distingue entre el acoso sexual y el derecho a importunar.

R. El derecho a importunar es elemental. Como el derecho a ofender. Se lo dije a la entrevistadora de Channel 4 con la que tuve una discusión, digamos, intensa.

P. Viral.

R. No hay derecho a pensar sin derecho a ofender. Porque nada de lo que yo pueda decir será universalmente aceptado y asumido. ¿Y quién decide qué es ofensivo? Tu interlocutor. ¿Y si hablas con mil personas? Como mínimo una de ellas se ofenderá. ¿Y entonces qué haces? Dejas de hablar. Te limitas a decir obviedades: «este suelo parecería ser de color gris». Con un agravante: cuando acaba el debate empieza la bronca.

P. ¿Y qué papel juegan los medios?

R. Lo que necesitamos en los medios es pocas personas súperinteligentes dispuestas a decir la verdad. Lo que tenemos son hordas de columnistas de segunda poseídos por el miedo y la ideología. Y pronto dejarán de ser leídos y escuchados.

P. Su libro es un tratado de responsabilidad contra la cultura de la sobreprotección.

R. Otro legado de la progresía: una generación de mimados y quejicas, cero preparados para encarar la vida. Esos padres edípicos, que hacen un pacto con su niño: «No nos abandonarás jamás y a cambio nosotros haremos todo por ti». Puro egoísmo envuelto en mimos. El resultado es que los niños crecen sin madurar. No tienen sentido de la responsabilidad. Son victimistas. Se vuelven inútiles y acaban resentidos.

P. ¿Y cómo se inculca el sentido de la responsabilidad?

R. Mi mensaje a los jóvenes es sencillo. Espabilad. Dejad de pudriros en casa. Dejad de quejaros y de culpar a los demás. Sed honrados, rectos y disciplinados. Haced algo útil. Asumid vuestra responsabilidad. Buscad sentido a la vida. Haced como las langostas: caminad erguidos con los hombros hacia atrás.

P. Lo que no dicen los políticos.

R. Lo que deberían decir. Porque al mundo le sobran niños. Lo que necesita son hombres adultos.

Lampadia




Diálogo sobre el Procurador, el Contralor y el Defensor

Como consecuencia de un par de publicaciones de Lampadia, Jaime de Althaus, conductor de La Hora N, convocó a un diálogo a los abogados Aníbal Quiroga y Rosario Fernández con el Director de Lampadia, sobre las facultades de los funcionarios que ejercen sus cargos a título individual y que gozan o pretenden gozar de autonomías plenas.

 

P: … director de LAMPADIA, ¿cómo está?

R: Gracias Jaime, bueno, mira, me has sentado con dos abogados y yo no soy abogado.

P: Usted ha publicado este artículo Reformas que afectarían nuestras libertades y otro más que se llama la Balcanización del Estado.

R: Claro, lo que yo soy es ciudadano, soy ciudadano desde que cumplí 21 años, porque antes era a los 21 años, hace más o menos 45 años. Un ciudadano en esencia sufrido en su relación con el Estado como somos la mayoría de ciudadanos en el Perú y yo creo que este tema tiene que verse desde esa perspectiva, la del ciudadano.

Cuando se empodera a funcionarios del Estado de manera exagerada para los litigios que fundamentalmente son entre el Estado y los ciudadanos o las empresas, ¿no es cierto?, creo que se comete un tremendo error, estos funcionarios ya tienen poder suficiente al representar al Estado, tienen al costado además a la Fiscalía, al Poder Judicial, el peso del Estado, su influencia mediática. La relación del ciudadano y la empresa con el Estado es una relación disminuida, ¿no?, ya es así y necesariamente va a ser siempre así, eso no se puede cambiar.

Pero darle poderes omnímodos a un procurador para que pueda hacer lo que le de la gana y que se convierta en una especie de monarca, me parece una barbaridad, nosotros nos hemos olvidado de los ciudadanos, las instituciones que necesitamos tienen que ser para defender a los ciudadanos, igual es en el caso del defensor, el día que lo nombran él habla de que está para defender la ciudadanía, una entelequia, ¿qué cosa es la ciudadanía? No señor, él está para defender al ciudadano, al individuo. Entonces estamos torciendo todo. Este mismo señor pretende ahora que le den poderes para sacarle la vuelta a la Constitución, para que sus decisiones sean vinculantes, usando la trampa que han usado en México. Entonces el defensor también quiere tener poderes absolutos, otro monarca. El contralor, otro monarca, apenas nombrado se tira a hacer cosas que no le corresponden, a causar toda una crisis en el Estado. Entonces, esto es una balcanización del Estado, esto es un desastre, los ciudadanos somos cada día más diminutos, más débiles, más sufrientes y gracias a Dios hoy día puedo hablar en nombre de ellos.

P: Caramba.

R: Mira, yo quería agregar un par de temas más, siendo este funcionario, en el caso del procurador, un abogado del Estado, como todo abogado responde a su cliente, ¿no?, y el cliente tiene derecho a sacarlo si es que no funciona o si por ejemplo, quiere aprovecharse del cargo para hacer una carrera política, con los medios que acá te vuelven famoso en cinco minutos, ¿no es cierto? Entonces, me parece absurdo pretender limitar eso. Lo que pasa es que todo lo hacemos para las excepciones, para los casos malos, para los extremos y legislamos en función de eso, esta cosa del procurador se ha originado en el affair Principe-Nadine. Y de eso deriva todo este proceso, creo más bien que ahora tenemos la oportunidad de revisar estos temas en conjunto, reflexionar y tomar decisiones racionales.

En segundo lugar, se legisla para las excepciones, para los casos extremos, aparece un corrupto y se malogra la vida de los 99 honestos que hay en el Perú, etc., etc. Entonces, si hay casos especiales vinculados a corrupción de funcionarios del Estado, habrá que buscar una figura nueva, alguna otra figura con los fiscales, para eso tenemos buenos abogados en el Perú, que podrán plantear una solución pero no por estos casos crear estos monstruos omnívoros que nos van a terminar reventando la vida a los ciudadanos. Ya tenemos el ejemplo del contralor, éste defensor que al día siguiente de jurar ya se está saliendo de lo que lo que dice la Constitución. Yo creo que hay que aprovechar esta especie de mini crisis conceptual para plantear un debate de lo que tienen que ser las capacidades autónomas de individuos en el Estado, que son muy peligrosas por ser un solo individuo, como ha dicho el doctor Aníbal Quiroga, ¿no es cierto? Y que hay que limitarlas y controlarlas, sería muy bueno revisar todo eso. En Lampadia hemos publicado esta colaboración anónima, muy conceptuosa, sobre el tema del procurador, de la unidad de inteligencia financiera para el tema del secreto bancario, y sobre el levantamiento de la seguridad de las comunicaciones individuales. Entonces, tenemos que ponernos en los zapatos del ciudadano.

P: El gobierno, el ejecutivo, entre las facultades legislativas que está solicitando, hay una para, precisamente fortalecer las capacidades de la unidad de inteligencia financiera para que pueda levantar el secreto bancario, etc., pero con autorización del juez, dice la propia norma. Y eso estaría bien, digamos.

R: Por supuesto.

P: Tiene que haber autorización del juez.

R: Como tiene que ser, ¿no es cierto? Pero hay que tener mucho cuidado con estos deslices y sobre todo, el hecho de que la gente no participe en el  debate de estas cosas, entonces hay un gran vacío y los que están detrás de estos temas son los que terminan colándolos en los medios y finalmente en las leyes.

P: Que son trascendentales en la vida de las personas…

R: Absolutamente. Yo quiero agregar un par de cosas más, el ser humano tiene graves problemas con el manejo del poder, el poder terrenal afecta a Papas y guachimanes, sabemos lo que sucede, ¿no es cierto?

P: ¿El Papa?

R: El Papa o el guachimán con poder terrenal. El ser humano no tiene un buen manejo del poder por lo tanto hay que tratar siempre, en lo posible, de no dar poder absoluto a un individuo, menos cuando al otro lado está el ciudadano. Pero tenemos otro tema, que creo que también tiene que entrar a la conversación que es el de los alcaldes y el de los gobernadores regionales que tienen autonomía plena para sus decisiones, no hay segunda instancia sobre sus fallos, sus decisiones, caprichosas o no caprichosas se imponen al ciudadano.

P: Y las ordenanzas tienen nivel de ley.

R: Así es. No hay segunda instancia y por supuesto, la corrupción se ha asentado en muchos municipios y en muchos gobiernos regionales, hemos cometido el error al  establecer discrecionalidad absoluta en sus decisiones, la única manera de contrastarlos es en el Poder Judicial, por años y costos que nadie maneja, la Defensoría del Pueblo debería de repente financiar esas causas de los ciudadanos contra los alcaldes. No sé, estamos reventados, yo creo que hay que hacer un buen debate sobre todo esto, incluyendo municipios, gobiernos regionales, contralor, defensor, todos estos casos. Incluso, la Superintendencia, hoy día tenemos una fantástica Superintendente pero no lo hemos tenido así en otros casos, ¿no es cierto? Entonces, por ejemplo, Alonso Polar decía que en la Superintendencia debería haber también un directorio, de repente es un tema que hay que conversar, aunque es un cargo más especializado, menos complicado.

Lampadia




Reformas que afectarían nuestras libertades

En Lampadia nos felicitamos por tener acceso a la siguiente reflexión anónima de alguien evidentemente informado, especializado y comprometido con la salud cívica del país, sobre el devenir de la aplicación de la ley y la cautela de los derechos de los ciudadanos en una sociedad regida por la democracia y el Estado de Derecho.

Nuestro preocupado especialista nos alerta acerca de las posibles perniciosas consecuencias de tres reformas que estarían en curso: la eventual autonomía de la Procuraduría,  derechos inadecuados que se otorgarían a la Unidad de Inteligencia Financiera y facultades impropias para el levantamiento del secreto de comunicaciones.

Consideramos que el análisis siguiente es muy consistente y extraordinariamente valioso. Debe llamar a la reflexión y debate sobre las normas en cuestión por parte de los ciudadanos más informados al respecto, para salvaguardar la mejor salud de nuestra sociedad. No sigamos dejando más vacíos y lejanías en el noble deber de diseñar nuestro futuro como el de una sociedad democrática, justa y próspera.

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Por ‘Colaborador Desconocido’

Traducido y editado por Lampadia

Hay planes para modificar la legislación vigente sobre (1) el status de la PROCURADURÍA, (2) de la Unidad de Inteligencia Financiera y (3) el levantamiento del Secreto de Comunicaciones.

A pesar de que, en principio, modificaciones para mejoras son siempre bienvenidas, es sorprendente y alarmante el poco debate profesional público sobre estos temas tan importantes. Las discusiones son principalmente dirigidas por los promotores de dichos planes quienes, por supuesto, tratan de ‘vender’ sus ideas y tienen de su lado a los medios más importantes, desafortunadamente, sin la debida reflexión, pues estos temas navegan bajo la bandera popular de la lucha contra la corrupción.

PROCURADURÍA (PRO): El objetivo de esta pretendida modificación es otorgarle a la PRO un estatus autónomo. Sin embargo, antes de considerar este plan en detalle, uno debe primero discutir, en principio, si la PRO es necesaria o beneficiosa en absoluto (aparte de ser simplemente los departamentos legales de los ministerios e instituciones del gobierno). La mayor parte de los países occidentales no tienen una PRO en absoluto, sino sólo una Fiscalía. Interesantemente, la mayoría de esos países tienen un sistema judicial que funciona mucho mejor que el de los países que tienen una PRO además de la Fiscalía. Por lo tanto, parece que las razones para tener un sistema de justicia satisfactorio no residen tanto en la forma del sistema, sino en su cultura.

El cambio propuesto no garantiza automáticamente una mejor PRO. Más bien puede empeorar: mientras más autónoma es una institución, más potencialmente propensa es al abuso, y/o puede, a su tiempo, convertirse simplemente en una  fuente de corrupción adicional. Los promotores del plan desean asegurar calidad mediante la introducción de estándares profesionales más altos para los miembros de la procuraduría; sin embargo, ser recto y no corrupto no es un tema de estándares profesionales, sino de carácter (y ¿cómo se evalúa el carácter?).

Otro aspecto es la importancia del equilibrio entre el investigador/acusador y el investigado/acusado. Lo ideal sería que las partes (aunque en un sentido estrictamente  formal, la Fiscalía es la parte en el proceso) tengan iguales derechos e «instrumentos».  En realidad, sin embargo, este no es el caso, pues la Fiscalía, como la parte   investigador/acusador, tiene muchos instrumentos soberanos  a su disposición (ya sea directamente o mediante aprobación judicial) y puede, por lo tanto, hacerle la vida miserable al investigado/acusado, aunque dicha parte sea todavía legalmente inocente. Una PRO autónoma desplazará el equilibrio ya  inexistente aún más en favor de la parte que investiga/acusa, ya que una PRO autónoma es, como el Ministerio Público, parte de la organización estatal y va a buscar -al igual que cualquier institución- fortalecer su propia imagen, para demostrar su derecho a existir y para ganar influencia y  poder. Ésta  es también la razón por la que la PRO debe pagar, como cualquier otra parte, los costos judiciales, etc., causados por sus actos y no debe estar exenta de hacerlo, como está planeado. Los promotores de la propuesta enfatizan constantemente que la Procuraduría «sólo» actúa como un «abogado” del Estado; si es así, no debe tener más derechos que el abogado que representa a la parte investigada/acusada. Dicho sea de paso, el argumento de ser sólo un “abogado del Estado”, es erróneo, puesto que un abogado nunca es autónomo en lo que concierne a su cliente.

Otra tema abierto es el del control de la PRO y sus miembros, porque cualquier institución requiere una supervisión y control constante y, de ser aplicable, sanción. Estos problemas no se han planteado en absoluto hasta el momento.

Y por último, el gobierno, que representa al Estado, debe tener el derecho a intervenir en el trabajo de la Procuraduría en casos de interés nacional.

Unidad de Inteligencia Financiera (UIF): el levantamiento del secreto bancario es una interferencia muy seria en los derechos básicos y en los asuntos personales de los ciudadanos. En consecuencia, tiene que haber un umbral muy alto para levantar el secreto bancario, y bajo ninguna circunstancia esta interferencia excepcional debería convertirse en algo usual. En la mayoría de los países, esta medida requiere la autorización de un juez: aquí en el Perú se encuentra, hasta el momento, por lo menos en manos del Fiscal de la Nación. Permitir ahora a la UIF (e incluso a otras partes en las investigaciones), la misma facultad, causará un manejo totalmente arbitrario de esta facultad. La UIF es una institución especial: opera en la trastienda, sus informes son anónimos y sus funcionarios no pueden hacerse responsables de sus actos ni son estos apelables. Un gran porcentaje de sus reportes no tiene ningún fundamento legal sólido, pero está lleno de conjeturas, suposiciones, insinuaciones y generalizaciones al estilo de «no podemos descartar». Un enfoque de este tipo puede traer algunos aspectos e información que soporten el trabajo de la Fiscalía, pero no puede formar la base para otorgar la facultad esencial de levantar el secreto bancario, puesto que nadie que no sea responsable y cuya decisión no sea apelable, debe nunca tener la posibilidad de interferir con los derechos de otros, ni poder dañar potencialmente a alguien que todavía es inocente ante la ley. Permitir que la UIF tenga el derecho de levantar el secreto bancario para acceder directamente a información de las cuentas, significa que esta medida extrema se convertirá en una práctica cotidiana, y no en una medida de último recurso. La consecuencia sería que el investigado/acusado estará sujeto a una «muerte civil”, aunque todavía se encuentre bajo la presunción de inocencia, ya que los bancos, normalmente, van a cerrar inmediatamente sus cuentas, líneas de crédito, etc. y no permitirán una re-apertura de cuentas antes que el caso haya sido archivado (en tiempos de progresiva bancarización se puede vivir sin amor y sexo, pero no sin una cuenta bancaria). Esto destruirá la vida de la parte investigada/acusada, como, por ejemplo, fue el caso de «Santa Natura» que fue erróneamente investigada/acusada por la UIF y la  PRO. Por lo tanto, antes de conceder a la UIF dicha atribución, uno tendría que cambiar en primer lugar el marco legal y la base de operación de la UIF, para que sea ‘accountable` y responsable [“liable”], para hacer sus decisiones apelables y ponerla bajo un eficaz control y supervisión. Puesto que la UIF se opondrá a dejar su espacio secreto de trabajo (en parte por buenas razones), no debe recibir la atribución propuesta. Dicha atribución debe mantenerse solamente en manos de la Fiscalía (o transferírsela al Poder Judicial), más aún desde que los datos bancarios están difícilmente sujetos al periculum in mora, porque la información se refiere a hechos dados, que no pueden ‘escaparse’ ni esconderse. Ésta es otra razón para discutir una forma alternativa de obtener la información pertinente, que no debe tener un efecto dañino en la parte afectada.

Por cierto, el sistema actual de reportar transacciones monetarias “sospechosas” tiene un defecto de nacimiento: las partes informantes (bancos, etc.), así como la UIF, deberían solamente tener el derecho de clasificar transacciones como “inusuales” (que es de por sí un término neutral) y no, como es el caso ahora, como «sospechosas» (que es de por sí un término negativo); luego el fiscal debería tener el derecho y la obligación de clasificar el tema como «sospechoso» (y, acusable, de ser aplicable) o «no-sospechoso» y, finalmente, se debe mantener el derecho y la obligación del juez de calificar la causa en el sentido de estar dentro o en contra la ley, y por lo tanto emitir la sentencia correspondiente. Nadie, cuyas decisiones no acarreen responsabilidad, y/o que no se puedan apelar, puede tener el derecho a calificar una cuestión como «sospechosa» y, por lo tanto, causar potencialmente un daño injusto y sustancial a la parte agraviada.

Secreto de Comunicaciones: Lo indicado líneas arriba se aplica por analogía al plan de otorgar a cualquier parte encargada de una investigación, el derecho de levantar el secreto de las comunicaciones de la parte investigada. Por supuesto, pueden ocurrir situaciones extremas que justifiquen acciones judiciales inmediatas. Sin embargo, otra vez, debe haber mecanismos restrictivos y de control, puesto que de otra manera el levantamiento del secreto de comunicaciones se convertirá en una práctica cotidiana. Y, como el ejemplo de otros países (EE.UU., GB, Alemania, etc.) y del Perú ha demostrado, las avanzadas tecnologías para interferir las comunicaciones telefónicas, emails e internet etc., han causado abusos significativos. Por lo tanto, se requiere ajustar  y no flexibilizar las facultades para intervenir.  

En general: la sustancial corrupción en marcha, el aumento de la tasa delincuencial, el desempeño insatisfactorio de varias ramas gubernamentales y estatales diferentes (incluido el Parlamento y el sistema fiscal/judicial), han generado una profunda frustración y una fuerte reacción de parte del público, de ciertos grupos e individuos, así como de los medios. El objetivo de poner fin a los fracasos o al menos reducirlos es altamente entendible y justificado; sin embargo, la forma en que se expresa la consternación y la forma en que se busca el remedio, son en gran parte erróneas, y no conducirán a una mejora de la situación. Por el contrario, puesto que los remedios buscados actualmente están motivados en parte por bases ideológicas, en parte por razones de  beneficio político y en parte también como una «guerra» personal y por lo tanto  tomados sin mayor escrutinio por los medios y por el público, simplemente, un mal sustituirá a otro. La única manera de conseguir mejoras y cambios, radica en abordar los temas «sine ira et studio» («sin odio y sin sesgo») y sin aplicar un estilo “twitter” y “facebook”, si no de forma profunda, mesurada y equilibrada.

La calentada atmósfera (populista), impulsada por la reciente campaña electoral, ya ha producido significativas consecuencias negativas: (a) la presunción de inocencia, introducida en el siglo II DC por el emperador romano Antonino Pío (y que incluso forma parte de la ley islámica ), se está perdiendo cada día más y más, (b) las sustentadas sospechas iniciales se están sustituyendo por sospechas generalizadas y vagas, (c) muchas y  exageradamente largas detenciones preventivas en espera de juicio se imponen, pese a que debieran ser lo más excepcionales y cortas en la privación de la libertad de una persona que todavía está bajo la presunción de inocencia, causando así un daño duradero a su vida y su familia, (d) los jueces son censurados con dureza sin que los críticos conozcan los detalles del caso y de la sentencia o (e) a los jueces se les dice por adelantado cómo tienen que ser las sentencias, (f) existe la intención de  invertir la jerarquía de los delitos y las sanciones correspondientes, evolucionadas durante miles de años, (g) la estricta confidencialidad de las investigaciones individuales es sustituida por fiscales y procuradores que  buscan ser el centro de atención del público y por filtraciones intencionales, (h) la ley y la justicia se politizan para obtener pingues beneficios económicos y políticos, (i) y los medios de comunicación y la calle usurpan los campos y funciones que no se supone sean los suyos, etc. etcétera. Es muy difícil encontrar otro país fundado en la democracia, que esté tan lleno de diarias sospechas,  investigaciones, denuncias, etc. etc., como el Perú, envenenando, por lo tanto, el tejido básico de la convivencia  cotidiana.

Además existen ciertos individuos y grupos que, posiblemente con las mejores intenciones, han comenzado una cruzada personal, obsesionados como Robespierre  con traer la salvación al país (por cierto, es interesante estudiar el lenguaje corporal de aquellas personas). Implementar sus intenciones significaría establecer la dictadura de la letra de la ley; sin embargo, cualquier dictadura, incluyendo la dictadura de la letra de la ley, es el mal. En la historia, cada vez que se ha tratado de realizar un ideal sin aplicar simultáneamente el sentido de la realidad y el pragmatismo, el sentido de la razón y las proporciones, sin tomar en cuenta la naturaleza humana, se ha terminado en un desastre, en lo contrario de lo que se intentaba («el camino al infierno está plagado con buenas intenciones»).

La democracia y el Estado de Derecho no son formas ideales (no existen formas ideales). Tienen muchos puntos débiles. Sin embargo, este es el precio a pagar por  cierta libertad personal y para vivir dentro de un sistema social que da, comparativamente, una alta protección contra fallos soberanos arbitrarios, decisiones y persecuciones, contra la tendencia de los gobiernos y los políticos a abusar de la ley como un pretexto para aumentar su poder e influencia y restringir la libertad de los ciudadanos, así como contra los entes privados que (ab)usan de la ley para ajustar cuentas personales u obtener ventajas personales. Quién no esté dispuesto a pagar el precio del Estado de Derecho, asume el riesgo de perder la libertad (relativa) y que la sospecha, la arbitrariedad, la persecución, el prejuicio, los pre-juicios, abusos, etc., se hagan cargo. Debemos ser muy conscientes de este riesgo, pues cualquiera de nosotros puede ser, en cualquier momento, la próxima víctima inocente.

Ya es hora de encontrar un enfoque adecuado y medido de los problemas, sin ideología, sin politizar, sin buscar titulares baratos en los medios de comunicación, sin entrar en las cruzadas demagógicas, sin buscar soluciones inmediatas para problemas que tomarán años, si no décadas, en ser resueltos. Una de las mayores y más difíciles tareas de un estado de derecho es de buscar un justo balance entre el derecho de los ciudadanos a vivir en orden y seguridad en un lado, y su derecho a vivir en libertad personal y bajo una mínima interferencia del Estado, en el otro lado. Dicha tarea forma un constante acto de balancear, donde no existen soluciones simples, generales y populistas, sino una constante ponderación caso por caso. Sería una tarea noble y  muy importante de los medios de comunicación serios, tomar el liderazgo de tal reconsideración y reflexión, abordando estos temas de gran complejidad en profundidad y de manera equilibrada, objetiva y viable.

Lampadia

 




A más derechos, menos esfuerzo y agradecimiento

Desde su creación, el socialismo y todas sus derivaciones fueron anunciados con bombos y platillos, como la salvación de la humanidad. Fueron creaciones intelectuales que nunca funcionaron en la realidad. Por ello, sus experimentos se acompañaron siempre con ‘relatos’ que pretendían reescribir la historia para ocultar sus resultados. En esta ominosa práctica, cayeron incluso intelectuales de gran ascendiente, siendo el caso más emblemático, el del francés Jean Paul Sartre, que mintió reiteradamente sobre el genocidio de Stalin en el Imperio Soviético.

Hugo Chávez. Fuente: www.noticias24.com

Las siguientes frases son unos de los pocos aportes que desnudaron la verdadera naturaleza de todas las formas de socialismo:

“Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados”. Milton Friedman

“El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria. Winston Churchill

“El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás”. Margaret Thatcher

“Los primeros cristianos decían ‘Todo lo mío es tuyo’, los socialistas dicen ‘Todo lo tuyo es mío’”. Winston Churchill

“El socialismo es una doctrina:
                – De amor en base al odio,
                – Un ensayo de fraternidad universal a base de guerra de clases,
                – Una tentativa de liberación racionalista de dogmas y,
                – Una escuela de libertad a base de tiranía».
Cupertino del Campo

A menudo se culpa al capitalismo de crear gente codiciosa, egoísta y materialista, afirmando que estos calificativos son intrínsecos a los mercados libres y al afán de lucro. Sin embargo, la indiscutible verdad es que el capitalismo ha demostrado ser el modelo económico más productivo que el mundo haya visto, trayendo mayor prosperidad a miles de millones de habitantes de los países más pobres del mundo. En todo caso, de alguna manera, podríamos parafrasear a Churchill diciendo:

                “El capitalismo es el menos malo de los sistemas económicos”

Como hemos informado anteriormente, el mundo es hoy un mejor lugar para vivir que hace 50, 30 y 20 años. La pobreza ha disminuido y se estima que en 20 años debe desaparecer. Ha crecido la esperanza de vida y han mejorado la alimentación y la salud, gracias a la globalización y a la consiguiente incorporación de muchos países a la economía de mercado, empezando por China y ahora India. Así lo demuestran Bill Gates (El mundo ha mejorado y seguirá mejorando) y Xavier Sala i Martín (El Capitalismo Reduce la Pobreza en el Mundo). Además, en un reciente artículo, mostramos como la mayor economía de mercado y el mayor representante del capitalismo global, Estados Unidos, ha logrado diferenciarse notoriamente del resto del mundo por el nivel de bienestar que han logrado para su población. Ver en Lampadia: Indicadores incómodos para los críticos del capitalismo.

En el video que publicamos líneas abajo, Dennis Prager, fundador de Prager University y presentador de radio en EEUU, explica por qué el socialismo fomenta una sociedad de gente egoísta e ingrata y, contrariamente a los ‘mitos’, el capitalismo incentiva a los ciudadanos a ser más esforzados, trabajadores y agradecidos. 

Lampadia

El socialismo vuelve egoísta a la gente

Dennis Prager

Prager University

18 de julio de 2016

Transcrito y traducido por Lampadia

En el mundo contemporáneo, se toma como dado que el capitalismo, con su libre mercado y afán de lucro, se basa en el egoísmo y produce el egoísmo, mientras que el socialismo se basa en el desinterés y produce desprendimiento.

Bueno, es todo lo contrario. Cualesquiera que sean sus intenciones, el socialismo produce individuos mucho más egoístas y una sociedad mucho más egoísta que una economía de libre mercado. Y una vez que este egoísmo generalizado se vuelve popular, es casi imposible de deshacer.

Un ejemplo: En 2010, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se dirigió a una gran audiencia de estudiantes universitarios. Durante su discurso, anunció que los jóvenes podrían ahora  mantenerse en el plan de seguro médico de sus padres hasta los 26 años.

No recuerdo haber oído jamás un aplauso más fuerte, más atronador, o más sostenido que en ese momento. Aún si el presidente hubiera anunciado que se había descubierto una cura para el cáncer, dudo que los aplausos habrían sido tan fuertes o tan largos.

Pero ¿de qué estaban tan contentos? Que se les diga a los jóvenes que ahora pueden seguir dependiendo de sus padres hasta los 26 años debería ser algo degradante, no liberador. A lo largo de la historia americana y, de hecho, de toda la historia occidental, el gran objetivo de los jóvenes ha sido en convertirse en adultos maduros -comenzando con ser independientes de mamá y papá. El socialismo y el estado de bienestar destruyen esta aspiración.

En varios países de Europa y ahora cada vez más en EEUU, se está volviendo algo común que los jóvenes vivan con sus padres hasta los 30 años y no es infrecuente que sea por más tiempo aún. ¿Y, por qué no? En el estado de bienestar, cuidar de uno mismo ya no es una virtud.

¿Por qué? Porque el gobierno va a cuidar de ti. Por lo tanto: El socialismo permite – y como resultado produce – personas cuyas preocupaciones son cada vez más centradas en uno mismo: ¿Cuántos beneficios voy a recibir por parte del gobierno? ¿El gobierno pagará mi educación? ¿El gobierno pagará mi atención médica? ¿Cuál es la edad más temprana a la que me puedo retirar? ¿Cuánto tiempo de vacaciones pagadas puedo obtener? ¿Cuántos días puedo pedir por permiso médico y todavía recibir un salario? ¿A cuántas semanas de paternidad o maternidad remunerada tengo derecho?

La lista se alarga con cada elección de un partido liberal o progresista o de izquierda. Y luego, cada beneficio se convierte en un «derecho adquirido». Pero no hemos terminado. Hay efectos incluso más destructivos del socialismo. Los derechos adquiridos crean ciudadanos que carecen de una característica de carácter que todo ser humano debe tener – gratitud. No se puede ser feliz si no se está agradecido y no se puede ser una buena persona si no se está agradecido. Es por eso que constantemente les decimos a nuestros hijos, «di gracias”. Pero el socialismo deshace esta enseñanza. Después de todo, ¿por qué va a agradecer una persona por algo a lo que tiene derecho? Entonces, en lugar de decir «gracias», al ciudadano del estado de bienestar se le enseña a decir: «¿A qué más tengo derecho?»

Sin embargo, la izquierda insiste en que es el capitalismo y el libre mercado, no el socialismo, lo que produce gente egoísta. Pero la verdad es que el capitalismo y el libre mercado producen personas mucho menos egoístas. Le enseña a la gente a trabajar duro y cuidar de sí mismos (y a otros) – y que deben ganar lo que reciben, produce personas menos, no más, egoístas.

El capitalismo enseña a las personas a trabajar más; el socialismo enseña a las personas a exigir más derechos. ¿Qué actitud crees tú que va a crear una mejor sociedad?

Lampadia




La constante lucha de las mujeres

En Lampadia promovemos la igualdad de género y la libertad de un feminismo no extremista. Recientemente alabamos las acciones y logros de dos grandes líderes en este tema: Convergencia pro calidad de vida de las mujeres, donde Malala Yousafzai  (Nobel de la Paz) y Emma Watson (actriz y activista de la ONU) describieron perfectamente la situación: el feminismo es otra palabra para la igualdad.

En esta ocasión queremos compartir con nuestros lectores una entrevista reciente a Joumana Haddad, libanesa, poeta, periodista y activista de los derechos de la mujer que además es una voz rara vez encontrada en el Medio Oriente: una feminista sin complejos que quiere desafiar el pensamiento tanto de hombres como de mujeres árabes. (Para más información sobre los derechos de la mujer árabe, ver en Lampadia: Derechos de la Mujer: Arabia Saudita y más allá). Ella se describe como una escritora que «le encanta ser odiada.»

No cree que las mujeres deben ser defendidas simplemente porque son mujeres. En temas como elegir a HIllary Clinton simplemente por ser mujer, Haddad dijo: «No, y mil veces no a una solidaridad tan superficial e insultante. Las mujeres merecen más. Mucho más

Joumana Haddad nunca se propuso ser una salvadora de la mujer o cambiar el mundo; ella simplemente quiere el derecho para que ella (y otras como ella) puedan expresarse libremente sin temor a ser condenada. «Se trata de los derechos de las mujeres, la lucha por la laicidad, la libertad de expresión y la libertad sexual”.

Líneas abajo compartimos la entrevista a la activista libanesa, entrando a mayor detalle sobre sus opiniones en diversos temas y sus proyectos personales. Lampadia

«Soy extremista en el amor»

A una semana de presentarse en el Hay Festival de Arequipa, la autora libanesa nos dice qué la enoja, cómo  le gustaría morir y de qué forma ha criado a sus dos hijos.

Entrevista a Joumana Haddad

Por Elda Cantú

El Comercio – Viu, 29 de noviembre de 2015

Glosado por Lampadia

Joumana Haddad ha sido llamada la Oprah de Líbano, la Carrie Bradshaw de Beirut e incluso la Simone de Beauvoir del Medio Oriente. Pero ella no es ni una ni otra. Joumana Haddad, que aborrece las etiquetas, es una poeta que vive en Beirut, una periodista que habla siete idiomas, madre de dos hijos, mujer dos veces divorciada, una atea criada en una familia católica, fundadora de Jasad la primera -y ahora desaparecida- revista erótica en lengua árabe, editora de la página de cultura en el diario “An Nahar”, organizadora de un premio literario, autora de una trilogía de libros que debaten la condición femenina en el mundo árabe. Ha escrito que en la infancia descubrió fascinada la literatura de El Marqués de Sade, que se arrepiente de haberse casado virgen a los 19 años, que no cree en Dios y que el mundo sería mejor con menos Superman y más Clark Kent. La autora de “El tercer sexo”, “Supermán es árabe” y “Yo maté a Sherezade: confesiones de una mujer árabe furiosa” se encuentra al borde de su cumpleaños número 45 y de su primera visita al Perú para participar en el Hay Festival de Arequipa y la Feria del Libro de Trujillo. La semana pasada conversé con ella vía Skype:

Hoy es el día para erradicar la violencia hacia las mujeres. ¿Has hecho algo?

Ayer fui a una escuela e hice un taller con muchachos y muchachas de entre 13 y 14 años para hablarles de la violencia contra la mujer y de cómo esa violencia no es solo física, es también muchas veces moral y psicológica.

¿Qué te sorprendió del taller?

Esperaba que con esta generación quizás las cosas hubieran cambiado un poco, sobre todo en el ambiente familiar, pero me enteré de que los padres y las madres desgraciadamente siguen educando a las hijas y a sus hijos como mi hermano y yo fuimos educados. Las muchachas me han dicho que sus padres temen por ellas, más que por sus hermanos varones. Que a veces les dicen “cuando quieras hablar tienes que hacerlo en voz baja y dulce y no puedes expresar tus pensamientos de forma tan directa”. Cosas así, que yo esperaba que ya hubieran desaparecido de nuestra cultura pero aún no.

El subtítulo de uno de tus libros es ‘Confesiones de una mujer árabe enojada’ pero sucede que las mujeres enojadas alzan la voz y pasan por histéricas…

No solo en el ambiente social, también en el ambiente de trabajo. Si una mujer jefe habla en voz alta cuando hay un problema siempre se dice “oh es agresiva” o “es histérica”. Y la cosa de levantar la voz no solo es literal, es metafórica también porque alzar la voz también quiere decir escribir, expresarse y eso no siempre está aceptado en el mundo árabe. Mira que digo “en el mundo árabe” pero he notado desde que publiqué el libro que tampoco en otros países están mucho mejor. Esa actitud patriarcal y esa discriminación siguen existiendo en otras partes del mundo. Me escriben mujeres de Francia, de España, de Italia o de América Latina para decirme que también tienen esos problemas en su vida cotidiana. Las leyes han mejorado, pero al nivel de las relaciones de cada día puede sentir hasta ahora esa discriminación.

Escribiste “Yo maté a Sherezade” para derribar los estereotipos sobre las mujeres árabes. Seis años después, ¿crees que hay avances?

Si escribiera el libro hoy, creo que estaría más enojada aún. Porque los estereotipos y las ideas preconcebidas sobre nosotras y las nuestras sobre Occidente se han vuelto más frecuentes y la razón es obvia: es esta situación con el Estado Islámico y las horribles noticias que el mundo recibe sobre esos bárbaros que decapitan.

Dices que es imposible ser una mujer árabe y no estar furiosa. Pero estos días es políticamente incorrecto enojarse por unas cosas y no por otras.

Quiero reformular esa oración. Sí: es imposible ser una mujer hoy en el mundo árabe (o incluso en el mundo) y no estar furiosa. Pero diría que es imposible ser un ser humano en el mundo de hoy y no sentirse furioso. Porque si eres humano y vives en este mundo, donde las personas decentes mueren todos los días, donde hay tanta injusticia que a veces no se puede creer que estamos en el 2015, donde a las mujeres se las toma como esclavas sexuales, donde los niños mueren de hambre y de frío, ¡no puedes ser humano -hombre, mujer u otro sexo- y no sentirse furioso e indignado! Y sobre lo políticamente correcto, nunca me ha importado un carajo. Y no creo que jamás me importe.

Con ese afán de provocar, en “Supermán es árabe”, dices que en tu primer matrimonio fuiste adúltera. Insistes en la palabra por la carga que tiene en la sociedad libanesa, tan conservadora que podría ser la peruana, donde se perdona el pecado mas no el escándalo.

No es mi intención provocar. Ese es el daño colateral de mi manera de ser, de quién soy, de mi manera de hablar, de las cosas que escribo. Pero no es mi objetivo y nunca lo ha sido. Es algo que va contigo cuando decides romper las barreras de lo políticamente correcto y expresarte con libertad. Así que por supuesto que soy una provocateur y creo en el poder de la provocación pues a veces necesitas un sismo, alguien que te sacuda porque estás dormida o anestesiada o indiferente y lo necesitas, aunque te asuste o no te guste. Es un enfoque necesario pero no un fin para mí. Sobre la sociedad aquí, es una decisión que he tenido que tomar. ¡Hay tantas personas que conozco en Líbano y en otros países que lo quieren todo! Quererlo todo significa que quieren su libertad y al mismo tiempo no desean que los demás descubran su libertad y los juzguen, así que practican a escondidas esa dizque libertad. Para mí eso es una actuación. Estás mintiendo, lo que significa que no eres libre. Cuando publiqué mi revista, pensé: la libertad empieza con esta decisión. Debo dejar de preocuparme por cómo la gente me mira, me juzga, habla a mis espaldas o frente a mí. Mi tercer libro “El tercer sexo” cierra la trilogía y este debate. Es para jóvenes sobre todo, y comparto mis experiencias y las batallas que luché y los precios que pagué y que sigo pagando felizmente.

En tu segundo matrimonio decidiste vivir en casas separadas.

Fue una experiencia muy interesante. Ahora se acabó, porque ya no estoy casada, pero puedo decir que fue muy exitoso [durante siete años]. Aprendí que no hay fórmulas. No puedes decirle a nadie haz esto y esto y esto y te daré un matrimonio exitoso. Es imposible: tú cambias mucho durante tu vida, tus necesidades cambian, la persona que amas también reflexiona sobre el modo en que vives la relación y la dinámica misma de la relación se impone. Si tuviera que poner solo una “condición” para una relación exitosa, sería estar locamente enamorados.

Dices que la fidelidad no debería ser una ética sino un impulso. ¿Cuál es la diferencia?

Si yo siento el deseo de estar con alguien más y no lo hago, estoy forzándome. Significa que estoy actuando por deber y no por mis sentimientos reales. Así que sí hay una diferencia fácilmente detectable. Por supuesto, se espera que la otra persona te trate igual. Como digo en el libro, prefiero que la persona que desea a otra mujer me deje y que no elija a la fuerza ser leal solo por mí. Sé que es una condición muy exigente,… pero para mí el quiebre sucede, algo ya se ha perdido en el instante que él se sintió atraído por otra. Así que soy una extremista en el amor.

¿Has pensado qué tipo de suegra serás?

Definitivamente una suegra loca. Y seguro que nunca interferiría en sus vidas.

En tus dos primeros libros hablas sobre tu padre, pero poco sobre tu madre…

Sí, lo pensé y en mi último libro está ahí. No es una relación fácil: ella es una mujer dura y por carácter chocamos mucho, pero ella es la que me ha impulsado a seguir mis ambiciones y soñar en grande y le debo mucho. También le debo mucho como madre porque me ayudó a criar a mis dos hijos, mientras yo trabajaba y eso ha sido un gran apoyo.

En la vida de toda mujer llega el momento en que adviertes cuánto te pareces a tu madre…

Soy una mezcla. Hay mucho en mí que va contra lo que ella es. Por ejemplo mi forma de educar a mis hijos es muy relajada, muy cool, ella no es así, ella es muy militar en su forma de educación y creo que es una cosa más de su generación que de su carácter. Creo que nos parecemos mucho en el carácter y esto me hace enojar, jajaja.

¿Crees que al envejecer nos volvemos más preocuponas?

Bueno sí, pero estoy luchando contra ello y deberíamos luchar más. Si es natural que seamos más guerreros cuando somos jóvenes, deberíamos esforzarnos en seguir siendo así cuando somos mayores.

¿Pero no crees que eso también te quitaría algunas de tus mayores virtudes?

¡Sí! Es justo lo que quiero decir. Perdería mi rugido. L




Populismo versus República

A continuación publicamos un nuevo video de la guatemalteca Gloria Álvarez sobre su gesta contra el populismo que ha hecho tanto daño a la región latinoamericana.

 

Verl el video en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=qfUMq5wXT8E