COP21: Una primera descripción del acuerdo por el clima global

Después de haber acumulado varios fracasos, finalmente, con el esfuerzo de varios años de negociaciones sobre el calentamiento global se concretó de un acuerdo considerado positivo en París este sábado (12/12/15) por la noche, cuando el presidente de la COP21, el canciller de Francia y presidente de la conferencia, Laurent Fabius, dio el martillazo simbólico sobre la mesa y dijo: “el acuerdo de París por el clima es aceptado”.

Los participantes asisten a un panel de » Presentación de la Ciencia en una esfera » en la COP21, 
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Le Bourget, al norte de París. (Fuente: AP foto)

El acuerdo de 31 páginas firmado en París, que entrará en vigencia en 2020, pasó por varios borradores antes de ser aceptado. Acá una pequeña explicación de los principales temas:

Objetivo a largo plazo:

El objetivo a largo plazo del acuerdo es hacer que el calentamiento global se mantenga «muy por debajo» de los 2 grados centígrados y para «seguir con los esfuerzos» de limitar el aumento de temperatura de 1.5 grados centígrados. Las temperaturas ya han aumentado en cerca de 1 grado Celsius desde los tiempos pre-industriales. Para lograr ese objetivo, los gobiernos se han comprometido a detener el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor «tan pronto como sea posible.» En algún momento después de 2050, dice el acuerdo, las emisiones de origen humano deben reducirse a un nivel que los bosques y los océanos puedan absorber.

Objetivos de emisiones

Con el fin de alcanzar el objetivo de largo plazo, los países acordaron establecer objetivos de reducción de emisiones nacionales cada cinco años. Más de 180 países ya han presentado objetivos para el primer ciclo que comienza en el año 2020. Se espera que sólo los países desarrollados recorten sus emisiones en términos absolutos; las naciones en desarrollo son «incentivadas» a hacerlo ya que sus capacidades evolucionarán con el tiempo. Hasta entonces, se espera sólo frenen el crecimiento de sus emisiones a medida que sus economías se desarrollan.

Revisión de los objetivos

Los objetivos iniciales no serán suficientes para encaminar al mundo para alcanzar la meta de temperatura a largo plazo. Así que el acuerdo pide a los gobiernos revisar sus objetivos en los próximos cuatro años y ver si pueden ser «actualizados». Eso no requiere que los gobiernos profundicen sus recortes de emisiones, pero la esperanza es que lo hagan a medida que las fuentes de energía renovables se vuelvan más asequibles y eficaces.

Transparencia

No existe penalidad para los países que no cumplan con sus objetivos de emisiones. Pero el acuerdo tiene normas de transparencia para ayudar a alentar a los países a hacer realidad sus promesas. Esa fue una de las piezas más difíciles de acordar, con China pidiendo requisitos más suaves para los países en desarrollo. El acuerdo dice que todos los países deben informar sobre sus emisiones y sus esfuerzos para reducirlas. Pero permite cierta «flexibilidad» para los países en desarrollo ya que «lo necesitan.»

Apoyo financiero

El acuerdo dice que los países ricos deben seguir ofreciendo apoyo financiero para ayudar a los países pobres a reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático. También alienta a otros países a apoyar en forma voluntaria. Esto allana el camino para que las economías emergentes como China contribuyan, a pesar de que no es obligatorio que lo hagan.

No se ha acordado un monto fijo de apoyo financiero, pero los países ricos ya se habían comprometido previamente en proporcionar US$ 100 mil millones al año en el financiamiento climático para el año 2020.

Estas son hermosas promesas. Sin embargo, queda mucho trabajo que por hacer. Algunos analistas describen el pacto de París tanto como un milagro y un desastre. Entre sus debilidades más significativas está el hecho de que las emisiones de la aviación y el transporte marítimo están excluidos del acuerdo, las promesas nacionales de los países para reducir las emisiones son tan sólo de carácter voluntario y que la ayuda financiera para que los países en desarrollo migren a economías bajas en carbono puede ser pequeña y tardía.

«París es sólo el pistoletazo de partida en la carrera hacia un futuro bajo en carbono», dijo el presidente ejecutivo de WWF (World Wild Fund), David Nussbaum. «Este acuerdo por sí solo no nos va a sacar del agujero en el que nos hemos metido», dijo el director ejecutivo de Greenpeace, Kumi Naidoo, «pero hace que la caída sea menos pronunciada».

Muchos en el Perú ven el acuerdo de Paris como muy lejano a Perú, ya que América Latina solo es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero muchas zonas del continente son vulnerables en un mundo que se calienta. Significa mucho, por ejemplo, que el acuerdo de París señale que los países deben hacer su mejor esfuerzo para evitar que el aumento de la temperatura global supere los 1.5 grados centígrados, aunque el límite haya sido establecido “muy por debajo” de los dos grados centígrados.

Tal vez el cambio más significativo que afecte a América Latina en el futuro será el cambio a la economía sin el uso de fuentes de energía fósiles. Los observadores dicen que el objetivo del acuerdo es alcanzar un techo mundial de las emisiones de gases de efecto tan pronto como sea posible y que eso implica una dirección clara para evitar el uso del petróleo, gas y carbón y el traslado de las economías a la dependencia de las energías renovables. América Latina es considerada una región bastante atractiva para la inversión en energía limpia y este acuerdo podría ayudar al ímpetu de los inversionistas para que se interesen en las energías renovables.

Un último tema relevante para Perú es el de la Selva Amazónica. Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil y Perú, tienen un tercio des selvas tropicales y millones de pobladores en ellas. Muchos países del continente dependen de reducir la deforestación con el ánimo de alcanzar sus objetivos en la reducción de emisión de gases. Las movilizaciones en París reclamaron a los presidentes latinoamericanos un alto a la deforestación de bosques para construir carreteras y exploración petrolera.

El presidente de la COP21, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, fue explícito en afirmar que el acuerdo va a ayudar a los países latinoamericanos en sus intentos de reforestación y protección de la enorme selva amazónica. El pacto de París también reconoce la importancia de proveer “adecuados y previsibles” fondos para ayudar a los gobiernos para reducir la deforestación. Esto significa el incremento de dinero para los países que tienen parte de la Amazonía, en tanto puedan alcanzar los requerimientos para asegurar la reducción de la deforestación de una forma confiable. En el caso del Perú, una agenda ofensiva consecuente con nuestra realidad, de un país que tiene mucho por crecer, debería basarse en compromisos de reforestación (ver en Lampadia: El Perú tiene que abordar la COP20 con sus cinco sentidos bien puestos) y en la limpieza de nuestras aguas (en el mar, ríos y cochas).

Por lo tanto, hay sentimientos encontrados sobre el resultado de la reunión de Paris, ya que tiene puntos fuertes y débiles. La situación actual de la COP21 puede ser resumida en las palabras de la Ministra sudafricana Edna Molewa en una de las conferencias en Paris, en las que canalizó el espíritu de Nelson Mandela, citando: «He recorrido el largo camino hacia la libertad. He tratado de no fallar, he tenido errores en el camino. Pero he descubierto que el secreto después de escalar una gran colina, es que uno sólo encuentra muchas más colinas que subir. Me he tomado un momento para descansar, para robar una vista de la gloriosa visión que me rodea, para mirar hacia atrás y ver desde donde vengo. Pero sólo puedo descansar por un momento, ya que con la libertad viene la responsabilidad, y no me atrevo a quedarme, mi larga caminata no ha terminado». Lampadia

Líneas abajo compartimos algunas imágenes ilustrativas y las cifras más relevantes presentadas en la COP21:

HOLANDA: 1er gobierno en ser declarado culpable de no proteger a sus ciudadanos del cambio climático en julio de 2015

La Contaminación del Agua: Se estima que hay 1.75 mil millones de piezas de plástico flotando en el medio del Océano Atlántico 

 Hay 6 gases de efecto invernadero enumerados en el marco del Protocolo de Kyoto

 La contaminación del aire: 57% del metano producido en Francia cada año proviene de los animales de granja

 Carros Eléctricos: 33% de los nuevos autos registrados en Noruega en 2015 fueron eléctricos, 

volviendo al país en el líder mundial de carros eléctricos

 Los recursos renovables fueron la única fuente de electricidad en Costa Rica por 75 días en 2015

 Agua: 250 mil millones de galones de agua fueron utilizados por empresas energéticas de EEUU para el gas de esquisto entre 2005 y 2014

Energía: Los Emiratos Árabes Unidos se han comprometido a invertir $ 35 mil millones en 2025 

para reducir su dependencia del gas natural 

 La Contaminación del Aire: Letonia es el país que menos contamina de la UE, liberando tan sólo 3.8 toneladas de CO2 por persona al año

Cambio Climático: 8% de las especies están en peligro de extinción  si la temperatura global se eleva en 3°C al 2100

Reforestación: Una cifra récord de 100,450 árboles fueron plantados en una hora en Perth, Australia en Julio de 2014 

Calentamiento Global: La Tierra será 2.7°C más cálida a finales del siglo si los gobiernos 

no hacen recortes de emisiones de carbono 

Desastres Naturales: Las empresas de seguros pierden $50 mil millones cada año por desastres naturales 

relacionados a cambios climáticos

Energía: 46,150 paneles solares proveen toda la electricidad que necesita el Aeropuerto Internacional Cochin de la India 

Cambio Climático: Julio de 2015 fue el mes más cálido registrado en la historia por el NOAA, con una temperatura promedio de 16.61°C 

Cambio Climático: Se impuso un feriado obligatorio de 4 días en Iraq por las olas de calor de Julio de 2015 

Cambio Climático: El aumento anual de los niveles del mar es de 3.2mm desde 1993

Ahorro de Energía: El 100% del alumbrado de las calles en la isla francesa de L’île de Sein provienen de luces LED

-25% del CO2 de bosques son el resultado de los esfuerzos de preservación entre 2001 y 2015 

Deforestación: Se pierde 1Km cuadrado de bosque en el mundo cada segundo 

Cambio Climático: Hubo 91 huracanes en 2014, un récord mundial 

Cambio Climático: Tener hasta 80 días de nieve al año en Suecia será historia al 2100 

Objetivo: 40% del total de la producción eléctrica en Francia vendrá de fuentes de energía renovable al 2030 

Cada búsqueda en Google produce 7 gramos de CO2  

La Contaminación del Aire: China, el país que más contamina en el mundo, liberó 8.1 mil millones de toneladas 

de CO2 a la atmósfera en 2013 

Calentamiento Global: Los países desarrollados se han comprometido a invertir $57 mil millones 

La Capa de Ozono: 2 millones de casos de cancer a la piel serán prevenidos al 2030 

gracias a los esfuerzos de reparar la Capa de Ozono de la Tierra

 




El Perú tiene que abordar la COP20 con sus cinco sentidos bien puestos

Este diciembre, 195 países, más la Unión Europea, se están reuniendo en Lima durante dos semanas para la ‘Conferencia de las Partes’ de la ONU sobre el Cambio Climático, conocidos como la COP 20. La esperanza es producir el primer borrador completo de un nuevo acuerdo climático global para la reunión de próximo año en París.

Sin embargo, esto es como escribir un libro con 195 autores. Después de cinco años de negociaciones, hasta ahora sólo hay un esquema del acuerdo y un par de secciones en borrador.

Y es que es un acuerdo muy polémico, en términos de la cantidad de emisiones que cada país debe reducir y para cuándo. Está claro que las emisiones globales de CO2 deben empezar a disminuir antes de 2020 ya que, de lo contrario, un eventual aumento de la temperatura del planeta en 2C° sería muy peligroso. Sin embargo, esto ha llevado a crear una presión a todos los países a reducir sus emisiones en la misma proporción.

En el caso del Perú, en la COP 16 nos comprometimos a reducir las emisiones hacia el 2021, incluyendo deforestación cero, diversificación de la matriz energética (para alcanzar el 40% de participación de energías renovables) y llegar al 100% del tratamiento adecuado de residuos sólidos.

Estos objetivos, asumidos sin mayor análisis no se han cumplido, en parte por lenidad, pero en gracias a Dios no se realizaron porque nunca debimos habernos comprometido a efectivizarlos.  Hacia el 2050 Alemania disminuirá su población en edad de trabajar en un 30%, Japón en un 40%, Corea del Sur en 30% y China en 7%, mientras que el Perú la aumentará en casi 40%, según la publicación de la HSBC “The World in 2050”. No solo eso, el Perú es un país emergente con un déficit de desarrollo inmenso. Por lo tanto, sería sensato que nuestro país no reduzca sus emisiones y no debe comprometerse a hacerlo hasta que hayamos alcanzado un umbral de desarrollo e ingresos que permita que nuestra población goce de los mismos niveles de confort y bienestar que el mundo desarrollado. ¡¿Anatema?! – ¡NO!

No se trata de darle las espaldas al esfuerzo conjunto de evitar el calentamiento global. Hay que adoptar procesos productivos y sociales (saneamiento) limpios, hay que promover fuentes renovables de energía (hidráulica, eólica y solar), pero no se puede condenar a nuestra población a que viva en condiciones infrahumanas.

El problema de la COP20 radica en la formulación de los objetivos. Estos tienen que fijarse en función del nivel de emisiones actuales, con su correlato en el nivel de desarrollo, la evolución del perfil poblacional y en la capacidad de compensar las emisiones que pueda tener cada país.

En el caso del Perú, nuestros objetivos tienen que basarse en el binomio: “Emisión-Compensación”.

Si nos podemos comprometer a que nuestras mayores emisiones sean compensadas en  paralelo. Un factor de emisión con un factor de compensación. O, inclusive: Un factor de emisión con 1.5 o 2.0 factores de compensación.

Solo reforestando y sembrando bosques primarios de alto metabolismo, en la sierra y en la selva, y cuidando nuestro mar (sin verter desechos que destruyan las algas y el plancton),  podemos compensar  gran parte, sino todas nuestras emisiones. Pero, además, esto nos permitiría disminuir la pobreza y generar empleo adecuado, así como producir más agua dulce.

Otro aspecto que ha sido difundido con ferocidad en esta cumbre es el de la supuesta altísima vulnerabilidad del Perú, “uno de los diez países más vulnerables al cambio climático”, “especialmente por una supuesta futura escasez de agua”.

Estas afirmaciones deben ser tomadas con mucho cuidado. La fuente de estas aseveraciones es un estudio hecho por el Centro Tyndall de Investigación de Cambio Climático de Inglaterra, “Nuevos indicadores de vulnerabilidad y la capacidad de adaptación” (New indicators of vulnerability and adaptive capacity), del año 2004.

Dicho estudio fue realizado hace 10 años y no ha sido validado, solo ha sido difundido por el látigo de la autoflagelación que promueven algunos medios y los enemigos del crecimiento del Perú. Un desarrollo que es urgente, especialmente para los más pobres. El Perú, y el mundo, han cambiado considerable en una década. Las capacidades tecnológicas son tremendamente distintas (y las que se vienen, aún más), por tanto no se pueden considerar hoy los resultados del trabajo del Centro Tyndall como una verdad revelada.

Como señala The Economist en su edición de noviembre, hoy día se generan muchos índices comparativos que no tienen ningún valor, pues no son verificados por técnicos imparciales y no son, necesariamente, representativos de las diversas realidades de muchos países, entre ellas la del Perú. “A los gobiernos, think-tanks y activistas les encanta la sencillez y la claridad de un índice; cuando está bien hecho, puede iluminar fallas, sugerir soluciones y provocar una tomar de decisiones. (…) Algunos índices son inútiles o francamente engañosos.” dice The Economist. “Hay que recordarque se puede elegir qué poner en un índice, por lo tanto uno define el problema y dicta la solución. Medidas de democracia que se basan en la participación ignoran la capacidad de los autócratas de votar. Los índices de condición de la mujer basados en los niveles de educación olvidan que, en Arabia Saudita, las mujeres superan a los hombres en las universidades, ya que es una de las pocas actividades que se les permite hacer. La crítica siempre se puede descartar como uvas agrias y defensa especial. Los números, después de todo, están de su lado. Uno se asegura de eso.”

Por lo tanto, sería importante validar “estudios” en los que se basan políticas y acuerdos tan importantes como los del clima. El Perú debe que invertir lo mejor que tiene, en recursos humanos, técnicos y financieros para evaluar cuidadosamente su realidad. Analizarla en profundidad y contrastarla con el conjunto de objetivos que debemos priorizar para lograr el mayor bienestar posible, para la mayor cantidad de ciudadanos, en el menor plazo posible y con los menores costos.

Mientras tanto luchemos contra los jinetes del apocalipsis invocando al coro de ángeles que traen las buenas nuevas (ver en (L), por ejemplo la conferencia de Diamandis: La abundancia es nuestro futuro. Lampadia.




Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Por Diego Díaz Pastor

(Gestión, 07 de Noviembre del 2014)

La devastación causada por la minería ilegal en zonas de la selva peruana como Madre de Dios, donde se deforestaron miles de hectáreas de bosques nativos y contaminaron gravemente los recursos hídricos y la deforestación asociada a la tala ilegal, son amenazas contra el medioambiente. Esto ya que los bosques cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad que alojan y en la captura de carbono, función relevante en el escenario actual de calentamiento global.

Esto ha implicado un mayor interés de parte del Estado por implementar políticas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales, una mayor fiscalización sobre las actividades ilegales que podrían poner en riesgo dichos recursos y la protección de áreas naturales. Al respecto, el sector forestal engloba a un conjunto de actividades con impacto directo en el uso sostenible de los bosques: la tala de árboles y la extracción de productos no maderables en bosques nativos y plantaciones forestales; por lo que la dirección que tome en los próximos años debe ser de especial interés.

A pesar de su gran potencial – contamos con la segunda mayor superficie de bosques naturales entre los países de América Latina y la número nueve a nivel mundial – este ha quedado relegado a la producción de bienes de bajo valor agregado y a un alto nivel de informalidad / ilegalidad en su cadena de valor. De acuerdo al Ministerio de Agricultura (Minagri), la producción maderable alcanzó los 7.9 millones de metros cúbicos en el 2012, de los cuales aproximadamente el 89% fueron destinados a leña.

Diversos factores han dificultado el desarrollo del sector forestal, entre ellos destacan la deficiente infraestructura de transporte entre los centros de producción maderera y los principales mercados, y las dificultades de financiamiento para los agentes del sector, lo cual permitiría realizar inversiones que otorguen valor agregado a su producción. Asimismo, el fraccionamiento de la política del Estado, que otorgó competencias a los gobiernos regionales en materia de planificación y promoción del uso sostenible de los bosques, lo cual, sumado al exceso de trámites burocráticos y la limitada capacidad de supervisión de los organismos nacionales, habría fomentado la expansión de actividades ilegales en el sector.

Afortunadamente, en los últimos meses el Minagri ha venido trabajando en el reglamento

de la Ley N° 29763 “Ley Forestal y de Fauna Silvestre”, la cual busca fortalecer la institucionalidad forestal y mitigar los cuellos de botella que dificultan el desarrollo del sector. Esto incluye, entre otros, otorgar un enfoque ecosistémico a las concesiones forestales, la creación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y la simplificación de los procesos administrativos.

Si bien la iniciativa es adecuada, esta no sería suficiente para otorgar el impulso que el sector necesita para alcanzar las optimistas metas planteadas por el Minagri hacia el 2021: US$ 1,500 millones de producción de madera de concesiones forestales, US$ 3,000 millones anuales de inversión privada en plantaciones forestales y 100 mil puestos de trabajo al año. La experiencia internacional ha mostrado que una política forestal coherente y estable y un buen clima para las inversiones no son suficientes para darle el impulso necesario a la inversión privada en plantaciones forestales comerciales. ¿Hay una falla de mercado?

Debido a los riesgos inherentes a la actividad –son inversiones de largo plazo con un período de maduración de mínimo cinco años para su aprovechamiento comercial– es necesario que el Estado diseñe intervenciones eficientes que permitan un mayor interés de los inversionistas por esta alternativa de desarrollo del sector. Diferentes regiones cuentan aún con importantes extensiones de tierras aptas para reforestación, de acuerdo al Minagri estas ascenderían a 9.5 millones de hectáreas. Si consideramos que actualmente sólo se han desarrollado aproximadamente 30,000 ha de plantaciones, es claro que el potencial de crecimiento en esta actividad es altísimo.

De acuerdo a la FAO (2004), existen incentivos directos e indirectos que pueden impulsar la inversión en plantaciones. Entre los directos se cuentan diversas formas de subsidios estatales a los insumos utilizados (semillas, fertilizantes, etc.), reposición de parte de la inversión inicial (Chile, Colombia y Ecuador reponen el 75% de los costos de plantación), facilidades para el financiamiento de largo plazo, entre otros. Los incentivos indirectos pasan por asegurar los derechos de propiedad de los inversionistas, promover la creación de clústeres industriales en los que se dé valor agregado a la producción forestal (maderas, pulpas, no maderables, etc.), mejoramiento de la infraestructura de transporte y fomento de la investigación.

En este sentido, el nuevo esfuerzo del Estado por modernizar la política forestal debe otorgar especial atención a la promoción de la inversión privada en plantaciones forestales, actividad en la que nuestro país tiene un gran potencial y que ha permitido un crecimiento exponencial del sector en países de Latinoamérica que ya han implementado intervenciones como las mencionadas previamente. El impulso de esta actividad es positivo a nivel económico y ambiental, entre los beneficios destacan: creación de empleo en zonas rurales, crecimiento de las exportaciones, mejoras en el bienestar de la población de las áreas de influencia de las plantaciones, protección y rehabilitación de suelos, incremento de la captura de carbono, reducción de las presiones sobre los bosques nativos y uso sostenible de los bosques.