Obama duda, Putin se atreve y el mundo observa

La anexión de Crimea a Rusia, el paralé que le puso a Obama en Siria a pesar de la comprobación del hallazgo de armas químicas y la última agresiva intervención militar rusa en Siria para apuntalar al gobierno genocida de Bashar Al-Assad con la disculpa del Estado Islámico (EI), ha puesto en jaque la presencia política de EEUU en el mundo y la capacidad de Barack Obama para acomodarse a la nueva realidad global. El conflicto generado por el EI es uno de los más brutales de la historia y Obama está conduciendo una suerte de ‘retirada a casa’ en muchos aspectos de los temas internacionales, dejando vacíos que crean mucha incertidumbre.

 

En lo militar, las tácticas de Putin, primero en Ucrania y ahora en Siria, son completamente inversas a las de Obama. El nuevo Zar ruso es rápido y decidido, mientras que las acciones del presidente de EEUU han sido débiles y tardías.

La situación actual es que Rusia afirma luchar contra el Estado Islámico (EI) o ISIS, cuando en realidad ataca a los enemigos de su cliente y socio, el dictador sirio Bashar Al-Assad, mientras que los EEUU bombardean a ISIS en Siria y tratan el conflicto como derivado y anexo al conflicto principal, el del vecino país de Irak.

Sin embargo, el 30 de octubre, la Casa Blanca habría cambiado de rumbo al declarar que “el presidente Obama está ordenando al Pentágono que envíen fuerzas especiales (terrestres) a Siria para ‘asesorar’ a la oposición en su lucha contra ISIS”. Esto tras haber declarado múltiples veces que Obama estaba en contra de tomar un rol más protagónico en el conflicto sirio y de haber afirmado que las acciones de Rusia son un error estratégico (y llamaba a esta conducta “paciencia estratégica”, una suerte del ‘appeasement’ de Chamberlain antes de la Segunda Guerra Mundial).

¿Qué motivó al líder americano a cambiar de opinión? Probablemente, las acciones de su contraparte, Vladimir Putin. Obama estaba perdiendo tanto relevancia como influencia en temas estratégicos como en la sangrienta guerra civil siria o la interminable lucha contra el Estado Islámico.

Pero a pesar de haber tomado un paso en la dirección correcta, ha rechazado todas las propuestas del Pentágono. No va a crear una zona de exclusión aérea en Siria para proteger a los refugiados y a los rebeldes anti-Assad (probablemente porque corre el riesgo de enfadar a Rusia y a su base doméstica en la zona) y no va a desplegar helicópteros Apache de ataque para ayudar a las fuerzas terrestres de la coalición (porque iría muy en contra de sus antiguas afirmaciones con las que acabó la guerra de Irak).

Increíblemente, su propuesta es enviar a 50 soldados estadounidenses de las fuerzas especiales para ayudar a las tropas kurdas que se encuentran luchando contra el Estado Islámico. No está claro cuál será su misión o en qué parte de Siria estarán, pero una fuerza tan pequeña es mucho más vulnerable a ser asesinada o capturada por las fuerzas del EI. El despliegue más parece ser un intento de la Casa Blanca de responder a su humillación frente a las acciones de Rusia, mostrando que al menos están haciendo algo en contra del Estado Islámico. Pero no parece tener la fuerza que debería.

En realidad, la Casa Blanca parece estar apostando a que Rusia cometa algún error en Siria. Pero si Putin tiene éxito, y aprovecha las ganancias del campo de batalla en su estrategia política, entonces «tendrá una influencia mucho mayor en el Medio Oriente, que se traducirá en una Rusia mucho más envalentonada en Asia y Ucrania», dijo Vali Nasr, un ex alto funcionario del Departamento de Estado en el gobierno de Obama y ahora decano del departamento de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

El objetivo de Rusia «es apuntalar a Assad y consolidar su posición en la parte occidental del país y lograr una posición ventajosa en cualquier proceso internacional para resolver el conflicto», dijo Stephen Hadley, quien se desempeñó como asesor de seguridad nacional durante el segundo mandato del presidente George Bush. «Creo que Rusia ya está en camino para lograr ese objetivo.» Como tan elocuentemente lo describió The Economist, “como judoka, Putin sabe el arte de explotar la debilidad de un rival: cuando Estados Unidos da un paso atrás, él empuja hacia adelante.”

No se puede negar el eventual beneficio personal de Putin si tiene éxito en Siria. En palabras de The Economist, “Aún más importante para Putin es su permanencia en el poder en su país y Siria puede ser de utilidad. El bombardeo ofrece un nuevo espectáculo y uno muy necesario en un momento en que la guerra en Ucrania, que dominó los medios por un tiempo, está empezando a congelarse y la euforia por la anexión de Crimea se está desvaneciendo. Además, la economía rusa, afectada por las sanciones y la caída de los precios del petróleo, se ha ido contrayendo rápidamente. Durante sus dos primeros mandatos presidenciales, Putin pudo jactarse de los crecientes ingresos. En su tercer mandato, parece confiar más en el teatro de la guerra y en un falso orgullo [nacionalista] fabricado para desafiar a EEUU. Siria ofrece una distracción útil de Ucrania, pero estratégicamente se trata de Estados Unidos.”

No se puede negar que se está haciendo un esfuerzo para lograr una solución o tomar mayores acciones con respecto al conflicto de Siria. Cuando diplomáticos de diecisiete países se sientan juntos por primera vez y tienen “un debate franco y constructivo” durante más de siete horas para emitir una declaración conjunta explicando en nueve puntos su «comprensión mutua» sobre Siria, significa que hay un encomiable esfuerzo, aunque tal vez tardío.

Sin embargo, la declaración conjunta elude, estratégicamente, la controvertida cuestión del futuro del presidente Bashar Al-Assad y se centra en la búsqueda de un acuerdo para la lucha contra el terrorismo. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon afirmó que «el futuro de Siria o el futuro de todas estas conversaciones de paz y negociaciones no deben centrarse en el futuro de un solo hombre. Básicamente, creo que depende del pueblo sirio, ellos tienen que decidir el futuro del presidente Assad”.

Según un reciente artículo de The Economis (ver enlace más abajo) “En Siria, el titubeo de Obama significa que sus opciones se vuelven cada vez más difíciles y más arriesgadas. Putin defiende descaradamente a un tirano y está profundizando una división entre los sunitas y chiítas de la región. Estados Unidos debe mantenerse firme en que Assad no permanezca en el poder y establecer una visión de qué debería hacerse. Se necesita hacer más para proteger a la población mayoritariamente sunita: crear zonas protegidas; imponer zonas de exclusión aérea para detener el bombardeo de Assad y promover una fuerza sunita moderada. Esto bien puede significar forzar a que los aviones rusos no vuelen.”

Parece que el enfoque general de la administración de Obama está en una difícil disyuntiva sobre Siria tras la intervención militar rusa. Está claro que Obama está intentando ver cómo proceder y no está seguro de las posibles consecuencias de las operaciones militares rusas. La gran pregunta es, ¿qué harán ahora? El tiempo pasa y cada vez la decisión se torna más difícil. Lampadia

Ver en Lampadia los siguientes enlaces: Putin se atreve, Obama titubea y Un nuevo espectáculo para las masas

 




La economía del optimismo

The Economist

(Gestión, 27 de enero del 2015)

Se intensifica el debate en torno a los objetivos que el mundo debe fijarse para el 2030.

NUEVA YORK

Edición impresa

“En los próximos quince años, las vidas de las personas en países pobres mejorarán más rápidamente que en cualquier otra época de la historia. Y mejorarán más que las del resto”. Así lo predicen Bill y Melinda Gates en su carta anual, publicada el 22 de enero, quienes esperan que la tasa de mortalidad infantil se reduzca a la mitad para el 2030: desde un niño entre 20 que fallece antes de cumplir los cinco años hasta uno entre 40.

También proyectan la erradicación de la polio y quizá de otras tres enfermedades mortales. Los avances en la agricultura harán que África alcance la autosuficiencia alimentaria, la seguridad financiera mejorará a medida que los 2,000 millones de personas que no poseen una cuenta bancaria comiencen a ahorrar y a realizar sus pagos con sus teléfonos móviles.

Y la asequibilidad de los cursos online abrirá las oportunidades educacionales para los pobres, especialmente para las niñas.

Pero sorpresivamente, la carta no dice mucho sobre la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuya intención es hacer realidad tales predicciones: los “Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)” que serán acordados por los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU en setiembre próximo.

Los Gates son grandes fans de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales serán reemplazados por los ODS, y los describen en su carta como “una de las mejores ideas para el desarrollo que hemos visto”.

Varios de los ocho ODM han sido alcanzados —el plazo para su cumplimiento vence este año—, incluida la reducción a la mitad del porcentaje de personas en situación de pobreza extrema. Además, se han dado enormes pasos hacia la mayoría de los otros tales como la reducción a la mitad del porcentaje de gente que pasa hambre. Una de las fortalezas de los ODM es que eran pocos (los ocho objetivos comprenden solamente 18 metas) y fueron lo suficientemente claros para convertirse en bases para la acción.

Esto contrasta con los ODS, de los que se han propuesto 17 que contienen 169 metas asociadas y cubren de todo, desde la calidad del agua potable a la inequidad en la distribución del ingreso. Quizá por ello los Gates dicen en su carta, con poco convencimiento, que esperan que los ODS continúen el buen trabajo de los ODM.

El 17 de enero, Action/2015, una coalición de más de 1,000 ONG y celebridades, iniciaron una campaña para los ODS que sean inspiradores, financiados adecuadamente y monitoreados con data confiable —principios sólidos, pero que no ayudarán mucho en reducir el número de objetivos y metas—. Los idealistas, incluido Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU, quieren mantener las propuestas actuales.

Otros, no obstante, desean enfocarse en lo que es más práctico, enfoque que podría ganar adeptos en julio, cuando los ministros de Finanzas se reúnan en Addis Abeba (Etiopía) para discutir cómo financiar los ODS.

El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha señalado que hay muchos ODS propuestos “para comunicar con efectividad” y cree que deberían ser entre diez y doce.

Uno de quienes abogan por un mayor enfoque en pocos objetivos es el economista danés Bjorn Lomborg, quien ha lanzado el Consenso Post-2015, un esfuerzo para diseñar una lista de objetivos y metas cuyos beneficios, si se logran, sean muy superiores a sus costos.

Esta es una versión actualizada del Consenso de Copenhague que ha manejado la última década, reuniendo a economistas líderes para calcular las formas más baratas de mejorar la situación del mundo.

Lomborg ha encargado a cerca de 60 equipos de economistas, más representantes de la ONU, ONG y empresas, la revisión de las metas propuestas a fin de definir cuáles podrían generar los resultados más eficientes (el investigador considera que menos de una décima parte tiene una rentabilidad social “fenomenal”).

Las evaluaciones finales están previstas para febrero y a partir de ellas, un panel de tres economistas ganadores del Premio Nobel redactará un resumen general del trabajo y hará recomendaciones en torno a cómo gastar con eficiencia los US$ 2.5 millones de millones en asistencia internacional para el desarrollo que Lomborg estima estarán disponibles hasta el 2030.

Algunos de los resultados son sorprendentes. Por ejemplo, un reciente artículo de Bjorn Larsen analizó formas para reducir las muertes por contaminación del aire, que actualmente mata a cerca de 7 millones de personas por año. El estudio halló que si se cambian los métodos tradicionales de cocina para 1,400 millones de personas, por cocinas con sistemas de ventilación exterior, se podrían salvar medio millón de vidas anualmente y generar un beneficio económico para el mundo de US$ 10 por cada dólar gastado.

El uso de cocinas de alta tecnología libres de humo produciría una reducción aún superior en el número de muertes. Pero el costo sería mucho más elevado, de modo que el beneficio sería de solamente US$ 2 por cada dólar gastado.

Traducido para Gestión por Antonio Yonz Martínez

© The Economist Newspaper Ltd,

London, 2014




Transcripción del discurso de Emma Watson para la ONU

Tomado de El Comercio

«Fui nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU hace seis meses y he descubierto que mientras más hablo del feminismo, más caigo en cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura es de que esto tiene que terminar. Para el registro, feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política,  económica y social de la igualdad de sexos.

Me empecé a cuestionar sobre la igualdad entre los géneros hace mucho tiempo. A los ocho años, por ejemplo, me preguntaba por qué me llamaban mandona por querer dirigir una obra para nuestros padres cuando a los chicos no les decían lo mismo. A los 14, (cuando ya trabajaba en el cine), comencé a ser sexualizada por ciertos grupos de la prensa. A los 15, mis amigas rechazaban unirse a equipos deportivos para no parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones eran incapaces de manifestar sus sentimientos. Entonces decidí que era feminista.

Esto no parecía complicado para mí, pero mis investigaciones recientes me han demostrado que feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas por que, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti- hombres y hasta poco atractiva. ¿Por qué se ha convertido en una palabra incómoda?

Yo nací en el Reino Unido y creo que es justo que me paguen lo mismo que a mis compañeros varones. Creo que es lo debido que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo y que las mujeres sean parte de las políticas y decisiones que afectarán a mi vida. Creo que, socialmente, merezco el mismo respeto que un hombre. Pero, lamentablemente, puedo decir que no existe un solo país en el mundo en el que todas las mujeres puedan ver estos derechos cristalizados. Ningún país en el mundo puede decir que ha alcanzado por completo la igualdad de género. Estos derechos, que yo considero derechos humanos, no son para todas… soy una de las pocas afortunadas.

Me considero privilegia porque mis padres no me quisieron menos por haber nacido mujer y porque en mi escuela no me limitaron por serlo. Mis mentores (en la actuación) no asumieron que yo llegaría menos lejos por la posibilidad de que en algún momento me convierta en madre. Y estas son las influencias que me han hecho la persona que soy hoy. Ellos pueden no saberlo pero ellos son los embajadores de igualdad que están cambiando el mundo.  Necesitamos más como ellos. Y si todavía odias la palabra feminismo, te diré que no es la palabra lo importante. Es la idea y la ambición que hay detrás, porque no todas las mujeres tienen los mismos derechos que yo tengo hoy. En realidad, estadísticamente, muy pocas los tienen.

En 1997, Hillary Clinton dio un famoso discurso en Beijing sobre los derechos de las mujeres. Lamentablemente, aquellas cosas que ella deseaba cambiar en esa época son hoy todavía una realidad. Menos del 30% de los que le oían eran varones. ¿Cómo podemos esperar un cambio cuando la mitad de ellos está invitado a participar de la conversación?

Hombres, me gustaría tomar esta oportunidad para hacerles llegar una invitación formal. La igualdad de género también es tu problema. Hasta la fecha, veo como el rol de mi padre es valorado menos por la sociedad pese a que ha sido igual de importante en mi vida que mi madre.  También he visto a hombres aguantando el dolor de una enfermedad mental por miedo a pedir ayuda porque eso los hará ver menos masculinos. De hecho, el suicidio en el Reino Unido es lo que más hombres mata. Los he visto asustados de lo que se les indica que es el éxito para un varón porque los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.

No hablamos sobre hombres encarcelados por los estereotipos de su género, pero allí están. Si al hombre no se le hace creer que tiene que ser agresivo, la mujer no será sumisa. Si al hombre no se le enseña que tiene que ser controlador, la mujer no será controlada. Ambos. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros. Ambos podemos ser más libres y de esto es de lo que se trata la campaña: de libertad.

Quiero que los hombres se comprometan para que así sus hijas, hermanas y madres se liberen del prejuicio y también para que sus hijos se sientan con permiso de ser vulnerables, humanos y una versión más honesta y completa de ellos mismos.

Ustedes deben pensar: ¿Quién es esta chica de «Harry Potter» y qué hace aquí en la ONU? Pues es una muy buena pregunta, yo también me la he estado haciendo. Pero todo lo que sé ahora es que, realmente, me interesa este problema y quiero ayudar a que las cosas mejoren. Habiendo visto lo que he visto y teniendo la oportunidad de hacer algo para cambiarlo, es mi responsabilidad decir algo.

Edmund Burke decía que todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada.

En mi nerviosismo por este discurso… en mis momentos de duda me digo firmemente: «Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Si tienes dudas cuando se te presenta una oportunidad, espero que estas palabras te sean útiles. Porque la realidad es que si no hacemos nada hoy, van a tener que pasar 75 años o quizás 100 para que una mujer pueda esperar recibir el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo. Más de 15 millones de niñas serán forzadas a casarse en los próximos 16 años y, al mismo ritmo, no será hasta el 2086 que las mujeres de las áreas rurales de África puedan ir a la escuela secundaria.

Si crees en la igualdad, debes ser uno de esos feministas de las que hable poco antes y por eso yo te aplaudo. Para hacer el cambio necesitamos estar unidos y las buenas noticias son que ahora tenemos una organización unida. Te invito a que te dejes ver y que te preguntes: Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Muchas gracias».