Despegue y caída de dos grandes de AL

Mientras Argentina persiste en profundizar su debacle económica que ya lleva un siglo, México, con el PRI a la cabeza se sacude de sus complejos y limitaciones para emprender el camino de la modernidad y prosperidad.

Argentina sigue atascada por el populismo instaurado por Perón. Como ejemplo de su pensamiento económico, reproducimos a continuación un fragmento de su carta de 1952 al General chileno Carlos Ibáñez del Campo, quien acababa de ser elegido presidente de su país: “Mi querido amigo: dele al pueblo, especialmente a los trabajadores, todo lo que pueda. Cuando le parezca que ya les está dando demasiado, deles más. Verá los resultados. Todos tratarán de asustarlo con el espectro de un colapso económico. Pero todo eso es una mentira. No hay nada más elástico que la economía, a la que todos temen tanto porque nadie la entiende”.(Cita de Sebastián Edwards, Populismo o Mercados, el dilema de América Latina, Norma 2009).

Las consecuencias de haber persistido en estas ideas se expresan nítidamente en las siguientes cifras:

En cambio en México, en el 2013, el Presidente Enrique Peña Nieto, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) impulsaron reformas estructurales significativas. Las reformas educativas, de telecomunicaciones, bancarias, fiscales, políticas y energéticas están diseñadas para modernizar a México y convertirlo en un jugador global de primer orden.

Nada de esto hubiera sido posible si es que los partidos políticos no hubiesen llegado a acuerdos históricos.

Ver nota de Lampadia:  Mexico capaz de lo Politico imposible




Medias verdades y grandes mentiras

La izquierda tradicional ha comenzado a disparar artillería pesada en contra del portal Lampadia por defender la participación del Perú en la Alianza del Pacífico -que reúne a México, Chile, Colombia y Perú, un bloque comercial que agrupa a las economías más abiertas de América Latina y que comercian con los mercados más grandes del mundo. En la medida que hemos sostenido que Unasur, el Mercosur y el Celac son, sobre todo, bloques políticos y no comerciales, La otra mirada acaba de publicar El círculo de la locura, un artículo en que se nos acusa de todo y se usan medias verdades para construir grandes mentiras.

Para despejar las dudas, volvemos a reproducir las declaraciones del Vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Lineras (ver artículo ¿Leninismo detrás del Alba, Mercosur y Celac?).

«…(a)hora estoy en mi etapa leninista» dijo con ironía, antes de afirmar que «el curso general de la Revolución ha confirmado de una manera admirable, una de las tesis de Marx: cuando la Revolución avanza, obliga al enemigo a recurrir a métodos de defensa cada vez más extrema. El ALBA, la Unasur, la CELAC son parte del proceso revolucionario de esta etapa, son alternativas distintas que surgen de la diversidad. Pero esta autonomía que generan frente a EE.UU.,desencadena una contraofensiva del Imperio. En el actual momento, la punta de lanza de esta reacción, se llama Alianza del Pacífico. Se han alineado allí los gobiernos más conservadores del continente, comandados por EEUU, quien los reúne y articula, fijando una estrategia de contrainsurgencia continental, no para acabar con guerrillas sino para avanzar sobre Estados y gobiernos». http://alainet.org/active/65228

Tal como dice el refrán popular, “a confesión de parte, relevo de prueba”. Más claro no canta el gallo. Pocos imaginaron tal extremo de politización e ideologización.

En La Otra mirada se pretende desmerecer el libre comercio sosteniendo que los países que integran la Alianza del Pacífico y los del Mercosur crecieron a la misma velocidad impulsados “por el súper ciclo de las materias primas”. Es verdad que el Mercosur creció en promedio, entre el 2002 y el 2012, 4.2% en términos reales, mientras que la Alianza del Pacífico tuvo un promedio de 3% (Colombia 4.5%, Chile 4.5%, México 2.3% y Perú 6.4%), según cifras del FMI. La otra mirada señala 5.3% y 4.61%, respectivamente (sin citar ninguna fuente referencial).

Aquí estamos frente a una verdad a medias si no se explica que, entre tanto, los integrantes del Mercosur han deteriorado gravemente sus economías: su crecimiento ha colapsado, la deuda pública de Brasil representa el 68.5% de su PBI y la de Argentina el 45%, mientras que los países de la Alianza del Pacífico, en promedio, solo llegan a 26.8%. En cuanto a inflación, Brasil ha volado en sus proyecciones con 7% en el primer semestre, Argentina sobrepasa el 25%, en tanto que el promedio de los países de la alianza es de 3.5%. En cuanto a  déficit público, Brasil tiene 2.8% de su PBI, Argentina 4.9%, mientras que el promedio de los miembros de la  Alianza del Pacífico es de solo un 0.2% del PBI. Es decir, una cosa es crecer en salud y otra incapacitando tus fuentes de desarrollo futuro.

Pero la verdad a medias se convierte en una gran mentira cuando se olvida el frenazo de las economías del Mercosur del 2012: Brasil 0.9%, Argentina 1.9% frente al 5.6% de Chile, 6.3% de Perú, 4% de Colombia y 3.9% de México. Es decir, disminuyen los precios de los commodities y las economías del Mercosur se desploman. ¿Acaso no se trata de la “maldición de los recursos naturales” que tanto pregona la izquierda? ¿No es evidente, pues, que el proteccionismo ha impedido una mayor diversificación de la economía en Brasil y Argentina? ¿Por qué se ignora los resultados del 2012 y las proyecciones para estos países en el 2013 y el 2014?

Otra perla del artículo que analizamos. Se argumenta que la deuda pública durante el gobierno de Menen llegó a representar el 168% del PBI en tanto que ahora solo ha llegado a 45%. El cinismo convertido en argumento. ¿Cómo se ha llegado a ese monto de deuda pública en Argentina que es enorme en sí? ¿Honrando los compromisos? De ninguna manera. El gobierno se robó los ahorros privados de los pensionistas, les hizo el “perro muerto” a los acreedores externos, dejando de pagar, a la mala, y se apropió de la renta agraria mediante impuestos leoninos. El tema de la deuda argentina es tan grave, que en octubre del 2012 fue detenido el buque escuela Fragata Libertad por un pedido de embargo de US$ 370 millones y estuvo estacionado casi dos meses. Asimismo, en marzo pasado, Cristina Fernández, en vuelo a Roma, para el saludo al Papa, tuvo que dejar el avión presidencial en Marruecos y tomar un vuelo comercial hasta Roma, para evitar otro embargo. Así cualquiera, más bien el 45% de PBI en deuda es una barbaridad con tanto robo.

¡Pretender comparar el crecimiento de Perú con el de Argentina es un crimen! El crecimiento gaucho se explica por un preocupante aumento de su gasto público que representa el 44.6% del PBI en el 2012, frente al 30.9% del 2006. En tanto, sus reservas internacionales netas, desde el 2010, han caído en US$ 15,895 millones y hoy solo representan el 8% de su PBI. Perú tiene un gasto de 19.6% del PBI y un creciente nivel de reservas que llega al 34% del PBI, el doble que Argentina en cifras absolutas.

La otra mirada también quiere defender la producción de trigo en Argentina, en Lampadia preferimos adjuntar la información oficial de AAPROTRIGO (Asociación Argentina Protrigo) que muestra la caída de la producción de trigo, tanto en toneladas, cómo en hectáreas.

La manipulación de las cifras en Argentina es tan escandalosa que mientras el gobierno señala que la pobreza sólo representa el 5.4% de la población y la indigencia el 1.5%, los analistas independientes la calculan en 24.5% (2012) y el nivel de indigencia en 4.9% (ver artículo del diario El País, La estadística oculta las cifras reales de pobreza en Argentina). La manipulación es tan vulgar, que en febrero del 2012, The Economist anunció que suprimía su seguimiento de la economía argentina, pues las cifras oficiales no servían.

Como se aprecia, las diferencias entre las economías de los países del Mercosur y los de la Alianza del Pacífico son absolutamente favorables a los países que promueven el libre-comercio. Estas son las diferencias entre economías sanas y, otras enfermas, sin embargo parece que para apreciarlas diferencias se requiere una mejor mirada.




“Cacería” de precios

Argentina vive días difíciles: Activistas pagados de las “Juventudes Kirchneristas” recorren los supermercados de ese país para vigilar que se cumplan los “acuerdos de precios” entre el gobierno y las cadenas de supermercados. Lo de acuerdos, por supuesto, es un eufemismo, ¡ay de aquel empresario que se niegue a aceptar el control de precios del régimen!

Unos tres mil activistas “inspeccionan” 570 supermercados de 49 ciudades, como parte de la campaña “Mirar para cuidar” promovida por la presidenta Cristina Kirchner. Los resultados son lógicos: Hay escasez de aceite, azúcar, un corte de carne y hasta desodorantes, según informó la prensa independiente de ese país.

El objetivo de “Mirar para cuidar” es fundamentalmente político, pues los “acuerdos” de precios vencerán en octubre, coincidiendo con las elecciones del 17 de ese mes, en la que los argentinos renovarán la mitad de la Cámara de Diputados y a 24 de los 72 miembros del Senado. Esos comicios son considerados claves de cara a las próximas elecciones presidenciales del 2015.

El gobierno ha relanzado su política de control de precios en un intento desesperado por frenar la inflación. Al respecto, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado se preguntó si a la inflación “se la vence así, o con un plan económico pro inversión que aumente la oferta de bienes y servicios”.

En medio del creciente malestar ciudadano por el alza constante de precios, la escasez, el control de divisas, además de los temas políticos como el asunto del control del papel periódico, la intervención judicial, la prohibición de difusión de indicadores económicos, así como la corrupción, la presidenta encabezó  una manifestación al cumplirse diez años de permanencia del kirchnerismo en el poder, llamándola la “década ganada”. Sin embargo, para la oposición, el gobierno de los Kirchner  significa más bien una “década perdida”, lo cual parecen confirmar los indicadores económicos: La inflación oficial para este año ha sido proyectada en 11%, pero para los centros de estudios económicos independientes será 24%, igual que el 2012.

La pérdida de credibilidad del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Cálculos) es tal que han surgido dos nuevos índices, el “Índice Congreso” y el “Índice Macri”. El primero creado por congresistas con apoyo de consultoras privadas, y el segundo por el gobernador de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien ha declarado que el índice inflacionario del INDEC “simboliza lo trucho (falso) como cultura, como forma de gobernar (…) No hay país que pueda planificar su futuro sobre cifras falsas”.

Este año la economía argentina crecerá solo 2.8%, a pesar de que la cosecha de granos será la segunda más alta de su historia (100 millones de TM), pero la actividad industrial y la comercial se han contraído por el control de precios y el control de cambios. Sus exportaciones han caído por la crisis global, sus reservas internacionales bajaron de US$ 43,300 millones a US$ 39,500 entre diciembre y abril (cifras del banco central), aumenta la fuga de capitales y, tras haber estatizado los hidrocarburos, depende ahora del petróleo venezolano. Para ocultar esta realidad, el régimen acosa a los medios independientes y pretende capturar la producción del papel para la prensa.

Dramática realidad la de Argentina, un país que a comienzos del siglo XX estaba situado como uno de los países más desarrollados del planeta, hoy avanza aceleradamente a convertirse en el más grande fracaso político, económico y social latinoamericano, trocar riqueza por subdesarrollo. Éste es el resultado del populismo instaurado por Perón y de las políticas estatistas.

Todo esto se grafica muy bien en la cita de una carta de Perón (1952) al general chileno Carlos Ibáñez del Campo, quién había sido elegido presidente poco tiempo antes, (Ver Sebastián Edwards – Populismo o Mercados, el dilema de América latina, páginas: 226 – 227):

“Mi querido amigo: dele al pueblo, especialmente a los trabajadores, todo lo que pueda. Cuando le parezca que ya les está dando demasiado, deles más. Verá los resultados. Todos tratarán de asustarlo con el espectro de un colapso económico. Pero todo eso es una mentira. No hay nada más elástico que la economía, a la que todos temen tanto porque nadie la entiende.”