Ancash región bendecida y castigada

Otto Guibovich Arteaga
Para Lampadia

Ancash es una región bendecida con áreas de riqueza extraordinaria y muchas otras de gran potencial que la pueden convertir después de Lima, en la más próspera del Perú.

Tiene un sector minero que hace de Ancash el primer productor de cobre y zinc, el tercero de plata y el cuarto en plomo y molibdeno a nivel nacional, con la subsiguiente generación de canon minero que con seguridad pudo ser empleado óptimamente y no permitir el 27% de pobreza que hoy arrastra.

El sector pesquero que alguna vez catapultó a Chimbote como el primer puerto pesquero del mundo hoy, siendo muy estacional, es una fuente valiosa de recursos. Ancash quedó estancada en la explotación primordial de la harina de pescado como en el siglo pasado. En este campo, países como Chile han dado pasos importantes para lograr aceites finos y omega sintetizada cuyo valor agregado es infinitamente superior a la tradicional harina. ¿Algún centro de investigación privado o público privado avanzó en investigación y desarrollo? Es sin duda un paso pendiente para el mejor empleo y la mayor rentabilidad de los recursos hidrobiológicos cada vez más escasos.

Con la pesca que genera Ancash no debería existir tasas de desnutrición infantil escandalosos que bordeen el 80% en el ande y en lugares cercanos a Huaraz y aún a Lima. No es aceptable. Más aún, la piscicultura de agua dulce (truchas) debe constituir una fuente potente de alimentación y nutrición en el ande si tiene fuentes de agua andinas que muchos anhelarían. La exportación nacional de esta especie tiene un largo espacio de crecimiento, cuestión de proponerse e impulsarlo.

La agroindustria ancashina es un eslabón reciente y creciente que genera entusiasmo por el valor de las tierras feraces y las posibilidades de agua, dos atributos bendecidos que por fortuna la región los tiene juntos, aunque distantes. Las exportaciones agroindustriales ancashinas no alcanzan el 2% de su total, pero impulsando Chinecas junto a otras micro-irrigaciones y el empleo de tecnología agrícola deben ayudar a dar el gran salto y combatir el desempleo. Regiones como Ica o Piura, rozan el pleno empleo basados en un crecimiento agroindustrial sostenible. He ahí dos espejos en los que se debe mirar Ancash.

Con la montaña más alta del Perú (Huascarán), más de 20 picos sobre los 6,000 metros, más de mil lagunas andinas, la montaña más bella del mundo (Alpamayo), Ancash tiene una fortaleza extraordinaria en el turismo, pero solo el 2.3% del turismo internacional que llega al país le visita. Seguridad, promoción turística, de la mano con infraestructura conectiva, son algunos de los factores para hacer de este potencial una real fortaleza. Recordando además que Chavín de Huántar, Sechín, Pañamarca, y otras por poner en valor como las ruinas de Castillo (fortaleza Inca) en las alturas de Macate, pueden conformar un circuito turístico muy interesante que aporte empleo y más crecimiento a esta región.

En una visión de integración, Ancash, que como Ica es periférica de la gran capital, no ha explotado debidamente las virtudes del mercado limeño ni las bondades de la integración macro-regional. Es clave buscar la integración transversal con Huánuco y Ucayali casi en línea con el sueño de Antúnez de Mayolo. Una Macro-región que bien podría denominarse “Leoncio Prado” brindaría oportunidades de crecimiento colectivo complementario y suplementario, donde el eje Chimbote, Huaraz, Huánuco, Ucayali formen una cadena integradora de crecimiento del centro del Perú, con Junín y Pasco que no pueden estar lejanos.

Ancash es pues una región bendecida por la providencia con muchos dones, pero la providencia no regala capacidad de gestión. La gestión no es producto de un milagro sino un proceso con exigencias mínimas de capacidades de gobierno de recursos humanos, de planeamiento operativo y estratégico, de honestidad y honradez en el manejo de la cosa pública. En Ancash no se cumple aquel aforismo que «no se puede ser funcionario honrado y millonario al mismo tiempo», con los casos excepcionales de familias reconocidas que deciden servir solo por motivaciones trascendentes.

La región de la hermosura de la cordillera blanca ha sido duramente castigada y sus demonios rebalsaron los diques del bienquerer, del bien-obrar, del bien administrar y del bienestar de su población haciendo papilla de los recursos que la providencia le otorgó. Ancash es la región más fragmentada del Perú con 20 provincias y 166 distritos. Una paradoja de las bellezas de los paisajes

Año tras año el crimen sentó sus reales en puertos, carreteras, en muchas provincias y algunos distritos para dejar que la mortalidad infantil pueda llegar hasta el 67% en lugares como Corpanqui en Bolognesi o q el analfabetismo siga como hace 100 años en 45% y lo que parece increíble: que la desnutrición infantil pueda alcanzar el 80% en Ticllos en pleno siglo XXI.

Por desorden e inseguridad permitidas o promovidas, Ancash perdió el rumbo para convertirse en una región peligrosa y a la deriva donde la pobreza de 27% alcanza picos vergonzosos de 53% en lugares no lejanos de Recuay y la pregunta es: ¿puede este estado de cosas ser la plataforma de proyección al futuro para las nuevas generaciones de esta importante región?

La respuesta es un no rotundo. Ancash debe recuperar su moral colectiva y reencontrar el recto camino. El horizonte será claro si los nubarrones no se perennizan y son despejados en democracia. En Ancash el bienestar social está íntimamente ligado al orden y la seguridad. El orden financiero, el orden público, el orden de las prioridades, el orden en los servicios, en la administración y la gestión en general son primordiales. Después de todo el orden es patrimonio de los países desarrollados.

El millón y casi doscientos mil habitantes de esta región merecen hoy un bienvivir y convencerse que se puede construir un mejor futuro más allá de la sola esperanza basada en la promesa fácil, retórica y “caza-votos”.

Sin orden, impera el caos y sus secuelas pueden ir desde el robo callejero hasta la muerte por sicarios. Hemos sido testigos de lo sucedido él quinquenio pasado y si no hay seguridad como en cualquier lugar no habrá inversiones, turismo, empleo, exportaciones, ni bienestar para sus ciudadanos. He ahí un claro ejemplo del nexo entre seguridad y desarrollo y la necesidad de cortar el círculo vicioso para que el desarrollo despegue.

El orden, la seguridad y bienestar son tres eslabones de una misma cadena y el bienestar es incompatible con índices del siglo XX. Hablar de la era digital y convivir con analfabetismo medieval lacera el sentido común. Los miles de millones birlados, es tema de la judicatura, pero el futuro es mañana y hay que empezar sin demora.

Somos testigos que regiones con menos recursos han crecido mas y más rápido. Y una conclusión es que no hay magia ni golpes de suerte para lograr bienestar por más recursos que la naturaleza haya dado. Hay que saber conjugar orden, seguridad y bienestar en una misma ecuación lo cual es totalmente factible. Ancash debe ser una región líder. Lampadia




Mancomunidades en las Regiones

El ejemplo de la Mancomunidad Regional de los Andes, que está llevando a las regiones de Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín e Ica, a una visión de desarrollo sobre la base de sumar esfuerzos, es algo que debemos destacar como el camino que puede dar viabilidad a los procesos de regionalización y descentralización en que estamos inmersos.

Como sabemos, los procesos de descentralización y regionalización se iniciaron apuradamente, por un impulso político hasta irresponsable: sin fijar las estructuras y delimitaciones entre lo nacional y regional, sin crear capacidades regionales que permitan una gestión eficiente y efectiva, y sin establecer las salvaguardas necesarias para la protección de ciudadanos y empresas ante los nuevos poderes, que no se dotaron de garantías democráticas, como la doble instancia, el rendimiento de cuentas y el balance de poderes.

Se falló inclusive en la definición de los procesos, habiéndose generado una confusión entre términos como regionalización y descentralización. La regionalización es esencialmente un proceso político, y como tal, define la estructura de responsabilidades de los distintos niveles de gobierno, nacional (gobierno central), regional (gobierno regional –la nueva instancia de gobierno) y local o municipal, en sus distintos niveles provincial, distrital y de centro poblado.

En cambio, la descentralización es esencialmente un proceso económico. Se debe orientar al potenciamiento de las capacidades productivas de las distintas regiones, y sus procesos de inversión, generación de empleo y provisión de recursos fiscales. Como los departamentos, convertidos absurdamente en regiones, no son iguales en capacidades de desarrollo y, la demarcación política no coincide con lo que podríamos llamar áreas de desarrollo económico, o corredores económicos, la regionalización debe ser complementada por procesos de integración entre regiones que pueden potenciar su desarrollo mediante mancomunidades. Tal como ofrece la de los Andes que hoy analizamos. 

Más al sur de la Mancomunidad de los Andes, tenemos a Cusco, Puno, Madre de Dios, Moquegua, Tacna y Arequipa, incapacitados políticamente por sus dirigencias políticas regionales, y muchas veces por sus clases dirigentes locales, que como en el caso de Arequipa, en vez de converger en un esfuerzo macro-regional, levantan las pasadistas banderas de nacionalismos regionales, sacrificando a sus pueblos, y muchas veces llevándolos enfrentarse con quienes podrían asociarse para multiplicar su riqueza.

En el norte, Amazonas, Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Loreto, Piura, San Martín y Tumbes, han formado la “Mancomunidad Regional Macro Nororiente del Perú”. 

Fuente: rpp-noticias.io

Según RPP «Mediante la Ordenanza Regional Nº 005 – 2017, el Consejo Regional de Lambayeque, aprobó la constitución de la “Mancomunidad Regional Macro Nororiente del Perú”, integrada por las regiones de Amazonas, Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Loreto, Piura, San Martín y Tumbes. Con esta ordenanza se ratificó la elección de Reynaldo Adolfo Hilbck Guzmán, gobernador regional de Piura, en el cargo de presidente del Comité Ejecutivo de la nueva Mancomunidad».

Además, RPP también afirmó que «La Ley 29768 de Mancomunidad Regional faculta a los gobiernos regionales a unir esfuerzos para la prestación conjunta de servicios públicos, cofinanciamiento o inversión en la ejecución de obras que promueven la integración, el desarrollo regional y la participación de la sociedad, fortaleciendo el proceso de regionalización».

Entendemos que el proceso de integración entre Ancash, Huánuco, Pasco y Ucayali, está aún en veremos. Esperamos que pueda consolidarse pronto.

En el norte, la identidad de sus pueblos como el ‘Sólido Norte’, es muy propicia para que se consoliden procesos de integración. En cambio, el sur, está perdiendo la posibilidad de desarrollar lo que podría llamarse: ‘El Gran Sur’.

En el siguiente artículo, Alfonso Baella, destaca la vocación y capacidades de desarrollo de la Mancomunidad de los Andes.

Alfonso Baella Herrera
Para
Lampadia

En el Perú los debates de coyuntura son, a veces, una enorme muralla que oculta tras de sí, temas estructurales de la mayor importancia. Peor aún, el conocido centralismo limeño relega a la provincia y olvida las potencialidades regionales. La minería formal, por ejemplo, alejada y distante de la capital es una de las actividades de mayor impacto económico y constituye, sin la menor duda, uno de los caminos más seguros de desarrollo y progreso para todos los peruanos. Pero debemos mirar más allá de Lima para reconocer las oportunidades y los casos de éxito que se están gestando, para destacarlos, para aprender de ellos y para multiplicarlos.

El caso de la Mancomunidad Regional de los Andes es un ejemplo que debemos conocer y replicar. En el año 2011 tres gobiernos regionales –Apurímac, Ayacucho y Huancavelica- decidieron unir esfuerzos en función de una visión compartida, de obras de infraestructura integrales y de proyectos mineros, de agroexportadores, de energía y demás. En el 2014 se adhirieron Ica y Junín.

Hoy, los cinco departamentos forman esta mancomunidad que tiene personería jurídica de derecho público y partida presupuestal asignada. Los gobernadores regionales tomaron una decisión política y hoy son un bloque que viene trabajando de manera coordinada.

Aquí un breve resumen de la cartera de proyectos que tienen entre manos: 

En Minería suman US $ 14,259 millones de dólares donde destacan Haquira (2,800), Los Chancas (2,800), Cotabambas (1,963), la ampliación de Toromocho (1,300) y la Mina Justa (1,300).

En Agroexportación suman cerca de US $ 4,500 millones de dólares y están el proyecto Hidroenergético y de desarrollo agrícola Pampas Verdes (4,000) y el trasvase del Rio Pampas en Apurímac e Ica (415).

En Energía llegan a US $ 3,000 millones de dólares con el Complejo termoeléctrico en Pisco, Cuquipampa (420) y Viscatan (400).

Además, en otras obras hay casi US $ 10,000 millones de dólares y están la construcción del Túnel Trasandino Matucana-Lima / Pomacocha-La Oroya (4,000), el Ferrocarril Andahuaylas-Marcona (3,000), la interconexión del Ferrocarril Central Huancavelica-Ayacucho-Apurímac-Cusco (1,800).

Es decir, hay más de US $ 32 mil millones de dólares de proyectos de inversión para los siguientes años que, de llevarse a cabo, convertirán esta zona del Perú en un importante generador de puestos de trabajo.

Hay que reconocer el esfuerzo y el buen ejemplo de esta mancomunidad, y de sus cinco gobernadores regionales: Julio Sevilla Sifuentes, Gobernador de Ayacucho; Fernando Cillóniz, Gobernador de Ica; Wilber Venegas Torres, Gobernador de Apurímac; Glodoaldo Álvarez Oré, Gobernador de Huancavelica; y, Ángel Unchupaico Canchumani, Gobernador Regional de Junín.

Son cinco líderes que han apostado por el desarrollo encontrado intereses comunes, complementariedades estratégicas y un verdadero compromiso con sus pueblos. Que distancia con regiones como Cajamarca que perdieron el tren de la historia y que hoy viven pobreza y aislamiento. Hay que mirar las mancomunidades como el mejor camino para generar macro regiones y promover espacios sanos de prosperidad y oportunidades. Lampadia




El Ying y el Yang en las elecciones regionales

El análisis mediático lleva a concluir que los resultados de las elecciones regionales han sido más de lo mismo, que los ciudadanos han elegido a personajes inadecuados y nada idóneos para los cargos que ocuparán. Sin embargo, si se observa con cuidado se puede ver que existen algunas excepciones a la regla que son más bien una grata sorpresa. Nos referimos concretamente a la elección de Fernando Cillóniz en Ica y la derrota del favorito (radical) Aduviri en Puno.

La cara opuesta, la de siempre, es sin duda, el triunfo de Waldo Ríos en Ancash a pesar de estar inhabilitado judicialmente para ejercer cargos públicos. Ríos no ha pagado aún  la reparación civil de un millón de soles que le impuso el Poder Judicial al habérsele condenado a cuatro años de prisión suspendida por haber recibido dinero de Montesinos cuando era congresista de la República por el FIM.

Lo bueno

La elección de Cillóniz en Ica con el 53.74 % de los votos, es sumamente interesante. Una luz en medio de la mediocridad. Presidente de la Consultora Inform@ción, es un empresario exitoso y que representa a los ejecutivos modernos y comprometidos. De hecho, su presencia en la justa electoral demuestra su compromiso con el Perú y su región, algo que debiera ser imitado por más empresarios.

Lo interesantes es que el mensaje pro-inversión y desarrollo de Cillóniz ha sido aceptado por los iqueños, una de las regiones que más se ha desarrollado en las últimas décadas gracias al impulso de la agroexportación. Un sector que ha crecido permitiendo que el empleo, los ingresos y por ende las condiciones sociales del departamento tengan una mejora significativa. La elección del candidato de Fuerza Popular demostraría que se empieza a entender (porque lo han vivido) que la inversión privada y la empresa genera bienestar. Un triunfo, entonces para resaltar y que refleja el hambre de modernidad de los peruanos. Su gestión, que promete ser exitosa, le hará mucho bien a la política peruana.

Lo malo

La elección de Ríos es una prueba más de que no es la gente la que elige mal, sino el sistema. Son las leyes y las instituciones electorales las que colocan a la ciudadanía en la encrucijada de escoger entre lo malo y lo peor. No es que los peruanos “elijamos al que roba, pero hace obra”, sino que el sistema electoral permite que los menos indicados postulen y puedan ser elegidos. Sí Ríos debía esa cantidad de dinero debió ser prohibido de postular, pero el Jurado Nacional le permitió que lo hiciera. Ahora, con total desfachatez, ha señalado que organizará una Teletón para obtener el millón de soles que debe al Estado.

Esta situación es más dramática porque se da justamente en Áncash, una región próspera que cuenta con ingentes recursos provenientes del canon minero y que, por si fuera poco, cuenta con el puerto pesquero e industrial más importante del país: Chimbote. Pero especialmente, porque en este departamento se ha producido uno de los esquemas de corrupción más impactantes de los últimos tiempos, en el que la degradación de los políticos llegó al asesinato de sus opositores. Un sistema brutal y mafioso que se orquestó con la única finalidad de saquear las arcas públicas.

Es en Huaraz, la capital regional, en la que tres de los casos anticorrupción más emblemáticos del momento se entrecruzan. El expediente sobre la llamada Centralita, incluye como encausados nada menos que al hoy preso presidente regional, César Álvarez (apodado “la Bestia”), Rodolfo Orellana y Martín Belaúnde Lossio.

Dado los hechos de corrupción recientes en las regiones, los partidos políticos debieron tener el doble de cuidado y unir fuerzas para que este abusado pueblo tuviera las mejores opciones electorales. Incluso pudieron realizar un pacto para que la Ley y el Orden se reimpongan y los ancashinos tengan autoridades idóneas en el gobierno regional, presidente y consejeros.

Contrastes entre Ica y Ancash

Ambas regiones que se han visto favorecidas por el crecimiento, y tienen casi el mismo PBI, pero desde el 2001 Ica casi lo ha triplicado, mientras que Áncash lo incrementó en solo un 50% adicional. El PBI per cápita del Sur chico se duplicó en una década, mientras que el departamento norteño, solo creció en 50%, cómo puede apreciarse en los cuadros superiores. En empleabilidad si están parejos con 97% (ver más abajo).

Estas diferencias pueden explicar, parcialmente, porque los electores iqueños han sido más sensatos y hayan entendido mejor que su bienestar actual se debe a la inversión y a la producción. En Ica se ha tenido pleno empleo y los recursos para el desarrollo provinieron directamente del sector privado. En cambio, en Ancash, cómo en Cajamarca, el canon, originado en la actividad privada (minería) llegaba a las urnas públicas locales desde el gobierno central, que muchas veces se asumía como recurso propio, obtenido sin esfuerzo y de libre disposición.

Comentarios adicionales

Fuerza Popular, el único partido nacional que ha ganado en tres regiones muy importantes:  San Martín con Víctor Noriega; Cerro de Pasco con Teódulo Quispe, quien venció al encarcelado por corrupción, Kléver Meléndez; e Ica con el empresario progresista, en el buen sentido de la palabra, Fernando Cillóniz. Un reconocimiento al esfuerzo y silenciosa laboriosidad de Keiko Fujimori. Sin embargo, también, llama negativamente la atención, la selección de otros candidatos naranjas, como el de Cajamarca que perdió contra el presunto delincuente y seguidor de las violaciones de la escuela estalinista, Santos, ver en Lampadia: La libertad secuestrada por el miedo – Stalinismo en Cajamarca.

En ese mismo sentido, se puede rescatar la cordura de los puneños y apurimeños, que castigaron en las urnas a los radicales Walter Aduviri y Michel Martínez, respectivamente. Una buena señal, que demostraría que los peruanos se empiezan a alejar de este tipo de personajes.  

Paradigmático, además, que en Madre de Dios gane un minero ilegal como Luis Otsuka, y que ninguna de las  organizaciones ambientalistas que participan en la COP20, haya hecho algún pronunciamiento al respecto.

En Arequipa, ganó Yamila Osorio, una abogada de 28 años que sucede al fracasado caudillo local Guillén, quien se retira de la política con serias acusaciones de corrupción. La joven Osorio tendrá que desprenderse pronto de su sombra y es de esperarse que su frescura le aporte oídos bien grandes y una mente abierta para construir una carrera política exitosa y de largo plazo. 

Aunque el exasperado caos político actual impide que se debatan con seriedad las reformas de la Ley Electoral y del sistema de partidos, así como la conformación de las regiones, tenemos que insistir que los cambios son cada vez más urgentes, para que más peruanos como Cillóniz  asuman el reto del gobierno de la cosa pública. Lampadia




«Lo de Santos es una llamada de atención»

“El Poder Judicial es responsable de la reelección de Gregorio Santos en Cajamarca. Si van a iniciarle un proceso a una autoridad y lo van a apresar, tienen que resolver el proceso antes de las elecciones, sino lo victimizan”.

Entrevista a Alfredo Torres. Director de Ipsos Perú

Por Ricardo Monzón Kcomt

(Perú 21, 07 de Octubre del 2014)

Luego de las elecciones regionales y municipales del domingo, los temas a analizar son, en Lima Metropolitana, la arremetida de Enrique Cornejo, y, en provincias, la reelección en Cajamarca de Gregorio Santos, la elección de Jaime Rodríguez (Moquegua) y la posible victoria de Waldo Ríos (Áncash). Para eso buscamos a Alfredo Torres, director de Ipsos Perú.

¿Qué opina de la nueva composición del Concejo Metropolitano de Lima?

El Apra, que será la máxima oposición, probablemente va a jugar con los dos cañones. El Apra es un partido que puede ser una muy fuerte oposición, pero también puede ser un aliado o una oposición amigable si le resulta conveniente. Teniendo tan cerca las elecciones presidenciales, quizás al comienzo el Apra juegue a ser una oposición amigable y, después, según como vayan las cosas, pase a ser una oposición más dura.

¿La gran perdedora fue Susana Villarán?

Indudablemente. Su objetivo era quedar segunda y con una votación más decente. Además, ha defraudado a un sector de la población que la veía con buenos ojos y que se sintió engañada cuando ella cambió de opinión y decidió ser candidata habiendo negado que iba a hacerlo. Creo que ese también es un mensaje importante para Nadine Heredia en el sentido que, si uno se compromete y da su palabra en un tema como este, que es tan claro, tiene que cumplirla.

La sorpresa fue Enrique Cornejo. ¿Si Cornejo empezaba antes su campaña, ganaba?

Definitivamente, no. Castañeda es un alcalde que terminó con el 80% de aprobación, tiene muchísimo que mostrar y tiene el fracaso de Villarán después de su gestión, o sea, lo lógico era que Castañeda ganara. Lo único distinto es que pudo haber ganado con 60% y ganó con 50%.

Los partidos tradicionales han ganado poco tras las elecciones. ¿Qué sucede?

En Lima hay buenos resultados para el PPC y para Somos Perú en algunos distritos, pero el drama mayor se ve a nivel nacional. El Apra, en una época, se vanagloriaba del sólido norte y ahora es territorio de Acuña.

¿De qué mensaje se ha valido César Acuña para lograr este cambio?

Creo que Acuña, sobre la base de su universidad, ha montado un aparato político con el financiamiento que le da la universidad y que, además, sabe llegar a los emprendedores exitosos del norte. En cambio, el Apra se ha quedado con una visión más tradicional; cuando había una cierta lucha de clases, décadas atrás, el Apra podía mediar. No han logrado actualizar su propuesta.

¿El partido de Acuña es uno de los más ganadores de las elecciones?

Así es. No solo está en el norte, está en Lima también y en otras provincias. César Acuña, con la expansión de sus universidades, ha llevado de la mano a su partido político. Donde está su universidad hay un local partidario.

En Cajamarca, ¿qué mensaje le deja la reelección de Gregorio Santos?

Esta es una llamada de atención a todos los poderes del Estado. En primer lugar, para el Poder Ejecutivo, que no supo recuperar la confianza de Cajamarca tras la batalla por Conga, nunca trabajó lo suficiente para recuperar al poblador. También me parece responsable el Poder Judicial, porque, si van a iniciarle un proceso y van a apresar a una autoridad, tiene que resolver el caso antes de las elecciones, para que esa persona no llegue como procesada a las elecciones y se victimice.

La población piensa que está preso por defender sus intereses…

Claro, por eso la mitad de la población de Cajamarca piensa que Santos es víctima de un complot y no una persona con serias acusaciones de corrupción. El Poder Judicial termina ayudándolo. Y el tercer responsable es el Congreso, que debería dictar normas para evitar que tantas personas involucradas en procesos por corrupción puedan postular.

¿Los proyectos mineros seguirán paralizados?

Sí, mientras el sentimiento de la población siga siendo que Gregorio Santos es su gran defensor, es muy difícil pensar que van a haber inversiones en la zona.

La situación de Áncash también se torna complicada. Waldo Ríos, quien recibió dinero de Montesinos, podría ganar.

El Estado no llega bien a Áncash en el sentido de brindar los servicios públicos que la población espera, pero tampoco llegan la sociedad civil, la prensa y las ONG. Entonces, nos enteramos de lo que ocurre en Áncash cuando ya asesinan gente, cuando ya estamos en la etapa más avanzada del cáncer. Hay una gran distancia entre algunas ciudades de la costa, que son mucho más pragmáticas y modernas, y otras ciudades del país donde la clase media es muy pequeña y se requiere de clase media para consolidar la democracia.

¿Cómo ve el caso de Moquegua? Ganó el candidato que dijo que robó ‘en carretilla’.

En el caso de Moquegua es una pena que hayamos visto que los dos primeros candidatos eran bastante cuestionados, sobre todo, porque el presidente regional saliente es uno de los presidentes que ha hecho una mejor gestión en este último periodo y uno hubiese deseado que pudiese continuar alguien como él en el cargo.




Gran oportunidad para lograr una justicia que respetemos

El 7 de abril último, Fiorella Nolasco, hija del asesinado ex consejero regional Ezequiel Nolasco, protegida por un chaleco antibalas se presentó en una audiencia especial de la Comisión de Fiscalización del Congreso llevada acabo en Chimbote. Mostrando la determinación que otorga el convivir con la barbarie culpó al presidente regional de Ancash, César Álvarez de la muerte de su padre. «La justicia acá ha estado comprada», denunció ante la mirada desconcertada del entonces Fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, y varios congresistas.

Que una joven que apenas supera los veinte años esté desengañada así de la Justicia peruana, es más que sintomático. Lamentablemente, a Fiorella Nolasco, el comportamiento de jueces y fiscales le dan la razón. Su padre, denunció durante casi cinco años los latrocinios, corruptelas y sanguinarios procedimientos de César Álvarez, sin que nadie le hiciera caso. El día que fue asesinado en un restaurante de Huacho regresaba a Chimbote tras presentarse en el Tribunal Constitucional al que solicitaba que reabriera una denuncia contra el ahora reo presidente regional de Ancash, la cual había sido archivada por el Poder Judicial. Una horrorosa paradoja, que ha marcado trágicamente la vida de esta joven.

Presionados por la indignación ciudadana, las autoridades judiciales parecen haber reaccionado. Hoy estarían tratando de evitar que la muerte de Ezequiel Nolasco no quede impune y, sobre todo, no sean en vano.

En poco tiempo, han surgido equipos que han mostrado una eficiencia inédita. Como ha mencionado, Jaime de Althaus (Ver: Nace otro país ). “El caso más notorio es la reacción contra el avance incontenible de las mafias. Es una corriente nacional donde se juntan la valentía de víctimas, magistrados, dos o tres congresistas y el papel de la prensa, pero en la que confluye el hecho sin precedentes de que, como ha resaltado César Azabache, la fiscalía, la policía y la contraloría hayan logrado construir, trabajando conjuntamente, unos casos sólidos y bien fundamentados que han permitido detener preventivamente a los presidentes regionales César Álvarez, Kléver Meléndez y Gregorio Santos, y ordenar la detención de Rodolfo Orellana, presunto líder de una megamafia que posee tentáculos en todas las instituciones”.

Hace unos días, habría que agregar el PJ dictó  18 meses de prisión preventiva contra el presidente regional de Loreto, Yván Vásquez Valera, al encontrar indicios de  malos manejos y corrupción en su gestión. Con dicha resolución, Vásquez se sumó a los otros cuatro presidentes regionales con orden de prisión preventiva.

“No son palos de ciego. Los casos efectivamente están bien construidos. Lo que está naciendo es una nueva institucionalidad, un nuevo nivel de calidad, en la administración de justicia y la investigación policial. El avance de las mafias de todo orden está obligando a la institucionalidad judicial y policial a transformarse para hacerle frente. La reforma judicial se está dando a la fuerza, como respuesta a las amenazas crecientes, aunque también como cristalización de algunas reformas anteriores”, como señala Althaus.

 Aunque, todavía parece temprano para saber si este proceso termina en una real institucionalización de la justicia, si es un paso adelante que hay que saludar, a pesar de que todavía hay tropiezos que desalientan o desaniman (como la forma en que se arrastran los pies para investigar una serie de casos más peliagudos).

Tal vez esta sea la gran oportunidad que necesitábamos, para dar un salto cualitativo en la calidad de la justicia. Es evidente que la ciudadanía está muy atenta a este proceso. Su satisfacción debe ser el mejor aliciente para consolidar un mejor nivel de justicia, pero su frustración sería sin dudas, insoportable a la sociedad y tendría consecuencias sociales que podrían ir más allá de una descalificación en las encuestas. Por ejemplo, más justicia por mano propia, lo cuál sería la antesala de una debacle social.

El Poder Judicial es autónomo, solo puede reformarse desde adentro. Esta es su última oportunidad para recuperar un prestigio esencial. Solo así, una joven como Fiorella Nolasco podrá concentrarse por completo en sus estudios de ingeniería y no tener que enfundarse en un chaleco antibalas para denunciar el asesinato de su padre, permitido en parte, por la incompetencia y corrupción del sistema. Lampadia