Fernando Rospigliosi
CONTROVERSIAS
Para Lampadia
La única manera de detener a un hombre malo con un arma, es un hombre bueno con un arma. La frase se la han atribuido a varios personajes, pero no deja de ser cierta, quien sea que la haya dicho.
Una comprobación práctica de esa expresión se vivió hace poco en un centro comercial de Greenwood, Indiana, EE.UU., cuando un individuo armado con un fusil y varios cargadores empezó a disparar contra el público. Por suerte estaba allí un hombre de 22 años, con un arma legal, que desenfundó de inmediato su pistola Glock y abatió al desquiciado a los 8 segundos de haber comenzado a disparar, evitando una tragedia mayor.
“El verdadero héroe del día es el ciudadano que portaba legalmente un arma de fuego en esa zona de alimentos y fue capaz de detener al agresor casi en cuanto comenzó”, dijo el jefe de policía, Jim Ison. (“Los Angeles Times”, 18/7/22).
En Canadá se ha ido limitando el derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego. En mayo, el primer ministro Justin Trudeau anunció otro proyecto de ley más restrictivo aún. Poco después un episodio trágico demostró la ineficacia de esas prohibiciones.
Dos sujetos asesinaron a 10 personas e hirieron a otras 18 a cuchilladas. (“Europa Press”, España, 7/9/22). Por desgracia, ninguna de las víctimas portaba un arma de fuego, con la cual hubiera podido defenderse y abatir a los agresores.
En Japón están prohibidas las armas de fuego, pero un fanático asesinó al ex premier Shinzo Abe con un arma de fabricación casera en julio.
Hace poco estuvo en el Perú John Lott, autor del libro “Más armas, menos crímenes”, invitado por la APPLAF (Asociación Peruana de Propietarios Legales de Armas de Fuego) para pronunciar una conferencia.
En su libro, Lott hace notar que en América Latina, en 2018, todos los países tienen tasas de homicidios más altas que los EE.UU. (salvo Chile, que es similar), y todos tienen leyes mucho más restrictivas. Varios países tienen tasas cinco veces más altas que los EE.UU.
Un caso notable es México, que casi no tiene propietarios legales de armas de fuego y cuya tasa de homicidios es 600% más alta que de la de los EE.UU. Como es público y notorio, los narcotraficantes y las bandas criminales están armadas hasta los dientes, tienen pequeños ejércitos privados. Al mismo tiempo, sus leyes están entre las más restrictivas del mundo. Solo había una tienda de armas legal en todo el país, un establecimiento militar en ciudad de México.
Lott cuenta que cuando testificó en el Senado mexicano, le dijeron que incluso ellos, los parlamentarios que recibían amenazas de muerte, no podían obtener una licencia.
Es decir, la típica hipocresía latinoamericana. Leyes muy estrictas que los delincuentes no cumplen y que solo perjudican a los que se atienen a la legalidad.
Brasil es otro ejemplo típico. En su conferencia en Lima (SNI, 10/8/22), Lott presentó el caso del Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro ha eliminado algunas de las restricciones. Las predicciones que hicieron los enemigos de las armas fueron apocalípticas. Y se equivocaron, por supuesto.
Bloomberg News decía que iban a aumentar los muertos por armas de fuego. Que en Sao Pablo un aumento de 1% de licencias iba a incrementar 2% la tasa de homicidios. También The Guardian, The New York Times y otros preveían un desastre. Ocurrió lo contrario.
En enero de 2019 había 330,000 licencias para armas en Brasil, dijo Lott. En enero de 2022, 1´680,000, un aumento de 409%. Y la predicción de los catastrofistas resultó al revés. La tasa de homicidios cayó 34% en ese periodo, una cifra realmente impresionante.
Pero la realidad nunca persuade a los ideologizados. Un artículo de “El Comercio” (7/9/22), usa cifras similares a las de Lott: las licencias para armas en Brasil han aumentado y los homicidios han disminuido. Pero los “expertos” que entrevista atribuyen eso a la buena labor de los gobiernos regionales para luchar contra el crimen.
El argumento es falso, naturalmente. Precisamente en su conferencia, Lott explicó que 4 de los 26 estados en Brasil habían aplicado las supuestas reformas que ayudaron a combatir el crimen, pero los homicidios cayeron en 25 de esos estados.
Pero esas necedades, sin ningún sustento, se repiten incansablemente (ver por ejemplo “Seguridad ciudadana y armas de fuego”, “Gestión”, 21/9/22). La ideología que impregna la mayoría de medios de comunicación en el Perú puede más que la evidencia.
Los izquierdistas y caviares de toda laya no descansan, tenazmente tratan de desarmar a los civiles sin importarles que los únicos favorecidos serán los delincuentes. Lampadia