Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Aún no concluimos uno de los procesos electorales más difíciles de nuestra historia republicana, proceso que ha mostrado un país partido exactamente por la mitad, después de 200 años en los que el sentimiento y comentario recurrente ha sido que, nunca hemos tenido peores políticos y gobernantes en nuestra historia. Un querido amigo siempre repite, “no pierdas las esperanzas, acuérdate que en el Perú siempre podemos estar peor y con peores gobernantes”.
Ciertamente, unas elecciones con resultados tan estrechos, nos debe llevar a profundas reflexiones, tales como;
- ¿qué estamos haciendo mal, si hemos tenido tres décadas de continuo crecimiento económico, importante reducción de la pobreza (de 60% a 20% en 30 años) y reducción de las desigualdades (reducción del índice de Gini en ese lapso)?
- ¿Por qué a la cuarta parte de la población, especialmente los “pulpines” (mal llamada “generación del bicentenario”), no le interesó ir a votar y defender el futuro de su país?
- ¿Qué lección no le hemos transmitido a los “pulpines”, cuando los adultos mayores, llevando grabada en el alma, corazón y vida un profundo sentimiento de peruanismo, nos dieron lecciones de civismo, al acudir a votar con bastones, en silla de ruedas, asistidos por enfermeras y hasta portando sus balones de oxígeno, para proteger el futuro de sus nietos?
Aquí tenemos mucho espacio para trabajar.
Si estamos tan polarizados (50/50), debemos establecer un buen plan; que acelere nuestro crecimiento, reduzca las diferencias y nos una como peruanos. Evidentemente, esto implica un trabajo antropológico, sociológico, político, educativo, de formación cívica y de mucho trabajo e inversión para resolver lo económico y lo sanitario. ¿Cómo hacer para avanzar en los cambios, sin generar mayor crispación social?
Es preocupante observar, que luego de 200 años, estemos involucionando en ciertos aspectos, por ejemplo; en lugar de fortalecer nuestro sentimiento de peruanidad, permitamos que muchos apátridas estén, entre sus taras, tratando de introducir el concepto de “Estado Plurinacional”, creando más fracturas en nuestra sociedad, en lugar de amalgamar este crisol de todas las sangres, generar sentimientos de unidad nacional y amor a nuestra Patria. Obviamente, quieren generar más campos donde agudizar las contradicciones.
Cuando enfrentamos una votación tan polarizada como esta, el ganador no recibe un cheque en blanco, no puede ni debe tratar de imponer sus propuestas de campaña y tiene el deber cívico-patriótico de trabajar consensos. Encuentro que, al contar con 10 bancadas y ninguna mayoría en el nuevo Congreso, tenemos una extraordinaria oportunidad para que los actores políticos aprendan a armar grupos de trabajo, a conciliar y llegar a acuerdos en aras del bien común, sacrificando algunas de sus máximas aspiraciones. Esa es la manera de hacer política y de avanzar en beneficio de nuestra nación.
Debemos lamentar que, mientras estamos aún enfrascados en la definición de un ganador de la Presidencia de la República, tengamos a unos congresistas irresponsables, que estando de salida, han forzado la figura de una cuarta legislatura dentro de su breve paso por el Congreso, pero para agregar despropósitos a su participación en la política nacional. Quieren introducir modificaciones constitucionales, sin pasar por comisiones y sin un adecuado debate de las propuestas, entre las que se cuenta la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente, por referéndum. Sin duda, estas propuestas provenientes de la izquierda, están debidamente orquestadas, de modo tal que, ante la eventualidad de una victoria de la izquierda en estas elecciones, esté allanado el camino para cambios maximalistas e inmediatos en el quehacer nacional.
Los pensamientos y voces más sensatas de nuestro país y del mundo, aconsejarían, en todo caso, un proceso más reflexivo, acompañado de un amplio debate de las propuestas, su alcance y mecanismos, para evitar radicalizaciones impropias e inoportunas. Nuestro país necesita de todos sus hijos para seguir creciendo económicamente, redistribuyendo mejor y más eficazmente la riqueza y no una confrontación irresponsable entre dos mitades, aparentemente irreconciliables, llenas de suspicacia, puesto que no es coincidencia el Habeas Corpus en favor de Cerrón y la postergación de un operativo de las Fiscalías anticorrupción en la Región Junín, contra 37 personas del entorno de Cerrón, que desoyeron el mandato judicial para tal actuación.
¡No echemos más leña al fuego! Lampadia