Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Después de mucho cavilar, conversar y analizar, he llegado a la conclusión que la profunda crisis política que nos conmueve a todos los peruanos, requiere que produzcamos una solución, que salve, de la mejor manera posible, nuestra precaria institucionalidad democrática y la gobernanza.
Para ello, debemos evitar caer en cuestionamientos de legitimidad que debiliten nuestros arreglos institucionales, así como al Congreso de la República, al Gobierno Nacional, y la imagen del Perú como un país serio.
Evitemos una vacancia cuestionable. Pidamos la renuncia de PPK y apoyemos al Vicepresidente para que concrete el mandato popular.
El proceso de vacancia presidencial
Lamentablemente, a estas alturas del proceso de vacancia fijado para el jueves próximo, con la feroz campaña desatada por la defensa del Presidente PPK, tanto en el plano jurídico como político; el país sufrirá agrias acusaciones sobre la violación del debido proceso. Sin dudas, el caso se llevará a los medios extranjeros y a las cortes internacionales. Y PPK y sus seguidores, se presentarán como víctimas del autoritarismo fujimorista.
Veamos:
- La Segunda Vicepresidenta, Mercedes Araoz, ha acusado por la crisis a Fuerza Popular (FP), y ha cortado prácticamente todos los canales de comunicación con el partido mayoritario en el Congreso, enervando la necesaria relación política futura.
- El Partido de Peruanos por el Kambio, ha enfilado todos sus ataques a FP. En su local partidario anuncia un “golpe de Estado fujimorista”
- Varios representantes del PPK, como, por ejemplo, Gino Costa, hablan sin rubor de “un golpe parlamentario en marcha contra el Tribunal Constitucional (una falsedad), el Fiscal de la Nación, y el Presidente de la República”.
- El Presidente PPK ha contratado, como su abogado, a Alberto Borea, uno de los más activos propulsores del regreso a la empobrecedora Constitución de 1973.
- Coincidentemente, han aparecido distintos abogados que han presentado autos de amparo contra el proceso de vacancia.
- En la misma línea de denuncia de golpe, PPK ha recibido el apoyo del ex Primer Ministro del gobierno de Humala-Heredia, el gobierno que desarticuló el proceso de desarrollo del Perú.
- Además, se habría orquestado una campaña mediática para sembrar dudas sobre el proceso de vacancia, destacando en el propósito, RM Palacios y Cecilia Valenzuela.
- Así mismo, llama la atención que el representante de PPK, Juan Sheput, plantee que, de irse adelante con la vacancia, habría que conseguir las renuncias de los vicepresidentes, para precipitar elecciones generales. Un escenario desestabilizador de la vida económica y política.
En consecuencia, la vacancia presidencial puede generar una serie de escenarios negativos para la salud del país. Máxime, si como amenaza el partido de gobierno, se pretendería desestabilizar a los vicepresidentes del propio PPK.
¿Cómo salimos de este trance?
Si queremos asegurar el cuidado institucional y que después de la crisis tengamos un gobierno con legitimidad y capacidad de conducir los destinos del país, deeberían tomarse las siguientes acciones:
- Fuerza Popular debe votar en contra de la vacancia, y evitar así el carga-montón que lo estigmatice.
- Así se caería todo el andamiaje anti-fujimorista, que pretende tapar la clamorosa situación del Presidente de la República.
- Acto seguido, FP debe pedir la renuncia del Presidente.
Con estas acciones evitaríamos que se destruya la imagen del gobierno y que se entronice una suerte de ‘guerra agravada’ entre los miembros del PPK y FP.
La renuncia del Presidente
Sigamos analizando la situación. Después de superada la vacancia, el gobierno de PPK quedaría absolutamente debilitado:
- Su prestigio y popularidad como gobernante serían gravemente afectados.
- Renunciarían algunos de sus ministros.
- Tendría grandes dificultades para reemplazarlos y llenar otras posiciones de gobierno.
- Estaría incapacitado para llevar adelante las indispensables reformas que se requieren para la recuperación económica y política.
- La debilidad del gobierno, incidiría en una nueva caída de la inversión privada.
- El gobierno, no tendría la capacidad de enfrentar los movimientos anti-mineros y anti-sistema que se multiplicarán en el 2018, alrededor de las elecciones regionales y locales.
La renuncia de PPK, se cae por su propio peso, la continuación de su gobierno, es absolutamente inviable y muy inconveniente para el país.
Un gobierno programático que preserve la institucionalidad y gobernanza
En consecuencia del análisis anterior, concluyo que lo mejor para el Perú es que, una vez renunciado PPK, hay que concluir con el período de gobierno 2016-2021.
Esto requiere que el Primer Vicepresidente, Martín Vizcarra, forme un ‘gobierno programático‘:
- Que convoque a un Primer Ministro no partidista que facilite la convergencia hacia un gobierno que sume las fuerzas más representativas del país, y supere el absurdo enfrentamiento Ejecutivo-Legislativo.
- Que preserve las instituciones democráticas y permita la gobernanza.
- Que plantee un rol de reformas institucionales mínimo.
¡Cuidado con caer en juegos antipatriotas! El ‘gobierno-pre-bicentenario’ debe concluir su mandato en julio 2021 y recuperar la recuperación de la salud de la nación. Lampadia