Por: Fernando Rospigliosi
Expreso, 12 de Setiembre del 2022
Se suele decir que la historia la escriben los vencedores, pero en el Perú, país de paradojas, los derrotados, Sendero Luminoso (SL), el MRTA, y sus aliados caviares, fueron los que se adueñaron de ella, tergiversándola y retorciéndola a tal punto que sus herederos están en el gobierno, preparándose para instalar el socialismo del siglo XXI, la más corrupta de las variantes comunistas.
La captura de Abimael Guzmán y la cúpula de SL, un día como hoy, 12 de septiembre de 1992, fue el golpe de gracia que los detectives del Grupo Especial de Inteligencia (Gein), de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), asestó al grupo terrorista, que estaba siendo aniquilado en las zonas rurales por las FF.AA.
La Dircote también atrapó en 1992 a los cabecillas del MRTA Peter Cárdenas Schulte (abril) y Víctor Polay (junio). Ambos criminales fueron condenados a cadena perpetua por tribunales militares en 1993, pero el 2001 su sentencia fue anulada por el Tribunal Constitucional. Vueltos a juzgar, fueron condenados a 25 y 35 años respectivamente. Cárdenas fue liberado el 2015 y ahora vive cómodamente en Suecia, disfrutando del estado de bienestar. Polay saldrá próximamente. Sus numerosas víctimas –como el general EP Enrique López Albújar, asesinado en 1990 por un grupo dirigido por Cárdenas- yacen en los cementerios o en fosas comunes.
La deformación de la historia y de la llamada “memoria histórica” manejada por los caviares, fue el marco ideológico y político que permitió también juzgar y sancionar a algunos de los que contribuyeron a derrotar al terrorismo. Por ejemplo, el general EP (r) José Valdivia Dueñas está siendo procesado nuevamente por los sucesos acaecidos en Cayara, Ayacucho, en 1988, a pesar de que el caso se había archivado varias veces, en tribunales peruanos y por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (Ver el libro de Valdivia “Cayara: derrota de Sendero Luminoso en su teatro principal y manipulación político psicológica pro subversiva”, 2001).
Valdivia, uno de los artífices de la evolución de la estrategia de las FF.AA., que permitió aplastar a SL en el campo, acaba de ser sentenciado, a sus 85 años, a doce años de prisión por el “secuestro” de Gustavo Gorriti y otros en 1992.
En suma, tres décadas después, algunos de los que pelearon y derrotaron al terrorismo, siguen siendo enviados a prisión, mientras que varios de los terroristas que asesinaron a civiles y militares disfrutan plácidamente de las ventajas de la libertad o están a punto de hacerlo. Incluso han sido ministros en el actual gobierno comunista.
Apoyándose en esta funesta experiencia, ahora se pretende defender y proteger al corrupto gobierno comunista, advirtiendo que cualquiera que intente desalojarlo correrá la misma suerte. En realidad, no tendría que ser así. Precisamente de lo que se trata es no solo evitar que esa gavilla destruya el país, sino impedir que se repita esa patraña y reparar, en la medida que se pueda, las terribles injusticias que se han cometido.