Fernando Rospigliosi
CONTROVERSIAS
Para Lampadia
Conforme se va conociendo quienes son realmente Pedro Castillo y Vladimir Cerrón, su popularidad va decreciendo y el rechazo a esa improvisada candidatura aumentando.
Una de las razones del meteórico ascenso de Castillo las últimas semanas y los últimos días previos a la primera vuelta electoral fue que, precisamente, no era conocido, ni él ni su patrocinador.
Así, pudo canalizar la ira, la rabia, el descontento, la desesperación de muchos ciudadanos ante el desastre de la gestión gubernamental de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, que llevó al Perú a tener la más alta proporción de muertos por millón de habitantes en el mundo entero y a una catástrofe económica con millones de desempleados y de personas que cayeron en la pobreza.
No es la primera vez que ocurre eso en el Perú y probablemente tampoco será la última. Alberto Fujimori capitalizó en 1990 el disgusto con la clase política de aquel entonces y la crispación existente por la hiperinflación, el terrorismo y la crisis. Con Alejandro Toledo sucedió algo similar el 2000 y 2001. Ambos superaron la prueba y finalmente ganaron.
Una de las ventajas de la segunda vuelta es que cuando aparece un candidato muy poco conocido, se le puede apreciar e investigar antes de la votación definitiva. Y eso es lo que está ocurriendo ahora con Castillo y su mentor Cerrón.
De este último se sabe ahora que es no solo un admirador declarado de los tiranos Fidel Castro y Hugo Chávez, sino que pretende implantar en el Perú una dictadura comunista similar a las de Cuba y Venezuela. Lo ha dicho explícitamente, si llegan al poder será para quedarse.
Pero quizá más importante son las revelaciones del congresista por Junín César Combina y las investigaciones del periodista Carlos Paredes, entre otros.
Ellos han expuesto como han gobernado Cerrón y sus secuaces en Junín, una región con miles de millones de soles de canon de la minería. Más de 40 obras, incluyendo hospitales, abandonadas, aumento de la anemia infantil y corrupción desenfrenada. Además, persecución, agresiones y amedrentamiento a periodistas y políticos opositores.
Y como cereza del pastel, divulgaron el comportamiento machista y misógino de Cerrón, cosa que no debería sorprender a nadie, ni siquiera a su reciente aliada Verónika Mendoza, pues ya se conocían los antecedentes del personaje.
Paredes ha hecho público el parte del serenazgo que prueba que Cerrón maltrataba a su esposa cubana, cosa que el individuo se había encargado de ocultar, manipulando al parecer los reportes policiales del incidente. Típico comportamiento de un sujeto de esas características.
Peor todavía, Paredes también ha destapado que Cerrón extorsionaba a una joven que estaba en dificultades económicas para obtener favores sexuales a cambio de ayuda, como expuso en el programa de Beto Ortiz en Willax TV.
Por eso, y por lo que también se va conociendo de Castillo, las preferencias electorales están cambiando. No obstante, el peligro sigue siendo muy alto. No hay que bajar la guardia. Lampadia